30 septiembre 2018

Ni reglas exhaustivas ni mundos detallados

La reciente compra de tanto manual de Exo me ha llevado a interesarme de nuevo por la ciencia ficción, que no solo de fantasía vive el friki. Tengo desde hace un buen puñado de libros de Traveller (de la primera edición de Mongoose), comprados en el mercadillo de las LES, y aparte de repasarlos, he buscado en la web un par de cosillas sobre este juego.

Y ha habido una entrada en un blog que me ha llamado la atención: el resumen de una entrevista hecha a Marc Miller, el autor de Traveller, indicando cómo suele dirigir él su juego. Aunque Traveller tiene muchas ediciones (la original de 1977, el MegaTraveller, Traveller: The New Era, la cuarta edición, la edición de GURPS, las dos ediciónes de Mongoose y el Traveller 5 editado vía Kickstarter...) resulta que la edición favorita de su autor sigue siendo... la primera. Y no es que no haya intervenido en la creación y desarrollo de otras ediciones, porque de hecho la última, el Traveller 5, es obra suya y bastante reciente. Y también es un mamotreto de más de 700 páginas. Yo no conozco esta edición, pero sé que es muy completa y, al decir de algunos, bastante complicada.

Lo que me resulta curioso es que Miller no reniega de T5 y sigue trabajando en dicha edición, porque le gusta trastear con sistemas y diseñarlos... pero luego, en las jornadas roleras, resulta que sigue dirigiendo con las reglas del viejo Classic Traveller de 1977, e incluso con reglas aún más simplificadas que esas. La fuente de esta afirmación es esta entrada: A Marc Miller interview at Gary Con X. Este párrafo en concreto, donde se habla de cómo dirige Miller, es muy significativo:

While playing Traveller, Marc role-plays. Very little rules. Traveller is truly a rules-light game system once you start playing. For our scenario, we generated characters by only rolling up stats. No skills. Just stats and pick your service. All rolls were made against those stats, but you couldn’t roll against the same stat again, until you had used them all. Oh, and you had to support your decision on which stat to use. After that, it was all role playing. Creating a communal story. He made it up as he went along, allowed us to build the story, and acted as “referee” just as intended. After we were through, he said “There. Now you know how I play Traveller.”

Traducido:

Mientras juega a Traveller, Marc interpreta. Usa muy pocas reglas. Traveller es en realidad un sistema de juego muy ligero una vez comienzas a jugar. En nuestra partida, generamos personajes tirando únicamente características. Ninguna habilidad. Solo características y profesión. Todas las tiradas se hacían contra esas características, pero no podías repetir característica hasta que no hubieras usado el resto. Ah, y tenías que justificar tu decisión sobre qué característica utilizar. Después de todo, estábamos interpretando un personaje. Creando una historia en común. Él la iba inventando a medida que avanzábamos, permitiéndonos construir la historia y actuando como "árbitro" como se esperaba d eél. Después de terminar, nos dijo "Ya está. Ahora ya sabéis cómo juego a Traveller"

Y lo más gracioso es que no es la primera vez que leo algo así. Ahora no encuentro la referencia, pero una vez leí un comentario sobre cómo Greg Stafford (creador del mundo de Glorantha y fundador de la editorial Chaosium) dirigía una partida en su mundo. Utilizó un sistema "sencillo" como HeroQuest (un sistema de juego que no me termina de funcionar) pero al parecer la partida comenzó con hojas de personajes que no eran más que hojas en blanco donde los jugadores iban añadiendo habilidades a medida que eran necesarias. En la partida interpretaban a unos nobles del Imperio Lunar que tenían servidores y avanzaban por el Imperio en una caravana y toda la narración tenía un estilo más cercano a un sueño de Lord Dunsany que al "canon gloranthano". Lo importante para Stafford también era la narración, el crear una historia de forma comunal con los jugadores, y ante eso ni las reglas ni la ambientación importaban tanto como lo que se estaba sucediendo en la partida.

Una enseñanza similar se puede sacar de la lectura del D&D primigenio, cuyas palabras finales son:

There are unquestionably areas which have been glossed over. While we deeply regret the necessity, space requires that we put in the essentials only, and the trimming will oftimes have to be added by the referee and his players. We have attempted to furnish an ample framework, and building should be both easy and fun. In this light, we urge you to refrain from writing for rule interpretations or the like unless you are absolutely at a loss, for everything herein is fantastic, and the best way is to decide how you would like it to be, and then make it just that way! On the other hand, we are not loath to answer your questions, but why have us do any more of your imagining for you? Write to us and tell about your additions, ideas, and what have you. We could always do with a bit of improvement in our refereeing.

Que traducido (libremente) significa:

Incuestionablemente hay áreas por las que se ha pasado por encima. Aunque lamentamos hacerlo, el espacio disponible exige que solo pongamos lo esencial, y el resto tendrá que ser completado por el árbitro y sus jugadores. Hemos intentado crear un marco de referencia amplio y construir a partir de él debería ser fácil y divertido. Por lo tanto, os pedimos que no nos escribáis pidiendo aclaraciones de reglas a menos que estéis totalmente perdidos, porque todo lo que se describe aquí es fantasía y el mejor modo de actuar es decidir cómo queréis que funcione, ¡y hacerlo! Por otro lado, no nos importa responder a vuestras preguntas pero, ¿por qué deberíamos imaginar por vosotros? Escribidnos y contadnos vuestros añadidos, ideas y lo que se os ocurra. Siempre podemos aprovechar un poco de mejora en nuestro modo de arbitrar.

Los primeros juegos de rol no aspiraban a ser recreaciones completas y precisas de una realidad (aunque fuera una realidad imaginada). Ni en sus reglas ni en sus ambientaciones. D&D era un marco de referencia, unas reglas mínimas para jugar a fantasía, y Traveller cumplía el mismo rol para juegos de ciencia ficción. D&D no contaba con un mundo de juego en el que ambientar las partidas inicialmente e incluso la idea de crear módulos de aventuras fue algo que al principio les pareció absurdo a los responsables de D&D. Ellos pensaban que la gente crearía sus propias campañas y aventuras, utilizando sus reglas como base para crear sus propios mundos. Del mismo modo, el Tercer Imperio, que es la ambientación que asociamos por defecto a Traveller, no estaba incluida ni descrita en los libros originales. Miller y la gente de GDW pensaban que la gente utilizaría sus reglas para crear sus propias ambientaciones (mucha gente usaba Traveller para jugar a Star Wars) y que no era necesario crear una galaxia con un "canon" para jugar bien a su juego. Y en lo referente a ambientaciones, Glorantha no era inicialmente el mamotreto que es ahora mismo sino un lugar de pura imaginación, un marco donde contar nuestras historias; Stafford se ha tirado décadas diciendo que Your Glorantha Will Vary (Tu Glorantha Será Diferente), para tratar de demostrarnos que no importa lo que se haya escrito, en nuestras partidas nosotros cambiaremos aspectos importantes y no pasará nada, seguiremos jugando "bien".

Entonces, ¿para qué sirven todas esas toneladas de libros que pueblan nuestras estanterías? Me temo que en realidad sirven para satisfacer a un público que siempre quiere más. Más respuestas, más explicaciones y total coherencia en las mismas. A Tolkien le asediaban los fans exigiéndole más detalles sobre el lenguajes de los elfos y la geología de la Tierra Media; sobre lo primero seguro que el buen profesor tendría más de una respuesta, pero ¿y sobre lo segundo? Al final los autores terminan creando más y más tratando de mejorar su visión, completarla y ampliarla, pero en el proceso se cuelan inconsistencias, igual que se cuelan en los universos extendidos de Marvel o Star Wars. Y los autores de juegos de rol tratan también de crear más y mejores reglas para sus juegos, a través de sucesivas ediciones que van refinando el concepto.

Lo malo es que, al final, podemos encontrarnos con un juego tan lleno de reglas que es imposible de poner en funcionamiento en una mesa de juego a menos que se sea un experto. Y un "canon" tan lleno de información (¡y que crece constantemente!) que es imposible de abarcar en todo su detalle. No es de extrañar entonces que ni siquiera sus autores originales puedan abarcarlo y comprenderlo y terminen jugando con versiones sencillas de sus juegos e ignorando la ambientación cuando es necesario. Todo por el bien de la partida. Todo por el bien de la imaginación.

Saludetes,
Carlos

27 septiembre 2018

Reseña de "El Destructor de Mundos"

Como ya he comentado anteriormente, las jornadas roleras Ludo Ergo Sum 2018 estuvieron para mí marcadas por la ciencia ficción. No solo las partidas de rol que jugué fueron ambas de juegos de este género (Exo y La Marca Estelar) sino que me hice en el mercadillo con un buen lote de libros de Exo que me han permitido prácticamente completar la colección. También aproveché para comprar directamente en el stand de Ediciones Sombra los libros Inmo y El Destructor de Mundos (convenientemente firmados por Juan Carlos Herreros) y de este último libro os voy a hablar hoy.

El Destructor de Mundos es una novela escrita por Juan Carlos Herreros y ambientada en el universo del juego de rol Exo. No es un libro editado por Ediciones Sombra sino por Ediciones Epicismo, allá (*) por 2015.

La novela comienza cuando un agente encubierto de una potencia galáctica, destinado a un planeta perdido de la mano de Dios, ve en las cámaras de seguridad del espaciopuerto a un viejo conocido suyo: un excompañero que, después de protagonizar un desafortunado incidente hace años en un lejano planeta, es conocido como "El Destructor de Mundos". Este es el pistoletazo de salida de una trama que mezcla espionaje con novela negra y algo de ficción militar y que tiene al Destructor de Mundos como pieza clave en torno a la que gira toda la trama.

Lo interesante aquí es que en ningún momento vemos dicha trama desde el punto del vista del Destructor: cada capítulo se cuenta desde la perspectiva de un personaje secundario, como el agente encubierto que abre la novela, una policía del planeta, un miembro del ejército o un investigador, cuyas vidas se ven sacudidas en mayor o menor medida por las acciones del Destructor.

El universo de ciencia ficción de Exo es de tipo "space opera" y bastante clásico: nada de transhumanismo aquí o poderosas Inteligencias Artificiales. En realidad, salvo por la presencia de poderes psiónicos, múltiples especies humanoides, traductores universales y naves que pueden viajar más rápido de la luz, lo cierto es que el mundo es bastante similar al nuestro: hay grandes potencias militares que utilizan espías y soldados para lograr sus objetivos y conspiraciones y experimentos secretos en laboratorios clandestinos. Novela de espías a tope en ese sentido.

Me gustó especialmente cómo la cultura del planeta al que llega el Destructor está en pleno proceso de transformación, por pertenecer a un estado pluriplanetario en el que la libertad individual es lo más importante, hasta tal punto que todo se decide por comités formados por personas que van rotando en sus puestos. Es un concepto interesante cuyas contradicciones se exploran un poco en esta novela.

La parte en la que me parece que el autor ha disfrutado más (o al menos, la que más redonda le ha quedado) es una en la que se desata un conflicto bélico entre dos ejércitos. Hay ecos en esas páginas de Tropas del Espacio y Honor Harrington y la ciencia ficción militar de la vieja escuela ;).

Al final la novela no es muy extensa y se lee muy rápidamente. Tiene sus giros inesperados, pero en general se va desarrollando de forma coherente hasta un desenlace final bastante satisfactorio. Aunque deja algunos cabos sueltos que podrían explorarse en otros libros, el relato es autoconclusivo.

Creo que el texto se habría beneficiado de un trabajo de edición algo más exhaustivo. No por la presencia de erratas (no recuerdo haber encontrado ni una) sino por ciertas frases que me han sonado un poco raras o alguna repetición de palabras que quedaban un poco mal. No es algo que desmerezca la trama, pero sí que es molesto en ocasiones, porque probablemente con una última corrección de estilo habría quedado mucho mejor.

En cualquier caso, la novela es muy entretenida y trae a la vida la ambientación de Exo de un modo que normalmente es difícil de conseguir en un manual de reglas, por lo que la novela es muy recomendable para los aficionados del juego y para aquellos fans de la ciencia ficción que quieran leer una novela que mezcla géneros de un modo muy fresco, dentro de una ambientación clásica.

Vamos, que a mí me ha gustado ;).

Saludetes,
Carlos

P.D.: (*) Originalmente escribí "hayá por 2015" en lugar de "allá por 2015", demostrando de forma inconsciente pero irrefutable que todo lo escrito puede beneficiarse de un trabajo de edición algo más exhaustivo...

11 septiembre 2018

Ludo Ergo Sum 2018

Un año más, se han celebrado las jornadas roleras Ludo Ergo Sum, que ya van por su decimoprimera edición. Este año han tenido lugar en el mismo local, un polideportivo del barrio madrileño de Aluche y, como llevo haciendo casi una década, allá que me he plantado los tres días que ha tenido lugar el evento ;).

A lo largo del año no suelo acudir a otras jornadas roleras. Quizá a alguna de las mini-jornadas que se celebran en las tiendas frikis de la capital durante un día, o a algún otro evento de mayor tamaño, pero siempre por Madrid y alrededores; soy un hombre de familia (como Vito Corleone) y eso de escaparme a otra provincia a frikear me temo que tendré que hacerlo más adelante: en los años que transcurran entre que a) mis hijos sean mayores y se sepan cuidar solos y b) mis hijos sean más mayores y me quieran encasquetar a mis nietos. Pero mientras ese tiempo llega... las LES son las únicas jornadas que disfruto desde que comienzan hasta que terminan.

Ya se sabe: si tú me dices LES, lo dejo todo.

Viernes: día profesional

El viernes acudía a las LES con mi socia en la editorial 77Mundos. Su principal razón para venir es que habíamos quedado con Juan Carlos Herreros, nuestro distribuidor (a través de Distribuciones Sombra) para hablar de asuntos de la editorial. Así, además, Alicia se acercaba por primera vez a unas jornadas frikis y veía un poco el ambientillo ;). Que la pobre es una gran editora, pero el mundillo friki sigue siendo para ella un sitio algo desconocido. Sus partidas de Carcassonne y Risk del Señor de los Anillos se ha echado, pero bueno... al rol solo la engañé para jugar como hace 20 años y lo único que recuerda es que, como no me hacían mucho caso, les terminé matando a todos. Yo no dejo de decir que era una partida de La Llamada de Cthulhu y que estaban condenados casi desde el principio, pero ¿para qué discutir? Es posible que sí que les matara a todos adrede xD. Que yo no he sido buenista siempre...

Así que allí nos plantamos el viernes por la tarde. Tardamos un poquito en llegar y luego sufrimos como 45 o 50 minutos en la cola de entrada hasta que nos dieron las tarjetitas. Quizá no fue tanto, pero esa es la sensación que nos quedó. Al menos nos dio tiempo a saludar en la cola a Roberto Alhambra, insigne autor rolero, colega de partidas bisemanales y mecenas gafe de La Torre de Salfumán xD. Una vez dentro, nos pusimos a recorrer las jornadas en busca del stand de Ediciones Sombra.

Por el camino nos interceptó Tiberio, de la editorial HT Publishers, un tío más majo que las pesetas (una antigua moneda que usaban los españoles ancestrales) y que, además, es el escritor del prólogo de nuestro primer libro publicado: Hexplora. Nos dio una publicidad de su proyecto EMO (Enseñanza Mágica Obligatoria), que tienen en mecenazgo en su web (EMO, el mecenazgo y estuvimos hablando sobre las diferencias entre los mecenazgos y las preventas, sus ventajas e inconvenientes. Charla de editores, ya sabéis :P

Después estuvimos charlando con Juan Carlos Herreros, ya en su stand. Más charla de editores mezclada con charla de distribuidores (algo aún más bizarro que lo anterior). Juan Carlos, que es tan o más majo que Tiberio, nos dejó en el centro de su stand dos copias de nuestro último proyecto, La Torre de Salfumán, libro(s) que pronto procederemos a distribuir por las librerías con su ayuda, una vez enviadas las copias a los mecenas (menos a Roberto Alhambra, que está maldito y al que sus libros le llegarán más bien en uno o dos años, tras correr grandes aventuras por todo el mundo).

Despues hablamos con Javi, uno de los organizadores principales de las LES y, aún más importante, uno de los artífices de las geniales rosquillas que se venden allí. Javi no es solo colega de hace muchos años (¡fue jugador de la Gran Campaña de Pendragón!), sino que fui con su hermano al colegio y éste sigue siendo uno de mis mejores amigos, así que, para mí es como de la familia.

Carlos, Javi y Alicia

Este año, Alfredo ("Meroka") y la gente de Rol Gratis habían montado un stand y allí charlamos un poquito sobre lo divino y lo friki. Yo hice la coña de que una editora como Alicia no quería ni oír hablar de "rol gratis" pero Alfredo ya me sacó de mi error: que sea rol gratuito no quiere decir que no se pueda imprimir y vender, dependiendo de la licencia ;).

En el stand de Nosolorol estuvimos charlando con José Valverde, un firme defensor de que el rol no solo no se muere, sino que está en franca expansión ;). Si Ricard Ibáñez suele decir que el rol tiene una mala salud de hierro, Valverde opina más bien que tiene una salud cojonuda :D.

Y ya casi saliendo pudimos hablar con Pedro Gil, del grupo creativo de los Aventureros de la Marca del Este. Pedro y Zonk se habían acercado desde tierras murcianas y valencianas un año más (no tengo claro si vinieron los dos solos o si se acercó Cristóbal o alguno del los otros Aventureros de la Marca). Con él estuvimos hablando de mecenazgos, tanto de su Sturm und Drang (que volverá con fuerza en pocas semanas) como de nuestro futuro mecenazgo de Mythras (al que tampoco le queda mucho tiempo para salir). Nos alegró saber que compartía con nosotros la idea de que para que Mythras funcionara bien lo que debíamos hacer es plantearlo como un mecenazgo para la línea completa de suplementos: un empujón para que vayan saliendo no solo el básico sino La Isla de los Monstruos y todo el resto de libros de la colección. En cuestión de mecenazgos (y de rol en general), todo lo que nos pueda aconsejar Pedro es bien recibido.

Seguimos viendo un poco el ambientillo del recinto principal y después salimos a ver el Mercadillo, que este año estaba en un edificio aparte (gran idea). Yo tenía intención de entrar... pero cuando vimos la cola que había, Alicia ya me dijo que ella tenía intención de volver a casa antes de la madrugada xD, así que desistí de entrar ese día. Allí nos encontramos a mi hermano Sergio y a Oscar Iglesias con su mujer, Raquel. Todos armados con bolsas llenas de juegos, libros y cómics que vender en el Mercadillo. Estuvimos con ellos un rato charlando y luego dimos por terminado el primer día de las LES.

Sábado: día familiar

El sábado me planté en las LES acompañado de mi mujer e hijos, y de una de mis cuñadas y su hija. Y acompañado también del día más lluvioso e inclemente que hemos tenido en Madrid en meses xD. Se tiró lloviendo a intervalos todo el día, lo cual no fue muy bueno para las actividades al aire libre.

Y sin actividades al aire libre, los frikis y sobre todo, los frikis con niños pequeños, nos apiñamos en el recinto principal. Tardamos bastante en encontrar una mesa libre donde sentarnos, pero una vez conquistada, no la soltamos en horas. Convertida en nuestro Cuartel General Familiar (en adelante, CGF), fuimos trayendo juegos desde la Ludoteca y entreteniendo a los niños con cosas tipo Fantasma Blitz (al que los niños juegan mejor que los adultos), Big Points (que no es de niños, pero al que mi crío de 7 años nos ganó a los tres adultos), La Torre Encantada (imanes y princesas saltarinas), Wendigo, etc. La verdad es que dio tiempo a probar muchas cosas porque, como digo, estuvimos mucho tiempo allí sentados.

De hecho, hasta nos hicimos unos bocatas/sandwiches con embutido que compramos en un Carrefour de la zona, y comimos dentro del recinto xD, junto a unas latas que compramos en la barra. El año pasado había habido problemas para entrar por la tarde, porque se había superado el aforo, así que no quisimos arriesgarnos. Aunque creo que, entre la lluvia que desanimó a unos cuantos y el haber sacado fuera el Mercadillo, creo que no llegó a superarse en ningún momento el máximo de personas del recinto.

Mientras la familia jugaba en el CGF, yo hice un par de pequeñas incursiones a lugares cercanos para saludar gente, cotillear, etc. De este modo terminé de hablar con personas con las que no podido hacerlo el viernes (como José Manuel Palacios) pero también saludé a gente pensando que luego podría hablar con ellos... y no fue así (como Verion) o vi a peña sentada jugando y me dije "ya pararán y hablaré con ellos"... y ahí se quedaron (como Zonk). En fin, es que había mucha gente con la que hablar, no me lo tengáis en cuenta xD.

Al final, a eso de la una y media decidí pasarme al fin por el Mercadillo. La aventura de hacerlo duró como dos horas, de las que destacaré que...

  • ... me tiré una hora en la cola, hablando con un señor mayor que iba con su hijo adolescente y que salía de la charla de "Aprendizaje basado en juegos". Obviamente, estuvimos hablando de La Torre de Salfumán xD.
  • ... me encontré con algunos compañeros de la Heracles, partida que he abandonado recientemente, pero con los que no pude más que intercambiar un par de palabras. A ver si les puedo dedicar más tiempo el año que viene :).
  • ... nos cayó una gigantesca tunda de agua, de la que solo me medio libré porque le había cogido el paraguas a uno de mis hijos.
  • ... en el momento álgido del chaparrón vi a Telmo Arnedo (o un colega suyo) empapándose mientras agitaba vigorosamente la bandera de Tesoro y Gloria que se llevó a las jornadas. Buscadlo en Youtube, que tiene que estar: la peña le estaba grabando con el móvil.
  • ... cuando finalmente logré entrar en el Mercadillo (aforo de 45 personas), fue desternillante escuchar a los Camisetas Naranjas decir que aligeráramos, que había gente esperando; amigo, yo llevo una hora esperando y no saldré del Mercadillo hasta que haya pillado todo lo que me permita el bolsillo.
  • ... me encontré un Dwimmermount a 20€, juajuajuajua, ¡a 20 euros! ¡20! ¡Que son 400 páginas, locos, que estáis mú locos! Ay, por estas cosas me encanta el Mercadillo de las LES.
  • ... me encontré el módulo de Bree y las Quebradas de los Túmulos a 19€, juajuajuajua, ¡a 19 euros! ¡19! ¡Que se vende a 60 en las librerías especializadas, locos, que estáis mú locos! Ay, por estas cosas... un momento, esto ya lo he vivido...
  • ... justo cuando estaba saliendo con mi botín me saltó a las manos un pack con libros de Exo a 30€ que, jo, ¿cómo dejarlo ahí? Algunos los tenía pero otros no, y es que estaban casi todos. Venga, para la saca.

Para cuando regresé al CGF la familia ya había comido, así que dejé mi bolsa de juegos ante la mirada resignada de mi Santa Esposa y me preparé un bocata de jamón que me supo a gloria.

Después de comer me puse a buscar entre los asistentes hasta que me encontré a los Enekos, el dúo responsable de Grapas y Mapas. Venían con un amigo ilustrador y pude comprobar que son tan majetes en persona como parecen en redes. Además, teníamos apalabrados dos libros de Walküre que me iban a vender y un librojuego que me iban a regalar. Y encima me llevé un par de Pañuelos TPK (para los Jugadores Llorones). ¿Son o no son buena gente? Lo único malo que puedo decir de ellos es que un vasco vasco de verdad, con sus ocho apellidos, no se marea en un tren, por mucho que venga escribiendo o dibujando :D. Bueno, uno de los Enekos sí que aguantó pero los otros no: ¡Buuuuh! ¡Flojos!

Y os juro que ya no recuerdo si me encontré con Telmo Arnedo (esta vez seguro que era él) el sábado o el domingo, pero si non e vero e ben trovato, así que vamos a suponer que fue el sábado y le meto en este punto de la narración xD. El caso es que pudimos hablar un poco y le pregunté cómo le iba con su juego Tesoros y Gloria. Lo primero que me dijo es que era "Tesoro" y no "Tesoros", pero que todo el mundo decía "Tesoros" xD. Telmo, no cambies el nombre del juego si no quieres... pero como se haya hecho fuerte el nombre incorrecto entre la afición... en fin, que estuvimos hablando de su Patreon y su futura campaña de mecenazgo para publicar el juego. Reitero desde aquí mi ofrecimiento para aconsejar sobre el desarrollo de esa campaña, que para algo tiene que servir haberte dado de leches ya con dos ;). También le insistí en que teníamos una partida de El Anillo Único por terminar en Comunidad Umbría, pero sé que no es fácil dirigir una partida por foro cuando estás a mil cosas. Ah, y también estuvimos hablando de oscuros secretos editoriales, de los que no os puedo hablar, so pena de tener que mataros a todos. Y sois mucha gente.

Antes de irme logré hablar un poquito con Rodrigo García, de Other Selves, que estaba jugando una partida pirata de Dungeon World. Sí, el editor de Clásicos del Mazmorreo jugando a Dungeon World... en fin, bueno, que no salga de aquí esta información. Chsss. Me supo mal interrumpir la partida, pero bueno, hablamos un poquito sobre licencias, costes, planes... lo normal entre micro-editores ;).

Ya cerca de la hora de cierre salimos con los niños a ver una exhibición de gente que hacía "Esgrima Jedi". Estuvo simpático, y como ya la luz menguaba, quedaba muy vistoso verles combatir con sus sables de luz. A mis hijos les gusta bastante Star Wars asi que les pareció una muy buena forma de terminar el día :).

Dominga: día personal

Y así, finalmente, nos plantamos en el último día de las LES. Esta vez no iba ni por trabajo editorial ni con la familia, sino que podía estar relajado y dedicarme un poco a lo que fuera surgiendo. Que tampoco es que los días anteriores me lo hubiera pasado mal ;), pero bueno, ya me entendéis.

Por la mañana me apunté a una partida de un juego al que le tenía muchas ganas: Exo. Antes de empezar estuve charlando con el creador del juego (y amigo distribuidor), Juan Carlos Herreros, y le dije que me guardara una copia de Inmo (el último suplemento publicado para Exo) y de su novela, El Destructor de Mundos, que me las iba a firmar las dos. Juan Carlos me dijo que de acuerdo, y comenzó la partida. El máster utilizó información del módulo clásico de Rindhare para meternos en una historia de contrabandistas, reliquias perdidas, polis corruptos y razas extrañas. Muy Exo todo ;). Los otros jugadores fueron dos chicas que venían juntas y un padre y su hijo. El hijo era un entusiasta no solo de Exo sino de otros juegos de la editorial como Pangea o Comandos. Hay relevo generacional :D. Al final terminamos la aventura con una sola baja mortal (el personaje de una de las chicas, que se lanzó a la carrera a acabar con un enemigo con su vibrofilo, pero se quedó a medio camino... y frente a su ametralladora) y con una nave con la que irnos del planeta. Yo habría ido un poco más al grano con la aventura, porque luego nos comentó todo lo que había pensado para ella y vimos que nos liamos mucho con la primera parte, pero bueno, estuvo divertido y me reafirmó en que Exo es un gran juego con un trasfondo realmente divertido de jugar.

A la hora de comer me junté con un grupo de amigos (Rubén Navarro, Roberto Alhambra, Josema Saga, Jan Cantor, Alpo, etc.) y nos ventilamos unos cuantos platos combinados con cervecitas. La lástima es que habían venido muchos más colegas de roleo como Óscar Iglesias, Gilen o Ramón "Urox", pero no había sitio para sentarnos todos juntos y nos tuvimos que distribuir en dos grupos. En mi grupo terminamos hablando de Mythras, The Strange, Monte Cook, Starfinder y, en general, de lo divino y lo friki.

Por la tarde estuve a punto de apuntarme a la partida de Urox ("La desaparición de Vicky Von Doom") pero no había sitio, así que me terminé metiendo en una partida de La Marca Estelar que ya había visto que no era la de iniciación que ya había jugado el año anterior con Zonk como director de juego.

Ah, qué bien que me lo pasé. Los otros cuatro jugadores eran un grupo de cuatro jóvenes (tres chicas y un chico) que lo hicieron realmente bien, muy metidos en la aventura y dando grandes ideas. Y creo que una de ellas había jugado al rol por primera vez esa mañana xD. El director de juego era un compañero del club Zona Oscura (lo siento, no recuerdo su nombre) y la aventura consistía en interpretar a unos cadetes de la legión imperial que tienen que hacer una última misión antes de graduarse. Aunque creo que la introducción a cómo funcionaba el sistema fue un poco demasiado extensa, en cuanto nos pusimos a jugar todo fue como la seda. Teníamos que explorar una nave que había enviado un mensaje de socorro y lo pasamos realmente mal tratando de sobrevivir... a pesar de que durante casi toda la aventura no nos encontramos con nadie ni pegamos un solo tiro. Todo fue explorar, cooperar, razonar y, al final, sí, un par de tiros y salir por patas. Pero la atmósfera fue cojonuda. Me dijeron después que la aventura la había escrito Meroka para Rápido y Fácil y entonces recordé que sí que había oído hablar de ella antes. La verdad es que es una aventura genial, sobre todo porque te mantiene en tensión todo el rato sin que realmente salgan monstruos tras monstruos en cada escena. Muy buena, la verdad :D.

Ya a punto de cerrar me acerqué al stand de Sombra para descubrir con horror que lo tenían todo empaquetado, ¡me había quedado sin Inmo y El Destructor de Mundos! Pero Juan Carlos y sus compañeros se pusieron a abrir cajas hasta que los encontraron, a pesar de mis continuas protestas diciendo que no era necesario. Al final encontramos los libros, Juan Carlos me los dedicó (¡geniales las dos dedicatorias!) y decidí que para mí, estas LES habían sido al final las Jornadas Exo ;).

Me quedé hasta la clausura de las jornadas para aplaudir a los Camisetas Naranjas y ver como otras personas se llevaban las cestas y los regalos de la ceremonia de clausura xD. Durante la misma pude por lo menos estar hablando con Roberto Alhambra, Eban de Pedralbes, Rubén Navarro o Román Moreno (Turbiales). Ah, y me enseñaron una copia física de Cybersalles que ha quedado realmente bonito. Me encantó el libro, los dibujos, la maquetación... un trabajo fino, fino.

Una vez terminadas las jornadas, aún me dio tiempo a tomarme una coca-cola (había que conducir) con unos cuantos amigos, mientras hablábamos de Godbound y de Kevin Crawford, el Dios Viviente de los Kickstarters.

Conclusiones

Ah, qué os puedo decir. Llevo nueve años visitando las Ludo Ergo Sum y aún no me canso de ellas. A la primera fui solo un día, con mi hija mayor en brazos (tenía 3) y ahora ya vengo los tres días y los disfruto a tope. Lo he dicho muchas veces, yo lo paso genial simplemente hablando con la gente, enterándome de lo que se mueve en el mundillo, viendo novedades... este año hasta he jugado un par de partidas, de la forma más inesperada (porque tampoco iba con intención de apuntarme a nada). Y visitando el Mercadillo, del que casi siempre saco algo jugoso. Y aún así todos los años me dejo gente por saludar, cosas por comprar o actividades que hacer. Porque estas jornadas han crecido mucho, y ya superan los 6.000 inscritos (aunque no vengan todos a la vez).

Creo que la labor que hacen los Camisetas Naranjas es brutal. Con mejor o peor resultado, se dejan la piel cada año. Yo creo que ya el sitio se les queda pequeño, y que hay margen de mejora para no quedarse sin partida o esperar tanto para entrar en el Mercadillo. Pero este año ya controlaban la entrada con sus pistolas de lectura de códigos de barras, el Mercadillo no colapsaba el edificio principal y, qué leches, que son voluntarios y hacen lo que pueden. Yo no voy a cargar las tintas por alguien que hace esto de forma altruista y que lo hace lo mejor posible. Hasta las rosquillas (cojonudas) las preparan ellos...

Así que nada, nos veremos en las LES 2019. Para mí son cita obligada. Espero que nos sigamos viendo muchos años y disfrutemos juntos de los juegos de rol, y de la amistad :).

Saludetes,
Carlos

P.D.: Una foto del Botín: