30 julio 2023

El infinito en un junco, de Irene Vallejo

Hace un mes o así me leí El infinito en un junco, de Irene Vallejo. Y me encantó. Si El Ministerio del Futuro fue mi libro preferido del 22, este se convierte de forma automática en mi favorito de este año. Lo van a tener difícil los que me lea en lo que queda de 2023 para superarlo.

Resumiendo mucho, El infinito en un junco es un ensayo sobre la invención de los libros en la antigüedad. Comienza con un pequeño relato en el que unos agentes de Ptolomeo, rey de Egipto, van a buscar libros a Atenas para llevarlos a la Biblioteca de Alejandría y copiarlos (aunque todos los implicados saben que lo más seguro es que nunca vuelvan), y después va hablando sobre cómo la palabra escrita encontró su hogar en los libros, primero en tablillas de cera o arcilla y luego en papiros fabricados con un junco que crecía en la tierra de los faraones.

El libro está dividido en dos partes principales, una dedicada al mundo griego, y muy centrada en la Biblioteca de Alejandría, y otra dedicada a los romanos y el modo en el que la Pax Romana multiplicó las bibliotecas por todo el Imperio. La narración va avanzando poco a poco, hablando de cómo se almacenaban y copiaban los textos, de cómo se leían (en voz alta y desenrollando poco a poco el papiro), de cómo en Pérgamo inventaron un soporte alternativo, el pergamino, creado a partir de piel de animales, o de cómo el papiro no resistía muy bien el clima húmedo de Europa y había que estar constantemente reescribiendo las historias y libros que merecían la pena, a medida que los rollos de papiro en los que estaban escritos se iban deteriorando.

Fuera de estas dos grandes partes, la autora nos deja reflexiones muy conectadas con el mundo actual y elementos para la reflexión. Me ha gustado especialmente la revelación de que en tiempos de los romanos los escritores publicaban sus obras escribiendo el original, llevándolo a la tienda de escribas (normalmente esclavos) para que hicieran copias y distribuyéndolas entre sus amigos y familiares. Muchos de ellos consideraban una infamia que el vulgo leyera sus libros habiéndolos copiado a su vez, lo cual es completamente al contrario de lo que sucede hoy en día, en el que lo triste es que tus obras solo las lean tus amigos y familiares :D.

La autora, que escribe de maravilla, salpica su ensayo con pequeños relatos (me encanta la historia de Marcial jubilado en Hispania) y con anécdotas de su propia vida que te hacen empatizar con una persona que fue la típica ratona de biblioteca, como lo fuimos muchos de nosotros. Es principalmente un ensayo, muy bien documentado y escrito, pero es algo más. Es una carta de amor a los libros.

A destacar el último párrafo, en el que da las gracias a todos los lectores y escritores que han ido salvando sus libros preferidos del olvido a base de esfuerzos heroicos y, en muchos casos, anónimos. Juro que me emocioné y todo leyéndolo.

En definitiva, un libro sobre libros que era casi imposible que no me gustara. Lo devoré en apenas unos días, porque no podía dejar de leerlo, y es seguro que lo volveré a leer a no mucho tardar. Después de todo, ¿merece la pena un libro que no estás dispuesto a leer más de una vez? ;).

Saludetes,
Carlos

24 julio 2023

Librojuegos: Muerte entre las nubes y Un futuro incierto

En el 2021 participé en la campaña de mecenazgo organizada por la editorial Suseya para publicar Un futuro incierto, la continuación de Muerte entre las nubes, un librojuego de temática steampunk publicado por la misma editorial en 2016. Yo aproveché para comprar ambos libros, que me llegaron a finales del año pasado. Hace poco los he leído, así que paso a hacer una pequeña reseña.

Muerte entre las nubes es obra de José Luis Pastor, editor jefe de Suseya, mientras Un futuro incierto cuenta con dos autores, José Luis y su hija Isabel. Ambos son librojuegos de longitud modesta, 120 secciones, que se hacen más entretenidas gracias al uso de distintos objetos y palabras clave que van modificando la historia. Aunque los protagonistas de ambos libros son los mismos (Ian y Catherine), las aventuras son independientes y se pueden disfrutar por si mismas.

El primer libro, Muerte entre las nubes tiene como protagonista a un joven periodista de la época victoriana que recibe una invitación para volar en un dirigible gigante, el Britannia. Si no recuerdo mal, en ningún momento se menciona el nombre del protagonista, pero en la segunda parte averiguamos que se llama Ian. El mundo que se presenta en este librojuego no es el Imperio Británico de época victoriana del mundo real, sino una versión steampunk del mismo, es decir, una sociedad similar a la victoriana pero donde la tecnología ha avanzado mucho, basada en la tecnología del vapor o la electricidad. Es de esperar encontrarse con inventores locos, autómatas y armas de rayos, así como zepelines y otras máquinas voladoras. Y vaya, no falta nada de eso en esta colección.

No hay sistema de juego en Muerte entre las nubes, por lo que no se tiran dados en ningún momento para resolver combates o pruebas de habilidad. Lo que sí hay son objetos que puedes ganar o perder en el transcurso de la historia, y que te permiten salvar ciertas situaciones. Del mismo modo, en ocasiones en el texto se te pide anotar una letra, que simboliza algo que has averiguado o a una persona que has conocido y que puede ser útil en el futuro.

En el lado negativo de este librojuego diré que he encontrado algún pequeño fallo de continuidad (un periódico que se supone que no te han dado y que tienes en un momento dado) y alguna errata en el texto, pero nada grave ni que impida jugar. En el lado positivo, destacaré que la narración fluye muy bien, te metes de forma muy fácil en el ambiente de la época y que es sorprendentemente rejugable, con bastantes formas de llegar a una conclusión satisfactoria. Lástima que la extensión del libro, muy pequeña para mi gusto, haga que en una tarde puedas pasarte por completo el libro y la mayoría de sus finales. Aunque entiendo que esto, que para mí es una pega, será algo bueno para otros aficionados.

Un futuro incierto es el segundo libro de la colección, escrito como ya he comentado tanto por José Luis como por su hija. Comparte el uso de objetos y palabras clave con la primera parte y tiene una estructura que me ha parecido muy ingeniosa. El periodista Ian era el protagonista de la primera aventura, en la que conocía a Catherine, una detective privada. En esta segunda parte ambos son ya un matrimonio y trabajan como agentes secretos para el Imperio Británico. Pues bien, cuando comienzas a jugar el libro puedes escoger si hacerlo como Ian o como Catherine. Al principio pensé que era un modo de venderte dos pequeños librojuegos en uno, es decir, dos aventuras distintas que podían resolverse por separado. Pero resulta que juegues con uno o con otro, llega un momento en el que (si no te derrotan por el camino) la acción se detiene y te piden que juegues con el otro personaje. Lo interesante es que las palabras clave que hayas obtenido con uno de ellos pueden influir en la narración del otro personaje. Por ejemplo, si Cat conoce a una persona en su parte de la aventura, esa persona puede ayudar a Ian en la suya, con lo que la narración se hace mucho más sofisticada e incluso permite probar a jugar primero con uno o con otro y ver las diferencias. Una vez hayas jugado con ambos hay un momento en el que se continúa jugando con los dos hasta la conclusión de la aventura. Me parece un detalle muy chulo que no he visto en ningún otro librojuego antes.

He encontrado alguna pequeña errata o una frase no del todo bien construida en este segundo libro, pero nada realmente grave. Realmente comparte con su primera parte la capacidad de meterte en la ambientación de la época. De nuevo, el libro se me termina haciendo un poco corto, de modo que lo he podido terminar en una tarde, explorando diversos caminos alternativos.

En definitiva, me parecen dos buenos librojuegos a los que solo les achaco que sean muy cortos; supongo que estoy más acostumbrado a los libros de 400 secciones de otras colecciones de este particular género literario. Entiendo que son más complejas de escribir, y que también puede ser que los autores hayan decidido limitarlo porque prefieran librojuegos más contenidos o para que no sean libros muy intimidantes para gente que se inicia en la afición. En cualquier caso, me han gustado y me han resultado entretenidos.

Podéis comprar ambos en tiendas especializadas o en la propia web de la editorial, en su sección de librojuegos.

Ahora solo queda esperar con impaciencia a que publiquen el tercer libro que cierra la saga, llamado La edad del metal. ¿Sería mucho pedir que tuviera algo más de 120 secciones? ;).

Saludetes,
Carlos

16 julio 2023

En la auténtica Tumba del Rey Toro

La semana pasada estuve de vacaciones con mi mujer haciendo un crucero por las islas griegas. Nos fuimos los dos solos, abandonandodejando a los niños al cuidado de sus abuelos paternos. Os confieso que yo no soy muy fan ni de volar ni de ir de crucero; pero era nuestro vigésimo aniversario de boda y creo que volar y navegar una vez cada 20 años es aceptable. A este ritmo, haré otros dos vuelos y otro crucero antes de entregar la cuchara. Aunque sospecho que para dentro de 20 años no va a volar ni navegar en megacrucero nadie. Pero esa es otra cuestión.

El crucero ha salido de Atenas y ha navegado por Tesalónica, Kusadasi (en Turquía), Creta, Santorini, Mykonos y Milos. He disfrutado como un enano de la visita al Partenón en Atenas, de las ruinas de Éfeso en Turquía y de la capital de Mykonos, que me ha parecido preciosa... pero la visita que más ilusión me hacía era el palacio de Knossos en Heraklión, la capital de Creta.

Porque, y supongo que esto no será una sorpresa para nadie que lea este blog, mi aventura La Tumba del Rey Toro transcurre casi en su totalidad en una mazmorra cuyo plano es una modificación del plano del Palacio de Knossos, tal y como lo interpretó el arqueólogo Arthur Evans. Que, por cierto, reconstruyó varias partes a su gusto e hizo una interpretación bastante libre de la función de cada sala.

Así que es más que posible que eso no fuera el palacio de Minos, que nunca inspirase la leyenda del Minotauro, que donde Evans identificaba una sala del trono en realidad hubiera un retrete y mil inexactitudes más, pero nada de eso me importaba demasiado, porque yo tenía mi propia interpretación de las ruinas que estaba visitando. Y lo cierto es que como mínimo fue un centro administrativo y civil en tiempos de la cultura minoica y que allí vivió gente.

Esta es la casa donde el Sabio Rojo trabajaba en la construcción de su coloso de bronce.

Estos almacenes estaban llenos de fantasmas y monstruos

Bajando esas escaleras, entre las columnas, los héroes podían llegar a tener una visión de los Campos Eliseos y sus habitantes.

Esas vasijas se encontraban en la zona laberíntica donde se escondía el Minotauro.

En esta zona en ruinas habitaban los hombres bestias, esbirros del Minotauro. También estaban en ruinas, pero los muros eran más altos.

Esta escalera no lleva a ningún sitio ahora, pero en la Tumba del Rey Toro era el punto de acceso a una torre vigía.

¡Spoiler! ¡Cerca de ese trono había una puerta secreta!

Todos esos turistas hacen cola en el patio central, como los espíritus de los muertos que llegaban hasta allí al final de la aventura.

Creo que ese día hice como doscientas fotos, que es posiblemente más de las que he hecho en todo el resto del viaje. Porque mientras que el resto de los visitantes veían piedras unas encima de otras, excavacaciones y reconstrucciones, yo veía los lugares y seres que en mi imaginación habían poblado las antiguas ruinas. Al final resultó que había creado mi propia mitología. Pisar ese lugar de forma física, poder recorrerlo y traerlo de nuevo a la vida, siquiera en mi mente, me hizo feliz como solo somos felices en la infancia o en nuestros sueños.

Saludetes,
Carlos