18 junio 2007

La Saga de los Varmandi (IV - Feudo con los Orlevingas)

Venid, jóvenes, sentaos junto al fuego, y Hrothgar el Narrador de Historias os hablará de los tiempos antiguos, de cuando Varmand el Fuerte caminaba entre los vivos y sus guerreros infundían temor en los corazones de sus enemigos.

Cerrad los ojos y remontaos a los tiempos legendarios. Los clanes que no desean luchar contra sus hermanos en Hendrekiland han seguido a Colymar más allá de las antiguas fronteras y han colonizado el Paso del Dragón, desierto desde que los Dragones devoraran a todos los humanos. Pero los clanes no están unidos, no. Antes de que Sartar el Constructor de Carreteras llegara desde el sur, cada clan era independiente y vivía y moría dependiendo de su ingenio y fuerza.

Varmand el Fuerte había luchado con su partida de guerra durante varios años en Quiviniland, sirviendo a reyes tribales y jefes de clan, dependiendo de quien pagara más y siempre que la lucha no le reportara deshonor. Al fin se asentó en el Valle Ormsthane y fundó su clan, uniendo a sus guerreros con algunos carls que habían llegado recientemente del sur. A los líderes de esas familias granjeras les dio anillos de plata y torques de bronce, y gran número de reses y marcas de plata producto de sus conquistas. Y como el Gran Orlanth en la Edad de las Tormentas, forjó una unión entre weaponthanes y carls, entre cazadores y granjeros, entre artesanos y mercaderes, y juntos fueron más fuertes que separados.

Hoy os contaré cómo comenzó nuestro feudo con los Orlevingas, el odio entre nuestros clanes que tanta sangre ha costado desde tiempos remotos, y que aún hoy ruge entre nosotros.

Uno de los carls más poderosos del clan de los Varmandi era Orwulf Stonedale, que fue muy amigo del Viejo Varmand. Su asentamiento estaba en el Valle de Ormsthane cuando Varmand decidió establecerse, y habría estado allí después de la muerte de Varmand si los dioses no hubieran dispuesto lo contrario.

Heler, Dios de la Lluvia y Elmal, el Sol, habían batallado como todos los años por el favor de Ernalda, la Tierra. Al fin, Elmal había vencido, y el verano estaba siendo seco y caluroso. Ris Matadragones cabalgaba en su poni con un grupo de guerreros, patrullando las fronteras entre las tierras del clan y las de los Orlevingas. De repente, vieron humo en la lejanía, cerca de las tierras de Stonedale.

Cabalgaron raudos hasta allí, ninguno más rápido que Ris Matadragones, puesto que cuando el padre de Ris, Garnath Nowgeh, murió, el viejo Orwulf Stonedale le había acogido en su casa, y le había criado como a un hijo más, en memoria de la amistad que había unido a los dos hombres.

Cuando Ris llegó hasta la casa larga de Stonedale, la furia le invadió. El asentamiento estaba en llamas, los carls muertos en los campos, ¡incluso mujeres y niños!. Los saqueadores escapaban hacia el bosque, más de una docena de guerreros jóvenes. Ris estaba solo, pero era un guerrero temerario. Se habría lanzado contra ellos sin dudarlo, pero su preocupación por su familia adoptiva pudo más y corrió al asentamiento para salvar a quien pudiera.

Allí encontró a Orwulf Stonedale muerto junto a su hija Inga Orwulfsdotter. El hijo menor de Orwulf, Orlek, estaba malherido, pero Ris consiguió que sus heridas dejaran de sangrar. El resto de la patrulla llegó después: Garnath hijo de Korlmhy, Hindalla Enderosdotter, Olaf Lengua Dorada, y así hasta diez más.

Era terrible el estado del asentamiento. Sólo los que han perdido todo honor y han olvidado las enseñanzas de Orlanth queman asentamientos como si fueran Gagarthi, bandidos salvajes. Pero Orlek, hijo de Orwulf, nos reveló que había reconocido a uno de los saqueadores, y no era otro que Baran, hijo de Oddi, del clan de los Orlevingas.

Los supervivientes fueron escoltados por la patrulla hasta el Salón de Varmand, y allí se les dio cobijo y se curaron sus heridas. Todo el mundo estaba indignado por esta afrenta de los Orlevingas: esta vez habían ido demasiado lejos. Robar ganado o matar a algunos jóvenes guerreros en demostraciones de hombría era algo normal entre clanes no aliados, pero quemar un asentamiento era una afrenta que no se podía tolerar. El Viejo Varmand llamó a sus thanes y weaponthanes, a los líderes de los linajes y a los sacerdotes, para que todos se reunieran en consejo y decidieran si se debía o no declarar un feudo de sangre con los Orlevingas.

El Anillo del Clan se reunió, tanto el Interior como el Exterior, y Varmand presidió la conversación. Las mujeres y los hombres hablaron. Orlek se había recuperado de sus heridas, y quería venganza. En alta voz recordó a sus hermanos de clan que esta afrenta sólo se podía lavar con sangre. Ris Matadragones, su hermano adoptivo, le apoyó. Muchos otros estaban de acuerdo con los hijos de Orwulf y golpearon sus lanzas contra sus escudos. Pero Olaf Lengua Dorada habló, y dijo: "Siempre hay otro camino". Era posible exigir compensación por las muertes y las pérdidas sufridas, puesto que los Orlevingas pertenecían a la Tribu Malani y su Rey, Perro Loco Malan, podía ser convencido de la justicia de nuestro caso y obligar a Orlev el Tuerto a pagar un justo precio. Hindalla Enderosdotter, amiga de Olaf, le apoyó. Y muchas otras estuvieron de acuerdo y golpearon sus cucharones contra sus ollas.

Al fin hubo una votación, y se decidió pedir compensación al Rey Malan. Olaf Lengua Dorada lideró una expedición hasta las tierras de los Malani. Diez guerreros, jóvenes y viejos, le acompañaron, con espadas, lanzas y cotas de malla. Cinco carls, jóvenes y viejos, le acompañaron, con reses, plata y regalos para el Rey Malan.

Los Varmandi atravesaron las tierras del clan de los Tres Hermanos, y allí se encontraron con una patrulla. Olaf habló y expuso su caso. Los guerreros de los Tres Hermanos accedieron a acompañar a los Varmandi hasta el fuerte de los Dos Riscos, donde el Rey Perro Loco Malan tenía su corte. Pero previnieron a los Varmandi: "Sed cautelosos en presencia del Rey Malan, pues su cólera es rápida y su espada está sedienta de sangre, y no tiene en gran estima a los Varmandi."

Los Varmandi llegaron al Fuerte de los Dos Riscos y presentaron sus respetos al Rey Malan. Le entregaron los regalos del Jefe Varmand y le contaron su caso. Olaf Lengua Dorada hizo honor a su sobrenombre e, inspirado por su Dios, Issaries el Dios Orador, conmovió el corazón de los Malani, y muchos se pusieron de nuestra parte ese día.

Pero el corazón de Perro Loco Malan no podía conmoverse, puesto que estaba muerto y frío, y convertido en hierro desde que hizo sus votos como Espada de Humakt, guerrero sagrado del Dios de la Muerte.

Malan contestó a Olaf que debía meditar sus palabras, y le ofreció la hospitalidad que se les da a los mendigos, como insulto. Le ordenó que esperara con sus hombres en Dos Riscos hasta que hubiera decidido sobre este asunto menor.

Durante una semana los Varmandi esperaron, pero no se mantuvieron ociosos. Olaf y Hindalla Enderosdotter hablaron con Lismelder, la hija mayor del Rey Malan. Hindalla convenció a la Malani de que nos apoyara ante su padre, apelando a los niños muertos en el ataque; Lismelder era madre, y ese argumento hizo que ganásemos su ayuda.

Cuando por fin el Rey Malan se dignó a escuchar a Olaf Lengua Dorada, Lismelder habló en nuestro favor. Pero no habíamos contado con que Malan tenía dos hijos, y el segundo era Ernald, violento como su padre, que odiaba al marido de su hermana y era el favorito de Malan. Ernald habló en contra nuestra y retorció los argumentos de su hermana. Al fin, Olaf consiguió arrancarle a Malan una promesa: los Orlevingas pagarían trescientas reses, pero a cambio, Varmand aceptaría pagar un tributo de cincuenta reses el año siguiente.

Olaf aceptó, aunque eso no complacería a Varmand, que se había negado durante muchos años a pagar tributo alguno a Perro Loco Malan, aún cuando el Rey le había presionado en múltiples ocasiones. Pero Olaf aceptó, y el trato quedó establecido.

Los Varmandi regresaron a sus tierras, cabalgando en sus ponis y atravesando las tierras de los Orlevingas. Pero fueron encontrados por la patrulla del clan de Orlev: Ranulf el weaponthane y una decena de guerreros. Ris Matadragones estaba en el grupo que había viajado con Olaf y habló con Ranulf para conseguir cruzar pacíficamente las tierras Orlevingas.

Pero Ranulf actuó de forma imprudente. Insultó primero a los Varmandi, llamándonos cobardes, y después a Ris Matadragones, burlándose de Orwulf Stonedale. Ris dejó de hablar y miró a Ranulf, que reía. Con un movimiento más rápido que el de una serpiente, Ris Matadragones desenvainó su espada y atravesó el casco, el cráneo y la mandíbula de Ranulf, matándole en el acto.

Los Orlevingas atacaron a los Varmandi. Ris Matadragones luchó contra dos Orlevingas a la vez. Hindalla Enderosdotter decapitó a Varnarl el Orlevinga de un solo golpe. Olaf Lengua Dorada, poeta y guerrero, logró acabar con Gustand Mirada Feroz, otro de los weaponthanes de Orlev. Y Garnath el Osado acabó con otro enemigo. Pronto, los Orlevingas yacían muertos o heridos, y sólo uno de ellos logró escapar a caballo, con tres flechas de Olaf Lengua Dorada clavadas en su espalda, como muestra de su cobardía y de que había huido del combate.

Los jóvenes Varmandi regresaron a la tula, las tierras del clan. Allí fueron recibidos por Varmand y el resto de líderes. Algunos se mostraron satisfechos por el trato alcanzado, pero muchos más llegaron a la conclusión de que debido a la lucha con los Orlevingas, era improbable que éstos pagaran. Además, al Viejo Varmand no estaba contento con la promesa realizada de pagar un tributo al Rey Malan.

Esa noche, mientras aún se deliberaba en el salón de Varmand, Orlek Orwulfsson, hermanastro de Ris, le dijo que un grupo de jóvenes guerreros Varmandi habían decidido dar una lección a los Orlevingas y saquear el asentamiento de Oddi, el padre de Baran, uno de los líderes de los saqueadores Orlevingas.

Ris, seguro de que el Rey Malan no iba a obligar al jefe Orlev a pagar a los Varmandi, convenció a unos cuantos guerreros amigos suyos para que le acompañaran. Garnath el Osado, seguidor como Ris del Toro Tempestuoso, le dio su apoyo entusiasta. Hindalla Enderosdotter también, aunque más reticente. Olaf Lengua Dorada sólo aceptó por la amistad que le unía a Hindalla. Olaf insistió en pedir permiso a los líderes del clan, pero Ris respondió: "Mejor pedir perdón que pedir permiso", puesto que era joven e impetuoso, y no tenía el debido respeto a sus mayores.

Al día siguiente los Varmandi se encontraron antes del amanecer. Hicieron sacrificios a Finovan, el Dios de los Incursores, y comenzaron a avanzar hacia el asentamiento de Oddi. Ayudados por la bendición del Incursor consiguieron llegar sin ser vistos a las afueras de la casa de Oddi.

Los Varmandi cayeron sobre el asentamiento como una jauría de lobos invernales. Pronto sus gritos de guerra alertaron a los carls que trabajaban en los campos, pero era demasiado tarde. Los pocos Orlevingas que trataron de detenernos cayeron ante los Varmandi como espigas en la época de la cosecha. Las mujeres y los niños fueron respetados, cosa que no habían hecho los Orlevingas, y pronto los Varmandi se dirigieron hasta la casa larga de Oddi, mientras algunos Orlevingas disparaban flechas mal dirigidas desde el interior.

Pero Oddi no era un Orlevinga corriente, sino un thane respetado y temible en combate. Surgió de su casa sin armadura, pero con un gran escudo y una espada brillante, cargada con magia de muerte. Se plantó en el umbral de la entrada y desafió a los Varmandi a que se enfrentaran a él, solos o en grupo.

Orlek fue el primero en aceptar el reto, como hijo de Orwulf Stonedale. Corrió hacia Oddi blandiendo su lanza, cubierto por la pintura azul de guerra como única protección. Pero Oddi detuvo su avance con el escudo y de un solo golpe le derribó.

Ris Matadragones enloqueció al ver caer al último hijo de Orwulf Stonedale, y corrió a socorrer a su hermanastro o vengar su muerte. Pero los dioses protegían a Oddi ese día, puesto que resistió la carga de Ris y le golpeó con el escudo en la cabeza, y después con la espada en el pecho, y el Matadragones cayó malherido.

El hermano y el hermanastro yacían a los pies de Oddi el Orlevinga. Hindalla y Olaf dispararon con sus arcos desde una buena distancia contra Oddi, pero este se agachó y se protegió con su escudo, cuidando el umbral, dispuesto a defender su casa como el mismísimo Elmal en la Era del Caos.

Pero entonces Garnath el Osado surgió de entre las sombras, frente a Oddi. Corriendo y esquivando las flechas de los Orlevingas, arrojó con asombrosa destreza una jarra llena de aceite y trapos, envuelta en llamas. La jarra voló hasta alcanzar a Oddi de lleno, ¡estallando en llamas y haciendo que el gran guerrero retrocediera al interior de su casa! Garnath cogió su lanza y embrazó el escudo mientras corría, saltó sobre los cuerpos de Ris y Orlek y penetró rugiendo en el Salón de Oddi.

Dentro le esperaba el hijo de Oddi, Baran, enfundado en una cota de mallas, armado con recio escudo y letal lanza, pero Garnath estaba poseído por la furia de su dios, el Toro Tempestuoso, y en ese momento de rabia roja, no podía ser detenido. Detuvo los golpes de Baran Oddisson y le clavó la lanza una, dos veces, hasta que Baran cayó, herido de muerte. Los hombres de Oddi no se atrevieron a enfrentarse a Garnath y se retiraron, escapando como pudieron.

Ese día se ganó Garnath su apelativo, y fue conocido como Garnath Disparo Certero, por la hazaña que convirtió a Oddi en Oddi Caraquemada.

Los Varmandi saquearon por completo el asentamiento de Oddi, llevándose reses y mercancías, y al mismísimo Oddi Caraquemada atado a un poni. Pero no quemaron el asentamiento, ni persiguieron a las mujeres y niños, ni a los que huyeron de su justa ira, pues los Varmandi conocen las reglas del honor y los límites del saqueo.

Ris Matadragones se repuso de sus heridas, curado por Olaf Lengua Dorada. Y cargó él mismo con su hermanastro, Orlek Stonedale, último hijo de Orwulf Stonedale. Y en el trayecto Orlek se desangró hasta morir en brazos de su hermano, que aún herido siguió avanzando y cargando con él, dispuesto a no permitir que su aliento se apagara en las tierras de los Orlevingas. Orlek resistió y sólo murió cuando Ris Matadragones pisó por fin la tula de los Varmandi.

Cuando regresaron a las tierras del clan fueron recibidos como héroes. Todos estaban de acuerdo en que los Orlevingas no pagarían el precio acordado, y que el Rey Malan no estaría muy satisfecho, pero la sangre de Stonedale se había cobrado con sangre Orlevinga, y los Varmandi se consideraron pagados.

No declararon el feudo esta vez, pero pronto les llegó la noticia de que los Orlevingas sí lo habían hecho. Y así comenzó la gran historia de muerte y gloria, de lágrimas y triunfos, la historia del feudo entre Varmandi y Orlevingas.

14 junio 2007

Pendragón. Año 518

De cómo el Rey Arturo luchó contra los Sajones en la gran Batalla de Badon.

"El Rey Arturo y todos sus vasallos y aliados se enfrentaron a Aelle, el Bretwalda Sajón. En la Batalla de Badon, durante cuatro días, los ejércitos se masacraron mutuamente, pero Arturo se alzó con la victoria." - Saxo Grammaticus, cronista.

Finalmente, los Sajones han decidido lanzar su gran ataque. Durante los últimos años han esperado, reservando sus fuerzas mientras los Britones se mataban entre sí para decidir quien sería el Alto Rey. Al fin Arturo ha asentado su poder en Britania, pero la isla es demasiado pequeña para dos Altos Reyes, y el Bretwalda Sajón, Aelle de Sussex, ha llamado a todos los Sajones de Britania y del Continente en su ayuda, incluyendo a multitud de mercenarios Francos y de otros países.

Los ejércitos avanzan. Todos los vasallos de Arturo envían a la totalidad de sus tropas, dejando las guarniciones y castillos vacíos. El Duque Ulfius de Silchester se prepara para contener al ejército Sajón mientras las tropas se reúnen en Carlion. El Rey Pellinore viene desde Cambria, y el Rey de Malahaut desde Cumbria. Los señores del Norte envían a sus tropas desde Garloth y Gorre y de más allá. Incluso el Rey Marco de Cornualles, que no debe lealtad alguna a Arturo, envía a sus tropas, puesto que los Sajones son el enemigo común.

"Ya era hora. Empezaba a oxidarme" - Sir Callaghan, el Asesino de Sajones, al recibir la llamada de Arturo.

Los Caballeros Jóvenes sienten que esta es la batalla decisiva de su tiempo. Sir Soland cabalga junto a su padre, el Conde Morians de Tribuit. Sir Nerovens junto al glorioso Sir Hewgon, Alguacil de Salisbury y Gobernador de Oxford. Sir Eliot, en la unidad de Sir Callaghan, Castellano de Shirburn. Todos los caballeros Britones, desde el más alto y glorioso hasta el más humilde y desconocido, se preparan para el enfrentamiento decisivo.

"¡Hermanos, estad prestos a la batalla! Empuñad vuestras espadas, espolead a vuestros corceles y lanzaos al combate. Nuestra hora ha llegado, como a nuestros padres. Seremos héroes o deudores del barquero." - Sir Nerovens, ante la visión de 30.000 Sajones.

Arturo comienza intentando levantar el sitio de Silchester, pero los Sajones emboscan al ejército Britón mientras este trata de cruzar el río Enbourne. Los caballeros tratan de hacer una carga mientras algunos aún están cruzando el río, pero esta es confusa y caótica. Sir Soland cae herido de muerte por las hachas de los Berserkers Sajones en los primeros lances de la batalla. Su escudero le lleva fuera del combate, pero la herida recibida es la más grave que ha recibido nunca y los médicos temen por su vida.

"Es... una herida... superficial..." - Sir Soland, mientras su escudero sujeta sus tripas y le saca del campo de batalla.

La contienda continúa durante varias horas. Los Sajones traen más y más guerreros al campo de batalla y Arturo no consigue recuperar la iniciativa. En el centro del campo de batalla, Sir Callaghan, el Asesino de Sajones, cae gravemente herido luchando contra el Rey Cwichelm de Anglia, aunque es salvado por sus caballeros. Su hijo, Sir Eliot, hace grandes gestas de valor y consigue proteger a su padre el tiempo suficiente para que sea escoltado fuera del campo de batalla. Tras tres horas de duro combate, tropas de Caballeros Francos llegan para reforzar al ejército del Bretwalda, y el Rey Arturo ordena a sus capitanes que se retiren ordenadamente, dejando a los Sajones dueños del campo.

Al día siguiente, Arturo trata de reformar a su ejército, pero una gran lluvia cae sobre el campo de batalla, dificultando el combate. En los primeros momentos, el Rey Cwichelm de Anglia consigue derrotar a otro héroe Britón: Sir Hewgon cae ante el Sajón y sólo se salva por la intervención de su hijo y heredero, Sir Nerovens de Savernake, que escolta a su padre fuera del campo de batalla. A lo largo del día, la lluvia empeora y el campo de batalla se convierte en un terreno impracticable tanto para Sajones como para Britones. Finalmente, Arturo ordena de nuevo la retirada, ante las burlas de los Sajones. Al retirarse se descubre que la lluvia sólo ha afectado a una pequeña parte del campo de batalla y todos sospechan de la magia Sajona.

"¡Hechicería Sajona! ¡Malditos hechiceros!" - Sir Hewgon, mientras le retiran del campo de batalla.

Con grandes bajas y retirándose continuamente, Arturo lleva a su ejército hasta la Colina de Badón, donde hay un antiguo fuerte. Allí se organiza la última defensa de los Britones: pronto el fuerte queda rodeado y asediado por los Sajones y sus aliados.

Comienza el tercer día de batalla ininterrumpida. Sir Nerovens y Sir Eliot luchan en la unidad del Conde Morians, uno de los pocos grandes señores que aún no está fuera de combate. Los tres caballeros realizan grandes hazañas en ese largo día, llegando incluso a herir y hacer retirarse del combate al Rey Cedric de Wessex y a sus escoltas. Durante todo el día los caballeros luchan en todos los frentes y sus enemigos caen por docenas: Pictos, Francos, Gigantes y Sajones, Sajones por todas partes.

"¡Vamos, jovenzuelos! ¡Esforzaos! ¿Queréis quedar mal frente a un pobre viejo como yo?" - El Conde Morians a Sir Nerovens y Sir Eliot, cubierto de sangre y tripas de decenas de Sajones.

La noche cae, la carnicería continúa. Mientras queda una gota de luz en el horizonte, los ejércitos se masacran, y después lo hacen a la luz de las antorchas y al fin, de puro agotamiento, cada enemigo vuelve a sus posiciones a descansar por unas breves horas.

El día llega, la masacre se desvela ante los combatientes: los Sajones han sido diezmados y Arturo ha perdido a la mitad de su ejército. Los aliados de los Sajones se han retirado, Francos y Pictos que regresan a sus tierras saqueando lo que pueden por el camino. Sólo los Sajones permanecen, agrupados todos junto a sus Reyes y caudillos, un muro de escudos y hachas dispuesto a morir en cumplimiento de los juramentos hechos a sus dioses de la guerra. El cuarto día de batalla comienza.

"Deberían rendirse. Pero ni ellos lo harán ni nosotros lo habríamos hecho. ¡Sangre para los dioses de la guerra!" - Sir Eliot, héroe de Badon, horas antes de sufrir una grave herida.

En la primera carga el Conde Morians lucha contra el mismísimo Bretwalda, pero no consigue acabar con él. La lucha se prolonga y horas después el Conde Morians vuelve a enfrentarse al Bretwalda. Tampoco logra acabar con él esta vez y pierde a muchos caballeros, incluyendo a Sir Eliot, que sufre una grave herida y es retirado. Poco a poco los Reyes Sajones van cayendo, pero se llevan a muchos buenos caballeros con ellos. Yff de Deira, Cwichelm de Anglia y hasta Aelle Bretwalda mueren en las siguientes horas y al fin el enemigo es aniquilado.

¡Victoria para Arturo! ¡Gloria al Alto Rey! Pero qué victoria más amarga, cuando todas las familias han perdido a alguno de sus miembros.

El Rey Arturo crea un túmulo para los Britones muertos en la Colina de Badon y siembra el sitio de espadas de los Sajones. Los propios Sajones son quemados de acuerdo a sus ritos.

Después, Arturo envía a sus caballeros a saquear las tierras de los Sajones y extender el dominio de Arturo por ellas. Terribles actos de pillaje se realizan en los siguientes meses, hasta que algunos monjes y caballeros piadosos, como el Caballero Blanco, consiguen detener en parte las depredaciones de los vengativos Britones.

Ya no hay nadie que pueda desafiar a Arturo. El joven señor es definitivamente el Alto Rey de Britania.

Los Caballeros en 518

Sir Eliot (Edad 27)
Caballero Celta Pagano, Caballero Mantenido, Gloria 7.116
Características: TAM 16, DES 12, FUE 14, CON 19, ASP 8.
Habilidades: Espada 23, Equitación 21, Lanza de Caballería 18, Batalla 15, Percepción 15.
Rasgos y Pasiones: Amorío (Ginebra) 19, Lealtad (Señor - Alto Rey Arturo) 17, Enérgico 17, Generoso 17, Orgulloso 16, Valiente 16.
Posesiones: 52 Libras y 120 denarios en botín, 1 Caballo de Batalla Andaluz, 1 Palafrén.

Sir Soland (Edad 30)
Caballero Celta Cristiano Britano, Caballero Mantenido, Gloria 7.104
Características: TAM 16, DES 14, FUE 14, CON 19, ASP 10.
Habilidades: Lanza de Caballería 25, Equitación 18, Espada 16, Batalla 16, Cortesía 15.
Rasgos y Pasiones: Lealtad (Conde Tribuit) 20, Lealtad (Alto Rey Arturo) 16, Valiente 17, Enérgico 16, Generoso 16.
Posesiones: 1 Señorío en Marlborough, 42 Libras en botín, Brazalete enjoyado (10 Libras), Lanza Bendita (+1 Lanza de Caballería), Caballo de Batalla Andaluz, 2 Caballos de Batalla, 2 Acémilas, 2 Heorthgeneath Sajones como rehenes.

Sir Nerovens (Edad 27)
Caballero Celta Cristiano Britano, Caballero Mantenido, Gloria 7.063
Características: TAM 18, DES 15, FUE 17, CON 18, ASP 11.
Habilidades: Espada 23, Lanza de Caballería 18, Equitación 18, Intrigar 16, Primeros Auxilios 15.
Rasgos y Pasiones: Lealtad (Señor - Alto Rey Arturo) 21, Valiente 19, Enérgico 16
Posesiones: 2 señoríos en Deira, 24 Libras en botín, Caballo de Batalla Andaluz, 4 Caballos de Batalla, 6 Caballos de Silla, 2 Acémila.

Spiderman 3 es una caca

Tengo un colega que dice que no tengo criterio cuando voy al cine, que todo me gusta. Y sí, tiene su puntito de razón, porque suelo ser una persona amable, conciliadora y poco amante de las confrontaciones.

Sin embargo, de cuando en cuando, salgo del cine con la sensación de que me han tomado el pelo. Y con los precios de ahora todavía más (¡he pagado para que se rían de mí!

Hay algunas que, por suerte, he visto en casa de amigos y he podido dormirme tranquilamente en sus sillones, como por ejemplo, con "xXx" o "Triple X" o como coño se llame. Vaya fantasmada. Y eso que Vin Diesel me cae bien. Que coño, es un calvo cabrón que juega al D&D con los colegas, ¿cómo podría no caernos bien? Aprovecho para recomendaros "Las Crónicas de Riddick", una película de ciencia ficción muy entretenida.

Lamentablemente, en ocasiones la película que es una castaña la veo en el cine... y bueno, ya que hemos pagado seis lerus o más, habrá que amortizarlos.

Spiderman 3 ha sido una de esas películas. Cuando a tres cuartos de la película me digo a mi mismo "me estoy aburriendo soberanamente, a ver si pasa algo interesante", eso es mala señal. Malísima.

Empecemos por que Tobey Maguire tiene cada día más cara de tonto. Igual es que el tío es un actorazo y se ha propuesto tener la cara de pasmado más pasmado de la historia del séptimo arte, en cuyo caso me quito el sombrero: lo ha logrado con creces.

En segundo lugar, los malos no tienen ni una pizca de carisma. Veneno tenía buena pinta en teoría, pero, sin ánimo de destripar nada, sale demasiado tarde y su intervención no me dice nada. El Duende Verde tiene el problema de que tan pronto es un buen tipo, como un capullo, como un buen tipo, como un... y lo malo es que no resulta convincente. El Hombre de Arena no está mal.

Las peleas y escenas de acción tienen el problema de que me parecían "más de lo mismo", lo que en sí mismo no es malo, porque demuestra que la industria de los efectos especiales es una maravilla: nos hemos acostumbrado a ver gente volando y luchando con piruetas imposibles. No están mal, están bien hechos, no se nota el ordenador... pero les falta algo de, no sé, de alma, o de entusiasmo.

Y lo peor de todo, y lo más lamentable: la historia no se despliega ante el espectador, sino que se arrastra. Lenta, muy leeeentameeeenteeee. Repta cansinamente hasta su final, esperado desde el minuto 3, más o menos.

En esencia, que no me ha gustado. Lo cual no quiere decir nada, igual a vosotros os resulta entretenida, pero yo me aburrí, lo cual ya es difícil, siendo como es una película de aventuras y superhéroes.

"300". Esa sí que es buena, id a verla, ¡venga! :P

Saludetes
Carlos

04 junio 2007

Pendragón. Año 517

De cómo el Rey Arturo recuperó Eburacum y de cómo persiguió a los Sajones hasta las tierras de los Pictos.

"El Rey Arturo fue más prudente este año. Reunió a todo su ejército y venció a los Sajones en Eburacum. Después, les persiguió hasta las tierras de los Pictos, y en los bosques de Caledonia los masacró." - Saxo Grammaticus, cronista.

Este año Arturo no está dispuesto a correr riesgos. Todo el ejército de Logres y los estados vasallos de Cambria, Cumbria y el Norte son llamados a la guerra por Arturo. Muchos buenos caballeros son nombrados Caballeros de la Tabla Redonda, como reemplazo de los que murieron el año anterior: cuatro caballeros viejos, el Duque Uriens, el Rey Lak, Sir Hervis y Sir Galagers; y cuatro caballeros jóvenes, Sir Gawaine, Sir Griflet, Sir Kay y Sir Tor.

A comienzos de la primavera hubo un gran torneo, en el que el Rey Pellinore derribó a todos los caballeros que se enfrentaron a él: Sir Gawaine, Sir Dodinas, Sir Galegantis, Sir Kay, Sir Sagremor...

"Es una fuerza de la naturaleza. Nadie puede vencer a Pellinore de las Islas" - Sir Soland, admirado ante el Rey Pellinore.

Finalmente, Merlín no puede ser encontrado por ningún sitio. Muchos dicen que debería estar con Arturo en estos momentos difíciles, y que se ha pasado a los Sajones. Pero otros murmuran que en realidad ha sido víctima de los encantamientos de Nimue, la Dama del Lago que Sir Pellinore rescató el año de la boda de Arturo, y que desde entonces se ha convertido en la aprendiz del viejo mago.

Con o sin Merlín, el Alto Rey Arturo se pone en marcha. El Rey de los Cien Caballeros ha prometido un gran tributo anual si sus tierras son liberadas de los Sajones del Rey Cheldric, que se ha proclamado señor de Eburacum.

La ciudad de Eburacum está completamente saqueada. Los Sajones han pasado el invierno cogiendo todo aquello que no estaba clavado al suelo, y cuando Arturo se presenta, deciden no esperar detrás de las murallas, sino que se enfrentan a su ejército en campo abierto.

La batalla comienza bien para los Britones. Todos los caballeros luchan como héroes, pero ninguno se distingue más en la lucha que Sir Eliot, que lucha inspirado por los mismos dioses de la batalla. Cuando la lucha está en su máximo apogeo, un caballero desconocido con un escudo blanco irrumpe desde el norte y causa una gran mortandad entre las filas Sajonas. Los Sajones se desmoralizan y huyen del campo de batalla mientras los Britones les persiguen. Sir Eliot consigue encontrar el campamento enemigo y evita que los Sajones puedan escapar con sus suministros.

El caballero misterioso rehúsa dar su nombre. Sólo dice que quiere unirse a la corte de Arturo y servir a tan honrado Rey

"Caballeros misteriosos... siempre llegan en el momento más oportuno... ¡cuando los auténticos caballeros hemos hecho el trabajo duro!" - Sir Eliot, el caballero más esforzado de la Batalla de Lindsey.

Arturo decide evitar que los Sajones huyan. Sus caballeros cortan la retirada de los Sajones hacia Deira o Nohaut, y su Rey, Cheldric, les guía hacia el norte, más allá del Muro de Adriano. El Rey Arturo les persigue sin darles tregua.

El ejército llega hasta los bosques de Caledonia, hogar de los Salvajes Pictos. Al fin, los Sajones son acorralados en un angosto valle. Inspirado por el Muro de Adriano que han atravesado, Arturo ordena construir una muralla para impedir la huida de los Sajones y les espera parapetado en ella.

"Construyendo empalizadas como si fuéramos campesinos rufianes. ¡Si no lo ordenara Arturo, me negaría en redondo a realizar este sucio trabajo!" - Sir Nerovens, acarreando maderas.

Al fin, agotados y muertos de hambre, los Sajones atacan el muro, pero son fácilmente derrotados por los hombres de Arturo. Arturo consigue rehenes de entre los líderes Sajones y la promesa de que regresarán a sus tierras y no volverán a invadir Britania.

Cuando Arturo vuelve a Londres descubre que Aelle, el Bretwalda Sajón, a organizado partidas de guerra que han devastado el sur de Logres. Los Sajones de Anglia y Deira y Nohaut también se han levantado en armas y han atacado los condados vecinos mientras el ejército Britón estaba en el norte. Aelle ha dejado claro que la isla es demasiado pequeña para tener dos Altos Reyes, y ha jurado que el siguiente año sólo quedará uno vivo.

Durante varios años los Sajones han esperado, guardando sus fuerzas hasta determinar quien saldría vencedor en las luchas entre los Britones. Al fin Arturo se ha alzado como Alto Rey, y ha llegado el momento de decidir, de una vez por todas, si Britania pertenece a los Sajones de Aelle Bretwalda o a los Britones del Alto Rey Arturo.

"Al fin, la gran batalla de nuestro tiempo. No todos sobrevivirán a este día de fuego y sangre, pero los que lo hagan, ah, ¡los que lo consigan ganarán gloria eterna!" - Sir Eliot, exultante tras la Gloria ganada este año.

Sir Soland se casa este año con Lady Imet, heredera de un señorío en el norte de Marlborough. La muchacha se queda embarazada, y Sir Soland espera que sea un varón que perpetúe su linaje.

Los Caballeros en 517

Sir Soland (Edad 29)
Caballero Celta Cristiano Britano, Caballero Mantenido, Gloria 5.852
Características: TAM 16, DES 14, FUE 14, CON 19, ASP 10.
Habilidades: Lanza de Caballería 23, Equitación 18, Espada 16, Batalla 16, Cortesía 15.
Rasgos y Pasiones: Lealtad (Conde Tribuit) 20, Lealtad (Alto Rey Arturo) 16, Enérgico 16, Generoso 16, Valiente 17.
Posesiones: 33 Libras en botín, Brazalete enjoyado (10 Libras), Lanza Bendita (+1 Lanza de Caballería), Caballo de Batalla Andaluz, Caballo de Batalla, Acémila.

Sir Nerovens (Edad 26)
Caballero Celta Cristiano Britano, Caballero Mantenido, Gloria 5.824
Características: TAM 18, DES 15, FUE 17, CON 18, ASP 11.
Habilidades: Espada 21, Lanza de Caballería 18, Equitación 18, Intrigar 16, Primeros Auxilios 15.
Rasgos y Pasiones: Lealtad (Señor - Alto Rey Arturo) 21, Valiente 19, Enérgico 16
Posesiones: 2 señoríos en Deira, 32 Libras en botín, Caballo de Batalla Andaluz, 3 Caballos de Batalla, 6 Caballos de Silla, 1 Acémila.

Sir Eliot (Edad 26)
Caballero Celta Pagano, Caballero Mantenido, Gloria 5.543
Características: TAM 16, DES 12, FUE 14, CON 19, ASP 8.
Habilidades: Equitación 21, Espada 21, Lanza de Caballería 18, Batalla 15, Percepción 15.
Rasgos y Pasiones: Amorío (Ginebra) 19, Lealtad (Señor - Alto Rey Arturo) 17, Enérgico 17, Generoso 17, Valiente 16.
Posesiones: 38 Libras y 170 denarios en botín.

Pendragón. Año 516

De cómo el Rey Arturo se enfrentó apresuradamente a los Sajones y de cómo fue vencido en batalla.

"Más Sajones invadieron el país este año. El Rey Arturo se enfrentó a ellos sin haber preparado completamente a su ejército y no consiguió derrotarles. La ciudad de Eburacum cayó en manos del Rey Colgrin de Sajonia." - Saxo Grammaticus, cronista.

En la corte este año circulan rumores sobre los hechos de los Caballeros Jóvenes el año anterior. De cómo Sir Soland encontró la Tumba de Balin, o de las aventuras que Sir Sagremor de Bizancio y Sir Dodinas tuvieron en Cambria. Sir Bedivere, el Copero del Rey y uno de sus más viejos amigos es nombrado Caballero de la Tabla Redonda este año. Pero no todo son buenas noticias.

Un heraldo llega desde el norte informando de que una banda de Sajones han desembarcado en Deira y han avanzado por sorpresa, conquistando Eburacum. El Rey de los Cien Caballeros solicita la ayuda de Arturo.

"Merlín dijo que siempre ocurriría algo maravilloso antes de la Cena de Pentecostés, pero supongo que no se refería a esto... o sí. Nunca te fíes de un mago" - Sir Nerovens, que no confía en Merlín.

El Alto Rey, enfadado por no haber podido disfrutar de la compañía de su joven esposa, decide ponerse inmediatamente en camino, sin esperar a que todo el ejército de Logres o el resto de países bajo su mando envíen a sus tropas. Incluso la Reina Ginebra viaja con el ejército con todas sus damas y servidores, en dos grandes pabellones que Sir Kay mantiene abastecidos como si fueran la misma corte señorial

Durante el viaje muchos caballeros compiten para ser Caballero de la Reina, justando y enfrentándose en desafíos de Oratoria, Cetrería y otras habilidades cortesanas. Sir Eliot trata de ganar la competición, pero hay otros muchos caballeros galantes. El puesto de Caballero de la Reina es una guardia de honor de Ginebra cuyos miembros se renuevan cada año en una competición. Sir Soland reprende a los caballeros por perder el tiempo en competiciones frívolas mientras se marcha a la guerra.

"Lo único bueno de esta estúpida competición es que nos ha hecho avanzar tan despacio que muchos buenos caballeros nos han conseguido alcanzar" - Sir Soland, despreciando las absurdas modas cortesanas.

Finalmente, los ejércitos se encuentran al norte de Lincoln. Los Sajones son mucho más numerosos de lo que Arturo esperaba. Los caballeros cargan contra el enemigo y consiguen penetrar en sus filas, pero pronto los heraldos ordenan la retirada, puesto que los caballeros deben defender a la reina y a los numerosos cortesanos que acompañan al ejército. El ejército se retira sufriendo numerosas bajas

Cuando cae la noche, Arturo y su ejército se ven sitiados por los Sajones. Se organizan guardias y todo el mundo permanece alerta, pero aún así, en lo más oscuro de la noche los Sajones atacan. Toda la batalla es confusa, ya que en la oscuridad es complicado distinguir al amigo del enemigo. Mientras los caballeros rechazan a los Sajones, un grupo de Reyes y nobles Sajones llegan hasta la tienda de la Reina, pero Arturo, Sir Kay y otros caballeros de la corte consiguen vencerles y matarles.

Cuando amanece, los Sajones se dan cuenta de que sus líderes han muerto y se retiran hacia Eburacum bajo el mando de el único Rey superviviente, Colgrin. Arturo envía a los heridos a Londres y Lincoln y ordena sitiar la ciudad, a pesar de no tener equipo de asedio.

Por la tarde, Sir Cador de Cornualles divisa a un gran grupo de Sajones llegando desde el este. Llama a su lado a todos los hombres que puede encontrar y carga contra el enemigo. Sir Soland, Sir Nerovens y Sir Eliot están en las primeras filas y crean una gran mortandad entre el enemigo, que no llega a recuperarse en ningún momento de la sorpresa provocada por el repentino ataque de Sir Cador. Los Sajones son derrotados, pero su Rey, Baldulf, hermano de Colgrin, consigue escabullirse y penetrar en Eburacum.

El Rey Arturo continúa el asedio, e incluso se organiza un asalto, pero no se dispone de equipo de asedio y este fracasa. Al recibir noticias de que más Sajones están desembarcando en Nohaut y que toda Deira se ha levantado en armas en contra de los Britones, Arturo decide retirarse.

"¿Asaltar las murallas con estas míseras escalas? Eso es trabajo de la chusma de infantería" - Sir Eliot, evaluando perfectamente la situación del asedio.

Cuando Arturo llega a Londres se entera de que los Sajones de Wessex, Sussex, Essex y Anglia han atacado los condados del sur. El Duque Ulfius ha defendido las fronteras lo mejor que ha podido, pero muchas tierras han sido saqueadas.

El Rey declara que esto debe servir como lección a todos: el apresuramiento y la falta de preparación no benefician a nadie. El año siguiente, todo el ejército de Britania acudirá a la llamada del Rey y se recuperará Eburacum de manos de los Sajones.

Sir Soland decide convertirse al Cristianismo y es bautizado por el mismísimo Obispo Baudwin de Britania. Su padre, el Conde Morians, no está satisfecho con la decisión de su hijo, pero la acata.

"Merlín dijo que debíamos prepararnos para el futuro, y eso estoy haciendo" - Sir Soland, explicando los motivos de su conversión a su padre.

Los Caballeros en 516

Sir Soland (Edad 28)
Caballero Celta Pagano, Caballero Mantenido, Gloria 5.468
Características: TAM 16, DES 14, FUE 14, CON 19, ASP 10.
Habilidades: Lanza de Caballería 23, Equitación 17, Espada 16, Batalla 16.
Rasgos y Pasiones: Lealtad (Conde Tribuit) 20, Lealtad (Alto Rey Arturo) 16, Enérgico 16, Generoso 16, Valiente 17.
Posesiones: 33 Libras en botín, Brazalete enjoyado (10 Libras), Lanza Bendita (+1 Lanza de Caballería), Caballo de Batalla Andaluz, Caballo de Batalla, Acémila.

Sir Nerovens (Edad 25)
Caballero Celta Cristiano Britano, Caballero Mantenido, Gloria 5.335
Características: TAM 18, DES 15, FUE 17, CON 18, ASP 11.
Habilidades: Espada 21, Lanza de Caballería 17, Equitación 17, Intrigar 16, Primeros Auxilios 15.
Rasgos y Pasiones: Lealtad (Señor - Alto Rey Arturo) 21, Valiente 19, Enérgico 16
Posesiones: 2 señoríos en Deira, 32 Libras en botín, Caballo de Batalla Andaluz, 3 Caballos de Batalla, 6 Caballos de Silla, 1 Acémila.

Sir Eliot (Edad 25)
Caballero Celta Pagano, Caballero Mantenido, Gloria 5.057
Características: TAM 16, DES 12, FUE 14, CON 19, ASP 8.
Habilidades: Equitación 21, Espada 20, Lanza de Caballería 17, Batalla 15, Percepción 15.
Rasgos y Pasiones: Amorío (Ginebra) 19, Lealtad (Señor - Alto Rey Arturo) 17, Enérgico 17, Generoso 17, Valiente 16.
Posesiones: 38 Libras y 170 denarios en botín.