No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

No hace mucho leí en algún sitio que estamos viviendo en la Edad de la Procrastinación, esto es, la era en la que perdemos el tiempo en cosas absurdas y no conseguimos centrarnos para sacar nada adelante. Estoy seguro de haberlo leído en el Google+, así que, efectivamente, estaba perdiendo el tiempo (que es para lo que sirve principalmente una red social).

Lo cierto es que perder el tiempo es un concepto relativo. Yo trabajo, paso tiempo con mi familia, me alimento de subcultura friki... me mantengo ocupado. Se me van pasando los años tranquilamente y, en realidad, no me quejo. Me gusta mi vida, y no la cambiaría por otra.

Sin embargo, es cierto que me está costando centrarme últimamente. Se me acumulan los "proyectos", y creo que parte del "problema" es que la oferta friki es inmensa. Y no me refiero sólo a juegos de rol, sino a películas, comics, juegos de tablero y cartas, partidas por foro, novelas de fantasía y ciencia-ficción... tenemos un montón de cosas con las que entretenernos, y cuando digo un montón quiero decir MILES de cosas. Es IMPOSIBLE abarcarlo todo con un mínimo de profundidad.

Creo que tiene que ver con Internet. Desde hace ya una década o dos, vivimos en un mundo acelerado, con poco espacio para la reflexión. No me entendáis mal; yo soy un fan incondicional de Internet. Creo que el acceso casi universal a la información que nos proporciona es una auténtica revolución para el género humano. Pero tiene sus peligros y uno muy importante es la sobrecarga sensorial. Me llegan de todas partes estímulos muy rápidos y con poca vida útil. No doy abasto.

Aunque interpreto a uno en una partida de rol por foro, no soy sociólogo, y por lo tanto todo lo que escriba a continuación no deja de ser mi opinión personal, vertida públicamente con el desparpajo y el poco cuidado de los ciudadanos 2.0...

El cerebro de los que nacimos el siglo pasado, incluso los que nos dedicamos a la informática, se las está viendo negras para adaptarse a este entorno hiperconectado.

A mi me pasa, al menos. Igual vosotros lo lleváis mejor. Pero creo que en mantener un blog (y sus enlazados), una cuenta de Facebook/Google+/Tuenti (¡o las tres!), un Twitter y unas cuantas conversaciones vía Whatsapp, se nos va la vida. Y al final del día no sé, me queda la sensación de que no he hecho nada de provecho. Frikilmente hablando, se entiende.

Últimamente veo ejemplos de gente quemada a mi alrededor, y no sé si es por el mismo motivo (probablemente no). Avatar ha cerrado temporalmente su Opinómetro, Jon Nieve se pasa poco por El Otro Viento, y veo comentarios de gente como Calaboso, Starkmad o el Maestro Terrax en los que se plantean cambiar la orientación de sus blogs o cerrarlos también. Hasta en algunas entradas de Pedro Gil me queda la sensación de que, cuando acaben con su Caja Verde y su Caja Negra para Aventuras en la Marca del Este, agradecerán dejar un poco el bullicio y volver simplemente a jugar partidas.

Quizá su problema (si es que lo tienen) es distinto al mío. Quizá ellos no están sobrecargados de lidiar en mil frentes, sino que están hartos de discutir con otros frikis (es algo que cansa) o de invertir tiempo y esfuerzo en crear cosas que luego no les reportan las suficientes recompensas. No lo sé. Puede que simplemente, como decían en Matrix, todo lo que tiene un principio tiene un final, y no se puede mantener el entusiasmo de escribir en un blog o de mantenerse en la brecha del frikismo mucho tiempo sin pedir tiempo muerto.

En cualquier caso, noto un cierto cansancio en la rolesfera. O quizá en mi rolesfera. Siempre temo confundir mi percepción personal de las cosas con la realidad, y creer que lo que me pasa a mi le pasa a todo el mundo. Quizá yo creo que hay un cansancio a mi alrededor y en realidad sólo estoy viendo un reflejo de mi propio cansancio.

Mi propio cansancio está motivado por ver pasar los años y ver avanzar poco ciertos proyectos personales. Como decía un amigo mío, en realidad no necesitamos dinero; necesitamos tiempo. Como el tiempo no se vende en forma de cigarrillos que podamos consumir, tendremos que usar el que tenemos de forma más lógica.

Os pondría un listado completo de todas las cosas frikis que tengo ganas de hacer (he estado a punto de ponerlo), pero no creo que os interese demasiado. Todo el mundo tiene sus planes y sus sueños, y los míos no se diferencian demasiado de los del resto de frikis de mi entorno.

Creo que es más útil para todos terminar con una pequeña reflexión. Internet es una maravillosa herramienta de comunicación e intercambio de ideas. Pero después de charlar sobre lo divino, lo humano y lo friki, hay que darse un tiempo de reflexión para asentar lo aprendido, y un cierto aislamiento para poner en claro lo que queremos decir. La creación, tal y como yo la concibo, necesita de un período en el que cerrar las puertas de la calle, alejarse del mundanal ruido, y ponerse manos a la obra. Quizá nos vendría bien, por nuestra salud mental, y por el bien de nuestros proyectos, dejar un poco de lado la hipercomunicación y escucharnos un poco más a nosotros mismos.

Saludetes,
Carlos