28 junio 2015

Ryuutama, un juego de niños... y no tan niños

Desde que comenzó el mecenazgo de la edición española de Ryuutama, muchas personas han preguntado si este juego es apropiado para niños. Rodrigo (el responsable de esta edición) me ha "invocado" frecuentemente para que contestara a estas preguntas, debido a que no sólo conozco el juego (me he encargado de la traducción), sino que también lo he jugado con mis hijos.

Cuando Rodrigo se decidió a publicar Ryuutama, me confesó que este era su juego de rol japonés favorito. Creo que le gustaban sobre todo sus reglas, simples pero elegantes, el ambiente de buen rollo del mundo de juego y su flagrante "niponidad". A mí me gustaron estas cosas, desde luego, pero me gustó mucho más descubrir que era un juego que no sólo se podía jugar con niños, sino que era perfectamente apropiado para enganchar a sus padres... y hasta para que los mismos críos fueran los que dirigieran el juego.

¿Por qué digo esto? Vale, razono mi respuesta:

  • Reglas sencillas: En Ryuutama se utilizan muchos dados de distintas caras (los sospechosos habituales: d4, d6, d8, d10, d12 y d20) pero nunca, nunca, se tiran más de uno o dos dados. Como máximo, los chavales van a tener que sumar un par de números para saber el resultado de una acción, y eso incluye la magia, el combate, las tiradas de viaje, etc. Sumar dos números puede ser algo complicado para chicos menores de 5 o 6 años, pero no más allá (y así, además, practican). La creación de personajes consiste básicamente en escoger una clase (Cazador, Artesano, Mercader, etc.), decidir el valor de cuatro características y anotar las tres habilidades especiales de cada clase. En mi opinión lo más complicado sería entender alguna que otra habilidad especial, como la habilidad de Artesanía de los Artesanos, que les permiten crear objetos. O echar las cuentas del equipo de los personajes, que puede ser un poco complicado de elegir, con todo ese tema de los precios y los pesos. O la magia, que exige anotar un par de hechizos o cuatro al nivel uno... y acordarse de ellos. Pero creo que este tipo de cuestiones hace que el juego sea un poco más "profundo" para los niños: les da más opciones y les obliga a acordarse de todo. No está mal poner su cerebro a trabajar, porque lo bonito es que, si algo les interesa, están más que dispuestos a esforzarse; los niños se toman los juegos muy en serio ;).
  • Opciones para hacer el juego aún más sencillo: Pero incluso si el juego "básico" es ya sencillo, existen las llamadas "reglas de picnic", que no ocupan más de media página y permiten hacer aún más sencillo el juego. Lo principal de estas reglas es una lista de "equipo básico" tanto para cada personaje (comida, cantimploras, utensilios de cocina y de higiene, etc.) como para el grupo en general (una bestia de carga, un barril para llevar el agua, un cofre, etc.). De un plumazo, nos libramos de echar cuentas de monedas de oro, pesos, contenedores, etc. y los chicos pueden empezar a jugar de forma casi inmediata. Las reglas de picnic no son sólo esto, sino que indican cómo hacer más sencillo el juego simplificando las tiradas a realizar durante un combate, por ejemplo. Aunque no es imprescindible, yo hice aún más sencillo el tema del equipo haciendo dibujos de los animales, piezas de equipo y contenedores (mochilas, baúles) de los personajes de mis hijos. No hay que despreciar la ayuda que supone que los críos puedan ver de un vistazo todo lo que llevan.
  • Redacción clara: Ryuutama está escrito de forma clara y sencilla. No voy a decir que el texto sea áspero o aburrido de leer, pero es directo y va al grano. Los distintos capítulos son sorprendentemente cortos, pero cuando los terminas entiendes perfectamente las reglas que te han explicado. Y, lo más importante, un niño de 8 o 9 años al que le guste leer se enterará también sin problema de lo que está leyendo. A los niños de más de 10 años no les debería suponer problema alguno entender Ryuutama.
  • Juego para todos los públicos: Muchas veces, cuando un adulto me pide que le recomiende un juego de rol para jugar con sus hijos, o incluso para jugar él mismo, me cuesta decidirme. A día de hoy, por suerte, puedo recomendar "Pequeños Detectives de Monstruos" para jugar con los más pequeños de la casa, y dentro de poco podré recomendar también "Magissa", pero hasta hace unos años la cosa no era tan sencilla. Sí, se puede recomendar "Dungeons & Dragons" que es el juego de rol más conocido pero creo que aún es algo complicado y, sobre todo... es bastante caro. También un clásico en España como "La Llamada de Cthulhu" pero, ¿horrores no euclidianos y tentaculares para jugar con tus padres? Podríamos seguir con la lista, pero de verdad que durante muchos años no he sabido qué recomendar a gente que de verdad estaba interesada en empezar en esto del rol. Ryuutama, en ese sentido, es suficientemente barato, suficientemente completo y con una ambientación suficientemente "recomendada para todos los públicos" como para ser un sistema perfecto para jugar con tus hijos, con tus padres y hasta con tus abuelos. Y si encima han visto algo de manga, hasta las ilustraciones les van a encantar y meter en ambiente.
  • Procedimientos para crear y dirigir aventuras: Me he dejado uno de los aspectos más importantes para el final: en Ryuutama hay muchos esquemas y listados para todo tipo de "procesos" dentro del juego. Hay un esquema muy visual para crear un personaje, con un listado detallado de los pasos a seguir; hay un esquema para dirigir una aventura, desde el gancho inicial hasta las distintas escenas; hay un procedimiento paso a paso para crear una aventura, con hojas de objetivo de la aventura, hojas de escenas particulares, etc. Todo este tipo de procedimientos pueden parecernos algo artificiales o encorsetados a los que llevamos años y años creando y dirigiendo aventuras, pero para alguien que no lo ha hecho nunca, tanto niños como adultos, tener estos listados son una ayuda fantástica, porque puedes ir siguiendo paso a paso las instrucciones y conseguir al final una partida satisfactoria. ¿Qué vas cogiendo experiencia y las aventuras te salen sin necesidad de preparar todas esas hojas de objetivo de la aventura, de escenas, etc.? Genial, estás aprendiendo a crear aventuras. Pero hasta entonces sigue los pasos que te indican y la cosa saldrá razonablemente bien. Uno de los objetivos de diseño de Ryuutama es enseñar a jugar a rol y enseñar a dirigir juegos de rol. Creo que, en ese sentido, la existencia del "Ryuujin" es fantástica, puesto que es un "personaje para el director de juego", con poderes especiales. Y el caso es que esos poderes son narrativos. Por ejemplo, hay un poder llamado "Futuro" que permite hacer que la partida, esté donde esté, se adelante hasta el final, saltándose los pasos intermedios. Es un poder que sirve sobre todo cuando se ha hecho tarde y queremos terminar ya. Que sí, que se puede simplemente decir "venga, pues saltamos al final", pero muchos directores de juego pensarían que eso es "hacer trampa", o que simplemente no puede hacerse. Bueno, pues en Ryuutama puede hacerse, y existe como regla. A medida que el Ryuujin sube de nivel (dirigiendo aventuras) va consiguiendo más poderes, que en realidad no son más que herramientas para que el narrador vaya aprendiendo nuevos "trucos para dirigir".
  • El libro básico incluye un par de aventuras: Esto es primoridal en un juego de rol, pero lo es aun más en un juego de rol que quieres que dirijan novatos o niños. Una de las aventuras es sencilla como el mecanismo de un chupete. La otra también es sencilla, pero un poco más larga y elaborada. En cualquier caso, son suficientes para enseñar el estilo del juego.

Estas son las razones que me llevan a recomendar el juego no sólo a las personas que quieren jugar con niños, sino incluso a aquellas personas que quieren comprarle a sus hijos un juego para que se lo lean y lo dirijan ellos solitos (en ese caso, de 8 o 9 años en adelante, en mi opinión). Si además les gusta el manga, ya es que lo van a flipar. Yo es que me atrevería a recomendar el juego hasta a adultos que nunca han probado esto del rol, porque creo que lo entenderán muy bien, podrán jugarlo con un mínimo de esfuerzo y la ambientación no les parecerá surrealista o siniestra (algo que echa un poco para atrás a ciertas personas). El libro es hasta bonito.

Ryuutama me llamó la atención por su planteamiento, me encandiló cuando lo leí y me terminó de enamorar cuando vi todas sus posibilidades, después de la segunda o tercera lectura (es lo que tiene leer, traducir, corregir...). Entiendo que habrá gente a la que no le guste porque la ambientación le parezca ñoña, porque ya tengan juegos de rol que les gusten más y les sirvan perfectamente para sus objetivos o por cualquier otra razón. Pero creo que no existe el juego de rol perfecto para todos los grupos y todas las situaciones, sino juegos con distintos objetivos y públicos. Y para niños, gente que nunca ha jugado a rol y aficionados al manga, Ryuutama puede ser justo lo que andaban buscando... aunque no lo supieran ;).

Saludetes,
Carlos

23 junio 2015

Diario de diseño: En Busca de la Ciudad Perdida de Garan (I)

Como muchos sabréis, llevo un tiempo trabajando en una aventura para la colección "Clásicos de la Marca". El nombre definitivo será "X1: En Busca de la Ciudad Perdida de Garan". La cosa está bastante encarrilada (que no terminada), y he pensado que sería interesante hablar un poco del proyecto, de ahí el nacimiento de este pequeño "Diario de Diseño".

Como muchas cosas que pasan en esta vida, el encargo me llegó por casualidad. Después de escribir una reseña sobre B2: La Isla Misteriosa, estuve hablando con Pedro Gil (autor de la aventura y heroico editor de la línea) sobre el libro, y los problemas que yo le veía. Pedro me agradeció la crítica y me ofreció la posibilidad de escribir un módulo propio, si me apetecía.

Y claro, se dice que los críticos son autores frustrados... así que decidí que lo más honesto era predicar con el ejemplo y mostrar lo que yo considero que debe tener una buena aventura de "Dungeons & Dr... digooo... de Aventuras en la Marca del Este" ;).

Las Selvas de Ofir

Ya comenté que si me decepcionó hasta cierto punto "B2: La Isla Misteriosa" fue porque esperaba mucho más. Esperaba una reedición de "X1: Isle of Dread" (algo que nunca nos prometieron), y se me quedó corta. A mí esto de las selvas y las junglas me encanta, con sus ciudades perdidas, sus monos gigantes, sus mosquitos... seguro que en la vida real no me gustaría, pero en los relatos de Conan y las aventuras de "D&D", las selvas consiguen que me sienta inmerso automáticamente en una sensación de AVENTURA.

Por lo tanto, me decidí a hacer algo "selvático". No era cuestión de hacer un nuevo módulo ambientado en una isla, o esto se iba a convertir en un archipiélago, así que busqué una región apropiada en el mundo de la Marca. Cogí mi copia del "Vademecum de Campaña" (el libro verde [Editado: perdón; el azul]) y me puse a ojear los distintos capítulos. En poco tiempo estuve adentrándome en las Selvas de Ofir.

La mayor parte de la región de Ofir es una enorme selva habitada por hombres serpiente. En el Vademecum se explica un poco sobre la cultura de los hombres serpiente, y hasta se dan reglas para usarlos como PJs. También había retazos de historia de Ofir, y algo que me llamó especialmente la atención: la historia de Khaboras, un elfo que unió a todos los pueblos de Ofir para luchar contra los hombres de Nefter. Khaboras y su alianza desaparecieron hace tiempo de Ofir, sin mucha más explicación, y allí encontré el gancho de la aventura.

Los personajes serán miembros de una expedición que tratará de encontrar la legendaria ciudad en la que vivía Khaboras. El patrón de la expedición será un estudioso elfo que quiere encontrar la ciudad. Este elfo no tiene mucha experiencia en este tipo de aventuras, y sólo unas pocas decenas de miles de monedas de oro que gastarse ;), así que contratará a los PJs para que le ayuden a llevar a buen puerto esta misión.

En el principio fue el mapa

Es curioso, pero en mi estilo de creación de aventuras, casi siempre comienzo dibujando el mapa. Llevo años haciéndolo así, y me ha dado buenos resultados siempre. Por ejemplo, la aventura de "La Tumba del Rey Toro" nació en gran parte a partir del mapa. Para mí es un modo de poner límites a lo que voy a desarrollar y, también, de tener una visión de conjunto de todo aquello que va a incluir la aventura. Después de crear el mapa, me dedico a darle "cuerpo" a cada zona, poniendo descripciones, encuentros, etc.

Como esta aventura será principalmente una expedición, lo básico era tener un mapa de la zona de las selvas alrededor de la ciudad perdida que es el objetivo de la misma. Sabía que la aventura empezaría en Erpish, una ciudad portuaria donde los hombres serpiente conviven con otras razas. Parecía el lugar de las Selvas de Ofir más lógico para que hubiera un grupo de aventureros buscando trabajo.

A partir de ahí... había que pintar muchos arbolitos.

Para ayudarme en esta tarea, tiré de una aplicación que me gusta mucho: Hexographer. Aunque tiene una versión de pago, la versión de libre descarga es suficientemente buena como para crear un mapa resultón.

En una primera versión del mapa comencé con una cuadrícula de 40 x 30 hexágonos, siendo cada hexágono de 10 kilómetros (el famoso hexágono de 6 millas, famoso en el mundillo OSR). Me puse a pintar ríos, que imaginaba rodeados de pantanos y marismas, y luego mucha selva profunda y algo de selva más ligera. La selva profunda representa zonas inexploradas y sin civilizar, y la selva ligera, lugares donde viven los hombres serpiente, o pueblos algo menos civilizados como tribus de goblins o tasloi.

La primera versión ya fue bastante definitiva, pero terminé haciendo algunos ajustes, como reducir un poco el tamaño del mapa, a unos más manejables 30 x 25 hexágonos, y retocar cosas aquí y allá: acercar un río a unas montañas, un par de pueblos adicionales, alguna carretera más, etc. Al ir creando el mapa me iban surgiendo más ideas: este sitio parecía un buen lugar para poner un puesto fronterizo entre los hombres serpiente y los goblins, y en esa marisma de ahí debería haber algún bicho peligroso... ¿una hidra? ¿un dragón negro? Mejor pongo uno aquí y otro allí, por ejemplo. Perfecto.

Finalmente, tuve un mapa con el que me sentía satisfecho. Supongo que al final usaremos una versión diferente, dibujado por alguien más profesional que yo, y con algo distinto a Hexographer, pero Pedro me aseguró que no habría problema en mantener los hexágonos. Y los hexágonos son importantes, porque se van a usar para saber cómo avanza la expedición por estas selvas. Sí, amigos: ha nacido un hexcrawl.

Os dejo aquí un extracto del mapa (los jugadores empiezan en la ciudad portuaria roja, Erpish, y deben viajar hacia el norte):

Sólo quedaba ponerle un nombre para empezar a trabajar (los nombres son importantes) y, después de hablarlo una vez más con Pedro, nos decidimos por "En Busca de la Ciudad Perdida de Garan". Luego le añadimos el código "X1" porque consideramos que el estilo de la aventura era lo suficientemente distinto al del resto de módulos que se habían hecho hasta el momento como para distinguirlo de ellos. De este modo, la aventura será el primer módulo de la serie de "eXploración" de "Clásicos de la Marca".

Hasta el próximo capítulo de este pequeño diario ;).

Saludetes,
Carlos

15 junio 2015

Dragonacos

Me sucede algo curioso con los dragones en los juegos de rol: no los utilizo mucho. De hecho, salvo en una ocasión, no los he utilizado en absoluto. La razón es sencilla: los dragones han crecido demasiado.

Una de las leyendas más famosas relacionadas con dragones es la de San Jorge y el Dragón. En la leyenda, el santo guerrero se enfrenta al dragón y le vence. Observad esta imagen clásica de este combate:

Vaya, ese bicho parece peligroso, sin duda, pero un caballero puro de corazón, valiente y de brazo firme, parece capaz de vencerlo.

Ahora, vamos a ver a este dragón que aparece en el Starter Set de "Dungeons & Dragons 5":

Buena suerte, chicos. El dragón no necesita mataros con sus garras, mordiscos o aliento de fuego; le basta con tumbarse de espaldas, rodar como un gatito y aplastaros con el poder de sus varias toneladas de peso.

En esta entrada, el gran Velasco lo decía claramente, hace ya tres años: "A cada edición que pasa el dragón es más grande y el guerrero más pequeño".

Y es cierto; en la primera edición de "Dungeons & Dragons" los dragones son bichos mortíferos, claro que sí, pero claramente derrotables por un grupo de héroes. A medida que pasaban las ediciones, estos bichos se hacían más y más grandes, y más y más mortíferos. Además de aumentar en tamaño, conseguían más ataques y podían hasta lanzar conjuros.

San Jorge no habría podido cargarse a un Ancient Wyrm con su ridícula espadita ni aunque el bicho estuviera tumbado, con el ojo abierto, y quisiera suicidarse; la espada no habría llegado ni al nervio óptico. Luego, el dragón habría suspirado, habría rodado sobre si mismo, y chof.

Ojo, critico a "Dungeons & Dragons" por ser el juego de rol más popular, pero pocos juegos se quedan atrás en ese sentido: en "RuneQuest 3" los dragones son unos bichos jodidos de matar, aunque sólo sea por su monstruosa cantidad de puntos de armadura. Si vamos a una ambientación concreta, por ejemplo, Glorantha, pronto te dejan claro que los dragones son bichos de kilómetros de largo, más dioses que bestias. Y así con muchos sistemas y ambientaciones.

Supongo que la razón de todo esto es hacer que los dragones sean algo especial, un monstruo al que sólo los más grandes héroes pueden derrotar. Lamentablemente, lo que ha terminado pasando es que hemos convertido a los dragones en tal icono del poder y la majestad maligna que les hemos obligado a desaparecer de nuestras partidas, excepto de aquellas más épicas. Para compensarlo, tenemos dracos, wyrms, dragoncitos, dragonzuelos y mil variedades "menores" de la bestia "de verdad", y ésta se reserva para el final de la campaña, de modo que, en muchas ocasiones... no llega a utilizarse nunca.

¿Qué sucede cuando conviertes a un dragón en una bestia de 150 metros de longitud? Pues que, mientras que en "El Hobbit" (el libro) Bardo el Arquero se lo carga de un flechazo, en "El Hobbit" (la película), el héroe tiene que utilizar una puñetera máquina de asedio para cargárselo.

Un sabio escribió una vez que si un jugador de rol hubiera escrito el guión de la película "Tiburón", la idea de que el monstruo fuera un "simple" tiburón grandote le habría parecido inmensamente banal. Y que probablemente le habría puesto algo más; algo como ¡un láser en la cabeza! (ver Lasersharking). Esta idea la había llevado a la práctica Mike Myers en la película "Austin Powers", donde el Doctor Maligno tenía, efectivamente, una piscina llena de tiburones con láseres en la cabeza. ¿Es una coincidencia que Mike Myers sea un conocido jugador de rol...?

¿Es necesario que los dragones sean tan grandes, tan inmensamente poderosos? ¿O que metamos poderes psiónicos, monstruos de los Mitos de Cthulhu o cualquier otro tipo de "poderes chulos" en TODAS las ambientaciones roleras? ¿Es que un león no es suficientemente aterrador en los relatos de Conan, sin necesidad de que sea un León Terrible?

Mientras leía "Camelot", de T. H. White, me hizo mucha gracia leer cómo los caballeros que iban por los bosques se encontraban a menudo con dragones que saltaban desde los árboles silbando antes de atacar. Por la descripción, parecían serpientes grandotas. Poco a poco los caballeros fueron matando a estos dragones e Inglaterra fue haciéndose cada vez más mundana y banal. Pero, sin convertir a los dragones en serpientes grandotas, creo que hay un punto intermedio en el que se puede describir a estos bichos como peligrosos, pero no como algo absurdo de derrotar.

Ah, se me olvidaba. La única vez que utilicé un dragón en mis aventuras fue en "Pendragón". El bicho era grande, malo, peligroso, y se podía enfrentar a un pequeño grupo de caballeros con esperanzas de vencer, gracias a su capacidad de vuelo, su aliento flamígero y su resistente aventura. Pero, después de un duro combate, mis personajes se lo cargaron, porque eran varios, le emboscaron y eran guerreros experimentados. La pelea fue dura y la recompensa, en forma de tesoro que el dragón custodiaba, apropiadamente generosa.

Lo mejor, en cualquier caso, fue que mis jugadores pudieron decir que, al menos una vez en una partida de rol, se pudieron cargar a un dragón.

Saludetes,
Carlos