30 septiembre 2014

Examen de Segundo de Rol

Asignatura: “Expansión del Frikismo II”

Problema: “Partida en la oficina”.

Enunciado:

Sea un director de juego (DJ) experimentado que durante el día trabaja en una oficina como administrativo. Dicho DJ se ha labrado durante años una merecida fama de Experto en Frikismo en su trabajo, debido a una encomiable labor de proselitismo rolero.

El DJ ha hablado en múltiples ocasiones sobre la idoneidad de los juegos de rol como actividad lúdica, azuzando de este modo la curiosidad de sus compañeros, que en un momento dado le piden, de forma imperiosa, que les prepare y dirija una partida de rol. Como friki que desea que su afición sea cada vez más popular, y deseoso de reclutar sangre nueva para el hobby, el DJ acepta.

Teniendo en cuenta que:

  • Un grupo de entre 4 y 5 compañeros se muestran interesados en jugar.
  • Se dispone de una hora de descanso (de lunes a jueves), de la que 30 minutos se dedican a comer comida de tupper y otros 30 minutos a increpar al clero y al Estado.
  • La partida debe comenzar el día siguiente, con lo que sólo se dispone de una tarde para prepararla

Entonces:

¿Qué juego utilizaría para convertir en un plazo máximo de 4 días laborables a ese grupo de compañeros en gente interesada por el rol? Se pueden añadir aventuras y suplementos a la actividad, si fuera necesaria su utilización más allá del libro básico de reglas.

Razone la respuesta.

27 septiembre 2014

Si tu me dices LES, lo dejo todo (Las LES 2014)

El fin de semana pasado tuvieron lugar las jornadas lúdicas Ludo Ergo Sum, también conocidas como las LES, en su edición de 2014. Hace ya seis años que me apunto a estas jornadas, mi única cita ineludible de todo el año. Puede llover, puede relampaguear y puede haber cumpleaños familiares, pero ir a las LES es sagrado: si tú me dices LES, lo dejo todo.

Este año sólo pude acercarme el viernes por la tarde y el sábado, perdiéndome el domingo. En fin, todo tiene un límite ;). El viernes me acerqué por dos razones: la primera, darme una vueltecita con mi hija mayor y que viera un poco el ambiente. Me hubiera gustado traer también al mediano (no, no es un hobbit; es sólo mi segundo hijo), pero tenía un cumpleaños. La vida social de los niños de 6 años de este siglo es apabullante y ajetreada. Gracias a Óscar Iglesias y a su mujer, Raquel Cano, y a Erekíbeon, que también se trajeron a sus hijas, mi cría pudo estar disfrutando de un montón de juegos de mesa junto a niñas de su edad. La verdad es que está muy bien que en las LES haya un servicio de "préstamo" de juegos de tablero :).

La segunda razón era más retorcida: tenía un plan que cumplir. Era necesario que me acercara el viernes para hacer dos cosas: dejar juegos en el mercadillo solidario de las LES, y rellenar la ficha de inscripción de las jornadas con tiempo. Era preciso hacer estas cosas el viernes para que el sábado nada pudiera detenerme a la entrada. Porque el sábado tenía que apuntarme a la partida que Josemasaga iba a dirigir al juego "Dungeon Crawl Classics". Porque Josema ya llevaba tiempo organizando partidas de este juego por Madrid y nunca había podido participar en ninguna. Y esta vez tenía que aprovechar la oportunidad.

Veréis, en las LES pasa una cosa curiosa, que no sé si sucede también en otras jornadas (porque sólo voy a esta): se ofrecen partidas de rol en cinco turnos distintos, viernes tarde, sábado mañana, sábado tarde, domingo mañana y domingo tarde; y no existe el concepto de preinscripción. A las 10:00 se abren las puertas de las LES y tienes una cola de aúpa para apuntarte a la partida que quieras, que comienza por lo general media hora después. Este año, gracias a la increíble labor de Alfredo Prieto "Meroka" y Jacobo Peña "Calaboso", los encargados de organizar las partidas en las LES, ha habido un increíble número de casi 100 partidas de rol en las jornadas. 100. Cien. CIEEENNN. El que no ha jugado a rol es porque no ha querido, no porque no haya podido.

Pero claro, una cosa es jugar al rol y otra jugar a una partida concreta. Si se ponen siete personas delante de ti y las siete se apuntan a la partida que tú quieres, se acabó el hueco en la misma y tienes que jugar a otra cosa. Ahora entenderéis que tenía que aprovechar al máximo mis oportunidades. Habiendo dejado en el mercadillo todo el día de antes y habiendo rellenado el papel de la inscripción el viernes, lo único que había que hacer es estar muy tempranito en el sitio, y ser despiadado en la cola. Lo de estar tempranito fue fácil, porque como sucede en los últimos años, Roberto Alhambra me llevó en su coche, ya que desde su casa a las LES, mi casa le pilla de camino y me recoge. Así vamos charlando y frikeando ya desde por la mañana.

El resultado fue que conseguí apuntarme a la partida que quería.

Y vaya partida.

"Dungeon Crawl Classics", también conocida como "Paletos Against Sword And Sorcery"

Dungeon Crawl Classics (abreviando, DCC) es un juego de mazmorreo creado por "Goodman Games", la empresa de Joseph Goodman. Aunque se pueden detectar fácilmente sus raíces firmemente ancladas en el viejo "Dungeons & Dragons", no es un retroclón, sino un juego con su propio sistema y, sobre todo, con su propio estilo. DCC es Espada y Brujería en estado puro: los protagonistas son ladrones y cortagaznates buscando hacer fortuna en un mundo lleno de brujería, monstruos horribles y dioses y demonios malignos. Conan, Fafhrd, Elric, y todos los héroes de la fantasía pulp se sentirían como en casa en las aventuras de DCC.

Mi hermano (Terrax) es un fan inveterado de DCC, y creo que tiene todas las aventuras habidas y por haber que se han publicado para el juego. A mí me gustaba, pero no lo había podido probar, y la verdad es que ya iba tocando.

Una característica bastante famosa de este juego es el "embudo". Esto no es más que una primera aventura en la que cada jugador lleva a unos cuatro personajes de nivel 0. Es decir, pastores, granjeros, lavanderas, sastres, etc., que no se sabe muy bien cómo, terminan adentrándose en una lúgubre mazmorra o similar. Como es lógico, la mayoría mueren de forma horrible, porque no están ni de coña preparados para este tipo de aventuras. Pero algunos sobreviven, y de entre esos los jugadores eligen cada uno a un personaje y le hacen ya de nivel 1, de forma que comienzan a jugar aventuras con él. Todo el mundo que lo había probado me había comentado que era muy divertido de jugar, y vaya si lo fue.

Nos presentamos siete personas a jugar la aventura, y a cada uno nos dieron cuatro pueblerinos (¡algunos con sus mascotas: perros, gatos, gallinas y cerdos!). A mí me tocó un recaudador de impuestos, un sastre, un paleador y un barbero. Aventureros en estado puro. Y, como mucha gente del pueblo estaba desapareciendo, nos propusimos ir a investigar a las viejas ruinas. Teníamos que hacerlo, ¡la gente que desaparece no paga impuestos! Así es como comenzó nuestro periplo por la aventura Sailors of the Starless Sea".

No quiero hacer muchos spoilers de la aventura, sobre todo porque ya los ha hecho todos Josemasaga en su blog: Desclasificado: las LES, Sailors on the starless sea y tontás mías. Pero sirvan las fotos que adornan esta entrada como ejemplo de lo bonita que le quedó la partida. Sí me permitiré destacar unas cuantas cosas:

  • Pensábamos que íbamos a morir todos, pero no, no. Al final sólo cascaron 13 aventureros, y quedaron 15 con vida. Yo conseguí escapar con el paleador (cuya pala actúo de forma temible) y mi querido recaudador de impuestos, un pedazo de superviviente que sabía cuándo dejar que los demás se adelantaran a hacer el trabajo sucio.
  • Josemasaga se curró los escenarios de forma A-LU-CI-NAN-TE. Las figuritas que utilizamos como personajes eran recortables, y el castillo y las mazmorras eran sets de Fat Dragon Games impresos en cartulina y plastificados por él mismo, y le añadían a la partida un elemento visual impagable. Ojo, que luego no se contaban casillas para moverse, ni para tener en cuenta ataques de oportunidad, ni demás zarandajas. Josema utilizaba el escenario para meternos en ambiente, y vaya si lo consiguió.
  • El sistema es rápido y sencillo. Si hay algo que puede no gustarme es que use dados de muchas caras distintos a los "habituales", como dados de 7 o 30 caras. Sé que la idea es recuperar esa sensación de usar dados raros y poco conocidos que tendrían aquellos que comenzaran a jugar a "D&D" hace 40 años, pero el caso es que me cuesta distinguirlos y hasta leer los resultados :D. De todas formas, como digo, el juego es sencillo a más no poder, al menos con personajes de nivel 0 que pueden hacer pocas cosas además de morir patéticamente.
  • La aventura es muy divertida. Conseguimos esquivar algunas zonas peligrosas, nos enfrentamos a misterios, encontramos lugares sobrenaturales y luchamos contra hombres bestias surgidos de las pesadillas del Caos. Algo muy importante e que la aventura no es excesivamente larga, así que al final conseguimos jugarla entera en una mañana (unas 4 horas). ¡Y con 28 personajes y 7 jugadores! Al final me quedó la sensación de haber participado en una aventura de Espada y Brujería "de las de antes", y eso es estupendo.
  • Las redes socialesMe tiré la partida haciendo fotos con el móvil y enviándolas comentadas a Google+. El máster nos había dicho que si hacíamos fotos se las enviáramos, y eso hicimos varios de los participantes. Creo que a mucha gente le gustó ver los comentarios de las partidas, pero si te molestó que estuviera con el móvil, Josema, que sepas que fue por una buena causa: ¡la gente quería estar en tu partida! :D

En fin, que me quedé muy impresionado con la labor del máster. Tanto es así que me compré el DCC en el mercadillo solidario y ya tengo encargadas nueve aventuras XD.

La Colina del Troll(eo) y el cotilleo en general

Lo que más me gusta de ir a las LES es ver a gente que el resto del año no veo. Gente con la que habitualmente charlo casi a diario vía Google+ :D, o con la que interactúo en blogs y foros. Creo que hay pocas cosas mejores en este mundo que poder hablar de tu afición con gente que comparte tu pasión por ella. Mi hermano Terrax y su novia Amanda, mis compañeros de la SGRI (Erekíbeon, Rodrigo, Bester, Óscar, Raquel, Roberto, Meroka, Jako, Jan, Gilen, Ramón, Jorge), los amigos con los que juego mi partida mensual (Diego, Ricardo, Luis, Isra), la gente de Holocubierta (Mae, Juane, JMPR, 13), los inmortales lorquianos (Pedro y Cristóbal), los de los Països Catalans (Zonk, Wed y Miguel, Carlos Plaza), los canarios (Rubén y, este año, Rubén. Y nos ha faltado otro Rubén), los andaluces (Inma y Miguel), los del Brumoso Norte (el Poderoso Crom, Tiberio), mis queridos compañeros de la USS Heracles (Luis, Kepa, Raúl, Lucía, Alfonso). En fin, sé que me la juego por no poner a tooooodas las personas con las que hablé en las LES, pero he tratado de ser exhaustivo. Si no te ves en la lista y estuvimos charlando, ¡avísame y la edito! :D.

En serio, estoy seguro de que, cuando eche la vista hacia atrás dentro de unos años, no podré sino sorprenderme de cómo a principios de siglo formé parte de un grupo de gente tan cojonudo como todos vosotros. El mundillo del rol no es pequeñito, compañeros. Lo que es, es familiar :D.

Aunque estuve hablando con todos aquí y allá, hay que destacar la comida del sábado en la Colina del Trolleo. Hay que admitir que trolear, lo que se dice trolear, troleamos poco. Resulta que cara a cara ¡la gente es hasta amable! Ah, Internet, cómo lo falseas todo... Pero a falta de trolear, hablamos de lo divino y lo friki, y nos comimos a la suegra de Roberto ("tomad, este es chorizo de mi suegra"). Ahora que lo pienso, comer humanos es muy de trolls, así que, ¡objetivo cumplido!

Las LES: Qué le sobra, qué le falta

Con más de 1700 inscritos y casi 100 partidas de rol, las LES siguen creciendo año tras año. Si el año que viene no se alcanzan los 2000 participantes, poco le va a faltar. Mi enhorabuena a todos esos Camisetas Naranjas que lo dan todo para que las jornadas sean un éxito.

Pero como dicen los tejedores de alfombras turcas, sólo Dios hace cosas perfectas, así que voy a poner una cosa que me pareció deleznable en las LES, y un par de cosas que creo que se podrían mejorar:

  • La cosa deleznable es que comentaron que en las LES había habido robos de productos puestos a la venta en el mercadillo solidario. Personalmente, estoy casi convencido de que me robaron un "Ciudadelas" que había puesto a la venta, porque el sábado cuando fui a recoger lo que había llevado me dijeron que no se había vendido... y no estaba por ninguna parte. Lo dejé correr y dije que bueno, que se vendiera el año que viene. Pero me parece que alguien se lo llevó sin pagar. Pues desde aquí, que quede claro, que le den por culo a los 10 euros que me iba a sacar por ellos, pero hay que ser muy Hijo de Puta para robar en un mercadillo solidario en el que parte de los beneficios van para una ONG. Repito: Muy Hijo De Puta. Que os aproveche, gentuza.
  • Hace Mucho Calor. De verdad que el sábado por la tarde es imposible estar en el recinto. No es casualidad que cuando alguien pide consejos para venir a las LES, los veteranos digamos siempre que, sobre todo, se traiga agua. Lo decimos todos los años y todos los años nos comentan que qué le vamos a hacer. Yo sé que lo primero que hay que hacer cuando se queja uno es proponer una solución, así que lo comento: ¿es de verdad imposible encontrar un sitio más grande para jugar? ¿o montar algo fuera? Ya sé que esto será principalmente cuestión de pasta, pasta que no tenemos, pero yo gustoso pagaría por tener un sitio más grande. Que tampoco es cuestión de pagar 25 euros, pero coño, 5... De todas formas, sé que meter dinero de por medio en cualquier cosa de estas es una invitación al desastre... pero bueno, no sé. Es que nos asamos, organización. Nos asamos.
  • Quiero más sitio para rol. Este año ha habido más rol que nunca. Que yo sepa, 20 mesas funcionando a pleno rendimiento todos los días. Ya sé que el tablero y las cartas mueven mucha gente, pero yo tiro para mi casa y para mi afición, y creo que si pusieran 40 mesas de rol, 40 mesas que se llenarían :D. Yo estoy dispuesto a hacer mi parte y dirigir si es preciso, al menos uno de los turnos. Este año es que estaba vaguete.

En fin, poco más. Que un año más vuelvo encantado de mis jornadas. Y digo "mis", porque las siento como algo mío. No os dejéis engañar por mis quejas. Si el año que viene sigue habiendo el mismo rol y sigue haciendo calor, yo voy a seguir yendo. Y voy a seguir pasándomelo en grande. Porque ya sabéis: si tú me dices LES, lo dejo todo.

Saludetes,
Carlos

12 septiembre 2014

Por qué sigo textiblogueando

Esta semana ha sucedido algo chulo, y es que este blog ha conseguido su seguidor número 300. En estos momentos hay 301, lo cual me fastidia el chiste de "Espartanooos, ¿cual es vuestro oficiooo?" seguido de un fiero "¡¡Rolear, rolear, rolear!!", pero bueno, no pasa nada; cuantos más seamos, más nos divertiremos :D.

El caso es que claro, una cosa ha llevado a la otra, y me he puesto a ver estadísticas, visitas, comentarios, y mira, se le llena a uno el corazón de Orgullo y Satisfacción (perdón por la publicidad subliminal; es que me ha encantado el comic digital), porque las cifras son elevadas para lo que no es más que un blog no profesional. El medio millón de visitas está bien, pero confieso que me gustan mucho más los 8300 comentarios... ¡aunque igual más de la mitad sean míos! ;)

Pero bueno, memento mori, porque esto de tener un blog muy visitado no es más que algo muy menor. Sobre todo si de lo que hablo principalmente en él es de mis pasiones frikis, con especial énfasis en mi última chifladura rolera :D. Hasta que un tendero no me reconozca y me haga un descuento al comprar un libro de "Ars Magica" consideraré que esto es fama de mentirijillas ;).

Así pues, si un blog no sirve para financiar vicios conseguir rol barato, ¿para qué sirve un blog? ¿Cuál es la razón de escribir de forma más o menos periódica durante casi 100 meses?

Pues la razón es articular una postura creativa.

...

¿...en serio?

Sí, en serio.

No puede ser.

¿Por qué?

Porque suena increíblemente pedante, incluso para ti

Ah, venga, ya, déjame en paz, que estoy escribiendo...

...

A ver, maticemos, un blog puede servir para muchas cosas: puede ser un diario de diseño, puede ser un lugar de debate y análisis de determinado campo, puede ser simplemente autopublicidad social, etc. Puede ser lo que quieras, pero creo que en última instancia un blog es un diario personal. Con la diferencia de que es un diario público así que desde el minuto uno no lo estás escribiendo para ti solo. Si así fuera, escribirías en un diario de los de toda la vida, de esos que se esconden debajo de la cama.

En mi caso, La Frikoteca surgió como un simple experimento, en un momento en el que las herramientas para crear un blog comenzaban a ser muy, muy fáciles de usar. Si sigo usando Blogger y no otro sistema de blogs es simplemente porque es más sencillo que el mecanismo de un chupete. Al principio escribí sobre casi cualquier cosa, y luego me tiré muchos meses escribiendo mi campaña de Pendragón. Cuando se terminó esa campaña, tuve que hablar de otras cosas, y me centré en hablar sobre "lo divino y lo friki", comentando cosas principalmente de rol, porque es mi afición preferida.

Como no soy el único al que se le ocurrió abrir un blog ;), y había muchos otros compañeros con sus propias bitácoras, fue añadiendo conocidos por medio de enlaces cruzados, mirando en qué blogs escribían las personas que dejaban comentarios, etc. Poco a poco me fui creando una red de enlaces con gente que hablaba de las mismas cosas que yo, o de cosas similares. Lo cual es enriquecedor, sobre todo cuando no opinan exactamente lo mismo que tú :D.

Y entre entradas y comentarios, tanto propios como ajenos, terminas creándote una voz propia. Que no es mejor ni peor que las de otras personas, pero es la tuya y eso es importante. Escribir sobre algo, reflexionar sobre algo, recibir los comentarios de otros, te sirve para ir articulando un discurso. En mi caso, un discurso sobre el rol. Esa es la razón de que siga escribiendo, con más o menos regularidad: porque siempre surge algo que te hace reflexionar, que te hace discurrir, y sobre lo que te apetece dar tu opinión.

Así pues, voy a seguir manteniendo abierto el blog principalmente porque para mí es una herramienta y un modo de poner en orden mis pensamientos, cuando los escribo negro sobre blanco.

Ahora llega la segunda parte, lo de "textiblog". Utilizo ese palabro para distinguirlo de "videoblog", que es algo que se ha puesto de moda últimamente. No me parece mal la existencia de los videoblogs, y creo que si han aparecido es por lo mismo por lo que aparecieron los blogs en su momento: porque ahora es muy fácil crear un videoblog. Porque conectar la cámara, subir el vídeo a Youtube o a Vimeo y publicitarlo no es algo al alcance de unos pocos, sino al alcance de cualquiera con una cámara y un poco de iniciativa. Exactamente lo mismo que con los viejos blogs textuales; porque antes de los blogs existían las páginas webs personales.

Yo sigo usando un textiblog en parte porque es el modo de expresión que estaba en boga en el momento en el que comencé a escribir ;). Y por lo tanto, me siento cómodo expresándome en este formato. En cierto sentido, sucede algo similar a los juegos de rol que nos gustan. ¿No recordamos con nostalgia los primeros juegos que nos gustaron de verdad, aunque no sean tan cómodos, rápidos y elegantes como los nuevos?

De todas formas, no es sólo la nostalgia y la comodidad lo que me lleva a usar un blog básicamente textual, sino un cierto equilibrio entre permanencia y control. Yo antes visitaba y participaba en foros como RPGNet, SPQRol y otros más antiguos, pero en ellos se habla de tantas cosas que me cuesta mucho esfuerzo seguir una conversación sobre cualquier tema durante páginas y páginas de comentarios. Están bien para leer, pero si quieres participar de verdad, no puedes casi hacer otra cosa.

También hago uso de las redes sociales, pero terminé abandonando Facebook, y nunca me llegué a abrir cuenta en Twitter. La única red social que uso es G+, pero lo malo de las redes sociales es que son efímeras. Sirven muy bien para preguntar cosas, para charlar, para llamar la atención para algo. Y no digo que no sirvan también para discutir de forma ágil. Pero no sirven, o al menos a mí no me sirven, para articular un cierto discurso, o para profundizar en un tema. Porque las conversaciones aparecen y desaparecen, y los flames que arrasan las redes sociales con gran drama se olvidan en una semana. Los flames se olvidan, y las grandes conversaciones también se olvidan; son el bar de la plaza del pueblo, donde vas a cotillear, charlar con los amigos y tomarte una cervecita.

Finalmente, tampoco me gustan los videoblogs porque no me resultan cómodos de ver. Abrir uno y ver que tengo por delante 12 o 20 minutos de reflexiones me supera. Y no poder saltar rápidamente de un sitio a otro también. Me recuerdan a un documental o un capítulo de una serie, y en ese sentido, aunque me gusten, siempre he preferido un ensayo o una novela. Cuestión de cultura audiovisual o falta de ella, supongo ;).

En definitiva, mantengo el blog porque me sirve para debatir sobre lo divino y lo friki con otras personas que me son afines. Me divierte, y me sirve para articular con palabras lo que se me pasa por la cabeza, o las reflexiones como las que estoy plasmando en esta entrada. Y lo prefiero a otros formatos porque siempre he sido una persona a la que le gusta la palabra escrita, un enamorado de los libros. Otras personas preferirán otros formatos y yo les respeto.

Pero bueno, para mí y para los 300 rolspartanos, parece que esto sigue sirviendo para algo, ¿no?

...

Va, venga...

¡ROLSPARTANOOOOOS! ¿CUÁL ES VUESTRO OFICIOOOOO?

02 septiembre 2014

La muerte no es remotamente posible

Soy bastante máster-mamá, pero estoy trabajando para redimirme.

Durante muchos años, que muriera un personaje en mis partidas era raro, raro, raro. En primer lugar porque soy un ñoño sentimental y me daba pena matarlos. Otra razón, quizá más importante, es que en muchas ocasiones si un personaje se moría, la trama creada alrededor de ese personaje se iba al garete. Porque claro, la trama que yo había pensado era muy importante.

Gracias a los dioses del rol, eso cambió, en gran parte por Pendragón (sí, bah, qué le vamos a hacer, cada cual tiene sus fetiches).

En Pendragón hay una trama. Qué coño, hay una metatrama como la copa de un pino: Arturo, Ginebra, Lanzarote, Mordred, y todo ese asunto. Sin embargo, cuando comienzas a jugar te das cuenta de que en realidad esa metatrama no importa (como debe ser) porque en realidad no es una trama: es ambientación. Son cosas que van a pasar alrededor de los personajes, mientras tiene lugar su propia historia. En realidad "Pendragón" no es un juego sobre el Rey Arturo, sino sobre caballeros en el mundo del Rey Arturo. Aunque suceden cosas importantes a su alrededor, este juego no está pensado para contar la historia de los Stark y los Lannister, sino la de los caballeros que cascan a tutiplén en las guerras de los Stark y los Lannister. Quien dice Stark vs. Lannister dice York vs. Lancaster u Orkney vs. Gales.

Así pues, estupendo, un juego no con metatrama, sino con ambientación chula. Nos ponemos a jugar y le van pasando cosas a los personajes: se casan, participan en batallas, intrigan, corren aventuras... y de repente, unos cuantos se mueren. No os voy a decir que esto me pasó muchas veces cuando jugué la Gran Campaña de Pendragón, pero sí me pasó en dos ocasiones. La primera, con los caballeros luchando en la Batalla del Castillo del Gozo, cuando un Troll sacó un crítico en un momento de la batalla y aplastó (literalmente) a un caballero.

En ese momento, uno de mis jugadores más despiadados y munchkins me miró y dijo con la mirada: no, tío, qué putada. Pero el caballero muerto se quedó muerto. Fue un momento poderoso.

El otro caballero murió a manos de un león, que son bichos peligrosos en Pendragón. ¿Cómo? ¿Que qué hace un león en Britania? Caballero, lea más libros de caballería: ¡la literatura artúrica está llena de leones! Pero no nos desviemos del tema. El caso es que, durante una aventura, enfrenté a los caballeros con un león, y este león se cargó a uno de los personajes. Dos zarpazos, y al hoyo.

Pero, en ese momento, hice algo que me hace sentir un poco sucio (sólo un poco; después de todo, estamos hablando de juegos de rol, for God's sake): hice que un PNK apareciera con una poción mágica y salvara al caballero. Y lo hice porque ese caballero estaba embarcado en una aventura que duraba ya varios años en las que iba realiando prueba tras prueba para poder casarse con una hermosa dama. Me enamoré de esa trama y salvé al caballero no por salvar a dicho personaje, sino por no fastidiar la trama. Ahora pienso que no debí hacerlo.

La razón es que hay un cierto tipo de narración en la que las muertes de los personajes, las muertes justas, las injustas, las arbitrarias y las merecidas, tienen un lugar en la mesa de juego. Estoy hablando de partidas que fueran como "Salvar al Soldado Ryan" o "El Guerrero Número Trece", o sandboxes y dungeons de la OSR, o partidas de ciencia ficción dura o militar. O de Canción de Hielo y Fuego o de Espada y Brujería, o de espías. O de Cthulhu. O de cualquier género, en realidad, siempre que cuentes con el reglamento adecuado, los jugadores adecuados y la actitud correcta.

Esto no quiere decir que haya que hacer de repente que cada partida sea una picadora de carne. No es necesario que los personajes sean siempre personajes de nivel 0 de Dungeon Crawl Classics. Pero muchas veces da la impresión de que este tipo de juegos son menos "sofisticados" o "wargamers" que los auténticos juegos de rol narrativos, en los que los personajes sólo mueren en momentos especiales y significativos, mientras dicen sus últimas épicas palabras y se sacrifican acabando con el malo de turno. No pasa nada, yo he jugado muchas veces a cosas así, y no sólo con los sospechosos habituales como FATE (donde a mí me resulta casi imposible matar personajes), sino con RuneQuest o el mismo Pendragón.

Y no, no es así. Yo me puedo divertir mucho jugando con personajes larger-than-life en Star Wars o en FATE, y desarrollando una narración épica en la que los encuentros sirvan para ir machacando a los personajes pero donde (realmente) no peligren sus vidas.

Pero también mola jugar a juegos donde lo que suceda dependa de las decisiones de los personajes y de la suerte de los dados; donde una misión suicida lo sea de verdad y sólo vuelva la mitad del grupo. Donde al comenzar una batalla tengas claro que un paso en falso o una mala tirada y estás muerto. Ese tipo de narración también tiene su atractivo, porque de algún modo esas historias también están ahí para ser contadas, y donde no hay dioses [léase, másters] que te salven el culo en el último momento porque estás luchando por una causa noble.

El año pasado dirigí una partida de rol por foro llamada Caballeros de Salisbury. Ahora estoy liado con otras cosas y la tengo en suspenso, pero nos dio tiempo a jugar una año completo, con cuatro aventuras y una batalla. Cascaron muchos personajes. Hubo jugadores que se cabrearon, porque habían invertido tiempo y ganas en crear un personaje chulo, con una buena historia detrás, y con planes de futuro, y murieron en el primer asalto de combate luchando contra un oso, o contra sajones. O ensartados por una lanza en su primera batalla. Algunos personajes me dio muchísima pena que murieran, porque estaban siendo muy bien interpretados, y parecía que iban a tener interacciones muy interesantes con otros personajes. Pero era necesario que cascaran porque era lo adecuado en esa narración: en "Pendragón" las múltiples ventajas sociales y de riqueza que tiene los caballeros están compensadas por el hecho cierto de que su vida está dedicada a la guerra y a que muchos de ellos mueren jóvenes.

Cuando terminaron las primeras aventuras y la primera batalla, los supervivientes, los veteranos, sentían que realmente habían sobrevivido a un año en la Britania pre-artúrica y que eran putos héroes, simplemente por estar vivos un año más. Hubo un jugador que me comentó que se había pasado todo la batalla convencido de que su personaje iba a morir. Este tipo de sensaciones sólo se consigue con cierto tipo de reglas, y tienen su atractivo en los mundos del rol. Dan como resultado un tipo de narración en la que, como máster, no puedes dar nada por seguro, porque los grandes romances, las grandes enemistades, o los grandes planes se pueden ver truncados en una sola partida por culpa de la mala suerte... un poco como en la vida real. Posiblemente ese sea parte de su atractivo.

Así que nada, no hay ningún problema en seguir jugando partidas épicas en las que realmente nunca haya una sensación de peligro para tu personaje, ¡yo he jugado así muchas veces! Pero probad el otro tipo de partida. Os puede sorprender lo excitante que puede llegar a ser (jugar a) vivir en el filo de la navaja.

Saludetes,
Carlos