En la lejana prehistoria de nuestra afición, es decir, en los 70 y los 80, las personas debatían sobre rol en las revistas dedicadas a ello. O en las Amateur Press Association de las que os hablé hace tiempo cuando reseñé el magnífico Playing at the World; básicamente, las APA las creaban personas que enviaban artículos a un coordinador que los editaba mínimamente, imprimía unas cuantas copias y luego las enviaba tanto a los autores de los artículos como a los suscriptores. Pero ya fueran APA o fueran revistas, estos eran los medios a través de los cuales los aficionados vertían su opinión en forma de artículos, cartas al director, o incluso contestaciones a otros aficionados. Playing at the World basa la mayor parte de su estudio sobre los primeros años de nuestra afición en la información obtenida de estas revistas.
En nuestro país, que se incorporó a partir de finales de los 80 y principios de los 90 al mundo de los juegos de rol, también hubo revistas, tanto publicadas por editoriales roleras (Líder, de Joc Internacional o Dragón, de Ediciones Zinco) como por aficionados (Troll, creada por los miembros del club Auryn). Los fanzines y las revistas eran el modo de comentar lo que publicaban las editoriales y clubes. El aglutinador de la comunidad rolera.
Una vez llegó internet, todo cambió. En el principio fueron las listas de correo, como Esencia, que se fundó en 1994 y fue uno de los lugares donde más se habló de rol en este país hasta los primeros años del siglo XXI. Pero también los foros y los grupos de noticias de Yahoo. Yo mismo me leía varias listas de correo roleras, casi todas dedicadas al mundo de Glorantha, incluyendo la de GloranthaHispana. A finales de los 90 mucha gente tenía sus propias páginas web, en su mayoría albergadas en servidores universitarios, y esto se prolongó hasta bien entrado el actual milenio.
En los primeros años del siglo XXI, llegaron Blogger (adquirido por Google en 2003), Wordpress y las redes sociales (Facebook en 2004, Twitter en 2006). Esos fueron los años en los que todos teníamos blog (el mío es de 2006) y empezábamos a hablarnos los unos a los otros a través de comentarios en dichos blogs o directamente en redes sociales. También fue el momento en el que comenzamos a descargarnos todo lo publicado y publicable en forma de ficheros PDF, usando Kazaa o eMule. Yo diría que el punto álgido de los blogs llegó a principios de los 10, y en materia de rol, coincidió con la vida de la red social más friki que ha existido, Google+, que existió de 2011 hasta su fin en 2019. Yo estuve el primer día que Google activó su red social y me quedé allí hasta el día que la cerraron. Después no supimos qué hacer con nuestra vida hasta que, al año siguiente, nos encerraron a todos en casa durante unos cuantos meses y comenzamos a clasificar la vida en Antes de la Pandemia y Después de la Pandemia.
Entre medias, Youtube y luego Twitch trasladaron la conversación al ámbito audiovisual. Más de uno y más de dos dejaron de bloguear y se pusieron a videobloguear. A finales de los años 10 y principios de los 20 los blogs estaban muertos y la gente discutía en redes sociales (Facebook y Twitter, sobre todo) o tenían su canal.
Yo diría que a día de hoy la conversación está abandonando las redes sociales, aunque aún se mantiene fuerte en las plataformas audiovisuales. Las redes sociales van perdiendo influencia por muchas razones, pero creo que la principal es que están sufriendo el proceso de «enmierdamiento» («enshittification») descrita por Cory Doctorow: las redes sociales comienzan siendo buenas para sus usuarios, a los que conectan entre sí. Pero una vez atrapados, comienzan a ser buenas para los que pagan por meter su publicidad en la red social, es decir, los anunciantes. Finalmente, una vez usuarios y anunciantes están ambos atrapados en ese ecosistema, dejan de ser buenas para unos y para otros y solo sirven para obtener dinero para su dueño (o sus accionistas). Esto se aplica a las redes sociales, pero también a servicios como los de Amazon. Si algo es gratis en internet es porque tú eres el producto.
Por supuesto, la discusión sigue en pie en redes sociales. Y en blogs. Y en foros. Y hasta en listas de correo. Porque somos tantos en el planeta y los cambios han sido tan rápidos, que suele haber gente suficiente como para alimentar muchos distintos tipos de comunicación y siempre hay alguien que se baja del carro y se queda donde está cómodo. Como yo, que sigo escribiendo en un blog :D.
Pero hay que ver las tendencias de la mayoría de la gente. Y yo diría que, a día de hoy, la gente se está yendo a canales privados o semiprivados como Telegram o Discord a hablar de sus cosas. Los grupos de Telegram son como un gran «timeline» sobre un tema concreto. Muchas editoriales y aficionados abren los suyos y, si se llega a una cierta masa crítica, no es raro que todos los días haya cientos o incluso miles de mensajes en uno de ellos. Son como redes sociales temáticas.
Discord es un servicio que permite conectarse por voz, vídeo o mensajes de texto y cada vez veo a más editoriales crear su propio grupo de Discord para hablar de sus juegos. Se pueden crear distintas salas y ordenarlas por temáticas, como por ejemplo, por los distintos juegos de una compañía. Para mí son algo muy similar a los foros.
El hecho de que la mayoría de las empresas roleras tengan sus propios grupos de Telegram o Discord, o que haya grupos de Telegram y/o Discord para todo tipo de juegos nos indica que es el nuevo lugar al que han (hemos) migrado los frikis para hablar de nuestras cosas. Creo que es un modo de huir del ruido que invade las redes sociales y poder hablar de «nuestras cosas». Se pierde en ese sentido el tener una información más amplia de lo que sucede en el mundo, pero teniendo en cuenta las guerras culturales y el grado de polarización que invaden las redes sociales en este momento, probablemente es mejor una retirada a tiempo.
Es cierto que usar Discord como si fuera un foro lleva a preguntar que por qué no crear directamente un foro. Sospecho que la respuesta es que Discord se está usando como agregador de foros: uno se instala el Discord en el móvil y cuando se conecta al aparato va dándose una vuelta por todos los foros a los que pertenece.
El principal problema que le veo a esta migración de los usuarios a Telegram y Discord es que no dejan de ser servicios propiedad de una empresa que tratará de sacarle rendimiento de un modo u otro (avanzando en su proceso de «enmierdamiento»). Puede que los actuales dueños de Telegram y Discord sean ángeles de luz que mantienen el servicio funcionando por razones altruistas, pero la experiencia de Twitter demuestra que todo empresa está a solo un par de miles de millones de dólares de sufrir un Elon Musk.
Y por otro lado, toda la conversación que antes tenía lugar en foros, blogs y redes sociales estaba en internet de modo público y, en teoría, se podía consultar en cualquier momento por medio de sistemas de búsqueda, ya fuera integrados dentro del propio sistema o simplemente a través del uso de buscadores web. Todo lo que se está escribiendo en Telegram o Discord está siempre a una mala decisión empresarial de perderse para siempre.
Yo a estas alturas soy de los que se ha ido quedando atrás. Ahora mismo estoy en algunos grupos de Discord, en los que apenas participo. Soy algo más activo en diversos grupos de Telegram (uno de librojuegos y un par de diversos sistemas roleros) pero ya voy notando cómo me agobia el tener todos los días que revisar los mensajes de toooodos los grupos a los que pertenezco. El de rol en solitario publicaba tanto que dejé de seguirlo de forma activa. Cualquier día de estos me borro de la mitad de los grupos, o de todos.
En cualquier caso, creo que seguiré publicando en mi blog. Ni yo mismo me acuerdo de todo lo que he publicado, pero de cuando en cuando sí que repaso algunas entradas. O buscando algún concepto a través de un buscador, poniendo «Frikoteca» + «lo que sea». Eso es casi imposible en Telegram o Discord, o al menos yo no logro encontrar la motivación para adentrarme tanto en estos modos de comunicación de los años 20.
Visto el modo en el que van cambiando los usos y costumbres del común de los mortales y hasta del más raro de los frikis, en un par de años o diez, si aún no se nos ha llevado una riada, un megaincendio o el típico huracán mediterráneo, a saber dónde estaremos hablando. Espero por lo menos que siguamos hablando los humanos y no sean las IA las que estén creando contenido y después leyéndoselo ellas mismas ;).
Saludetes,
Carlos
P.D.: ¿En cuántas redes sociales, grupos de Telegram y servidores de Discord estáis ahora mismo? Yo de redes sociales solo en Mastodon; en tres grupos de Telegram realmente activos (y otros cuatro más parado); y en tres o cuatro grupos de Discord que, confieso, no miro más que un par de veces al mes, como mucho.
[Añadido el 6/10] P.D.2: Se me ha olvidado añadir un modo adicional de comunicación; las listas de correo. A través de servicios como Substack se están popularizando las listas de correo que llegan directamente al mail del suscriptor y, al mismo tiempo, se pueden consultar online como si fueran un blog. Está visto que todo vuelve.
De esas cosas, en ninguna.Tengo un agregador de RSS con más de 100 suscripciones (blogs de editoriales, de autores, de reseñas, la taberna de Tenkar, de gente de la OSR, Rol de los 90, este blog...); las listas de correo de Ben Milton, Chris McDowall y algún otro; los correos que me llegan por kickstarter y un paseo diario por las novedades de Tesoros de la Marca.
ResponderEliminarVaya, y yo que pensaba que estaba apuntado a pocas cosas :D.
EliminarEl agregador RSS es similar a lo que yo tengo en la columna derecha de mi blog, que son un montón de feeds RSS de los blogs que sigo.
¡Las listas de correo se me había olvidado mencionarlas! Lo cual tiene delito porque estoy apuntado a cuatro o cinco. Hasta hace poco mi preferida era 7 días de rol, pero por desgracia su autor, Félix Ríos, la dejó de publicar. Por desgracia para mí, aunque me alegro de que se tomara un descanso porque tenía que ser un curro impresionante recopilar toda esa información de forma semanal.
En los correos de Kickstarter y en echarle un vistazo de cuando en cuando a Tesoros de la Marca coincidimos :D.
2 redes sociales, 5 grupos de Telegram y varios servidores de Discord que ya no miro casi nunca.
ResponderEliminarDel fenómeno tras la caída de Google+ me fastidia que tanto Discord como Telegram son de acceso privado, no salen en "el listín" de Google, así que si no conoces su existencia, si no te invita alguien, no te enteras ni de que existen. Parecemos compartimentos estancos, islas remotas que no salen en ningún mapa. Pero creo que aun así se han hecho populares porque, al contrario que los foros, no tienes que recordar e introducir el usuario y la contraseña para entrar o se pueden mirar directamente en el móvil.
Para mí lo mejor son los foros, porque son públicos y permiten tener la información agrupada y disponible, pero se usan cada vez menos.
Estoy de acuerdo en que uno de los problemas de los grupos de Telegram y Discord es que no es sencillo dar con ellos. Pero me parece todavía peor el hecho de que, al no ser webs abiertas, no se están indexando y por tanto todo lo que se habla en estos grupos se pierde. Si algún día cierran (que es lo más probable), toda esa discusión será imposible de recuperar.
EliminarY sí, probablemente han triunfado sobre los foros porque son una especie de «agregador» de foros, en el sentido de que te das de alta una vez y a partir de ahí puedes ir accediendo a ellos desde una única app.
Los foros «de verdad» tienen el problema de que es necesario que exista un número de gente mínima que lo ponga en marcha y lo administre, y que lo mantenga a lo largo de los años. Todos los que yo conozco que tengan un buen tamaña terminan teniendo que imponer normas duras y nombrar a un equipo de moderadores que mantenga el orden en el foro (pienso en RPG.net o Comunidad Umbría). Es bastante curro, muy ingrato, y no me extraña que mucha gente termine por desistir.
Te prometo que llevo un par de días pensando en una entrada similar pero mucho más centrada en un tema... Y también más ácida. Ahora me siento conminado a escribirla jaja.
ResponderEliminarYo fuera de Con D de Dados (que, por suerto, sigo pudiendo sacar cosas) y comentarios en algunos blogs, estoy bastante presente en Telegram por el tema de la editorial. Pero es curioso porque ahí no soy Nirkhuz, soy 'Javier el de Outremer', y la verdad, no me gusta demasiado. Este es un trance por el que hay que pasar y tragar, igual que por Twitter (que sólo me lo hice para la editorial y es la única red social en la que estoy de verdad). Si alguna vez le pasa algo a la editorial, lo más posible es que salga de todos esos sitios y me quede en el blog y hablando con las personas que ya conozco por distintos medios. Echo de menos la comunidad, pero solo a medias, porque mira que también hay problemas y arrastramos decenas de cotilleos y cosas chungas que no traen nada bueno...
No se, este es un tema que me da mucho que pensar, y generalmente siempre para mal, tristemente. Supongo que lo veo todo un poco negro, algo habitual en mi por otro lado.
Te creo, te creo, ¡las grandes mentes pensamos parecido! :P. O, fuera cachondeo, puede que la idea esté flotando en el aire y simplemente cada uno demos nuestra opinión sobre ella.
EliminarTambién te digo que mi entrada iba a ser algo más ácida, con la intención de comentar que las redes sociales apestan y los canales tipo Telegram y Discord terminarán apestando también... pero al final creo que la escritura me ha ido llevando a una visión más «histórica» de la cuestión, lo cual es bastante común en este blog :D.
Lo que sí tengo claro es que cada vez me alejo más de las redes sociales y programas propiedad de una compañía. Porque una de dos, o son de pago, o se financian vendiendo tus datos personales. Creo que es más honesto que sean de pago, la verdad.
Centrándonos en tu situación, me resulta curioso lo de que no te guste ser Nirkhuz y Javier a la vez; yo eso lo resolví en su momento usando mi nombre real en todas partes :D. Algo que, por cierto, hice por primera vez cuando me di de alta en The Forge, donde te pedían que usaras tu nombre auténtico en lugar de un apodo. Pero que me resulte curioso no quiere decir que no lo respete. Es cierto que al final, al tener un negocio, tienes que imprimir cierta seriedad al mismo y obligarte tanto a llevar redes sociales como a pensarte lo que dices en las mismas, porque te juegas las habichuelas.
Entiendo lo que comentas de que si la editorial cerrase te volverías a tu blog porque, ejem, es algo que yo he hecho hasta cierto punto. La Frikoteca es mi hogar, el lugar donde más a gusto escribo. El blog ha sobrevivido incluso a Google+ :D. Tengo presencia en Mastodon y en un par de grupos de Telegram (algunos de los cuales compartimos), pero no me importaría cerrarlos. En Mastodon, por ejemplo, apenas hablo de rol. La comunidad está bien, pero me satisface más crear contenido y estar a mis mierdas. Los libros de mis abarrotadas estanterías no se van a leer solos ;).
Creo que te vendría bien dar tu opinión al respecto en tu blog. Aunque solo fuera por desahogarte un poquito.
Yo también andaba en The Forge, con un nombre real... Que no era el mío jaja. Siempre me he preciado bastante de mi anonimato, incluso ahora que soy 'público', y es complicado sacar nada de mis amigos, familia o gente cercana buscando sobre mi en la red. Lo se, porque lo intento regularmente. No me gusta 'estar ahí', de forma pública, y pienso que todo el mundo de las relaciones parasociales tiende a ser en general malo.
EliminarY me trae cierta esperanza que en mi generación somos muchos así. De todos mis amigos, sólo 1/4 están metidos en distintas RRSS. Al final hay todo un mundo ahí fuera y esto nos suele impedir verlo.
Sea como sea, me he puesto a escribir la entrada y he parado porque vaya, menuda cantidad de bilis. No puedo escribir sobre la OSR sin sentir que soy un poco capullo jaja. La entrada se llamaba '¿Dónde está la OSR hispanohablante?' y he preferido dejarla parada unos días, a ver si la vuelvo a leer la semana que viene y puedo matizarla...
En fin, iremos viendo. Gracias por los consejos, yo ahora mismo estoy intentando hacer una cosa muy rara con respecto a la editorial y mi mismo y no se si merecerá la pena. Pero intentarlo, lo intentamos... Aunque esté viendo cosas que no me gusten, también te digo.
Pero si eso ya hablaré del tema en otro momento, con la total esperanza de que nadie me haga caso, porque consejos vendo, que para mi no tengo...
OSR hispanohablante? Aquí, levanto la mano! Ojalá hubiera un repositorio/comunidad OSR, estaría muy bien. Pero me temo que somos cuatro gatos :(
Eliminar@Nirkhuz, yo la verdad es que en la red no suelo poner cosas demasiado personales, casi todo lo que escribo es sobre mi vida «friki». Aun así, estoy seguro de que se pueden encontrar más datos sobre mí de lo que me gustaría. Al menos ni por Facebook ni por Twitter se puede minar nada sobre mi vida privada.
EliminarEs interesante lo que comentas sobre que tu generación tampoco está tan metida en redes sociales; yo diría que siempre hemos creído que las RRSS eran más importantes de lo que son. Y espero que lo sean menos en el futuro.
Con respecto a tu entrada sobre la OSR, hay que tener en cuenta que es un movimiento que es un nicho dentro de un nicho dentro un nicho. No sé si hay suficiente masa crítica como para mantenerlo en pie en España o incluso en el mundo hispanohablante. Tengo interés por ver qué sacas en conclusión, aunque haya un exceso de bilis.
@Stormcrow te digo lo mismo que a Nirkhuz, creo que tienes razón y somos cuatro gatos. Es complicado crear una comunidad fuerte siendo tan pocos. Yo diría que el lugar donde más leo sobre contenido OSR es el canal de Telegram de la Marca del Este, que a día de hoy está formado por 481 miembros.
En mi opinión la OSR nació en los foros dedicados a las ediciones antiguas (Knights & Knaves Alehouse, odd74, etc.), se desarrolló entre dichos foros y los blogs que surgieron a principios de siglo y se hizo extremadamente popular en Google+. Los blogs son menos activos y de Google+ la mayoría se fue a Twitter, pero creo que los foros siguen ahí, inasequible al desaliento. Por supuesto, en inglés.
La verdad es que el tema da mucho de sí, y desde muchos puntos de vista. Lo fácil es decir que G+ era la casa de todos y que la diáspora que provocó su cierre causó una atomización que hace que sí, que todos vivamos en nuestras pequeñas torres de marfil. Pero como bien has dicho, también tiene que ver la evolución de las vías de comunicación digitales, lo efímero y fugaz que se está volviendo el contacto a ciertos niveles, y lo imprevisibles que son algunos canales de comunicación. Se ha pasado de que dé pereza leer un artículo entero, a que dé pereza ver un vídeo... a que dé pereza leer más de dos líneas. Todo es inmediato, fungible, descartable, en cinco segundos. Y por si todo eso fuera poco, el fondo la atomización que mencionaba no es sino reflejo de la atomización del propio mercado y del propio hobby, que ya de por sí es bastante nicho, así que... es normal que no nos encontremos mucho.
ResponderEliminarYo nunca he sido muy de redes sociales, con la fulgurante excepción de G+, donde me encontraba en mi salsa. Allí estábamos todos (ya, no es verdad, pero lo parecía), lo tenías todo al alcance de un clic y si querías recuperar algo, no te costaba encontrarlo. Para mí no era una red social, o no al menos con las connotaciones que tiene el término hoy en día. Luego la cerraron y anduve vagando un poco, porque como digo no me gustan ni Twitter, ni Instagram, ni... nada de nada. Al final acabé desarrollando mi (limitada) actividad en Discord, una plataforma que odio bastante (no dejo de considerarla un "chat evolucionado"), pero donde resulta que acabó toda una serie de gente con la que me interesaba mantener el contacto. Lo único que me gusta de ella es lo inmediato de su comunicación, pero no me gusta casi todo lo demás: que no se pueda encontrar en buscadores, que lo que se vierte allí sea complicado de buscar o de localizar con el tiempo, que las editoriales lo estén usando como vía alternativa de comunicación ("Mira, no te voy a enviar una nota de prensa, pásate por nuestro Discord y allí lo encuentras, búscalo tú mismo, y no me hagas ping ni me nombres, que me molesta")... en fin, que si chaparan tampoco me preocuparía mucho. De Telegram no tengo ni cuenta.
Para cosas más permanentes... pues a mí me queda el blog, por obsoleto y trasnochado que parezca. Yo soy viejuno, de los que prefieren la palabra escrita, y de los que prefieren que las cosas permanezcan para poder volver a consultarlas con el paso del tiempo... al menos, hasta el día que chape Wordpress. Pero cuando llegue ese momento ya pensaremos adónde vamos, ¿no?
P.D. Qué bueno lo de las listas de correo. A ver si Google va a volver abrir sus grupos... :D
Estoy de acuerdo en no mitificar Google+. Supongo que fue una herramienta que surgió en el momento adecuado y a la que nos adherimos los roleros en masa. A ver, seguro que en masa tampoco; siempre hemos dicho, y seguro que es cierto, que en las redes sociales no estamos más que una reducida parte de las personas que juegan al rol. Pero creo que sí estábamos un porcentaje significativo de los aficionados, y bastantes de los que movían un poco la conversación o incluso los productos que se publicaban en la escena mas indie.
EliminarLa cosa terminó cerrando y la diáspora subsiguiente nos envió hacia todos los confines de internet. Unos terminaron en redes sociales, otros en foros, otros en sus viejos blogs, etc. En cierto sentido, vivimos en un mundo rolero post-apocalíptico. El viejo imperio, la nación que nos unía, se terminó, y ahora cada cual se busca la vida como puede, llegando a mitificar los Viejos Buenos Tiempos.
Si te paras a pensarlo, es un comportamiento bastante típico en los humanos.
Con respecto a Discord, estoy de acuerdo. Lo que peor llevo es que sea algo cerrado. Como alternativa a los foros no me parecería mal si no fuera porque no puedes echar un vistazo sin tener cuenta. Y que no se indexa en web. En realidad, es que no es una web. Es otra cosa.
Si no te gusta discutir de rol por Discord porque te parece un chat evolucionado... buff, ni te acerques a Telegram, que lo es un grado aun mayor.
Y un último comentario sobre lo que comentas de que todo va cada vez más rápido: en mi familia se ha metido en el mundillo de TikTok mucha gente. Los sospechosos habituales son los adolescentes, pero es que también está mi mujer, mi suegra, etc. Y consumen vídeos cortos a velocidades de vértigo. Se entretienen con ello, lo prefieren a la tele. Se tiran una hora o dos viendo lo que el algoritmo les da, y cada vez refina más lo que les gusta. Lo curioso es que los vídeos son cada vez más cortos, y que eso lo están recreando también otras plataformas como Youtube, que ahora publica vídeos cortitos (creo recordar que los llama Youtube Shorts).
La cuestión es, ¿hasta dónde va a llegar el recorte de tiempo de cada vídeo? ¿Se pueden hacer más cortos aun? ¿Vídeos de segundos? No me quiero poner muy anti-tecnología, pero es cierto que nuestra capacidad de atención cada vez parece menor. De los vídeos a los vídeos cortos, de los blogs a las plataformas con microtextos como Twitter.
Será lo que será, por supuesto, pero no lo veo sano. Creo que nos estresa. Es un auténtico bombardeo de imágenes y vídeos. Sospecho que algo nos tiene que estar haciendo al coco.
Buenas! Cuando dices "Yo a estas alturas soy de los que se ha ido quedando atrás. Ahora mismo estoy en algunos grupos de Discord, en los que apenas participo. Soy algo más activo en diversos grupos de Telegram (uno de librojuegos y un par de diversos sistemas roleros) pero ya voy notando cómo me agobia el tener todos los días que revisar los mensajes de toooodos los grupos a los que pertenezco. El de rol en solitario publicaba tanto que dejé de seguirlo de forma activa. Cualquier día de estos me borro de la mitad de los grupos, o de todos.", me he sentido muy identificado. Quizá me está haciendo mayor, pero siento que no tengo fuerzas para seguir grupos de Telegram que cada día tienen cientos de mensajes.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola, Josep. El caso es que los grupos de Telegram tienen la ventaja de que suelen tener una sala principal en la que tiene lugar la mayoría de la discusión y que eso permite enfocar la misma. En muchas ocasiones surgen debates interesantes.
EliminarPero tener que leer todos los mensajes todos los días es un poco agobiante. En ocasiones alguien te menciona y entonces ya sería maleducado no responder, pero eso muchas veces obliga a leer varios cientos de mensajes.
No sé, es cierto que nadie nos fuerza a participar, pero es como una compulsión, la de tener siempre todo leído. Y eso termina agobiando. No creo que dentro de un año siga estando presente en tantos grupos de Telegram y Discord como hasta ahora :/
Yo no estoy en muchas cosas principalmente porque soy muy selecto y me gusta darle el tiempo que se merecen.
ResponderEliminarMe gustan los blogs, runeblogger, roldelos90, este mismo y algún otro que espero recupere pronto la salud y el entusiasmo.
En telegram me flipa el grupo de Glorantha hispana, me parece una comunidad entrañable que me recuerdan los valores que más aprecio de una comunidad rolera.
Discord es demasiado para mi y lo he intentado mucho. Destacaría Irmandades do dado, para rol en lengua galega.
Facebook me flipan algunos grupos, las aportaciones de Jeff Richards en el de Runequest son encantadoras y algunas comunidades del ámbito de D&D sin un amor.
BRPforum es otro lugar maravilloso. Sobre todo porque lo que me pobe de verdad es el DIY, cacharrear con BRP y las ambientaciones caseras.
Y en instagram sigo a ilustradores, los que en mi opinion son los grandes olvidados del mundo editorial y que desempeñan un papel clave a la hora de hacer volar nuestra imaginación.
Estoy convencido de que el grupo de Glorantha Hispana de Telegram me gustaría, pero sé que no debo entrar en más grupos. Ya me cuesta seguir a los que tengo abiertos...
EliminarDel resto que comentas (Discord, Facebook, foros) el problema es que no me da la vida. Bueno, y en el caso de Facebook, que no quiero estar en Facebook :D. Pero estoy seguro de que en todas estas opciones de comunicación hay grupos maravillosos.
Por cierto, BRPForum también me gusta mucho. En realidad los foros parecen inasequibles al desaliento: aguantan con mayor o menor salud contra viento y marea.
Los ilustradores lo tienen crudo con la llegada de las IA. Entiendo a los editores o creadores que tiran de IA para abaratar sus costes, pero creo que son perjudiciales a muchos niveles. Pobres ilustradores, y pobres traductores y pobres de nosotros.