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12 diciembre 2006

Pendragón. Año 490

De cómo se luchó la Batalla de Lindsey y de cómo el Duque Gorlois ofendió gravemente al Rey Uther, traicionando las leyes de la Hospitalidad

"El Rey Uther masacra al ejército de Octa y Eosa en la gran batalla de Lindsey. Sir Amig el Asesino de Sajones captura al Rey Octa. Sir Lady Liana sufre una herida muy grave en la batalla. El Rey Uther desea a la esposa del Duque Gorlois, Ygraine e impide que vuelvan a su casa. Cuando los caballeros de Salisbury descubren al Duque y su esposa tratando de escapar tratan de deternerles pero son derrotados. El Rey Uther clama venganza contra Gorlois" - Saxo Grammaticus, cronista.

Este año se preparó la gran batalla contra los sajones. El Rey Octa, hijo de Hengest, había devastado Malahaut, y obligado a los reyes del norte a esconderse en sus castillos. El Rey convocó a sus barones y condes, y junto con el Duque Gorlois de Cornualles y el Duque Ulfius de Silchester, cabalgó al frente de su ejército para encontrarse con los Sajones. Brastias, el guardaespaldas del Rey, comentaba que el primo del Rey Octa, Eosa el Gigante, era tan grande que ningún caballo podía con su peso. También se rumoreaba que el Rey Octa tenía un hacha mágica, y que quería vencer a Uther para quitarle Excalibur y ofrecérsela a su primo.

El ejército de Uther, con más de 2.000 caballeros y 5.000 infantes, se encontró con el ejército Sajón en las afueras de Lindsey. En el último momento, una tribu de Germanos bajo el liderazgo de su caudillo, Eomund, se había unido al Rey Octa. Juntos, los Sajones habían reunido más de 10.000 guerreros. La noche antes de la batalla, Merlín se presentó ante los jefes Sajones y les asustó con predicciones de muerte y derrota.

A la mañana siguiente, comenzó la batalla. Sir Amig lideraba una lanza de diez caballeros entre los que se encontraban Sir Lady Liana, Sir Morians, Sir Hewgon y Sir Callaghan. El Conde Roderick y sus vasallos estaban en el centro del ejército, junto al Rey Uther, y enfrentados al Rey Octa. Gorlois defendería el flanco izquierdo contra Eosa el Gigante y Ulfius el izquierdo contra Eomund y sus Germanos.

"¿Sir Amig el Asesino de Sajones nos lidera? Estamos perdidos" - Sir Meone, caballero de Salisbury muerto en la Batalla de Lindsey.

Los ejércitos se encontraron, las lanzas volaron en pedazos y los guerreros de uno y otro bando cayeron heridos de muerte. La batalla se prolongó durante horas y grandes hechos de armas se realizaron en ambos bandos. Sir Amig lideraba a sus hombres de uno a otro lado de la batalla. Cuando ya habían pasado más de tres horas, un gran alborozo llenó las filas de los Britones, puesto que el Duque Gorlois había capturado a Eosa el Gigante, y todo el flanco derecho Sajón se derrumbaba y huía. En ese momento un heorthgeneat infligió una herida grave a Sir Hewgon con su espada y este se vio obligado a abandonar el campo de batalla ayudado por su escudero.

Sir Amig ordenó seguir presionando y pronto el centro del ejército Sajón comenzó a colapsarse. ¡Victoria para el Rey Uther! Entre las nieblas de la batalla, Sir Amig y los caballeros de Salisbury divisaron un estandarte con un lobo con las fauces ensangrentadas: el estandarte de batalla del Rey Octa. Junto a él, el mismísimo Rey Sajón se erguía, protegido por su guardia personal de heorthgeneat a caballo. Sir Amig no se lo pensó e inspirado por su odio a los Sajones, cargó contra el Rey. Los caballeros de su lanza, incluyendo a Sir Morians, Sir Lady Liana y Sir Callaghan, cargaron tras de él.

"¡Muerte al Sajoooooooón!" - Sir Amig en uno de sus días buenos.

Sir Amig y el Rey Octa lucharon uno contra el otro. Era maravilla verlos luchar, puesto que ambos eran grandes guerreros muy igualados. Los caballeros de la lanza de Sir Amig se enfrentaron a los heorthgeneat de la escolta del Rey. Sir Lady Liana sufrió una herida mortal cuando un heorthgeneat le atravesó con su lanza y cayó inconsciente de su caballo. Su escudero consiguió apartarla de la lucha. Sir Morians seguía trabado en combate contra un guerrero cuando Sir Callaghan acabó con su enemigo y corrió a ayudar a Sir Amig. Enfrentado a dos poderosos guerreros, el Rey Octa sufrió una herida que le arrojó del caballo: ¡los caballeros de Salisbury habían logrado acabar con el comandante enemigo!

El último resto del ejército Sajón se retiraba y los Britones comenzaron a perseguirle. Después de comprobar que Sir Lady Liana era llevada a retaguardia para ser tratada de sus graves heridas, Sir Morians y Sir Callaghan comenzaron la persecución del enemigo. Entre los dos acabaron con otra media docena de Sajones mientras huían.

Todos los soldados y caballeros Britones recibieron su parte del botín, suficiente para mantenerles como caballeros ricos durante muchos años. Aunque muchos buenos hombres estaban muertos o severamente heridos, esta había sido una gran victoria. El Rey Octa y Eosa habían sido capturados y su ejército masacrado. El Príncipe Madoc lideró a un grupo de voluntarios que saquearon las tierras de los Sajones, consiguiendo aún más botín para ellos y para sus señores.

En Lindsey tuvo lugar una gran fiesta. En ella, Sir Morians y Sir Callaghan compartieron el salón con el Rey Uther y otros grandes señores, como recompensa por haber ayudado a capturar a Octa. Recibieron ricos presentes del Rey, incluyendo un hermoso caballo de batalla blanco cada uno. En un momento del banquete una hermosa dama entró en el Gran Salón del Duque Lindsey y recitó un poema glosando la valentía de los caballeros. Sir Callaghan se sintió hechizado por la belleza de la dama, que no era otra que Ygraine, la mujer del Duque Gorlois, y desde entonces la deseó para sí. No fue el único, puesto que el Rey Uther no dejó de mirar a la Duquesa Ygreine hasta que esta se marchó, algo que no pasó desapercibido al Duque Gorlois.

"Arf, arf, arf" - Sir Callaghan, dando su opinión sobre la belleza de la Duquesa Ygraine.

El Conde Roderick y su séquito acompañaron al Rey Uther hasta las tierras de Malahaut. Allí Uther se reunió amistosamente con el Rey de Malahaut. Seguidamente, Uther viajó hasta el norte, para encontrarse con los reyes Britanos de más allá del Muro de Adriano. Los Reyes de Rheged y Garloth y el Duque de Cambenet se reunieron con Uther, pero ni el Rey Lot de Lothian ni el Rey Uriens de Gorre, los dos Reyes más poderosos de Escocia, quisieron reunirse con el Rey Uther. Uther mostró Excalibur a los grandes señores, que quedaron muy impresionados.

El tiempo pasó y el Rey Uther continuó su viaje por las tierras de Logres. Poco a poco fue liberando a los grandes señores para que regresaran a sus tierras a pasar el invierno, pero por alguna razón se negaba a liberar al Duque Gorlois y su esposa. Sir Hewgon consiguió enterarse de que en la corte se rumoreaba que la razón de esta negativa era que el Rey deseaba a la Duquesa Ygraine.

"¿Rumores? ¿Qué rumores?" - Sir Morians, haciendo gala una vez más de sus dotes de percepción.

El Rey y sus compañeros llegaron por fin a Londres, donde Uther informó al Conde Roderick de que podía volver a Salisbury. Sir Lady Liana y Sir Hewgon se habían recobrado de sus heridas, aunque Sir Lady Liana sufría aún por las secuelas, por lo que, acompañados de Sir Morians y Sir Callaghan, salieron a pasear por las calles de la gran ciudad de Londres. Por la noche, mientras volvían a sus aposentos, vieron a unas figuras que se escabullían por una poterna de los muros de la ciudad. Ya que las puertas de Londres se atrancan de noche, sólo podían tratarse de traidores o conspiradores. Los caballeros de Salisbury se hicieron ver y pidieron a los hombres que se identificaran. Su sorpresa fue mayúscula al descubrir que se trataba del Duque Gorlois y la Duquesa, que se marchaban de la corte sin el permiso del Rey: un acto que iba en contra de las leyes de la Hospitalidad y que además constituía alta traición. Los caballeros instaron al Duque a regresar, pero este no les hizo caso. Sir Lady Liana observó que una de las acompañantes del Duque era Nínive, una de las Damas del Lago, poderosas hechiceras paganas. Ante la negativa de los caballeros a dejarles marcharse, el Duque Gorlois, enfurecido, ordenó a sus hombres que les cubrieran mientras ellos se marchaban. Cinco caballeros de Cornualles se enfrentaron a los de Salisbury. Estos sacaron sus espadas y se lanzaron a la lucha, pero eran menos y no llevaban ni sus armaduras ni sus escudos. Sir Lady Liana volvió a sufrir una herida grave y cayó inconsciente. Sir Morians y Sir Callaghan también fueron derrotados y Sir Hewgon se rindió en nombre de sus compañeros. Los caballeros de Cornualles les dejaron y huyeron en la noche para reunirse con su señor.

"Que atentado contra las leyes de la Hospitalidad... estoy destrozado... así no se puede luchar" - Sir Hewgon, después de fallar su tirada de Pasión por Hospitalidad.

Cuando el Rey Uther fue informado de estos acontecimientos montó en cólera. Durante muchos días nadie se atrevió a acercarse al Rey salvo Sir Brastias y el Duque Ulfius. El Rey no iba perdonar esta traición y estaba decidido a iniciar la guerra contra el Duque Gorlois.

Al regresar a Salisbury, Sir Lady Liana informó a sus compañeros que, debido a sus graves heridas, se retiraría a las tierras de su marido, Sir Hywel, para reponerse y recuperarse. Sir Hewgon por fin consiguió permiso del Conde Roderick para casarse con Lady Adwen, a la que llevaba cortejando casi cinco años. La boda fue espléndida, y Sir Hewgon se convirtió en un caballero rico gracias a los múltiples señoríos de su esposa. Cuando al año siguiente nació Lors, el primer hijo de Sir Hewgon, la felicidad de este fue casi completa.

"Si mi familia no hubiera comenzado a desaparecer en el Bosque Salvaje como la tuya, Sir Morians, sería completamente feliz" - Sir Hewgon, siempre optimista.

En un último golpe de mala suerte, Oswulf el Sajón, que estaba siendo retenido en el feudo de Sir Hewgon, consiguió escapar. Al parecer su hijo Osmund lideró una banda de merodeadores que atravesó todo Logres escabulléndose gracias a que el país estaba libre de guarniciones.

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