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26 enero 2020

Revisitando "La Comunidad del Anillo"

Esta semana he visto con los críos (y mi Santa Esposa) de nuevo La Comunidad del Anillo. Película que, junta Harry Potter y la Piedra Filosofal, inauguraron un milenio (ambas se estrenaron en 2001) en el que la fantasía salió de las bibliotecas y los centros de cálculo y tomó por asalto la cultura popular. Los frikis hemos terminado dominando el mundo :D. Las pelis de Marvel y Juego de Tronos vinieron después, pero la obra basada en El Señor de los Anillos fue pionera.

Recuerdo cuando, aún en la Universidad, me comentaron que Peter Jackson iba a dirigir una saga basada en la obra de Tolkien. Mi primer pensamiento fue "¿el director de Tu madre se ha comido a mi perro? Bueno, lo creeré cuando lo vea". Y, como casi siempre que intento predecir el futuro, me tuve que comer mis palabras. Ñam, ñam, mmmm, ¡qué sabrosas!

Hace un par de años ya les conté a los niños El Hobbit en forma de narración antes de irse a dormir, y poco después les puse la película. Sí, digo "la" película porque no les puse las tres pelis, sino una versión recortada de tres horas y media que me encontré por Internet y que funde las tres pelis y quita todo lo que no salga en el libro original. Los niños creo que lo disfrutaron bastante, aunque yo siempre les decía cosas como "¿os acordáis de que Bardo mata al dragón de un flechazo? Aquí usan una catapulta porque claro, han hecho tan grande a Smaug...". Pero vamos, creo que disfrutaron mucho tanto del libro como de la película.

No les puse en ese momento las tres películas de El Señor de los Anillos porque creo que es una narración mucho menos tipo "cuento de hadas" que El Hobbit

. Hace un par de años creo que, sobre todo el pequeño, aún no estaban preparados para disfrutar de la peli. El otro día decidimos que ya sí lo estaban, y nos revisionamos la primera película.

Tengo que decir sin género de dudas que es la que más me gusta de las tres. Sigo opinando que, probablemente, porque es la que más se parece a los libros originales. Las siguientes películas fueron introduciendo cambios que se basaban en modificaciones que habían sucedido en películas anteriores que pocas veces me parecieron del todo acertados. En cualquier caso, os comento mis impresiones de esta película que vi hace casi, snif, dos décadas:

  • La banda sonora enamora: en serio, mira que a lo largo de los años he oído muchas veces la banda sonora con los cascos en el curro, pero verla de nuevo interpretada a lo largo de las escenas es bastante impresionante. La música cuando Aragorn y Arwen están en Rivendel es maravillosa, la acción en Moria, el pesar de la Compañía después de la muerte de Gandalf... vamos, que es una banda sonora increíble. Yo siempre he dicho que no tengo oído para la música, así que puede que alguien me diga que en realidad es una castaña. Eso no va a evitar que me siga gustando :).
  • El encargado del casting fue un genio: creo que la primera vez que me dije a mí mismo que la película iba a molar fue cuando vi en el trailer a la Compañía abandonando a cámara lenta Rivendel. Ese Gandalf en primer lugar, los hobbits, Legolas y Gimli... yo los vi y me dije a mí mismo que, por lo menos en la elección de actores que pegaran con los personajes, los encargados habían acertado. Recuerdo también que pensé que el personaje de Aragorn igual no era todo lo señorial que debía, pero Viggo Mortensen nos terminó enamorando a todos en este papel y ahora no me puedo imaginar a nadie más adecuado. Lo que hace el carisma de un actor. Visualmente la película funciona a tantísimos niveles. Creo que en esta primera película los decorados y los actores encajaron como un guante con mi visión de la Tierra Media.
  • El Boromir de la peli es más simpático que el de los libros: no, en serio, Sean Bean hizo un grandísimo papel como el guerrero noble pero tentado por el Anillo. Supongo que es por pequeños detalles como que se le vea entrenar a los hobbits, o que hable con Aragorn sobre su preocupación por la caída de su ciudad o por mil y un detalles que me llevan a verlo como una figura trágica, que se pierde por razones nobles y también por el poder del Anillo. La tentación de usar el poder para solucionar los problemas. En los libros, su figura no se me hace tan simpática como en la película, y este es un ejemplo de personaje que para mí gana en su adaptación a las películas (su hermano, en cambio, no; pero eso es un comentario para otra entrada).
  • Toda la parte de Moria es maravillosa: la maravillosa puerta escondida, tan fiel al dibujo del libro; el ataque del guardián de las profundidades; la sensación de claustrofobia cuando se quedan atrapados en la entrada, Gandalf enciende una tenue luz y dice que tienen cuatro días de viaje; la charla de Gandalf a Frodo sobre que no se apresure a arrebatar una vida; la pelea en la Tumba de Balin (y la frase "¡tienen un Troll de las Cavernas!"); la escena con la escalera (que no está en el libro) en la que estás todo el rato pensando, se caen, se caen; la aparición del Balrog; la muerte de Gandalf; la Compañía destrozada después de escapar sin el Mago... en fin, toda esa parte me parece brutal, inspiradora, maravillosa. Para mí es la parte central de la película y una de las más potentes.
  • Lo de Galadriel podría haber sido más sutil: a ver, hay quien ha dicho que, leída la parte en la que Galadriel se ve tentada por el Anillo, la escena no está tan mal. Pero lo malo es que Galadriel en la película realmente parece una villana de cuento, y cuando se pone llena de poder y le cambia la voz... no sé, creo que una muestra más sutil de su poder habría sido mucho más efectiva. No es que la escena esté mal, pero para mí es un poco exagerada. A veces, menos es más.
  • Me molan más los orcos con maquillaje que los digitales: cuando ves a los actores vestidos de orcos corriendo por los bosques y enfrentándose a la Compañía, o el combate entre Aragorn y el capitán de los Uruk-hai, hay una sensación de verosimilitud, de que esa gente es real, que se pierde en posteriores películas (sobre todo en las de el Hobbit) cuando los mismos orcos están generados por ordenador. No me parecen reales. Arriba el maquillaje creativo.
  • Sigue siendo una pasada: si cuando me leí los libros originalmente (hace tres décadas) me hubieran dicho que algún día se rodarían estas películas y que la gente llamaría a partir de entonces Légolas a los arqueros y Orcos a los tipos feos, no me lo hubiera creído. Porque cuando yo tenía 14 años, pensaba que era una labor imposible de llevar a término, que el texto era demasiado grande y que visualmente había que crear unos decorados y unos seres que no estaban al alcance de la industria del cine. Pero resulta que los efectos especiales mejoraron increíblemente y que el equipo creativo liderado por Peter Jackson consiguió la labor titánica de sacar todo adelante. Con sus fallos, qué duda cabe, pero también con ambición, con coraje y con mucha potra. El resultado final no es perfecto, pero es sobresaliente. Y todo empezó con esta película.

Así pues, me ha encantado, años después. Tengo ganas de ver el resto de nuevo :D.

Saludetes,
Carlos

15 enero 2020

Primera versión del mapa de las Frondas de los Medianos

Como ya he comentado en muchas ocasiones, casi todas mis aventuras comienzan por un mapa. Supongo que es mi modo de hacerme una idea global de la aventura o región que quiero describir. Desde hace un tiempo estoy escribiendo una aventura para Clásicos de la Marca llamada Las Frondas de los Medianos, donde se describe el terruño ancestral de los medianos del mundo de Valion, la ambientación principal del juego Aventuras en la Marca del Este

En este caso he optado por una escala poco habitual en mi, la de hexágonos de una legua. Es decir, lo que se puede recorrer andando a paso ligero en una hora. ¿Cuánto es eso exactamente? Oh, pues depende de lo que se entienda por legua, pero contemos con que son unos 4 o 5 kilómetros. Me vale con ese grado de exactitud. De este modo, si queréis saber cuánto se tarda en llegar de un sitio a otro, podéis ir contando hexágonos y cada uno de ellos será una

Para crear esta primera versión del mapa he usado el software Hexographer, que ya usé para diseñar el mapa de En busca de la Ciudad Perdida de Garan. Esto es lo que me ha salido por el momento:

Os explico unas cuantas cosas:

  • Lo que hay azul abajo es el mar. Y de las ciudades costeras, la roja es Marvalar, la capital de Reino Bosque.
  • Las Frondas de los Medianos son esa gran masa arbolada del centro. Las zonas más oscuras son bosque cerrado que los medianos no habitan ni, normalmente, visitan. El bosque más clarito, los prados y las zonas con símbolos como de campo arado sí que son lugares que suelen frecuentar.
  • En los hexágonos en los que se pueden ver como dos casitas nos encontramos con las villas más grandes de los medianos. Los triangulitos invertidos son aldeas más pequeñitas.
  • Los ríos se representan con líneas azules que suelen unirse entre sí hasta ir a desembocar al mar
  • Las líneas medio naranjas son caminos que atraviesan las Frondas
  • Las torres son fortalezas. Normalmente eso quiere decir poco más que una torre cuadrada rodeada de una empalizada de madera, y lo normal es que estos lugares en realidad no estén habitados por medianos, sino por soldados de Reino Bosque que forman parte de las guarniciones que protegen este lugar.
  • Hay una marisma grandota al oeste y un poco al norte de las Frondas de los Medianos. Es un sitio peligroso, dicen que por ese lugar hay brujas...
  • Hay unas quebradas al oeste de las Frondas de los Medianos. Son sitios peligrosos, dicen que por ese lugar hay trasgos...

Espero que os guste el mapa. Ya le iré poniendo nombres, pero a mí al menos me inspira bastante a la hora de describir el lugar. ¿No os gustaría que fuera un sitio real que poder explorar? A mí, la verdad, sí que me gustaría ;).

Saludetes,
Carlos

10 enero 2020

Los PJ como facetas de uno mismo

Como ya os he comentado hace poco, llevo unos meses jugando en la web Comunidad Umbría, una web preparada para jugar a rol vía foro. Aparte de dirigir una partida de Travellerla campaña de financiación para sacar el juego en castellano está activa en este momento!), participo como jugador en otras cinco partidas. Interpreto a un caballero artúrico, un saqueador marciano anarquista, un montaraz edain de la Primera Edad, un Mago moderno... y al gerente de una cafetería.

No un gerente que en realidad es un vampiro, o un gerente que se va a ver envuelto en un crimen, o nada que tenga que ver con cosas sobrenaturales o aventuras. Es un señor que trabaja en una cafetería. Y le pasan cosas normales. Se podría decir que es una comedia roméntica o una sit-com. Por no tener, no hay ni sistema de juego, porque no hay más conflicto que el personal. Es bastante probable que la partida no se pudiera calificar como "juego de rol", sino más bien como "teatro improvisado".

Hace un par de días, la directora de juego nos ha comentado que cuidado con que los PJ empiecen a liarse entre ellos, porque sí, eso está bien, y está permitido (la partida es para mayores de 18 años), pero que no es la primera vez que dirige algo así y que sabe, por haberlo visto en muchas ocasiones, que los celos y los malos rollos saltan del mundo rolero al mundo real y la gente se enfada, abandona la partida, se obsesiona con su otra vida, etc.

Como la partida es privada y no quiero citar a otras personas, me voy a citar a mí mismo. Esto es lo que he puesto como aportación a la discusión:

Es importante lo que ha comentado la jefa. Esto es un juego, pero como me dijo una vez un buen amigo, un juego muy especial y, emocionalmente, quizá incluso peligroso. Hay que tenerlo en cuenta, y más en una partida en la que no tenemos un monstruo al que vencer. Los únicos monstruos de esta partida somos, en potencia, nosotros. Cuidado. Y lo digo en serio.

Jugando al rol se termina conociendo mucho a la gente. Y aunque estamos interpretando a personajes ficticios, los interpretamos como máscaras de nuestros propios yoes reales. Yo no soy Sam, pero Sam no puede ser sino una parte de mí, una sombra o una faceta. Lo mismo con todo el resto de jugadores y PJ. Una herida emocional a una parte de nosotros mismos sigue siendo una herida emocional.

Así que divirtámonos todos teniendo siempre presente que toda acción tiene sus consecuencias. Besitos y abrazos.

Como igual recordáis alguno, hace cosa de un año dejé una partida de rol por foro ambientada en el universo de Star Trek. Y la razón no fue tanto por el ritmo de la partida (que era lento) como por razones ajenas a la partida. Básicamente, luchas de poder, facciones enfrentadas y mal rollo del mundo real

Es posible que jugando en mesa uno pueda llegar a identificarse menos con su personaje. Sé que a mí me pasa cuando juego al rol con figuritas: aunque me gusta como al que más una mazmorra tipo HeroQuest bien ambientada y con docenas de miniaturas pegándose, y agradezco el reto táctico, me da la impresión de que las cosas le están pasando a mi personaje, o casi a la figurita de la mesa. La identificación es más complicada para mí en este aspecto.

Suelo sentirme mucho más identificado con mi personaje cuando la acción tiene lugar por completo en mi mente. Cuando el director de juego habla y yo me imagino cómo actúa mi personaje. En esos casos, me gusta pensar como pensaría mi personaje y actuar como me parezca que deba actuar. Aunque muchas veces accedo a "metarolear" y hacer algo porque creo que es bueno para la partida, más que por mi que sea coherente para mi personaje, no han sido ni una ni dos las veces que he mandado a la porra la misión principal para actuar como creo que debía actuar, y al diablo con todo.

Cuando juego vía foro, la identificación es aún mayor. No sé por qué. Supongo que tendrá que ver con el hecho de que es un estilo más literario, en el que combinas lo que dice el personaje con lo que piensa. Una vez un compañero rolero me comentó que ellos jugaban en partidas de rol por foro sin expresar los pensamientos internos de sus personajes, y que consideraba que esto era mejor para la partida, porque no se podía "metarolear" tanto: al personaje lo definían sus acciones, no sus pensamientos. Pero esta es una postura menos común, y en mi experiencia, es mucho más habitual que en una partida de este tipo se escriban tanto las cosas que dice tu PJ como aquellas que piensa.

Y ahí es cuando llegamos a la cuestión "emocionalmente peligrosa" que comentaba en mi intervención en la partida. En que al final nunca somo capaces de interpretar sino a algo que nos tiene que salir de dentro. Quizá en una partida llevamos a un tipo violento y psicópata, pero no podremos más que interpretar la visión que nosotros tenemos de lo que es ser así. De ahí que piense que todos nuestros personajes no son sino facetas de nosotros mismos, constructos mentales creados a partir de nuestros pensamientos. Sombras de nuestro propio ser, puestas a vivir en una situación extraña a nosotros.

Esto es poderoso, es creativo y, como muchas otras experiencias exploratorias, puede ser peligroso. Nunca olvidaré lo mal que me sentí una vez que le corté la mano a un ladrón en una partida con ambiente árabe. Aunque estuviera justificado. ¿Yo era capaz de eso? Y lo mismo puede suceder cuando crees que el Universo (o los directores de juego...) están en tu contra. O cuando alguien te traiciona en una partida y tu sientes esa traición como algo que te han hecho a ti y no a tu personaje. Comprensible si tenemos en cuenta que nuestros personajes no son sino aspectos de nosotros mismos.

Con todo esto no quiero decir que haya ningún peligro en los juegos de rol. Yo en las partidas en las que he terminado no pasándolo bien, no he tenido más que abandonarla y ya está. La vida continúa. La real. Simplemente quiero decir que la próxima vez que a alguien se le muera el personaje en una trampa estúpida, o cuando su personaje sea traicionado o herido, no os sorprendáis ante una reacción aparentemente exagerada del jugador. Mucha gente pone mucho de si misma en sus personajes. Y eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.

Hoy me ha quedado una entrada filosófica. No está mal para empezar el año ;).

Saludetes,
Carlos