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31 mayo 2023

Espada y Sandalia

Hace unos días me ha escrito una persona que está realizando un trabajo académico sobre juegos de rol de los 90. Me ha hecho un par de preguntas sobre RuneQuest y Glorantha y, bueno, no me he podido resistir a escribirle una respuesta kilométrica de las mías. Espero que le sea de utilidad. Una de las preguntas trataba sobre por qué Glorantha se define como un mundo «de la Edad de Bronce». Es cierto que en los libros que nos llegaron a España esto no estaba realmente muy claro; algunas cultura parecían tipo romanos o así, pero había muchas tipo vikingos (los orlanthis) que asociamos con la Edad Media, culturas «exóticas» que parecen emular a China, Mongolia o África y que no asociamos a la antigüedad (por desconocimiento) e incluso las culturas malkionitas que, vistas sobre todo a traves de los dibujos del suplemento Genertela, son puramente medievales, con sus castillos, sus caballeros y sus obispos.

Sin embargo, el RuneQuest original (la segunda edición en realidad) sí que parecía más centrado en culturas tipo la Edad de Bronce. Y la actual versión de Glorantha, descrita en el último RuneQuest de Chaosium, definitivamente es un mundo con una estética de la Edad de Bronce, incluso para la cultura malkionita, que ya no tiene pinta de medieval. Si acaso, podría recordar en algunos aspectos a la cultura bizantina.

En cualquier caso, pensar en Glorantha y su supuesta Edad de Bronce me ha hecho pensar en lo mucho que me atraen los mundos basados en la antigüedad occidental. Lo que se ha venido a llamar el género de «Espada y Sandalia» (Sword and Sandal), como una especie de variante sobre la «Espada y Brujería»(Sword and Sorcery). Mundos llenos de sacerdotes, dioses, monstruos, filósofos, legiones, mármol y trirremes.

Creo que gran parte de mi fascinación por esta época viene precisamente de RuneQuest. Aunque la versión del juego que nos llegó a España no se centraba demasiado en Glorantha (no al menos en todos sus suplementos) sí es verdad que incluía reglas que encajaban muy bien en este subgénero de la fantasía. Los sacerdotes y los templos que rodeaban a la magia divina te hacían pensar en adoradores de Zeus, Odín, Anubis o el Dagda. Los chamanes y la magia espiritual evocaban imágenes de hordas nómadas y tribus de la Edad de Hielo (¡aún más antiguos que la Edad de Bronce!). Hasta la hechicería me evocaba más a brujos de los que salían en los tebeos de Conan que a Merlín. Los mundos que uno se podía crear con RuneQuest podían ser medievales, pero de algún modo parecía más apropiado irse un poquito más atrás en el tiempo.

Sin embargo, creo que mi interés por esto período viene de más atrás. Ya he comentado en alguna ocasión que el primer libro que saqué de la biblioteca pública de mi pueblo fue uno sobre mitos griegos. «Dioses y Héroes de la mitología griega» creo que se llamaba. Allí leí sobre Zeus y los dioses olímpicos, sobre Jasón y los Argonautas, sobre Hércules y la guerra de Troya y sobre Odiseo (Ulises), mi héroe griego favorito. Ese libro formaba parte de una colección, de la que leí otros que se centraban en los mitos de los vikingos, de los aztecas o de muchas otras religiones, pero creo que la griega continúa siendo mi favorita. Recuerdo hasta la portada, con una bestial Medusa enfrentándose a Perseo.

Otro de los libros que recuerdo que me impresionaron de joven fue Aníbal, de Gisbert Haefs. Puede que fuera la primera novela histórica que leí. Y si no fue la primera, fue sin duda la que me produjo una mayor impresión. Trata sobre las guerras púnicas entre los cartagineses y los romanos, centrado en la historia de Aníbal contada desde los ojos de su banquero (!), que le acompaña en sus distintas campañas. Lo que más recuerdo de este libro eran los pequeños detalles sobre las distintas culturas que se van encontrando: los cartagineses, los númidas, los íberos, los griegos... todas esas personas vivían en un mundo a la vez muy distinto al nuestro pero también cercano. Me sigue resultando una lectura fascinante que revisito en ocasiones. Después de este libro llegaron Sinuhe, el Egipcio, la trilogía sobre Alejandro Magno de Valerio Massimo Manfredi o las obras de ficción y ensayo de Robert Graves como Yo, Claudio, Los Mitos Griegos, La Diosa Blanca o uno de mis preferidos, El Vellocino de Oro.

Creo que otra gran influencia fueron los tebeos de Conan que me leí de pequeño. Y, en menor medida, las novelas de las que salieron. Porque aunque es cierto que la Edad Hiboria en la que están ambientadas sus aventuras es un mundo de espada y bruería, y que hay reinos que se describen muchas veces de un modo que les da un aire «medieval» (sobre todo Aquilonia), la idea que siempre me quedaba al leer estos cómics es que las culturas me parecían más de la antigüedad. Mis cómics de Conan el Bárbaro, desde el número 1 hasta el 100 de la colección original, son pequeños tesoros muy inpiradores para mí.

Mucho más recientemente he podido disfrutar de un juego de tablero que me transporta también a un mundo de la Antigüedad, que no es otro que el famoso Seven Wonders. Es un juego al que le he dado mucha caña; no en vano nos tiramos años jugando en el curro una partidita a la hora de la comida. Pero sin entrar en detalles sobre la mecánicas o sus virtudes como juego que engancha y funciona (y que se puede jugar en media hora), una de las cosas que más me gustan son las ilustraciones de las cartas. Porque aunque no lo parezca, el mundo que presentan es como el de la Antigüedad, pero una especie de «Antigüedad fantástica» que a mí me resulta muy evocadora. Históricamente se ven cosas que no encajan en el pasado de nuestro mundo, pero que creo que sí funcionarían en una versión fantástica del mismo.

A mí siempre me han gustado también las novelas de viajes, y de hecho suelo disfrutar mucho de juegos de rol y suplementos que tratan sobre expediciones, viajes y comercio. Dame una campaña o aventura que trate sobre explorar desiertos, selvas, tundras o archipiélagos ignotos y me tienes ya atrapado. Sé que todo eso se puede jugar también en una ambientación medieval, pero me da la impresión de que encaja mejor en algo tipo «espada y sandalia» porque esos mundos, no sé por qué, me resultan más grandes y esplendorosos. Las batallas medievales están bien, con sus cientos de caballeros cargando contra cientos de soldados de a pie... pero donde se ponga un ejército de miles de hoplitas, que se quiten las pequeñas batallitas de los medievales xD.

El mundo antiguo me parece más grandioso, y recuerdo siempre algo que creo que le leí por primera vez a Jorge Coto (Tiberio) de HTPublishers: el mundo ya era antiguo en la Antigüedad. Los miles de años de la historia de Egipto me resultan fascinantes solo por el peso del tiempo que manifiestan sus monumentos, sus dioses o sus docenas de dinastías.

Hay que tener en cuenta que a mí la «fantasía medieval» también me gusta. Prueba de ello es esa campaña de Pendragón que tanto he disfrutado dirigiendo (¡no se puede ser mucho más medieval que el Rey Arturo!). Pero la Antigüedad me llama, con sus filósofos y sus sacerdotes, sus ejércitos de miles de soldados avanzando en formación, sus islas, bosques y páramos desolados, habitados por las sombras de los dioses y los monstruos. Mundos en los que hay sus propias versiones de las Pirámides, la Biblioteca de Alejandría o el Coloso de Rodas. Las intrigas, los juegos de poder y la cultura parecen encajar en las ciudades de la Antigüedad, mientras que los monstruos, los dioses y los héroes parecen medrar a medida que nos alejamos de las ciudades de los hombres. Y el mundo antiguo parece más grande, más salvaje, más primario.

Siempre que he querido crear algo original (si es que eso es posible) me he visto arrastrado a imágenes de la antigüedad y los grandes imperios anteriores a los romanos. Al final, terminas jugando a muchas otras cosas, pero siempre vuelvo a esta idea. Supongo que todos tenemos nuestras ambientaciones fetiche ;).

Saludetes,
Carlos

11 comentarios:

  1. ¿Algún día veremos Aelios publicado? ;)

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    1. Si lo vemos, dudo que sea en forma de Enciclopedia Divertida ;). Es más probable que piense en otro tipo de formato. No te creas que no le he dado vueltas al asunto últimamente. Pero también te digo que si llevo 30 años pensando en ese mundo y no he sacado nada publicable aún, igual es que no tengo la capacidad de hacerlo :P.

      A día de hoy creo que es más fácil para mí sacar campañas concretas. Algo como hice con En Busca de la Ciudad Perdida de Garan: una aventura que termina siendo casi una campaña y que presenta una región del mundo.

      Digamos que lo que no veo que sea capaz de hacer, ni por recursos ni por capacidad, es una Guide to Aelios :D.

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  2. A mi también me ha fascinado mucho la antigüedad, pero también lo medieval, que es mucho más esplendoroso de lo que la gente tiende a creer. En la cultura popular Roma y Grecia eran limpias, blancas y brillantes, y lo que viene después es sucio, gris y opaco, cuando la realidad es que en muchos casos venía a ser un poco al contrario... Pero eso, ambos mundos me fascinan, no en vano mi especialización en la carrera de Historia fue el tardoimperio y el inicio de la alta edad media... ambos mundos, unidos.

    Sea como sea, yo también he tenido muchas ganas siempre de jugar una buena partida de hoplitas, pero me cuesta más encontrar tiempo, ganas y gente. De hecho durante un tiempo anduve trabajando en un pequeño sandbox para Mythras muy inspirado en la Magna Grecia, y la verdad es que creo que quedó genial, pero al final se quedó en el tintero, como tantas otras cosas.

    PD: Me parece de delito que no menciones el Mazes & Minotaurs, ¡daros un poco de amor, que sigue siendo un juegazo!

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    1. Lo que comentas de que vemos la Edad Media como un lugar sucio y deprimente es algo que se cura poniendo atención a ciertas cosas, como el blog de la doctora Eleanor Janega, Going Medieval. Allí he leído mucho sobre higiene, plagas, costumbres, etc., y recuerdo haber leído una vez que eso de pensar que todos los campesinos iban llenos de mierda y con harapos es una locura, porque la ropa sucia pica, el picor provoca sarpullidos en la piel y una infección en tiempos antiguos te llevaba a la tumba con bastante facilidad. Es un blog que me gusta mucho, la verdad.

      Dicho lo cual, me sigue gustando mucho el estilo visual y el sabor de los imperios y ciudades estado de la Antigüedad, aunque solo sea porque en la fantasía se los ha explorado menos que el mundo medieval.

      ¡Es cierto que no he mencionado a Mazes & Minotaurs! Y debería haberlo hecho, desde luego, pero me dio la impresión de que me estaba quedando el artículo muy largo y que M&M no fue lo que me llevó a interesarme por ese período sino que fue al revés: mi interés por la Antigüedad y los retroclones es lo que me llevo a interesarme por M&M. Pero sí, imperdonable que no lo mencione. Gracias por recordármelo. También podría haber hablado de Arcana Mundi, que me parece un juegazo, aunque con bastantes problemas de corrección en el texto que claman por una segunda edición. Pero brillante como juego, muy bien investigado y realmente evocador.

      Vaya, creo que igual tengo que hacer otra entrada hablando de este tema xD

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  3. Yo creo que lo que pasa es que Conan está sobre todo inspirado en el siglo VII del Mediterráneo. O sea cuando la Edad Clásica aún no ha desaparecido en Oriente pero está ya en decadencia y Occidente va sin frenos y cuesta abajo a la Edad Media. Aquilonia es el final de la Francia merovingia y Turán claramente es la Persia de los Sasánidas.

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    1. Esa podría ser una explicación muy plausible del sabor que tiene la Edad Hyboria de los cómics. Sí, me cuadra. La Edad Clásica aún no se ha ido, pero la Edad Media no hay llegado del todo.

      Ahora me han dado ganas de revisitar mis tebeos de Conan el Bárbaro xD.

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  4. El por qué la fantasía digamos "por defecto" es medieval o pseudomedieval, lo deslizas un poco al final: la novela artúrica, o por extensión la novela de caballerías (que es el origen último, aunque pocas veces se recuerda, de muchos géneros o subgéneros más actuales, desde la fantasía épica hasta los superhéroes). Y específicamente en el "gap" histórico de la llamada "Dark Ages" británica, que no es toda la Edad Media sino la época de las invasiones anglosajonas hasta el asentamiento de los reinos sajones (+- siglo IX), de la que no había casi fuentes escritas (y aun hoy son escasas). Cuando los británicos se enfrentaron a esa época desconocida, completaron lo ausente con pura imaginación, si acaso con alguna leyenda, como la Historia Brittonum de Nennius, o la Historia Regum Britanniae de Geoffrey of Monmouth, que a pesar de sus títulos se consideran literatura y no historia. A partir de ahí se recreó aquella época arturiana como un momento aureo y al tiempo donde todo era posible (dragones, gigantes, archimagos, etc). Como curiosidad, también un hecho poco divulgado, los nombres de fantasía de aquellos caballeros, damas y villanos intentan emular los nombres britones (gaélicos/celtas) de la tradición artúrica, es decir, son pseudoceltas, cuando caen en manos de ingleses y franceses: Galahad, Gawain, Pelinor... esos nombres extraños que más tarde otros crearían ya de su imaginación.
    Esa época es tan inspiradora porque no está escrita. No está limitada a la realidad. Por eso creo que también sucede que tantos juegos de rol prefieren crear un mundo propio y original (aunque la mayoría sean refritos y pastiches) antes que basarse en mitologías desarrolladas del mundo antiguo, o en la Edad Media o Renacimiento, etc. históricos. Permiten (o aparentan) libertad absoluta. En cambio un mundo proveniente de las Edades de los Metales histórico o inspirado por aquellas como Glorantha se puede percibir como definido, cerrado, "sesudo", incluso académico. La mitología es primordial, no solo un trasfondo o un fondo pintado. Las religiones por ejemplo tienen que tener una fuerza primigenia en un mundo así, y jugar en ese mundo implica que los personajes tengan que vivir sus cultos sí o sí. En una fantasía medievalista en cambio o bien esa religiosidad está más implícita (como en el mundo real había una única fe, no hace mencionarlo siquiera - entiendo aquí que Aquelarre es un juego mucho más próximo al Bronce en lo que estamos hablando-), o bien está paradójicamente ausente (siguiendo a Tolkien quien, a pesar de ser un ferviente creyente en su vida personal, evitó la religión explícita en la Tierra Media, inspiración primordial de la fantasía). Hay reglas sociales, costumbres, tabúes etc. que tienen su sentido de acuerdo al mito y a su historia épica. Y un buen juego de este estilo necesita tener mucha base escrita para explicar todo eso.
    En suma: creo que los mundos "broncíneos" exigen algo más de los jugadores y sobre todo de los másters. No me parece casualidad que estas ambientaciones y los juegos más simulacionistas estén tan estrechamente unidos de siempre, y no solo por el pionero Runequest. Y tampoco me lo parece que estos mundos, ya sea en literatura o juegos, sean menos "mainstream" que la fantasía "libremente" medieval.

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    1. Muy interesante reflexión. Siempre he pensado que la Edad Media fue la inspiración original de D&D porque Chainmail (el wargame que, en cierto sentido, precede al juego de rol) estaba ambientado en la Edad Media.

      Es cierto que hay más inspiraciones para D&D, con todas esas novelas pulp y novelas de fantasía y ciencia ficción de su tiempo. Pero por ejemplo, la Tierra Media, que dijera lo que dijera Gygax, sin duda es una inspiración para D&D, también tiene un sabor muy medieval.

      Lo que me parece curioso de tu teoría es lo de considerar que la novela artúrica de algún modo es más «libre» en su fantasía y que remite a tiempos más fantásticos en los que todo puede suceder, mientras que la fantasía más antigua llama a tener cultos, costumbres y reglas sociales más específicas y asentadas. Si no te he entendido mal ;).

      Es posible que algo de esto haya, pero por ejemplo, la película de Conan (la original) a mí me presentaba un mundo mucho más cercano a la antigüedad clásica que a la época medieval. Y me parece no escrito, libre y no limitado a la realidad. Sé que es posterior a la publicación de D&D y que por tanto no la pudo influir directamente. Pero me parece que presenta un mundo que no es en modo alguno más «sesudo» que uno basado en la fantasía medieval (como podría ser Juego de Tronos, por ejemplo).

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  5. «Monstruos, dioses y hombres de la mitología griega», una maravilla de libro que le leía a mi hijo de cinco años durante el confinamiento.

    Editado por Anaya en los 80, tiene unas ilustraciones fenomenales.

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    1. ¡Ese es! De hecho, he encontrado una ilustración de la portada y voy a actualizar la entrada para incluirla :D

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    2. Ese libro me lo regalaron de chaval, aún lo conservo, pero sin la sobre cubierta. ☺️

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