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30 abril 2018

Las Tierras del Sueño y los juegos de rol

Por tres veces soñó Randolph Carter la maravillosa ciudad, y por tres veces fue súbitamente arrebatado cuando se hallaba en una elevada terraza que la dominaba [...] Pero cada noche en que se encontraba en esa elevada terraza de mármol, ornada de extraños jarrones y balaustres esculpidos, y contemplaba, bajo una apacible puesta de sol, la belleza sobrenatural de la ciudad, sentía el cautiverio en el que le tenían los dioses tiranos del sueño; de ningún modo podía dejar aquel elevadísimo lugar para bajar por la interminable escalinata de mármol hasta aquellas calles impregnadas de antiguos sortilegios que le fascinaban...

Lovecraft, En busca de la Ciudad del Sol Poniente

Así comienza el relato En busca de la ciudad del sol poniente de H. P. Lovecraft, aunque a mí me resulta mucho más atractivo su nombre en inglés, The Dream-Quest of Unknown Kadath. Esta novela menor de la que ya he hablado en el blog es el principal relato de Lovecraft ambientado en las Tierras del Sueño (o Dreamlands, en inglés), aunque no el único. ¿Qué son las Tierras del Sueño? Un lugar que ciertas personas del mundo real, los Soñadores, pueden visitar por medio del sueño lúcido, la utilización de ciertas drogas o a través de objetos mágicos y extraños portales.

Antes de Lovecraft, otros autores como Lord Dunsany habían explorado las Tierras del Sueño. Por ejemplo, en el relato Días de ocio en el Yann (Idle Days on the Yann) en el que un soñador navega por el río Yann en un barco, visitando las tierras bañadas por sus aguas. Y autores como Brian Lumley las han seguido explorando en la actualidad.

Los relatos ambientados en las Tierras del Sueño podrían pasar fácilmente por relatos de fantasía clásica, puesto que en la mayoría aparecen seres monstruosos, tierras salvajes, ciudades perdidas y dioses olvidados. Sin embargo, tienen varias peculiaridades que la distinguen de la fantasía: por un lado, que en todas se deja claro que los protagonistas no son nativos de ese mundo, sino personas del mundo real que saben que están en un sueño y que por ello, pueden tener ciertas capacidades especiales negadas a los habitantes del lugar. Después de todo, existen pruebas de que se puede estar soñando y ser consciente de ello, lo que se llama sueño lúcido, por lo que hay algo de base científica en la existencia de estos Soñadores.

Hay varios juegos de rol que han explorado el mundo de los sueños, pero creo que es interesante detenernos en dos de ellos:

  • La Llamada de Cthulhu: Uno de los más famosos juegos de rol que existen, diseñado por Sandy Petersen y Lynn Willis en 1981 y que va hoy por su séptima edición, con decenas y decenas de suplementos. Lo que no todo el mundo sabe es que la propuesta original de Petersen para este juego fue en realidad como suplemento para RuneQuest ambientado en las Tierras del Sueño. Después, se puso a escribir y terminó creando un juego completo ambientado en las obras de Lovecraft. The Dreamlands terminó siendo un suplemento, sí, pero para su propio juego, La Llamada de Cthulhu. En él se explicaba cómo podían entrar en estas tierras oníricas los investigadores de las aventuras habituales de La Llamada de Cthulhu y cómo podían controlarlas hasta cierto punto con una habilidad llamada Dreaming.
  • Rêve: the Dream Ouroboros: En este juego francés, escrito por Denis Gerfaud en 1985, los personajes viven en un mundo que no es más que el sueño de los dragones. Sus poderosos sueños, combinados, forman el mundo y cada personaje no es más que el sueño concreto de un dragón. De hecho, cuando un personaje muere, su dragón despierta momentáneamente antes de volverse a dormir y el personaje aparece de nuevo, pero con otro pasado, otra historia y quizá, el recuerdo borroso de otra vida vivida anteriormente. La magia en este juego consiste en manipular los sueños de los dragones viajando a una dimensión más abstracta aún que el sueño habitual de los dragones, una especie de Origen (Inception) imaginado un par de décadas y media antes ;).

Una diferencia importante entre estos dos juegos es que los personajes de La Llamada de Cthulhu saben que están en las Tierras del Sueño y que son soñadores con una vida en el mundo real, aunque estén fascinados por explorar este extraño mundo. Mientras que los personajes de Rêve: the Dream Ouroboros no tienen un mundo real al que volver; están hechos del material de los sueños, aunque algunos pueden ser más conscientes que otros y pueden manipular el mundo gracias a ese conocimiento (es lo que llaman magia).

Lo que tienen en común ambos conceptos es que la materia del mundo de los sueños no es tan fija y objetiva como la del mundo real. Ni la materia, ni el tiempo, ni la propia lógica y la causalidad. Un Soñador podría estar viajando por las Tierras del Sueño, tumbarse a dormir y soñar sin salir de las Tierras del Sueño, incluso encontrando a su propio yo onírico dormido, soñándole. ¿Por qué no? ¿No es algo que podría suceder en nuestros sueños?

Por lo tanto, aunque podemos tomarnos las Tierras del Sueño como un mundo de fantasía más, con sus ciudades, monstruos y tesoros, hay una cualidad propia que hace a este mundo más etéreo, más intangible. Todos hemos soñado y sabemos lo extraños que pueden ser nuestros sueños y lo aterradoras que pueden ser nuestras pesadillas. Eso hace que estemos bastante preparados para aceptar giros narrativos en las Tierras del Sueño que nos romperían la suspensión de la incredulidad en otros mundos de fantasía.

Al mismo tiempo, todos sabemos que mientras soñamos, el mundo es real para nosotros. ¿Quién no ha querido alguna vez despertar de una pesadilla? Es más, en ocasiones, nos despertamos a causa de una pesadilla; escapamos de las Tierras del Sueño. Tienen que existir unas reglas en un juego que trate sobre estos mundos oníricos, reglas que haya que seguir, para que no se pueda hacer simplemente cualquier cosa. Lo que viene a ser lo normal en un juego de rol ;).

Que los maestros, los sacerdotes y los filósofos reflexionen acerca de la realidad y la ilusión. Yo solo sé esto: que si la vida es ilusión, yo no soy más que eso, una ilusión, y ella por consiguiente, es una realidad para mí. Estoy vivo, me consume la pasión, amo y mato, con eso me doy por contento"

Conan, en el relato La Reina de la Costa Negra

Y, en ese sentido, ¿no viajamos todos al mundo de los sueños cuando jugamos al rol? Los dragones de Rêve pueden no ser grandes reptiles tumbados sobre pilas de oro, sino gente barbuda sentadas alrededor de una mesa, tirando dados. Y jugar todo el día a juegos de rol puede ser genial, pero hay que recordar que seguimos teniendo que mantener un pie en el mundo real. En el libro La Excesión, de la saga de ciencia-ficción de La Cultura existen Inteligencias Artificales extremadamente poderosas, inteligentes y conscientes, que se divierten creando abstracciones matemáticas incomprensibles para los simples humanos. Pero incluso ellas saben que todo ese armazón de sueños debe mantener un pie en la realidad para que no todo se desmorone.

Cualquier juego de rol que se cree y se ambiente en una versión u otra de las Tierras del Sueño tiene que incluir reglas que establezcan qué pasa cuando un Soñador muere en las Tierras del Sueño (¿simplemente despierta?), cómo puede manipular el sueño (¡sueño lúcido!), cómo se generan las pesadillas (¿quizá a medida que se acumulan fracasos en las tiradas?), qué sucede si se pasa demasiado tiempo en las Tierras del Sueño, etc. Esto último es muy importante porque, en mi opinión, un juego ambientado en las Tierras del Sueño debe tener en cuenta al menos la idea de que los soñadores deben volver de vez en cuando al mundo real. En ese sentido, hay juegos como Changeling o Nephilim que establecen que, para que los personajes de los jugadores sigan siendo viables, deben mantener una conexión con el mundo real: cuidar su parte racional y no solo su parte soñadora.

Me sigue fascinando el concepto de las Tierras del Sueño, probablemente porque son muy parecidos a los juegos de rol, que no dejan de ser algo muy similar a los sueños lúcidos: algo que nace de nuestras experiencias y nuestra imaginación, que controlamos hasta cierto punto y que en muchos casos nos dicen mucho de nosotros mismos, nuestros anhelos, nuestros miedos y nuestras esperanzas. Y vosotros, ¿qué opináis?

Saludetes,
Carlos

7 comentarios:

  1. Un sueño lúcido compartido con tus amigos donde, si te fijas, se aprende mucho de los demás y de uno mismo. :-)

    Hace unos meses me sorprendió estar creando una aventura para la campaña de samuráis y de repente me doy cuenta de que era un reflejo de las noticias que había estado viendo en la tele y oyendo por la radio durante las últimas semanas (!).

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    1. Coincido. Es muy curioso cuando ves que hay gente que, aunque lo intenta, siempre interpreta al mismo personaje. Y los que nunca dirías que se comportarían como se comportan en un entorno libre como los juegos de rol, en comparación con lo que hacen en su vida habitual.

      Y lo que comentas de tus aventuras, que nacen de lo que vives en la vida cotidiana... claro; ¿de dónde iban a nacer si no? Escribimos sobre lo que vivimos.

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  2. Has oído el programa que hicimos sobre Sueños en el podcast Cero en Cordura? Justo de Dreamlands y de Rêve de Dragon hablamos largo y tendido.

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    1. ¡No! Pues lo busco, lo busco. Que tengo el tema de los podcasts muy olvidado últimamente.

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    2. Es el 1x03, venía a recomendártelo pero si ya lo ha hecho uno de los autores...

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  3. Sueños lúcidos: a memudo los tengo. Es lo que sucede cuando se rompe la inmersión y me doy cuenta de que lo que experimento no es real. Por ejemplo, está mi avatar levitando tan feliz a ras del techo, y me digo: "Hey, que la levitación solo funciona en sueños. Eso quiere decir que estoy dormido, jolines." O me doy cuenta de que el pelmazo que me está dando la murga con sus neuras no es de verdad, y le vuelo la cabeza con una escopeta de asalto pa que aprenda.

    Sin embargo, los relatos de fantasía pseudo-onírica a lo Dunsany no tienen gran parecido con mis propios sueños, que se caracterizan por los groseros errores de continuidad y montaje. Irónicamente, "The Dream-Quest of Unknown Kadath" me parece una de las obras más consistentes que jamás ha producido Lovecraft. En cambio, la Nueva Inglaterra de Lovecraft es un país irreal, poblado por gente de colores rarunos (blancos, negros, amarillos...) enfrascados en ocupaciones no menos excéntricas. La mayor parte de sus habitantes, al parecer, son sesudos académicos cuya principal preocupación, al igual que los orangutanes del Planeta de los Simios, es evitar que se descubra nada nuevo.

    Cambio de tema (aparco Call of Cthulhu y me concentro en D&D). El ya legendario artículo de philotomy "La mazmorra como inframundo mítico" funciona mejor si le cambiamos el título por "La mazmorra como espacio onírico". Cito textualmente "a megadungeon should have a certain amount of verisimilitude and internal consistency, but it is an underworld: a place where the normal laws of reality may not apply, and may be bent, warped, or broken". Una situación con cierto grado de verosimilitud y consistencia interna, pero donde al fin y al cabo las leyes de la continuidad y la lógica son optativas: ¿acaso no es ésta la definición de un sueño?

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    1. Yo creo que apenas tengo sueños en los que me doy cuenta de que estoy soñando. Me puede haber pasado alguna vez, pero no es habitual.

      Nunca había pensado que el inframundo mítico y el mundo de los sueños tuvieran algo que ver... y sin embargo... sí, tienen bastante en común. Gracias por el comentario.

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