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20 marzo 2018

Más reflexiones sobre los puntos de experiencia

Hace un par de años publiqué en el blog un par de artículos sobre los puntos de experiencia en D&D: uno mío sobre Puntos de Experiencia en los primeros D&D y otro escrito por Pablo Rojo sobre Puntos de Experiencia en los últimos D&D. En dichos artículos hablaba sobre cómo en D&D la ganancia de puntos de experiencia había pasado de centrarse en conseguir tesoros y esquivar monstruos a vencer monstruos. Creo que este párrafo es significativo sobre mi opinión general sobre el tema (he añadido un par de negritas):

Quizá era inevitable que "D&D" cambiara desde su concepción inicial, a medida que se convertía en un éxito de ventas y en el jugador hegemónico dentro de su campo. Quizá no podía seguir siendo por siempre un juego en el que la experiencia viniera principalmente de encontrar dinero y botín, que era un concepto limitado, y tenía inevitablemente que evolucionar a un concepto más amplio y general.

Pero lo que lamento es que el concepto al que evolucionó fue al del combate. Buscar botín y esquivar monstruos daba pie a partidas en las que primaba el ingenio, el sigilo y el pensamiento creativo. Vencer a monstruos, normalmente a base de tener más potencia de fuego, hace primar el componente táctico del juego. ¿Se quería hacer el concepto de "D&D" más general, menos centrado en conseguir botín? Pues se podría haber evolucionado a un concepto en el que la experiencia se obtuviera principalmente al superar retos: convencer a un rey de algo, explorar una región desconocida, resolver un misterio o vencer en un combate. No el combate explicado primero y el resto después. Es decir, el combate podría haber estado al mismo nivel que el resto de modos de conseguir experiencia, en lugar de tener el nivel preponderante que fue adquiriendo en sucesivas ediciones.

En resumidas cuentas, de acuerdo, interpretar siempre a saqueadores sedientos de botín limita mucho el juego pero, ¿no lo limita también hacer que interpretemos a luchadores sedientos de sangre?

Todo esto me vino a la mente el otro día, mientras jugábamos la partida de los Aventureros de Vashtión (ya no son de Muro). Porque fue una partida en la que los jugadores se pasaron la mitad de la sesión negociando en la sede del Obispo de Vado, intrigando en una baronía enemiga y solo al final, ya al final, enfrentándose a un enemigo (¡y solo uno de los personajes!). Como estamos usando el sistema Adventurer, Conqueror, King, retroclón de D&D donde se otorga mucha experiencia por tesoro, algo de experiencia por combate y nada de experiencia por resolver desafíos... resulta que muchos personajes ganaron cero míseros puntos de experiencia y el que sí ganó algo, tampoco ganó tanto.

Lo cual es bastante fastidioso, porque la sesión fue divertida, los personajes se relacionaron con vecinos (algunos aliados, otros rivales), exploraron una zona de bosque llena de bandidos y al final, sí, se enfrentaron a los bandidos. Pero es poca experiencia para las muchas experiencias que han tenido ;).

Es el momento de decir que las campañas políticas no están recompensadas en D&D. O al menos, no lo están aquellas que no termina con los jugadores pegándose de tortas con alguien o encontrando un tesoro que llevarse a casa ;).

Es cierto que en ACKs esto está hasta cierto punto contemplado en las reglas, porque simplemente tener un dominio y administrarlo te hace ganar puntos de experiencia. Ojo, con un límite máximo de nivel que puedes alcanzar por tener tierras, para que no todos los barones y reyezuelos de la ambientación sean de nivel 14 en un par de años o tres. Y aunque todos los personajes en ACKs obtienen una fortaleza y tierras al llegar al nivel 9, está contemplada la posibilidad de que un personaje de nivel 1 tenga tierras (que es lo que le pasa a Vash, nuestro Paladín de nivel 1 y heredero de la fortaleza de Rogahr y Zelligar).

Así que al final, sí, puedes ganar experiencia cada mes simplemente por tener tierras, pero es como una ganancia administrativa que se consigue cada cierto tiempo de juego, pero no durante las aventuras. Y claro, la experiencia la gana el dueño del dominio, no sus compañeros que se están currando también el mantener el dominio entero.

En todas las aventuras a partir de la segunda edición ya se decían cosas como "otorga a los jugadores 500 puntos de experiencia por resolver el misterio", y quizá puntos de experiencia adicionales según lo bien que lo han hecho o los objetivos secundarios que han logrado. Lo mismo que en Aquelarre, por ejemplo, o en Clásicos del Mazmorreo; ambos juegos están muy centrados en aventuras y cada aventura puede ser muy ecléctica en cuanto a las situaciones en las que se van a ver envueltos los personajes. Así que al final van dando puntos de experiencia por ir más o menos resolviendo la situación.

El problema que le veo a esto es que, en entornos sandbox, donde no se juega tanto aventuras pregeneradas, sino que se exploran localizaciones y se interactúa con personajes no jugadores, no es tan sencillo decidir qué cosas deben dar puntos de experiencia y qué cosas no. ¿Cuántos puntos de experiencia debería haberles dado a los personajes de mis jugadores por interactuar con el Obispo y luego con el Barón de Rocaverde? ¿500? ¿1.000? ¿Y si luego se encuentran una joya de 5.000 monedas de oro en la aventura? ¿No seguimos diciendo que se dejen de tanta charla y se vayan a saquear cosas?

Leyendo sobre el tema de los puntos de experiencia, encontré una propuesta muy interesante en el blog de RPGPundit, en su entrada Experience in Lion & Dragon: en Lion & Dragon cada jugador gana un punto de experiencia simplemente por acudir a jugar y luego se le da un punto más al mejor jugador (elegido entre todos) y un punto adicional si alguien ha logrado algo significativo. Luego se sube de nivel al conseguir 5 puntos (en niveles bajos) o a los 10 puntos (a niveles más altos) aunque se comenta en la propia entrada que esta progresión se puede cambiar sin demasiados problemas.

Esta propuesta me resulta interesante porque siempre he pensado que los puntos de experiencia deben ser una recompensa por hacer lo que el juego quiere que hagas: encontrar tesoros (en los primeros D&D), vencer enemigos (en posteriores D&D), resolver situaciones (en Aquelarre) y... acudir a jugar, impresionar a tus amigos y lograr objetivos personajes (en Lion & Dragon). ¡Estamos recompensando a la gente por venir a jugar, por participar! Aunque también (y en la misma medida) por impresionar a tus amigos y lograr objetivos.

De este modo se resolvería mi problema con la última sesión: le daría a cada jugador que vino a jugar 1 punto de experiencia, les dejaría votar a quién se le da el punto de experiencia extra y probablemente no se llevarían más puntos, porque no se logró terminar nada significativo, simplemente se pusieron en movimiento muchas cosas que serán interesantes en el futuro.

Me parece una idea muy buena, porque tampoco da puntos únicamente por venir sino que obliga a esforzarse un poco y a perseguir objetivos. Si simplemente se diera a todos los personajes el mismo número exacto de puntos de experiencia, directamente podríamos pasar de los puntos de experiencia por completo y decir "cada tres aventuras subís de nivel".

Seguiré dándole vueltas al asunto, y esto no quiere decir que vaya a cambiar el modo en el funciona ACKs en la campaña que estoy jugando... pero esto es un ejemplo más de que lo mejor para reflexionar sobre cómo funcionan los juegos de rol es jugándolos.

Saludetes,
Carlos

01 marzo 2018

D&D como mito

Una vez leí que todos los mitos pasan por una serie de fases. Lamento no encontrar ahora mismo la fuente. Puede que fuera en La Diosa Blanca de Robert Graves, pero perdí mi copia hace muchos años y aún no la he recuperado. En cualquier caso, lo que venía a decir ese texto es que todos los mitos se iban degrandando con el tiempo, pasando por una serie de estadíos: en primer lugar está la comprensión; el oyente del mito sabe de lo que le están hablando y entiende el significado de la historia, pues sabe su origen y lo que está representando. Después, poco a poco, se van olvidando estos orígenes y pasamos a un punto en el que el mito se recrea con respeto simplemente porque los ancestros lo hacían de este modo y, aunque haya cosas que no se entienden muy bien, el significado primigenio aún es comprensible. Posteriormente llegamos a la repetición, momento en el que el mito se repite formalmente, pero ya no se entiende la razón por la que se hace: se ha convertido en un ritual vacío de significado pero al que aún se le otorga un cierto poder. Después llegamos a la farsa, momento en el que ya nadie sabe realmente el origen de lo que se nos está contando y ni siquiera se le concede el tener un sentido: puede que el mito, a estas alturas, ya no sea sino un cuento de viejas que ni siquiera se recuerda correctamente.

Cuando apareció por primera vez D&D en 1974, las personas que compraron el juego entendían las referencias que este contenía. Había ents y hobbits (que conocían de El Señor de los Anillos), y también Tharks y Marcianos Rojos, Blancos y de muchos colores en los desiertos (como en el Marte de John Carter). Las espadas podían tener su propia personalidad y poderes (como Stormbringer) y las clases que se introdujeron en suplementos posteriores, como la de los bárbaros, los exploradores (Rangers) y los ladrones venían directamente inspiradas de héroes de la literatura fantástica como Conan, Aragorn o el Ratonero Gris. Claro, el juego no estaba dirigido al público general, sino a gente iniciada en ciertos conocimientos; personas que habían leído los libros adecuados y habían jugado a los juegos (de guerra) adecuados.

Poco a poco, estas raíces culturales fueron perdiéndose, porque no era necesario conocerlas. El mito se hizo más popular y atrajo a mucha más gente (una religión que se hacía más conocida...). A medida que se publicaban nuevas versiones del juego, versiones más accesibles para gente que no necesitaba haberse leído los textos fundacionales, algunas de las raíces del mito se iban olvidando. ¿Necesita alguien saber que el Ranger puede usar objetos de adivinación porque Aragorn usaba el Palantír en el tercer libro de El Señor de los Anillos? No, en realidad no. Basta con saber que la clase estaba allí y jugar con ella. Los que sepan de qué el asunto podrán interpretarlo mejor y los que no, ignorarlo.

Al fin, poco a poco, los orígenes se van olvidando y el mito se desdibuja. Años después, la clase de Ranger usa dos armas simplemente porque un ranger muy famoso (Drizzt do'urden) las usaba y su popularidad ha eclipsado la del héroe original de esa clase (Aragorn). Los dioses nuevos sustituyen a los viejos. Pero incluso eso se olvida y, aún mas años después, las nuevas clases de Ranger pueden usar dos armas simplemente porque es como se ha hecho siempre.

Décadas después de su creación, los nuevos iniciados de D&D ya ni recuerdan de dónde vienen las raíces de su mito. Puede que aún lean a Tolkien y Howard, aunque también puede ser que la única versión de la Tierra Media que conozcan sean las películas y el único Conan con el que son familiares sea el de los cómics o, aún peor, el de las películas (la visión que tenemos de Conan hoy en día es en sí misma una farsa de la del personaje original de los relatos pulp). Pero no han leído la saga de la Tierra Moribunda de Jack Vance, aunque saben que la magia de D&D es vanciana. Y no saben que la Clase de Armadura viene de un viejo juego de combates navales escrito por Gygax y Arneson años antes que D&D.

D&D ya es su propio mito y es su propia fuente de nuevos mitos. Sus raíces son tan desconocidas para muchos de sus creyentes como las raíces precristianas de la religión católica lo son para los cristianos de hoy en día. Santa Brígida comparte atributos con la diosa celta Brigid que la precedió. Osiris era el Niño Divino que nacía el 25 de Diciembre.

Por eso a veces bucear en las raíces de un mito nos puede demostrar que lo que nuestros mayores crearon no eran cosas absurdas creadas por gente que no sabía lo que escribía. Los mitos no son creaciones infantiles concebidas en la infancia de la humanidad. Originalmente, tenían su significado y cuando lo olvidamos, cuando ya no reconocemos nuestras raíces, perdemos parte del significado profundo de lo que hacemos.

Saludetes,
Carlos

27 febrero 2018

El Clérigo en D&D es una cosa rara

Nunca me ha gustado el concepto del Clérigo en D&D. No me parece mal que haya una especie de guerrero/mago que se defienda en combate cuerpo a cuerpo y además tenga hechizos útiles y un poder especial para expulsar muertos vivientes. Lo que no me gusta realmente es que es una clase que parece hecha de retazos.

Porque a ver... parece que la base del Clérigo parecen ser los Templarios. Es decir, las órdenes guerreras que se crearon durante las Cruzadas y que combinaban el entrenamiento de un caballero con una vida monacal y votos de pobreza y obediencia. Mola. Pero claro, luego tenemos esa pequeña pega de que solo pueden usar armas contundentes, lo cual no pega para nada con la idea de un Templario, que creo que está mucho más identificada con la espada (con forma de cruz cristiana) y con la lanza (porque no dejaban de ser guerreros a caballo).

Lo de no poder usar más que armas contundentes (mazas, martillos, etc.) nunca lo he entendido. Al parecer, puede provenir de que un obispo que se muestra en el Tapiz de Bayeaux llevaba una maza, o del hecho de que los inquisidores no debían derramar sangre de cristianos y por eso recurrían a torturas en las que no se acuchillaba a la gente pero si se la podía apalear. Algo por el estilo pero... que no me pega con la imagen del Templario.

Y, finalmente, la capacidad de expulsar muertos vivientes, que supongo que vendrá de las películas de vampiros en las que los sacerdotes hacen retroceder a los muertos vivientes mostrándoles la cruz.

En resumidas cuentas... algo muy D&D, en el sentido de que se cogen cosas de diversas fuentes, se mezclan con mayor o menor fortuna, y ahí que nos aparece un concepto nuevo y algo monstruo de Frankenstein :D. Con los ladrones y su habilidad de leer pergaminos (como el Ratonero Gris o Cugel) y los rangers originales y sus habilidades de ser como Aragorn para tres cuartas de lo mismo. Y es algo que no me gusta demasiado.

En cualquier caso, lo que más me molesta, probablemente, es que lo más importante de un Clérigo, su devoción a una deidad, es algo que se ignora por completo. Uno puede jugar con Clérigos en D&D sin preocuparse ni siquiera de darle un nombre a su dios (eso estamos haciendo en mi campaña de ACKs actual, y la cosa funciona). Porque con decir que eres un servidor de la Ley, ya te vale.

Como he dicho, la cosa funciona, y si es jugable ya es bastante... pero es que yo vengo de jugar a RuneQuest y en este juego no hay un Clérigo "genérico". Hay sacerdotes de distintos dioses que se distinguen muchísimo entre sí. Algunos son representantes de dioses guerreros, otros son sanadores pacifistas, y otros pueden ser capitanes de barco porque solo los sacerdotes de los dioses marinos pueden capitanear barcos. Me preocupa que los Clérigos de un mundo de juego de D&D son poco más que baterías de sanar gente con muy poca personalidad.

Tengo que admitir que en AD&D 2 se hizo un esfuerzo por ampliar el concepto y, por ejemplo, recuerdo con cariño El Libro del Buen Sacerdote, en el que se añadían distintos Dominios, se indicaba cómo crear una religión, se daban variantes sobre armas, poderes, hechizos, etc. Se les daba personalidad, vaya. Un mundo de juego en el que los Clérigos tenían también algo más de personalidad era Birthright donde cada Clérigo servía a un díos y tenía distintos hechizos y poderes. En The Book of Priestcraft se deban muchos más detalles de cada uno de los dioses y sus sacerdocios y la verdad es que le daban mucho más variedad y verosimilitud a la clase de personaje.

Al final, después de leer esos dos libros, quedaba claro que el Clérigo "estándar" era realmente una variante de mago divino con poderes para destruir muertos vivientes y buenas capacidades de curación y combate. Un mago de batalla contra las fuerzas de la oscuridad. Lo cual está genial, pero me molesta como concepto básico de lo que es un Sacerdote.

Saludetes,
Carlos

21 febrero 2018

Diez reflexiones y un poema sobre etewaf

En el año 2010, un humorista estadounidense llamado Patton Oswalt publicó un artículo en la revista Wired con el título Wake Up, Geek Culture. Time to Die. En este artículo acuñaba el concepto de etewaf, el acrónimo de Everything That Ever Was, Available Forever. Traducido al español: Todo Lo Que Ha Sido, Disponible Para Siempre. Aunque el artículo es humorístico y se centraba en la cultura nerd/geek (friki), el concepto en realidad es válido y se puede extender a toda la cultura: ya en 2010 comenzábamos a tener claro que el hecho de que todos los productos culturales estuvieran a un click de distancia de cualquiera que los quisiera suponía un cambio de paradigma cultural.

Ocho años después esto sigue siendo verdad. Más verdad que nunca, de hecho; si yo esta tarde quisiera ver cualquier película, escuchar cualquier disco, leer cualquier libro o jugar a cualquier videojuego, es bastante probable que no tuviera demasiados problemas para estar haciéndolo por la noche. Prácticamente gratis y sin mucho esfuerzo. Sobre todo si dicha obra no fuera algo publicado en los últimos meses, sino que tuviera un año de antigüedad o más. Entonces es casi seguro que no tendría problema para conseguirla.

Nuestros hábitos se adaptan a esta nueva realidad: la gente ya no espera para ver una serie durante meses, sino que la descarga entera y se la ve en una orgía seriéfila en un único fin de semana non-stop. Y en nuestro ámbito, el rol, ¿quién no se ha descargado entera una colección de PDF como si estuviéramos saqueando el tesoro de un dragón? Para acumularlos en el disco duro y no echarles más que un vistazo rápido.

La industria del entretenimiento, y la cultura en general, se adapta también como puede: Netflix estrena las series por temporadas enteras; el Bundle of Holding nos vende PDF a tutiplén a precios rebajados; Steam, GOG.com o DriveThruRPG ponen sus productos con descuento todos los días; desde Kickstarter se hace hincapié en vender versiones exclusivas de sus obras, algo que las haga distinguirse de las demás, tapa dura, solapas de cuero, contenido exclusivo solo disponible durante la campaña, etc.

Es una lucha brutal por la atención del público. Lucha que siempre ha existido, pero que se hace más salvaje que nunca porque el público cada vez le presta menos atención a las cosas. ¿Cuál es el último libro que te leíste entero? Las redes sociales, los vídeos que nos llegan por Whatsapp (enviados por nuestros yayos, en muchísimos casos), los periódicos de los que leemos poco más que los titulares y los artículos de opinión de nuestros opinadores favoritos; todo ello te satura.

Lo tenemos todo, por fin y estamos empachados. Ojo, ya llevamos años así. Lo único que pasa es que antes pensaba que nos pasaba únicamente en nuestros ámbitos frikis y no, nos pasa a todos en todos los aspectos de nuestra vida. La oferta cultural es apabullante e inabarcable.

No nos extrañe entonces que haya gente que grite "¡basta!" y haga el equivalente cultural a echarse al monte a vivir desnudo entre los osos: desengancharse de las redes sociales, de los foros y de los blogs y replegarse a su casa a jugar con los colegas, ver series con la pareja y dar paseos por el campo con los críos. Es absolutamente comprensible, porque vamos acelerados, sin frenos y sin control.

Pero lo cierto es que el etewaf está entre nosotros y se ha hecho fuerte. La sociedad ya es así y dudo mucho que estemos dispuestos a renunciar a tener todo lo que queramos en el momento en el que lo queramos. De mal a bien se va muy bien, pero de bien a mal se va muy mal. Existen personas que abogan por el regreso a un estilo de vida más lento (yo mismo he hablado de Bloguear lento, hace cosa de un año) pero lo cierto es que vamos a tener que acostumbrarnos a vivir así. Y tendremos que encontrar un equilibrio personal, un modo de protegernos de una sobrecarga sensorial que nos estresa pero de la que ya es imposible escapar. De ahí que de cuando en cuando vengan compañeros de afición y digan que abandonan las redes sociales o que dejan de comprar rol porque ya tienen mucho más de lo que podrán leer jamás.

Sin embargo, también existe la opción opuesta. No hace mucho leí a un bloguero que, directamente, lo aceptaba. Aceptaba vivir en un mundo donde aparecían constantemente productos artísticos flipantes a una velocidad de vértigo. Donde no solo seguía estando disponible la música de su juventud sino que había música de ese estilo surgiendo constantemente porque somos millones creando a millones. Él asumía que no servía de nada resistirse a ello y que lo único que quedaba hacer era rendirse, zambullirse en la vorágine y dejarse llevar. Olvidarse del yo e imbuirse de frikismo a raudales, a paletadas. Lo contrario es tratar de detener olas a puñetazos.

¿Qué podemos hacer? Es curioso que cada poco tiempo escriba un artículo a este respecto en el blog. Señal de que le doy vueltas al tema frecuentemente ;). Os he enlazado dos entradas de este blog que trataban de temas similares, pero seguro que hay más, así que creo que ha llegado el momento de crear una etiqueta "etewaf" para agruparlas :D.

El matiz que le voy a poner en esta ocasión a esta entrada recurrente es animaros a buscar una solución a esta cuestión que nos afecta a todos. Lo que pasa es que, probablemente, cada cual tendrá que buscar su propia solución. Para ello, os ofrezco unas reflexiones sobre asuntos que tratan sobre internet, la sobrecarga de información y nuestro papel en todo este asunto. A continuación, 10 reflexiones y 1 poema sobre etewaf:

Reflexión 1: Sobre Internet.

"En algún momento tomaremos conciencia de los peligros de internet igual que la tomamos con el tabaco. Estamos en el momento en el que sabemos que la forma en que estamos utilizándolo no puede ser buena, que hay algo adictivo y peligroso en ello, pero no estamos muy interesados en averiguar qué. Pienso que algunos estamos pagando ya haber sido los primeros, los más conectados. Pronto sabremos exactamente cómo nos afecta a nivel físico y psicológico el loop dopamínico constante y la conexión sencilla a muchas más mentes y emociones de las que venimos programados de fábrica para tolerar. Tomaremos medidas, pondremos límites, seremos más conscientes de cómo el medio está cambiándonos. Mientras, estamos entregados a emociones compartidas en masa que promovemos con los algoritmos, dispositivos y filosofías que hemos creado y a los que nos dedicamos con un fervor primitivo: alzamos, linchamos, reímos, lloramos, cualquier cosa que nos permita seguir automedicándonos contra el aburrimiento que, por otro lado, tanto echamos de menos."

Delia Rodríguez, periodista.

Reflexión 2: Sobre las necesidades artificiales.

"Vivimos en un mundo en el que valoramos cosas que no sabíamos que queríamos, compradas con dinero que no tenemos, para impresionar a gente que no nos importa"

Neal Lawson, director de Compass

Reflexión 3: Sobre el narcisismo.

"Ahora la inercia de la máquina ha dado en una situación donde resulta más eficaz tener a la gente embobada en lo banal y en un aparente beneficio personal. Y eso genera lo que yo llamo el individualismo de masas, que en realidad no es paradójico, es literalmente lo que mejor describe la situación que vivimos, con todo el mundo regodeándose en su propio narcisismo de un modo completamente alienado, masivo e indistinto. Todo el mundo cree estar haciendo algo excepcional cuando es evidente que todo el mundo está haciendo lo mismo. Sospechoso. Tal vez haya que poner en cuestión la supuesta libertad de que se habla."

Miguel Brieva, dibujante

Reflexión 4: Sobre las redes sociales.

"El ecosistema informativo ha producido perversiones. La gente vive en burbujas sin contacto entre opciones. Son las cámaras de resonancia o, como las llama Cass Sunstein, de eco. Gracias al actual sistema de medios de comunicación y de información –incluidas las redes sociales-, cada cual solo escucha, ve o lee aquello con lo que está de acuerdo. No hay comunicación, no hay plaza pública. Se vive en universos paralelos. Es algo general, que se ha visto con especial fuerza en Catalunya y en España en este asunto. Si tan solo los medios públicos sirvieran de puente. Pero, en general, no. Todo eso genera unas credulidades que favorecen las manipulaciones, incluso por los troles rusos u otros. Hoy la manipulación es más fácil. Y mentir en las redes no conlleva coste para el que lo hace."

Andrés Ortega, periodista

Reflexión 5: Sobre la utopía.

"Fantaseo con un mundo en el que los androides se ocuparan de todas las tareas productivas, en el que los humanos nos dedicaríamos esencialmente a tres actividades: seríamos artistas, deportistas y coleccionistas. En ese horizonte futurible, los trabajos volverían a ser lo que eran cuando éramos niños, meros disfraces o juegos de rol. Y la inversa: la ficción podría llegar a identificarnos con fidelidad ante los demás. [Mi tío] Pere me permite imaginarlo, puesto que sus cenizas descansan hoy dentro de una Bola de Dragón, al pie de un limonero."

Alba Muñoz, escritora

Reflexión 6: Sobre el consumo.

"[¿Cómo se sobrevive al desencanto?] Has dado con el gran problema. Si todo lo que nos dan nos hiciera felices, no estaría mal. El problema es que no lo consiguen. La gente se va dando cuenta de los límites del consumo. Sí, tienes un iPhone 5, ¿y? La página de Facebook de no sé qué, ¿y? La superweb de la aplicación tal y los emoticonos de cuál... Y de pronto la gente se va dando cuenta de que eso es El mago de Oz. Detrás de eso no existe nada. El perrito tira de la cortina y deja un tipo patético al frente asustando a los demás para ganar dinero. No te compensa. Genera cierta desesperanza. Las armas de la felicidad no existen para ser feliz y eso es dramático. Hay que leer a autores como Orwell, Jonathan Swift o Herman Melville... Y otros. Y saber que todo esto estaba avisado desde el año 32. Tienes que saber que normalmente lo que te venden no está hecho para tu felicidad. Está hecho para la felicidad de quien te lo vende."

Ray Loriga, escritor

Reflexión 7: Sobre las historias.

"En las comunidades indígenas, las familias se reunían al anochecer en torno al fuego y mantenían enormes tertulias en las que los mayores iban contando historias larguísimas de lo que les pasaba y lo que les había pasado, y los más pequeños se iban durmiendo escuchando esas historias… Ahora eso se ha perdido, crecemos sin escuchar a los mayores"

Margarita, chamán mexicana. Libro "La voz de los sabios"

Reflexión 8: Sobre la sociedad.

"La educación que hay ahora es para crear productores y consumidores, nada más. En cuanto el niño empieza a hablar empiezan a indoctrinarle, a enseñarle el pensamiento único, el dogma. Las palabras clave del mundo oficial de hoy, lo que quieren que aprendamos son productividad, competitividad e innovación. Pero en vez de productividad, la palabra es vitalidad. Y en vez de innovación, es conservación. Y en vez de competitividad, es cooperación. Habría que pensar en asociarnos, vivir pacífica y apaciblemente en este mundo porque esta es la vida que tenemos que ejercer y desarrollar. Para mí, la educación sería rectificadora de la actual: educación que conduzca a saber vivir en armonía con la naturaleza porque somos naturaleza"

José Luis Sampedro, filósofo

Reflexión 9: Sobre lo que sobramos.

"Todo funciona igual de bien sin nuestra intervención. Es una buena cura para la vanidad. Entiendes que aunque dejes de actuar sobre el mundo, éste sigue su ritmo. Que nadie es imprescindible y son muy pocos los que te echan de menos."

Miguel Barceló, pintor

Reflexión 10: Nihil Novum Sub Sole.

"Era el mejor de los tiempos y era el peor de los tiempos; la edad de la sabiduría y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. Todo lo poseíamos, pero nada teníamos; íbamos directamente al cielo y nos extraviábamos en el camino opuesto. En una palabra, aquella época era tan parecida a la actual, que nuestras más notables autoridades insisten en que, tanto en lo que se refiere al bien como al mal, sólo es aceptable la comparación en grado superlativo."

Charles Dickens, escritor. Libro "Historia de dos ciudades"

Poema: Sobre la vida.

"¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, las mismas ventas,
los mismos rebaños, las mismas recuas!
¡Qué pena si esta vida tuviera (esta vida nuestra)
mil años de existencia!.
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
los mismos farsantes, las mismas sectas
y los mismos poetas.
¡Qué pena, que sea así todo siempre,
siempre de la misma manera!"

León Felipe, poeta

08 febrero 2018

Saqueadores de Kaima-Loa: Arcabuceros, Alquimistas y magia Ceremonial

En los últimos días he estado trabajando en la definición de la cultura de los exploradores que van a llegar a Kaima-Loa. Definitivamente, me atrae la idea de que sean un pueblo en la curva ascendente de su poder y que parezcan a los europeos de los siglos XV a XVII. Por lo tanto, hay que pensar en arcabuceros, cañones, etc.

Como siempre he dicho, si algo me ha dado el rol es curiosidad. Yo me interesé por la historia de España después de leer Aquelarre, y tengo varios ensayos sobre historia de España en la Edad Media, en el período que va del 711 al 1492. Y ahora que me planteo escribir algo sobre una cultura algo más avanzada, empiezo a coger información de aquí y de allá para ir metiéndome en situación.

Algunos de los primeros libros que he estado estudiando han sido Rinascita y Villa y Corte, suplementos para el juego de rol Aquelarre escritos por el maestro Ricard Ibáñez. Si Aquelarre está ambientado en la españa que va de 1300 a 1450, Rinascita avanza la ambientación hasta el período de 1450 a 1600 y Villa y Corte se mete de lleno en el siglo XVII y el fin del Siglo de Oro español. Siempre me fascina la capacidad de Ricard para resumir y condensar mucha información en tan pocas páginas como las que tienen estos suplementos. De un vistazo tienes una idea clara y, sobre todo, jugable de los cambios que trae la época a la ambientación: los cambios en las armas, en la sociedad y en el espíritu de la época.

Me ha gustado especialmente el estudio sobre las armas de fuego, al ver como pasamos de arcabuces de mecha a mosquetes de rueda y luego de pedernal. También el progresivo avance de los cuerpos militares desde la mezcla de rodeleros, lanceros y arcabuceros de las guerras del Gran Capitán hasta los Tercios ya completamente desarrollados de los años posteriores. Estos tres tipos de armas ya las había visto en Guns of War, un suplemento para ACKs, pero es cierto que el maestro Ibáñez hace un ejercicio mucho más claro de síntesis que me ha ayudado a la hora de escoger época.

Y probablemente al final la elección sea una mezcla de elementos que sean jugables y no históricos, porque al fin y al cabo, esto no es un juego histórico. Me parece que mezclar alabarderos, tropas con mosquetes, algo de la caballería pesada que había al principio, rodeleros (espadachines) y cañones algo más avanzados para los barcos es bueno porque proporciona variedad a los personajes que pueden llevar los jugadores y a sus soldados.

Lo que nos lleva a Warhammer.

Porque sí, esa mezcla de lanceros, espaderos, cañones, caballería pesada, etc. suena a Imperio de Warhammer. Lo cual está muy bien porque ya dije en su momento que Warhammer es el juego que me convenció de que en la fantasía podía haber pistolas. Aún más, es la que me convenció de que se puede crear una cultura que esté claramente inspirada en la Europa renacentista pero que integre sin problema el politeísmo, la magia, etc.

Lo del politeísmo está bien, porque tener conquistadores, arcabuceros y soldados de los tercios está bien, pero el fanatismo, las guerras de religión y la Inquisición son cosas feas que, sinceramente, no tengo ganas de explorar ahora mismo ;). ¿Qué tal una civilización en la que haya un Culto Imperial integrado por varios Templos que pueden competir por recursos, prebendas y el favor del Emperador, pero no se preocupe tanto por quemar herejes y convertir paganos? Es mi fantasía, así que puede llevar lo que yo quiera ;).

Un conflicto ideológico que sí quiero incluir es el de la competición entre los Templos Imperiales y los Colegios Alquímicos. Una de las mejores ideas que he leído en Guns of War es la de hacer que la pólvora no sea un compuesto químico sencillo de crear, sino el resultado de un complejo proceso alquímico que por un lado haga que sea más caro crear esta pólvora (haciéndola menos común) y por otro le dé una importancia especial a los alquimistas y un claro poder político. Reflejar en la ambientación esa competición entre sacerdotes y magos por obtener influencia me parece importante. Es decir, los Templos no pueden cargarse a los Alquimistas porque estos cuentan con el apoyo del Emperador, que necesita a estos últimos para mantener sus ejércitos provistos de cañones y arcabuces. Así que al final estos tendrán que competir de un modo más civilizado. Por ejemplo, financiando expediciones que traigan gloria al Imperio.

Así pues, arcabuces, diversos tipos de sacerdotes y alquimistas fabricantes de cañones y pólvora. Correcto. Me encaja. Pero tenía mis dudas sobre el lugar que podía ocupar en todo este asunto un mago que podía lanzar bolas de fuego y golpes de rayo. La idea de tropas formadas por magos de batalla que lanzan bolas de fuego al unísono no me gusta demasiado. Creo que le quita mucha mística a la magia si se pueden entrenar a los magos para que funcionen como artillería en el campo de batalla, sobre todo si los tenemos formando unidades militares de varios cientos de hechiceros. Creo que la magia es otra cosa. Y aquí vino al rescate una tercera influencia, en este caso un libro que aún no está casi ni publicado: el Heroic Companion de ACKs.

En este libro se incluyen nuevas reglas, clases de personaje y sistemas de magia que adaptan el juego ACKs (y, por lo tanto, las ediciones viejunas de D&D) a un estilo que el autor llama "fantasía heroica" y que va desde Tolkien hasta Howard. Algo que en principio me llamó la atención, porque siempre había pensado que El Señor de los Anillos y las novelas de Conan tenían poco que ver. Sin embargo, la explicación de lo que tienen en común me ha gustado: la magia en las obras de estos autores no es la magia espectacular de D&D, que conjura fuego de la nada, sino una magia más sutil aunque puede que igual de poderosa. Gandalf hace algunos conjuros de fuego a lo largo de sus aventuras, pero incluso cuando incinera a unos cuantos lobos lo hace a partir de una hoguera que previamente está allí. No se crea materia de la nada.

Me gusta más este tipo de magia. Una en la que los magos siguen siendo poderosos pero no pueden competir en cuerpo a cuerpo con los guerreros. Menos aún si estos tienen arcabuces :P.

Aún queda mucho por hacer, pero al menos la cultura a la que van a pertenecer los saqueadores de Kaima-Loa va apareciendo ante mis ojos de un modo más claro. Creo que los voy a llamar bravianos, súbditos del Emperador de Bravia. Seguimos trabajando.

Saludetes,
Carlos

29 enero 2018

Campaña ACKs (VIII): Fin de la Primera Temporada

La última vez que os hablé de la Campaña de los Aventureros de Muro, estos habían explorado un largo túnel que les había llevado hasta un templo del Caos. A continuación os voy a contar no una sino dos aventuras que culminaron de forma bastante apoteósica. Tanto, que con estas dos aventuras hemos dado por terminada la Temporada Uno de los Aventureros de Muro.

Planes de futuro

Después de haber comenzado a explorar el túnel, los aventureros volvieron a Vashtión (la fortaleza anteriormente conocida como Quasqueton) donde comenzaron a repartirse las habitaciones para dormir: el dormitorio principal para Vash, el secundario para Agorwen la Elfa, etc. Estuvimos repasando el mapa de la fortaleza y decidiendo dónde dormiría cada uno. El jugador de Vash (Luis) no pudo venir ese día a jugar, así que decidimos que Vash el Paladín, heredero de la fortaleza, se iría hasta la ciudad de Vado en busca de un arquitecto que les ayudara a poner un poco de orden en su propiedad, creando una pequeña empalizada en la parte superior de la colina, de modo que los túneles de Quasqueton formaran realmente el dungeon de un futuro castillo. Castillo que sería la capital de un pequeño dominio, que ya había comenzado a darles algo de dinero merced a las minas del segundo nivel que estaban explotando los gnobles gnomos.

Cuando comenzó la aventura cada personaje se había repartido una habitación y se pusieron a decidir si partían de inmediato a asaltar de nuevo el templo del Caos al final del túnel o si esperaban un par de días a que todo el mundo se recuperase de sus heridas. La cosa estaba bastante igualada, hasta que Agorwen la Elfa propuso que lo echaran a suertes lanzando una moneda al aire. Todo el mundo aceptó... y Agorwen usó sus habilidades mágicas de ilusionista para que saliera lo que ella quería: quedarse a dormir ese día y explorar el templo del Caos más adelante.

También se discutió la posibilidad de cegar el túnel que llevaba al templo del Caos, pero al final decidieron que no merecía la pena. Total, en un día o dos irían de nuevo hacia allí...

Cuidado con lo que deseas

Esa misma noche, hice que todo el mundo realizara una tirada de salvación... para ver si se despertaban. Los aventureros habían decidido no cerrar el túnel y desde allí llegó una tropa de hombres bestia comandada por un par de adeptos, a investigar qué estaba pasando en Quasqueton. Y cuando digo una tropa, digo una tropa numerosa: 1 jefe orco al mando de 15 guerreros orcos, 1 jefe bugbear y 2 de sus chicos, 6 gnolls y 2 adeptos del Caos (clérigos de nivel 2). Los personajes que pasaron la tirada de salvación se despertaron por los sonidos de gente que avanzaba por los pasillos. Los servidores del Caos se dirigieron hacia el lugar donde había estado la Capilla del Caos y mientras la examinaban, Yursit y Jess, Agorwen y Luna y Rastrojo, comenzaron a acercarse a los monstruos que habían invadido su nuevo hogar.

Y, os confieso, yo pensé que la cosa sería más dura para los personajes, pero de repente Luna lanzó un hechizo de Sueño, Rastrojo flechas y los ladrones virotazos, y eso se convirtió en una escabechina de aúpa. Los orcos cayeron como moscas, los gnolls opusieron algo más de resistencia y uno de los adeptos logró lanzar un conjuro de Miedo que hizo que Rastrojo (si no recuerdo mal) saliera pitando. Pero para entonces Fadilio, el Hermano Martin y sus seguidores se habían despertado y se unieron a la lucha. Al final no sobrevivió ninguno de los incursores.

La precipitación no es buena consejera

¿Recordáis a Tomás, el acólito maligno que Agorwen hechizó en la anterior aventura? Pues este chico nos dijo que los incursores eran los servidores hombres bestia del sacerdote del Caos que gobernaba el templo. Y reconoció también a los dos adeptos que habían matado.

Los héroes habían sido imprudentes no cerrando el túnel de entrada. Pero ahora... volvieron a ser imprudentes. Durante un rato estuvieron decidiendo si aprovechar el haber matado a estos incursores para hacer su propia incursión antes de que nadie tuviera tiempo de reaccionar en el Templo del Caos, o si era preferible esperar a que volviera Vash, cegar el túnel y preparar una expedición para más adelante. Al final, decidieron que, ¡a muerte! Y se dispusieron a acabar con la amenaza del Templo del Caos de una vez por todas.

Los héroes (Agorwen la hechicera elfa, Yursit el Ladrón, Fadilio el Clérigo y Rastrojo el Explorador) junto a algunos de sus seguidores (Cobb el guerrero, Jess la Ladrona, el Hermano Martin, Clancia la acólita, Tomás el Hechizado y los dos perros de guerra de Rastrojo: Phobos y Deimos) se lanzaron por el túnel, en busca de gloria.

Al llegar al templo del Caos exploraron los túneles que habían ignorado anteriormente en el norte. Dejaron atrás un par de puertas, pero tuvieron la prudencia de atrancarlas con clavos de hierro, para no dejar posibles lugares por los que les pudieran atacar. Al fin, llegaron a una gran sala, cubierta de tapices, con varios altares de piedra roja y negra, unas escalinatas que llevaban a un trono de huesos y una gran campana de bronce colgada del techo. Comenzaron a avanzar por el templo, prudentemente. Yursit, Jess, Cobb y Agorwen estaban explorando la parte más alejada del templo, donde vieron una pequeña puerta. Y el resto examinaron los tapices y algunos extraños tesoros que había sobre los altares.

...y entonces la campana comenzó a sonar.

Al instante, presa de un extraño hechizo, Rastrojo y Fadilio se pusieron de rodillas, comenzando a cantar en una lengua extraña y maligna. Sus amigos trataron de despertarles de su embrujo, pero parecía imposible hacerlo. Entonces, de varias puertas comenzaron a salir docenas de esqueletos de una puerta oculta. Fadilio, Clancia y los dos perros de Rastrojo comenzaron a luchar contra ellos, y poco después a Rastrojo y a Fadilio se les pasó el efecto de la campana y pudieron ponerse a luchar. Pero entonces comenzaron a aparecer docenas de zombies y pronto comenzaron a darse cuenta de que habían caído en una trampa muy peligrosa. Agorwen se tomó una poción de invisibilidad y se escabulló hacia la puerta que había visto al final del templo.

Poco a poco comenzaron a caer tanto PJ como PNJs: Yursit y Jess cayeron uno al lado del otro, víctimas de los esqueletos. El Hermano Martin, Clancia, Tomás y uno de los perros de Rastrojo también cayeron. Cobb murió luchando contra unos zombis. Pronto solo quedaron Fadilio y Rastrojo, retirándose cada vez más hacia la parte de atrás del templo.

Agorwen, mientras tanto, había comenzado a explorar la puerta trasera del templo y allí se encontró con las habitaciones del sumo sacerdote... y al propio líder de los servidores del Caos. Invisible, vio como el sacerdote se ponía una armadura, cogía un bastón con forma de serpiente y avanzaba para unirse a la lucha. Agorwen tuvo miedo de hacer nada contra el sacerdote y se quedó atrás, explorando sus habitaciones. Con tal mala suerte que se puso a examinar una estatua siniestra... que se le cayó encima, dejándola fuera de combate.

Mientras tanto, Fadilio y Rastrojo iban retirándose hasta que consiguieron ponerse en una zona en la que podían luchar contra sus enemigos de dos en dos, logrando retener un poco a los enemigos. En ese momento apareció el sacerdote maligno lanzando hechizos, pero lograron resistirlos y Rastrojo mató al clérigo del Caos de un lanzazo. Después, se lanzaron corriendo hacia sus aposentos y apuntalaron la puerta con la cama del sacerdote, mientras los zombis aporreaban la puerta para entrar.

Y allí estaban, Fadilio, Rastrojo y un perrete, atrapados. En los aposentos encontraron un pergamino con unos cuantos conjuros útiles, pero parecía que se quedarían allí para siempre... hasta que encontraron la puerta secreta. Resulta que el sacerdote del Caos tenía una salida oculta en sus aposentos, que llevaba hasta un túnel por el que ya habían pasado para llegar hasta aquí. Rastrojo y Fadilio se escabulleron con el cuerpo de Agorwen hasta el túnel que llevaba a Vashtión.

Fadilio hizo unos primeros auxilios a Agorwen, que tenía una horrible herida en el rostro, y consiguió estabilizarla, aunque la Elfa seguía inconsciente. Después, tuvieron que decidir qué hacer: podían volver a Vashtión o tratar de recuperar los cuerpos de sus amigos, con la esperanza de que no todos estuvieran muertos. Al final decidieron que no podían dejarles allí y volvieron, muy despacio, por los túneles.

Observaron que la campana ya no sonaba. Quizá el hechizo que la activaba se había agotado, pero en cualquier caso lo consideraron una buena señal. Entraron por la puerta secreta y vieron que los zombis habían terminado por apartar la cama y habían entrado en la habitación, pero que ya no estaban allí. Envalentonados, avanzaron un poco más. Había muchos enemigos muertos y encontraron a Cobb el guerrero, muerto también. Después, llegaron hasta el templo. Los cuerpos de Yursit y Jess estaban frente a ellos, pero los dos héroes temían entrar en el templo. Hasta que Fadilio recordó el pergamino que había encontrado en la habitación del sacerdote. Vio los conjuros que allí había y su rostro se iluminó.

Avanzó hacia el templo, mirando a la campana y lanzando uno de los hechizos del pergamino: un conjuro de Silencio. La campana comenzó a moverse tan pronto como entró, pero no emitió ningún sonido gracias al conjuro lanzado por Fadilio. Mientras las runas mágicas desaparecían del pergamino, Fadilio y Rastrojo se apresuraron a arrastrar los cuerpos de sus amigos.

Al fin, Yursit y Jess estaban vivos, aunque muy malheridos. Y el Hermano Martin tenía una herida en la espalda que le había quitado la movilidad por completo. Clancia y el otro perro de Rastrojo estaban también muertos, como Cobb.

Tirando como pudieron de los cuerpos de sus amigos, se arrastaron de vuelta por el túnel, prácticamente muertos... pero victoriosos.

¡El Señor del Templo del Caos había muerto!

Fin de la Primera Temporada

Lo que os he contado se nos llevó dos partidas el año pasado. Los jugadores fueron bastante imprudentes no cerrando el túnel que llevaba al templo del Caos, pero he de decir que me quedé impresionado cuando se cargaron a todos los hombres bestia y adeptos del Caos que invadieron su hogar. Creo que simplemente me pensé que seguían siendo personajes de nivel 1 como los que tuvieron que huir en su primera partida después de luchar con un cubo gelatinoso y unos cuantos orcos. Pero es que, con más hechizos, objetos mágicos, seguidores y un par de niveles de experiencia, los personajes ya son una fuerza a tener en cuenta.

Sin embargo, la relativa facilidad con la que se cargaron a estos primeros enemigos les costó cara: la trampa de la campana mágica del templo del Caos es bastante puñetera, porque deja fuera de combate a algunos personajes (los que fallen su tirada de salvación) y comienza a meter enemigos a porrillo. Los personajes son buenos, pero acabar con unos quince zombies y quince esqueletos era más de lo que podían asumir.

Si es cierto que una oportunidad si tenían: podían haber ido retrocediendo hacia un lugar más estrecho, haber montando ahí un muro de escudos y haber podido resistir mejor al ataque. Dejaron que les rodearan y eso casi acabó con todos. También habría estado bien que Agorwen hubiera encontrado la puerta secreta antes, en lugar de ser aplastada por una estatua (que también es una trampa puñetera del viejo Gygax).

Por suerte para todos, estábamos jugando a ACKs, con sus reglas para que los personajes muertos no lo estén hasta que reciban primeros auxilios y se hagan tiradas en las tablas de heridas graves. Al final conseguimos salvar a todos los PJ y a varios PNJ, aunque estaban bastante malheridos. Nada que no cure un conjuro de Curar Cuerpo y Extremidades, pero estuvieron muy, muy cerca de cascar todos.

Ahora por fin el Templo del Caos parece una amenaza casi vencida. Lo cierto es que no lo han explorado por completo, pero han matado a su líder. Y son los dueños de la fortaleza de Vashtión. En las siguientes aventuras van a tratar de crear su propio dominio, atraer seguidores y meterse un poco en la política local. Ahora han dejado de ser los Aventureros de Muro y son ¡los Aventureros de Vashtión!

Ah, y sí. Esta vez sí que han sellado el túnel.

Saludetes,
Carlos

28 enero 2018

Nos ha dejado el autor de Dragonadas Varias

Esta semana nos hemos enterado por diversas fuentes de que Humuusa, el autor del blog Dragonadas Varias ha fallecido. La noticia me ha impactado porque creo que es la primera vez que una persona cuyo blog sigo desde hace años ha muerto. Vayan por delante mis condolencias a la familia. No conozco las causas de la muerte, solo sé que Humuusa era una persona relativamente joven.

No lo conocía en persona pero seguía su blog desde hace años. Estaba muy especializado en traducciones de juegos como Pathfinder, D&D5 o, más recientemente, Starfinder. Escribía muy frecuentemente, casi siempre traduciendo notas de prensa, artículos, etc., relativos a estos juegos, y sé que era una persona activa en diversas comunidades roleras dedicadas a estos y otros juegos. Yo he aprendido a leer en inglés sin problemas, por lo que los artículos no me eran útiles por su traducción, pero sí para estar un poco al tanto de lo que se movía en estos juegos en sus países de origen.

Al margen de mi implicación personal, lo importante es que una persona ha fallecido y se acalla una voz de la bloguesfera rolera. Creo que el Hermano Olvidado ha dado en el clavo en su artículo La muerte siempre está ahí. En él dice que en Humuusa convivían muchas personas, como en todos nosotros: una era la persona que era hijo, hermano o amigo y que realmente yo no he conocido. Pero otra distinta era la persona que publicaba artículos sobre rol y se relacionaba con el resto del mundillo con sus traducciones y comentarios. Esta es la persona de la que tenemos la obligación de despedirnos como aficionados de los juegos.

Muchas gracias, Humuusa, por haber sido parte de nuestra pequeña afición.

Un saludo,
Carlos

15 enero 2018

Saqueadores de Kaima-Loa: la Compañía

Soy un firme defensor de los juegos en los que los jugadores interpretan a personajes integrados en una organización mayor, que actúa en ciertos sentidos como un personaje más, un metapersonaje. Cuando estos (meta)personajes son más divertidos de jugar (para mí) es cuando disponen de mecánicas propias dentro del juego. Uno de los ejemplos más famosos es la Alianza de Ars Magica, que no solo es el hogar de los magos, compañeros y servidores que interpretan los jugadores, sino que llega a ser un personaje en si mismo con su historia, peculiaridades y desarrollo. Pero también existen las Casas de Juego de Tronos, las distintas Comunidades de HeroQuest o el Arca de Mutant Year Zero.

Creo que la gestión de estas comunidades forman un minijuego de gestión de recurso interesante y divertido (si está bien diseñado) en el que los jugadores colaboran para que esta entidad prospere y les dé ventajas de juego, además de ir creando una historia interesante a partir de los ascensos y caídas en la fortuna de dicha comunidad.

Por otro lado, y aún más interesante para mí, es el hecho de que la existencia de este tipo de comunidades sirve perfectamente para justificar por qué cuando un personaje jugador muere, éste puede ser sustituido rápidamente por otro que está listo para ser aceptado por el grupo en la siguiente partida (¡o incluso en la misma!). Es un poco más creíble que, si se te ha muerto el mago del grupo en la última incursión a la mazmorra, se una un nuevo mago para la siguiente expedición si realmente todos formáis parte de una compañía de aventureros con novatos siendo entrenados para participar en la futuras misiones. O al menos a mí me parece que es más coherente ;).

Organizando expediciones

En Saqueadores de Kaima-Loa los personajes van a pertenecer a una Compañía dedicada a financiar expediciones al archipiélago de Kaima-Loa que puedan volver a las tierras civilizadas cargadas de tesoros y nuevos conocimientos. Si uno o más personajes mueren durante una de las expediciones, el jugador solo tendrá que crear un nuevo personaje para la siguiente expedición. Es más, podría incluso crear un nuevo personaje si se ha cansado de jugar con el anterior y desea jubilarlo ;).

Aunque una vez el juego esté publicado, la gente puede hacer con él lo que quiera, la idea básica del mismo es que cada partida comenzará con la preparación de una expedición por parte de la Compañía (con los jugadores representando a los jerifaltes de la misma, decidiendo sus objetivos).

Para obtener el dinero necesario para el proyecto, los líderes de la Compañía usarán fondos propios y fondos obtenidos de sus mecenas, que les marcarán ciertos objetivos (obtener joyas de la civilización perdida de los ofidiomes, traer vivo un dinosaurio u obtener pruebas de que el pueblo gusánido ya trabajaba el metal cuando los marsigones aún eran bárbaros cortacabezas). Esto será lo que los personajes tendrán que conseguir en su expedición, a base de recorrer islas medio exploradas o fiarse de viejos mapas obtenidos a precio de oro.

Se fletarán uno o más barcos en las tierras civilizadas, se cargarán con equipo (pólvora alquímica, cañones, suministros, mercancías manufacturadas, especialistas, etc.) y se enviarán navegando hacia el archipiélago. Si los barcos llegan se aprovisionarán de tropas y provisiones en las colonias civilizadas del archipiélago y luego se marcharán a la isla o islas que se han marcado como objetivo.

Debido a la climatología de Kaima-Loa, la flota tendrá un tiempo máximo para encontrar lo que estén buscando, porque las lluvias aumentarán y los vientos comenzarán a ser desfavorables, haciendo el viaje de regreso más peligroso. Peor aún, si se ven obligados a pasar el invierno en Kaima-Loa, para cuando lleguen puede que sus mecenas ya no estén tan dispuestos a pagar por lo que hayan encontrado.

Mejorando la Compañía

Después de completar cada expedición, y dependiendo de lo bien o mal que se haya dado la misión, las características de la Compañía cambiarán: lo primero será averiguar si la expedición ha sido económicamente rentable, ya sea por haber vendido mercancías, haber traído de vuelta materias primas o haber cumplido los objetivos de los mecenas y recibir el pago adecuado.

Pero los personajes pueden haber traído también de vuelta objetos mágicos que se unan a los recursos de la Compañía, o información importante para los gremios de magos, las distintas iglesias o los alquimistas de las tierras civilizadas.

Los jugadores podrán invertir dinero y recursos en mejorar diversos aspectos de su Compañía. Por ejemplo, para mantener contratos con compañías mercenarias (con lo que pueden llevar tropas veteranas a futuras expediciones), patrocinar a una escuela de magos (con lo que poder crear nuevos personajes de clase Mago que empiecen a nivel 3 en lugar de 1) o tener a alquimistas en nómina (para crear la muy cara pólvora alquímica).

Incluso, cuando un jugador logre llevar a su personaje hasta un nivel alto de habilidad (por ejemplo, nivel 10) podrá "jubilarlo" de forma que pase a formar parte de la dirección de la Compañía, añadiendo a la misma ventajas derivadas de las habilidades de su personaje... y marcando un bonito punto y final a su carrera aventurera. Porque, ¿no es el objetivo de todo aventurero amasar la suficiente fortuna como para retirarse podrido de dinero y dejar de jugarse la vida en selvas llenas de mosquitos chupasangre, espíritus caníbales y aterradores dinosaurios? ;).

Aunque para muchos estructurar de este modo tan fuerte el desarrollo de una campaña (preparar expedición, viajar, explorar, volver y mejorar la Compañía) puede parecer encorsetado y poco flexible, a mí me parece que proporciona una estructura narrativa muy interesante, que después puede modificarse si se desea, una vez se disponga de más experiencia con el juego.

Ah, y como comentábamos anteriormente, al final sí que va a haber cañones en Kaima-Loa. Aunque la pólvora va a ser un compuesto alquímico complicado y caro de producir. Creo que vamos a ir optando por una ambientación, al menos en las tierras civilizadas, más parecida al Renacimiento que a otra cosa (algo que aún sigue estando dentro de los parámetros de D&D, en mi opinión). El otro día le eché un vistazo a las cartas del juego Ciudadelas y me sentí inspirado por ellas ;).

Saludetes,
Carlos

08 enero 2018

Cañones en Kaima-Loa

Como ya he comentado anteriormente, estoy trabajando en un juego de rol, llamado temporalmente Saqueadores de Kaima-Loa. Igual cambio Saqueadores por Exploradores, que implica algo menos de sed de botín y algo más de sed de aventura, pero lo estoy pensando.

Mis motivaciones a la hora de crear este juego han sido dos: por un lado, crear unas reglas que sean compatibles con los retroclones de D&D. Es decir, ya que la traducción de Adventurer, Conqueror, King se antoja imposible, aprovechemos la licencia OGL para traer lo mejor de este juego y librarnos de lo que no nos gusta, creando nuestro propio retroclón. ¿Necesita el mundo un nuevo retroclón? No, obviamente no lo necesita, pero un buen retroclón compatible con las versiones viejunas de D&D tiene una ventaja innegable con respecto a otros sistemas: puedes coger aventuras antiguas de D&D o las nuevas aventuras del movimiento OSR e insertarlas sin mayor problema en tu juego, ya que las reglas son enormemente compatibles (cuando no exactamente las mismas). Clásicos como Isle of Dread o Dwellers of the Forbidden City se pueden integrar en una campaña del mismo modo que nuevas aventuras como World of the Lost, The Islands of Purple-haunted Putrescence o mi propia aventura En Busca de la Ciudad Perdida de Garan.

Y si habéis observado que esas cuatro aventuras comentadas tienen en común estar ambientadas en selvas y/o islas la razón es mi segunda motivación para escribir Saqueadores/Exploradores de Kaima-Loa: me encantan las aventuras ambientadas en archipiélagos tropicales. Eso de explorar con un barco islas llenas de tribus perdidas, monstruos gigantes y templos ancestrales me motiva hasta grados inimaginables. Ayer disfruté con los críos grandemente de la nueva peli de Jumanji simplemente disfrutando de los paisajes.

Porque creo que a día de hoy un retroclón más no va a tener demasiado atractivo para una afición que ya dispone de Trasgos y Mazmorras, Aventuras en la Marca del Este o Labyrinth Lord. Pero si le metes una ambientación tipo hexcrawl y sandbox, con generadores de islas, civilizaciones y tribus, y le metes una gestión de expediciones, reglas de escaramuzas y otros sistemas chulos, ¿no gana atractivo? Para mí sí. Y una regla importante de todo lo que escribo es que tiene que ser algo que me gustaría haberme encontrado como jugador de rol y no he conseguido hasta el momento. La motivación lo es todo.

A día de hoy estoy trabajando en el sistema, cogiendo de aquí y de allá y haciendo unas cuantas pruebas de juego. Y, de repente, me he encontrado con una decisión difícil: las armas de pólvora como cañones y arcabuces.

Es muy, muy difícil, pensar en aventuras en islas tropicales y no pensar en piratas y cañones. Parece que van de la mano, aunque evidentemente no son un elemento imprescindible para este juego (nada lo es, más allá de la existencia de islas y selvas, y de las reglas de D&D). En la ambientación de Birthright, publicada para AD&D 2ª edición había grandes naves comerciales del tipo de galeones y galeras y sus propias reglas de combate naval en los que los cañones y mosqueteros eran sustituidos alegremente por catapultas y arqueros sin despeinarse y oye, la cosa funcionaba. Pero el caso es que usar armas de fuego en la ambientación es tentador aunque, como todo, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Entre las ventajas podemos valorar las siguientes:

  • Existe un suplemento cojonudo sobre el tema de las armas de fuego y los cañones para retroclones de D&D, pensado específicamente para ACKs y para Lamentations of the Flame Princess llamado Guns of War. El libro incluye estadísticas de armas de fuego, historia de la evolución de dichas armas de fuego desde los siglos XV a XVIII, reglas para usar armas de fuego integradas en el sistema de batallas e ACKs, etc. No voy a decir que esté todo el trabajo hecho, pero sí haré énfasis en el hecho de que la licencia OGL está pensada precisamente para poder usar reglas de unos retroclones en otras. Bueno, no estaba pensada originalmente para esto, pero es para lo que se utiliza a día de hoy xD.
  • Disponer de cañones y armas de fuego es una gran justificación para explicar por qué los personajes jugadores tienen alguna oportunidad de sobrevivir en islas infestadas de bestias monstruosas y magia negra. No es que vayan a sobrevivir seguro, pero les da una ventaja de la que carecen las civilizaciones nativas de Kaima-Loa, y eso es bueno a efectos de verosimilitud. Mi premisa para el inicio de las exploraciones de Kaima-Loa es que la cultura civilizada de la que provienen los personajes jugadores acaba de vencer a otra cultura que ejercía de "tapón" y que ahora ha conseguido acceder a Kaima-Loa y se está dedicando a explorarla. Que haya usado la pólvora para ganar esta ventaja me gusta.
  • Dispongo de libros como el Compendio Naval del Siglo XVII de Albert Tarrés y Urruela, el viejo ¡Piratas!, el 50 Brazas o incluso algo de Séptimo Mar que puede servir de inspiración para ciertas mecánicas y aventuras.

Entre las desventajas tenemos estas:

  • Decía que tengo ¡Piratas!, Séptimo Mar, 50 Brazas o Freeport, que en todo o en parte se pueden considerar "fantasía de piratas"... y tenerlo es tanto una ventaja como un inconveniente. Porque puede hacer que Saqueadores de Kaima-Loa no se distinga, en lo temático, de estas otras propuestas. Existe la posibilidad de que la propuesta quede algo desdibujada entre muchas otras propuestas de "fantasía de piratas".
  • A mucha gente no le gustan los cañones y las armas de fuego en su "fantasía tipo D&D". Confieso que a mí tampoco me gustaba mucho hace años, porque identificaba la fantasía con caballeros, magos y tropos medievales, más que con soldados de los tercios, fragatas y tropos renacentistas. Lo que terminó por convencerme de que la fantasía, la magia y la pólvora podían convivir perfectamente fue... el libro de la primera edición de Warhammer Fantasy RPG. Allí tenía una ambientación con magos, religión politeísta, orcos y enanos, caballeros y ladrones... y cañones. Y la cosa funcionaba. Encajaba, de algún modo. Desde entonces, no me importa usar la pólvora en mi "fantasía tipo D&D", y el mencionado Guns of War demuestra que hay más gente que opina lo mismo. Pero no deja de ser algo que echa para atrás a algunas personas.
  • Finalmente, los soldados con arcabuces conquistando a pueblos primitivos en entornos tropicales trae a la mente la conquista de las Américas, algo que puede no ser la temática más políticamente correcta que abordar. Sinceramente, no tengo intención de que el juego se convierta en nada parecido a la conquista de américa por los españoles, puesto que va a ir más de aventuras, exploración, etc., pero el riesgo está ahí y hay que tenerlo en cuenta.

Así pues... sigo dándole vueltas al asunto. Me gustaría leer vuestros comentarios al respecto. Aunque no se pueden crear juegos por consenso, siempre es bueno escuchar la opinión de los aficionados, sobre todo porque podéis hacerme ver algún matiz que se me esté escapando o al que no esté dando el enfoque adecuado. Muchas gracias por adelantado :).

Saludetes,
Carlos

31 diciembre 2017

Resumen del 2017 y propósitos para el 2018

Y por fin llega la inevitable entrada de resumen sobre lo que ha dado de sí el 2017 y lo que espero para el 2018.

Echar la vista atrás a lo que voy escribiendo año tras año al finalizar el ídem es extraño. Es como mirar por el túnel del tiempo a una versión pasada de mí mismo. Y, curiosamente, siempre es una versión más ingenua, que hace planes que luego no se cumplen ni de coña xD. A finales de 2018 estaré echando la vista atrás y con total seguridad el año me habrá llevado por derroteros que ahora no me puedo ni imaginar.
En fin, la vida es lo que te pasa mientras tú vas haciendo planes.

Este año han pasado cosas curiosas. Os resumo:

  • En lo personal, estoy bien, gracias. Muy liado con la casa nueva, pero sarna con gusto no pica. En verano me arremangué y me monté un huerto que me ha proporcionado gran cantidad de tomates y pepinos. También un calabacín chuchurrío, mucho perejil y tres calabazas que se han puesto gordas pero no amarillas. El cambio climático, seguro. Ah, y en verano regresé a Galicia de vacaciones, ¡qué playas! ¡qué bien se come! ¡qué de veces nos llovió!
  • En lo rolero, he conseguido mantener a lo largo del año una campaña del retroclón Adventurer, Conqueror, King con un grupo de amigos.
    Jugamos cada dos semanas y nos hemos recorrido ya dos módulos viejunos: In Search of the Unknown y Keep on the Borderlands (aunque en este último han ido directamente a lo que sería el final de la aventura). Muy divertido, la verdad. El año que viene, lo seguimos.
  • En cuanto a publicaciones, este año he escrito Muerte en la Mansión del Mago Malifax, un módulo para Clásicos de la Marca
    que se estará incluido en la caja del Gazetteer de la Marca. Después supongo que se venderá también de forma individual. He de decir que he quedado muy satisfecho del resultado y espero que sea una aventura memorable para el que la juegue. Le tengo que agradecer su ayuda a Jordi Morera por sus comentarios y, sobre todo, a Ricardo Dorda, que fue más allá del deber a la hora de comentarla y corregirla. Gracias a los dos :).
  • Con 77Mundos este año no hemos logrado publicar nada, pero tenemos algo entre manos. De hecho, ya nos han aprobado el proyecto en la página de Verkami, así que el mes que viene lo haremos público. No es una publicación estrictamente rolera, pero creo que va a ser interesante para muchos, sobre todo para los que sean profes...
  • En lo que respecta al blog, ha sido un año normalito, aunque por fin terminé mi reseña del Player's Companion de ACKs y enuncié mi manifiesto Bloguea lento, que me sigue pareciendo una buena filosofía de vida bloguera. Gracias a Yop, de La Torre de Ébano este año sí que ha habido Desafío de los 30 días, aunque haya sido en Diciembre y no en Noviembre ;). Y gracias a esto el año terminará con 57 entradas en La Frikoteca en lugar de 27 :D. Lo cual está muy bien,
    no podemos dejar que el blog muera por falta de entradas ;).
  • En lo que respecta a compras roleras, he comprado relativamente poco. Casi siempre cosas tipo OSR. Lo más caro que ha caído han sido la nueva edición de Far West y el Gazetteer de la Marca vía Verkami. También he impreso un par de libros vía Lulu y DriveThruRPG y oye, la calidad es más que aceptable. Los de Lulu, por cierto, me han enviado dos copias de la segunda parte de StoneHell, en lugar de una copia de la primera parte y una de la segunda... pero como el error ha sido de ellos, me han enviado gratis una copia de la primera parte, así que ahora tengo una segunda parte de sobra ;). A ver qué hago con ella :D.

Otros años he hablado de editoriales roleras y de cómo ha ido la cosa en el mundillo. Creo que este año la noticia sin duda ha sido que Edge Entertainment ha publicado D&D5 en español. Aunque he de decir que el juego no es para mí (ya voy servido de dungeoneo con mis retroclones), lo cierto es que es una muy buena versión del clásico y espero que venga realmente bien y que sirva como puerta de entrada para muchos nuevos aficionados. HT Publishers lo sigue petando con Savage Worlds, Holocubierta va a publicar en el 2018 el nuevo juego de Star Trek (¡que ha de ser mío!), Nosolorol sigue sacando muy buenos juegos (grande ese Mutant Year Zero que he podido leer este año) y, en general, todo el mundo sigue luchando para seguir a flote en este mundillo complicado, pequeño y algo cainita (o sea, muy español).

Para el año que viene simplemente pido poder publicar Saqueadores de Kaima-Loa, un juego tipo OSR con aventureros explorando un archipiélago tropical lleno de ruinas, tesoros y monstruos. ¿Original? ¿Rompedor? Pues la verdad, espero que sea interesante, pero a estas alturas la originalidad se la dejo a quien la quiera y yo simplemente me dedicaré a diseñar cosas que me gustaría jugar a mí. Espero que existan los suficientes colegas de afición dispuestos a apoyarme como para que pueda sacar adelante la publicación, pero la verdad es que no pido mucho más. No tengo interés en conquistar el mundo rolero. Me basta con aportar mi granito de arena ;).

Pasad buenas fiestas, comed mucho y divertíos con la familia y los amigos. Nos vemos en el 2018.

Saludetes,
Carlos

30 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 30 (narrador)

¡Último día del Desafío! La pregunta final es ¿Cuál crees que es tu mejor baza como narrador? Tus recursos narrativos favoritos.

Un gran director de juego, Rubén Navarro, definió un vez mi estilo de dirigir como "épico-sarcástico". Me encanta la definición y la haga mía :D. Creo que es cierto que en mis partidas me gusta que haya momentos épicos, sobre todo en los finales de campaña, donde echo el resto y gasto todo el presupuesto de efectos especiales (imaginados) para incluir explosiones, grandes batallas y finales grandiosos. Pero, mientras tanto, no puedo evitar meter chascarrillos, chistes y momentos divertidos en la partida. Creo que al final la mezcla es interesante y hace que las partidas sean entretenidas.

No siempre me sale bien, claro, y hay ocasiones en las que tengo que pedir a la mesa que dejemos el humor un momento. En ocasiones incluso he hecho un receso para que todos nos tranquilizáramos y se pudiera seguir. Entiendo que es difícil mantener el equilibrio.

Pero es que ese equilibrio es lo que hace grande un partida. Yo digo que jugar al rol es como tocar jazz (algo que no tengo ni idea de cómo hacer): cada músico conoce su instrumento, conoce los acordes habituales y aprende cuál es su lugar en la orquesta. Pero luego la actuación se improvisa en gran medida y a veces uno hace un solo, otros un dueto y, en el mejor de los casos, todos tocan al unísono y se crea una magia maravillosa.

En el caso de una partida de rol esto sigue funcionando así, pero con un director de juego que en muchos casos es un director de orquesta que debe mantener una dinámica fluída en la partida, debe hacer que la historia siga avanzando y debe hacer que no haya excesivos tiempos muertos. Ese dirigir la partida y hacer que la música no pare creo que es algo que se me da bien hacer y que es mi mejor baza como director.

Eso, y los chistes; soy un tipo ingenioso.

Saludetes,
Carlos

29 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 29 (no tirar dados)

Penúltimo día del Desafío. Hoy la pregunta es Un colega tuyo viene comentándote "jugamos la partida sin tirar un solo dado". ¿Piensas que es un mérito o un defecto?.

Bueno, si se han divertido así, pues genial :D. Lo que me extraña es que durante una partida de rol no se tire al menos un dado en al menos una ocasión ;).

Entiendo que la pregunta se hace en el sentido de que, por ejemplo, una partida puede ser una sucesión de interacciones entre PJ y PNJ en las que hay negociaciones, planes, politiqueos, etc. Lo cual es estupendo, porque todo eso forma parte de una buena campaña rolera. Ayuda a profundizar en las motivaciones de los personajes y les hace prepararse para el futuro.

Sin embargo, creo que hay momentos en los que los planes y la preparación tienen que terminar y llega el momento de pasar a la acción y materializarlos en cosas concretas. Y en esos momentos a mí me gusta que haya tiradas de dado y que siempre tengamos la posibilidad, por pequeña que sea, de que las cosas no salgan exactamente como esperamos.

Porque, al fin y al cabo, eso es lo que pasa en la vida real, que por muchos planes que hagamos, al final el factor suerte siempre está presente y no todo sale nunca como queríamos. De hecho, cuanto antes te des cuenta de que esto no es lo habitual, mejor xD.

Así que si la partida se ha resuelto sin tirar un dado, genial. Pero dudo mucho que la campaña avance en partidas posteriores sin al menos unas cuantas tiradas de dados ;).

Saludetes,
Carlos

28 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 28 (improvisar)

Antepenúltimo día del Desafío. Hoy la pregunta es Vas a una partida y se te olvida alguna regla importante. ¿Te paras a mirarla o improvisas sobre la marcha?.

Pues lo normal es que al menos me conozca las reglas más importantes y no se me olviden, pero es cierto que soy un poco desastre para ciertos detalles y, en el fragor de la partida, se me olviden aplicar ciertas cosas.

En ese sentido, aunque no soy muy amigo de las pantallas de juego, sí que he de admitir que una buena pantalla en la que tengas las mecánicas básicas más importantes en el lado del director de juego es una ayuda muy buena. Normalmente suelo optar por tener este tipo de mecánicas apuntadas en una hoja de ayuda que tengo al lado mío (por ejemplo, un gráfico con el sistema de exploración o de combate).

También he de decir que mi grupo de juego habitual me suele ayudar en este sentido porque frecuentemente tienen los libros a mano (en físico, ¡o en la tablet o móvil!) y a lo mejor alguien que no esté implicado en una escena concreta se dedica a confirmar si hemos aplicado correctamente una regla concreta.

En ese sentido, es cierto que cada grupo es un mundo. Al mío no le importa, en un momento dado, parar la acción y consultar una regla, sobre todo si estamos hablando de una situación complicada en la que, por ejemplo, nos estamos jugando la supervivencia del grupo. Eso nos pasó, por ejemplo, en la última partida que jugamos de ACKs, en la que hubo que leerse muy, pero que muy bien, las reglas sobre heridas mortales y supervivencia de los personajes caídos...

Así pues, en momentos en los que realmente no nos estamos jugando demasiado, no me importa dejar de lado una regla e interpretar un poco lo que yo considero que es más lógico. Pero en momentos importantes, creo que no pasa nada por parar un momento la narración y consultar las reglas. Después de todo, hay un sistema de juego y me parece importante que se respete durante la partida :).

Saludetes,
Carlos

27 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 27 (matemáticas)

Vigésimoséptimo día del Desafío. Hoy la pregunta es ¿Analizas las matemáticas tras un sistema concreto o no te interesan? Si es así, ¿cuál te parece más perfecto?.

Hace muchos años estuve hablando con un amigo de Barcelona sobre Vampiro. Yo no he jugado casi nada a ese juego, pero por aquel entonces tenía los libros y me había leído el sistema. Recuerdo perfectamente cómo me comentó que las matemáticas del sistema no eran muy buenas, porque cuanto más dados tiraras, más sencillo era que sacaras una pifia. También me dijo que habían mejorado un poco esto en las últimas versiones del juego, pero que ellos habían introducido una regla casera para solucionar este problema.

Esta conversación me resultó interesante en su momento porque me di cuenta de que yo jamás analizaba así los sistemas de juego. Sí es cierto que entiendo lo que es una distribución gaussiana y que puedo predecir la tirada más habitual de un grupo de dados gracias a ello, pero suelo invertir mi tiempo en el rol en preparar material para jugar, más que en analizar el sistema.

Eso no quiere decir que no haya analizado mínimamente los distintos sistemas y que no tenga mis preferencias.

Por ejemplo, la mecánica más habitual en Dungeons & Dragons, en sus distintas versiones y retroclones, es lanzar un dado de 20 y superar una dificultad después de sumarle un bonus. Eso siempre me ha parecido que es una lotería xD porque salvo que los bonus sean realmente altos, hay muchas ocasiones en que el personaje falla tiradas que se supone que no debería fallar si atendemos a su (supuesto) nivel de maestría.

Esto no es privativo de D&D. También pasa en Pendragón y puede llegar incluso a ser más grave porque en este juego hay tiradas enfrentadas en las que gana el que saca una tirada mayor de un d20 pero sin pasarse de su nivel de habilidad. ¿Qué es lo que termina pasando en estos casos? Que un tipo que tenga 15 y otro que tenga 19 y hagan una tirada enfrentada de nuevo están tentando a la suerte. Se supon que debería ganar el que tiene 19, pero si el primero saca un 10 y el segundo un 5, pierde el más hábil. Y os aseguro que, después de jugar muchas partidas a Pendragón, esto pasa con frecuencia. Mis jugadores llegaron a la conclusión de que un guerrero debía tener al menos 25 en espada (para hacer las tiradas con un bonus de +5) antes de sentise algo "seguros" en el combate.

Es por eso que, aunque me gusta mucho jugar a D&D y a Pendragón, me gustan más los sistemas en los que las tiradas son más predecibles. Por ejemplo, FUDGE, el antepasado mecánicao de FATE, en el que usas una tirada de cuatro dados Fudge con mases y menos que lo normal, estadísticamente hablando, es que resulte en una tirada de valor 0, que ni suma ni resta a la habilidad del personaje. Esto para mí es genial, porque realmente quien tenga una habilidad a nivel Grande (+2) lo lógico es que termine ganando a quien tenga una tirada simplemente Buena (+1). Lo curioso del caso es que después de jugar también a FUDGE muchos años... resulta que en el momento más inoportuno sacar tres o cuatro menos no es tan raro :D. Es por eso que, cuando salió FATE lo consideré una mejora sustancial, porque con los puntos FATE podías realmente hacer que, en las cosas que realmente le importaban a tu personaje, aquellas en las que se supone que era bueno por sus habilidades, no fallara, porque si tenía un Aspecto apropiado podías gastar un punto FATE y repetir la tirada o conseguir un +2 (que es un bonificador muy grande en este sistema). Para mí FATE era, en ese sentido, una mejora sobre FUDGE porque a la distribución gaussiana se le añadía el poder repetir una tirada que fuera importante para el personaje.

Al final, le tengo un especial cariño a los sistemas que usan 2d6 y suman el resultado de ambas tiradas, porque lo normal es que la tirada sea de 7 (según una distribución gaussiana). Ejemplos de este tipo de sistemas son GURPS, Traveller o Apocalypse World. En el caso de GURPS y Traveller estamos hablando de sistemas que funcionan mejor para simular historias de personas normales enfrentadas a situaciones que frecuentemente les superan (GURPS tiene opciones para hacer el juego más heroico, pero sigue brillando más en campañas más "realistas"). Y en caso de Apocalypse World, el sistema de resolución es brillante en el sentido de que tirar 2d6 y sumar dará por lo general un resultado de 7 y eso quiere decir que el personaje consigue lo que quiere... pero con alguna complicación. Lo cual es genial para hacer que la historia avance, con los personajes teniendo éxito, pero metiéndose en problemas a cada paso que dan :D.

Como ya digo, a mí me gustan más los sistemas en los que es posible predecir de forma más sencilla el resultado de una tirada. Sin embargo, para mí fue muy revelador leer un artículo en el que se hablaba de cómo Gygax utilizó precisamente una tirada de 1d20 no porque no supiera que esto haría que los resultados fueran a ser impredecibles, sino porque lo sabía, pero quería que hubiera un cierto grado de impredicibilidad en dichas tiradas. Es decir, que no es un defecto del sistema, sino un rasgo que se había escogido adrede.

Por lo tanto, ¿cuál es el mejor sistema? Pues depende de lo que busques. Apocalypse World busca que los personajes tengan éxito pero que este no sea siempre completo, para que la historia avance. Dungeons & Dragons busca que haya sorpresas y que siempre temas tirar el dado y Traveller quiere narrar las aventuras de gente normal enfrentada a circunstancias extraordinarias.

Personalmente, me gustan más los sistemas que son más predecibles, como los basados en una tirada de 2d6 sumada. Pero los sistemas de juego son más que su tirada básica y la matemática implícita de los mismos no es lo único que hay que tener en cuenta a la hora de valorar un sistema.

Ummm... vaya, para no interesarme demasiado analizar sistemas, acabo de darme cuenta de que un cierto análisis sí he ido haciendo con el paso de los años xD.

Saludetes,
Carlos

26 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 26 (regla casera)

Vigésimosexto día del Desafío. Hoy nos preguntan sobre esa regla casera que inventaste y de la que estás orgulloso

Y la respuesta es que esa regla no existe.

Hace muchos años, cuando empezaba en esto del rol, mi juego favorito era RuneQuest. Casi todas mis campañas y aventuras las dirigía con ese juego y llegué a estar muy familiarizado con sus reglas. Tanto es así que en muchas partidas ni siquiera me llevaba los libros: con unos cuantos apuntes propios y en las hojas de personaje de los jugadores era más que suficiente.

El problema es que, claro, si te pasas años sin mirar los libros de reglas, puedes llegar a jugar a una versión un poco peculiar del juego. Una en la que se te hayan colado errores, malas interpretaciones o un par de docenitas de reglas caseras. Por ejemplo, creo recordar que en RuneQuest 3 yo usaba la regla de que para parar una ataque especial tuvieras que conseguir o una parada especial o un crítico. A día de hoy no recuerdo si esto era así en las reglas o si me lo inventé, pero me parecía lógico y lo usé.

La última vez que recuerdo haber introducido una regla casera fue en Pendragón, juego en el que permití a los jugadores hacer todos los años unas cuantas actividades cortesanas en el castillo de su señor, de modo que ganaran unas cuantas marcas de experiencia gratuitas. Y esta pequeña regla provocó que los personajes terminaran teniendo una serie de habilidades cortesanas mucho mejores de las que les corresponderían según su edad y experiencia. Vaya, ¿quién lo iba a decir? Un pequeño cambio puede terminar afectando gravemente a una campaña...

Después de esas y otras experiencias, terminé llegando a la conclusión de que usar reglas caseras tenía su peligro, y que los sistemas de juego suelen estar probados para que todas sus piezas encajen.

Por lo tanto, ¿usar algunas convenciones o reglas caseras mínimas en mis campañas? Sí, claro. ¿Cambios un poco más radicales? Ñej, no me gusta tanto. Y, ¿orgulloso de mis reglas caseras? Pues no; las veo como algo necesario para ajustar mi juego a mi grupo, pero cada vez las uso menos.

Saludetes,
Carlos

25 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 25 (juego propio)

Vigésimoquinto día del Desafío. ¡Feliz Navidad a todos los cristianos! La pregunta de hoy es Si en el futuro pudieras escribir tu propio juego, ¿cómo sería? ¿de qué trataría?

Sería un juego con reglas OSR y estilo "sandbox", en el que intrépidos aventureros recorrerían con su barco un archipiélago fantástico lleno de monstruos, tribus salvajes y reinos inhumanos, en busca de los tesoros de antiguas civilizaciones perdidas.

El libro incluiría reglas para facilitar la vida al máster, con generadores de islas y tesoros, reglas de viaje, sistemas para llevar el control de la expedición y también para saber si el viaje de vuelta a la civilización transcurre sin incidentes.

Las reglas se basarían en las de alguna edición viejuna de D&D, por lo que sería un retroclón. Ya sé que nadie necesita un nuevo retroclón, pero es que este libro no sería simplemente una serie de reglas, sino que mezclaría las reglas con la ambientación de modo que quedara un todo bien unido.

Por el momento el nombre provisional del juego es Saqueadores de Kaima-Loa. Que sí, es un nombre temporal... pero como bien demuestra GURPS, hay decisiones temporales que suelen convertirse en permanentes con relativa frecuencia ;).

Saludetes,
Carlos

24 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 24 (ventas)

Vigésimocuarto día del Desafío. Hoy la pregunta es ¿Venderías tu colección? ¿Cuál es el libro por el que pagaste más?

Realmente ya he vendido parte de mi colección. Como he dicho en otras ocasiones, terminé vendiendo todos mis libros de Vampiro y Mago (incluyendo Mago: La Cruzada) hace ya unos cuantos años. Y, a lo largo de los años, he vendido otros libros que no me encajaban exactamente en mi colección. A día de hoy creo que no me queda nada de lo que librarme, y como me he mudado a una casa más grande, el espacio ha dejado de ser un problema.

Así pues, mi colección está bien podada y optimizada. Hay cosillas que no creo que vaya a usar nunca, pero también es cierto que no serían fáciles de vender; no me merece la pena el esfuerzo.

Y es que, por otro lado... tampoco te sacas tanta pasta. Sí es cierto que hay algunas cosillas por ahí por las que podría sacar un buen precio, quizá más de 100 euros en algunos casos. Pero es que, en serio, muy mal me tendría que ver. Y, aunque vendiera toda la colección, tampoco me daría para pagar la hipoteca.

Pero es que además, el valor monetario es lo de menos. He ido comprando esta colección a lo largo de los años, libro a libro. Ha ido creciendo conmigo y no me planteo en modo alguno desprenderme de ella. Es mi tesssssorooooo.

En cuanto a cuál es el libro por el que más pagué... difícil pregunta, sobre todo teniendo en cuenta que tendríamos que ponernos a calcular cosas aburridas como la inflación, porque no es lo mismo gastarte 2.000 pesetas en 1990 que 12 euros en 2017.

No soy tampoco un enamorado de las ediciones de lujo. Creo que no tengo ninguna, salvo quizás el Clásicos del Mazmorreo con la portada chula. Tampoco recuerdo haberme dejado 100 euros en un juego. Ni 80. Supongo que el libro más caro que me he comprado pueden haber sido unos 60 euros o así... pero los cálculos también son algo raros porque, ¿incluimos los gastos de envío en el precio final de adquisición? Os aseguro que en algunos casos fueron gastos significativos.

En fin, puestos a decir uno que durante años he considerado el más caro que he comprado, voy a decir Legacy of Pavis, una expansión para RuneQuest (con algunas estadísticas para HeroWars/HeroQuest, si no recuerdo mal). Lo compré por eBay porque era imposible encontrarlo, ni a buen precio ni a mal precio. Y ni hablar de un PDF. Durante años me obsesioné con conseguirlo y al final recurrí a la ayuda de un primo mío, Óscar, que tenía más experiencia que yo en eBay (ganada a base de conseguir copias del juego de tablero HeroQuest) y que pujó por mí. La primera vez que lo hizo no consiguió el libro, porque el precio se disparó. Pero dejó una alarma puesta y a la segunda, lo consiguió. El coste final fueron 50 libras más gastos de envío. Supongo que, al cambio, serían unos 80 euros, más o menos.

Lo mejor del caso es que el libro (que, por cierto, me encanta), tiene un precio original de... 5 euros.

Ay, las cosas que hago por amor (al rol).

Saludetes,
Carlos

P.D.: Feliz Cena de Nochebuena.

23 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 23 (colección)

Vigésimotercer día del Desafío. Hoy la pregunta es ¿Cuántos juegos de rol tienes? Nótese que se habla de juegos, no de libros de un mismo juego.

Tengo unos 76 juegos de rol. No lo puedo decir con seguridad porque se me puede haber colado algún libro perdido chiquitín por entre el resto de tomos (un Gañanes o un Fiasco, por ejemplo). Pero vamos, mínimo 76 y probablemente unos 80.

Algunos de ellos son libros únicos de los que solo poseo un ejemplar, mientras que unos cuantos pertenecen a colecciones de las que tengo más de una docena de libros (como por ejemplo, de Ars Magica, GURPS o RuneQuest.

En el cálculo he considerado que las distintas ediciones de un juego son juegos distintos. Por ejemplo, Ars Magica lo tengo en sus ediciones tercera, cuarta y quinta y las he considerado como tres juegos distintos. Lo que no he hecho es contar como distintos aquellos juegos que poseo en inglés y en español (como por ejemplo, Pendragón quinta edición o Dresden Files. Aún si considerara que todos las versiones de un mismo juego cuentan solo como uno, sospecho que la lista seguiría siendo de más de 70 libros.

Y, aunque sé que la pregunta no iba en cuanto al total de libros individuales, me he entretenido contándolos y tengo más de 400. Puede que unos 430 o así.

...

Y todo eso sin contar con lo que tengo en PDF. Yo que sé; miles.

Da un poco de vértigo pensar que, aún poniéndome a leer un libro cada día, no los terminaría ni en un año.

Por cierto, no he incluido en esta lista ni librojuegos ni revistas.

Y... poco más. No sé, igual esta entrada debería darme que pensar y reflexionar sobre que tengo demasiados libros que leer y que ya no debería comprar más rol. Pero aunque es cierto que ya no necesito más rol... me da como un gustirrinín ver todos esos libros en sus estanterías. A veces subo a la buhardilla, acaricio los lomos y me reconforto con el potencial de aventura que hay allí...

Es una bonita sensación.

Saludetes,
Carlos

22 diciembre 2017

El Desafío de los 30 Días (4ª edición) - Pregunta 22 (mecenazgos)

Vigésimosegundo día del Desafío. La pregunta de hoy es ¿Qué opinas del crowfunding?

El concepto de mecenazgo o crowdfunding me parece que ha sido tremendamente beneficioso para la afición de los juegos de rol. Gracias a las campañas del mecenazgo han podido salir a la luz proyectos que, de otro modo, no habrían podido materializarse.

Es cierto que hay empresas que utilizan los mecenazgos como campañas de marketing y también que hay sonoros escándalos en el mundillo del rol (y en todos) debido a campañas que no salieron adelante o, peor aún, que salieron adelante pero después no lograron entregar a tiempo... o ni siquiera entregar nada en absoluto, ni tarde ni nunca.

Pero que se haya abusado del concepto o que el concepto tenga sus luces y sus sombras, no quiere decir que sea una mala idea. Porque vamos a ver, si resulta que para publicar un libro y enviárselo a los mecenas se necesitan unos 3.000 o 4.000 euros, en el mejor de los casos, ¿de dónde coño sacamos los curritos de a pie esa cantidad? Porque no es que 3.000 sea mucha pasta, es que para mí 500 euros ya es mucha pasta, y con eso no se cubre ni... bueno, no se cubre nada.

Gracias a este sistema de financiación nos hemos podido saltar a los bancos. Gracias a la impresión bajo demanda nos podemos saltar a las imprentas. Gracias a las herramientas de edición y maquetación baratas nos podemos saltar a los editores. Esto no quiere decir que no sea preferible tener pasta, tener imprentas buenas y tener editores competentes. Pero sí quiere decir que a día de hoy el que tenga una buena idea y quiera sacarla adelante tiene las herramientas necesarias para hacerlo, como no las ha tenido nunca antes

Así que, ¿a favor del crowdfunding? Hell, yeah!

Saludetes,
Carlos