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28 septiembre 2025

El frikismo avanza en oleadas (y la historia se repite)

Creo que no hay nada más enriquecedor que hablar con personas que comparten tu afición sobre su opinión sobre el mundillo. Ya lo he comentado muchas veces por aquí, pero desde hace unos quince años suelo quedar de forma más o menos mensual con los maeses cofrades de la Sociedad Gastronómica de Roleros Irredentos (SGRI), un grupo de entusiastas del rol de Madrid y alrededores que nos reunimos para gestar planes de dominación mundial, comer hamburguesas, comprar rol y debatir sobre la afición.

De los maeses iniciales hay bastantes que ya no quedan con nosotros, y otros que se prodigan menos. Yo mismo he tenido temporadas en las que he bajado menos, aunque últimamente estoy logrando apuntarme a la mayoría de las convocatorias mensuales. Y, por supuesto, se han ido añadiendo más miembros con el paso del tiempo, aunque es verdad que hace tiempo que no metemos a nadie nuevo en la sociedad secreta ;).

La cuestión importante es que una vez al mes, de media, me veo con gente con la que es un placer debatir sobre rol. Porque además, algunos son editores, otros son traductores, hay autores de juegos, hay miembros de asociaciones de juegos e, incluso, gente a la que simplemente les gusta jugar a juegos de rol ;). Aunque incluso esos últimos te sorprenden de repente comentando cómo montaban jornadas roleras hace veinte años o te informan de que conocen a tal persona que conoce a otra persona que juega en tal mesa. Al final, para mí es todo un termómetro de la afición española y, hasta cierto punto, internacional, porque si preguntas sobre casi cualquier cosa que tenga que ver con nuestro mundillo friki, uno u otro sabe algo del tema.

Ayer sábado tuve una de estas reuniones y salieron varios temas. Que si la Comic-Con de Málaga, que si ya apenas quedan asociaciones de rol (porque todo el mundo se monta su Discord privado), que si es posible que nunca volvamos a tener jornadas Ludo Ergo Sum (las cosas que se paran tienen tendencia a quedarse paradas), que si los mecenazgos de tal o cual juego saldrán o no, etc.

Una de las cosas que comentamos y me llamó la atención fue la popularidad que están alcanzando los juegos de rol en solitario y, de forma seguramente relacionada, el renacimiento de los librojuegos. Todos coincidimos en que los juegos de rol en solitario han experimentado una explosión de popularidad en los últimos años, y que es muy posible que tenga que ver con la pandemia (¿recordáis? Ya han pasado cinco años...). No sabemos seguro si fue esa experiencia traumática la responsable, pero lo cierto es que desde entonces no solo hay muchos juegos de rol en solitario (como Ironsword, Mapeando las catacumbas, Bahía Gris, etc.) sino que los propios juegos de rol tradicionales incluyen cada vez más herramientas integradas para jugar en modo solitario. Sin ir más lejos, El Anillo Único tiene su «modo Trancos» para jugar así, y el propio suplemento de Moria trae una campaña con reglas en solitario para determinar las andanzas de la fallida expedición de Balin para recuperar la ciudad de los enanos.

Aún diría más: mientras que los mecenazgos de rol en muchos casos se las ven y se las desean para salir adelantes en estos tiempos, los destinados a financiar librojuegos o juegos de rol en solitario suelen atraer a un número muy significativo de mecenas. Si un mecenazgo de rol modesto puede darse con un canto en los dientes a día de hoy si atrae a 200 o 300 personas, en los de rol en solitario o librojuegos se están viendo de forma habitual apoyos en torno a las 600 u 800 personas. Sé que los mecenazgos no son el único modo (y probablemente tampoco el mejor) de medir la popularidad de algo, pero me parece significativo. Cuando comienza un mecenazgo de rol en solitario o librojuegos casi no tengo ninguna duda de que va a salir adelante, pero cuando hay uno de rol, siempre tengo el runrún de si saldrá o no. Si es una muestra del agotamiento de una fórmula lúdica, o si la afición en general está virando a modos distintos de entretenimiento, ya no lo sé, no soy sociólogo (aunque he interpretado a uno en una partida de rol).

Lo que me parece más significativo es que habrá mucha gente que descubra los juegos de rol en solitario antes que los propios juegos de rol. Sin duda habrá mucha gente que llegue a esta variante desde los juegos de rol tradicionales o quizá por su afición a los librojuegos, pero alguien, en algún momento, los descubrirá por sí mismos, sin haberse visto expuesto a otra vertiente del frikismo. Y su visión del mundo friki comenzará ahí y no en cualquier otro punto. Y, probablemente, tanto él como el resto de gente que se aficionen a este tipo de juegos emularán en el futuro, si esto sigue creciendo, las mismas discusiones, dimes y diretes que hemos tenido los aficionados al rol durante décadas.

Hace unos días me llegó a casa The Elusive Shift, un libro que viene a ser la continuación de Playing at the World. Mientras que el primero habla de cómo llegó a crearse Dungeons & Dragons, este segundo libro se centra en cómo los primeros jugadores de D&D se fueron dando cuenta de que este juego no era un «wargame» sino otra cosa, y esa otra cosa terminó siendo un género nuevo, los juegos de rol. ¡Pero es que roleplaying game o RPG no aparece por ningún lado en el primer D&D! Los jugadores originales eran gente a la que les gustaban los wargames, las novelas pulp, la ciencia ficción y todo lo que fuera friki en 1974. A estos jugadores iniciales, sin embargo, les siguió una nueva generación que no había jugado nunca a la guerra en un tablero hexagonal con fichas de cartón o no había tocada una figura napoleónica de plomo en su vida.

Obviamente, esta gente que llegó en una segunda oleada, y que no estaba tocada por el frikismo anterior, lo hizo porque los juegos de rol se popularizaron. Tanto, que llegaron a atraer gente nueva a la gran familia del frikismo por ellos mismos. En los 80, entró mucha gente a la afición a través de los librojuegos. En los 90, entraron a través de Magic y los juegos de cartas coleccionables. Y en cada ocasión, los aficionados anteriores que entraron en una oleada previa asentían (asentíamos) pero seguíamos jugando a «lo nuestro», si es que lo nuestro lograba sobrevivir al embate de la nueva ola.

Y lo curioso es que cada nueva generación de frikis, que entra con su nueva versión popular del frikismo, está condenada a repetir las mismas movidas que la generación anterior, adaptadas a los nuevos tiempos. Vuelven las luchas de egos, vuelve la sobreproducción de una idea original llevada hasta sus últimas consecuencias, vuelven las guerras de ediciones, vuelven el auge y caída de editoriales, clubes y grupos creativos. Volverán incluso los renacimientos como el de la OSR o la segunda edad de oro de los librojuegos, porque las oleadas culturales se suceden unas a otras y los jóvenes aficionados de hoy serán los autores y editores del futuro.

Del mismo modo que yo no tengo mucha idea de qué sucedía en los años 50 y 60 (mis padres nacieron en 1949 y 1951), pero esos años fueron fundamentales para que en los 70 y 80 surgieran los juegos de rol, los chavales que nacieron a principios de milenio piensan en los 80 y los 90 cómo una época mítica y arcana, y supondrán que los juegos de rol antiguos son D&D3 y Pathfinder, o algo por el estilo. O que no había juegos de rol antes de que los inventaran los de Critical Role. Somos seres finitos, y estamos muy pocas décadas en este mundo. Antes de que nos demos cuenta, la historia nos pasa por encima y, como cantan los de León Benavente, «la gente moderna ya no era moderna, sino anticuada».

Así que, al final, no sirve de mucho luchar contra los elementos. Las aficiones mutan, cambian y, en ocasiones, desaparecen. Lo que hoy es moderno mañana será cosa de boomers. Al final el tiempo (el más poderoso de los dioses) se nos lleva a todos por delante. Pero eso no quiere decir que nos tengamos que dejar llevar por la melancolía o la desesperanza. Creo firmemente que mantener viva una afición a lo largo de los años es una de las bases de la felicidad. Y aunque los años nos vayan pesando y lo que tanto nos ha dado vaya perdiendo su brillo, hay belleza en mantener algo vivo, aunque solo sea por tantos años como estemos cada uno en este planeta. Yo, por lo menos, seguiré viendo a los viejos roleros de la SGRI mientras el cuerpo aguante. Aunque la muchachada juegue cada año a cosas más raras ;).

Saludetes,
Carlos

10 comentarios:

  1. El rol es muy joven, casi recién nacido si lo comparamos con el cine, la literatura o los wargames. A por los 1000 años de rol!

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  2. Ahí va una idea Carlos. Por lo mucho que leo tu blog siento que somos de quintas cercanas. 75? 76? Igual no tan cerca… pero ahí me lanzo con mi hipótesis. El ojo de la cerradura. Si un buen ladrón, mira por la cerradura. Y ve lo que ve. No toda la foto, sino el ángulo que le permite ver el ojo de la cerradura… Dicho esto, me explico. Cuarentones o casi en los cincuenta. Capacidad económica. Mal rollo para quedar con el grupo porque todos estamos liados con curro y familia… Pregunto, quién compra juegos en solitario y librojuegos? Yo creo que nosotros, esta quinta. Y normal que los editores sumen, ellos también vienen de esas eras… Esta es mi generación, como decía la música. No creo que las nuevas generaciones se sumen al pisto. Pero es mi opinión. Abrazos.

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    1. Yo soy de la quinta del 75, así que sí, podríamos haber hecho la mili juntos ;).

      Es evidente que cada cual ve la guerra desde su trinchera, y que los cuarentones y cincuentones somos los que tenemos ahora mismo músculo económico y podemos apoyar con dinerete las cosas que nos gustan. Nos gustaron los librojuegos y el rol en los 80 y estamos manteniendo la afición con nuestras aportaciones.

      Sin embargo, no podemos ser los únicos que lo estemos haciendo. Se supone que no hay relevo generacional, pero yo siempre he dicho que esto puede deberse simplemente a que la gente de 20 o 30 no se junta con señores mayores de 40 o 50. Yo por lo menos no lo hacía a esa edad, más allá de hablar de cuando en cuando con amigos de mis padres. Yo quedaba con gente de mi edad o un poco más pequeña, y les dirigía partidas.

      Muchas veces pensamos que los jóvenes de hoy en día no leen, que no dirigen partidas y que lo que quieren es estar todo el día con el móvil y ligando. Pero es que los jóvenes de mi generación tampoco leían mucho, casi nadie dirigía y, vale, no teníamos móviles, pero teníamos billares, bares y descampados. Y quien más quien menos trataba de ligar :D.

      Es que esto del rol siempre ha sido un nicho. Quizá ahora lo que puede estar pasando es que compite con una cantidad brutal de otros muchos entretenimientos, y no hay manera de apoyarlo todo. No hay ni dinero ni, sobre todo, tiempo, para abarcar todo lo que se ofrece cada día a los amantes de la cultura popular.

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  3. Con un poco de sentido del humor, estoy deseando ver como se toma la generación que nos llama pollaviejas cuando se lo empecen a llamar a ellos. Porque en el fondo una afición perdura cuando una generación llama pollavieja a la otra.

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    1. Pues supongo que se lo tomarán como todas las generaciones que envejecen se lo toman con respecto a las que vienen empujando; con resignación ;).

      Me gusta el concepto de que una afición perdura cuando los jóvenes comienzan a insultar a los viejos. Sí, tiene sentido :D.

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  4. Supongo que, cuando se es joven, lo importante es explorar todo lo posible, buscando aquello con lo que más te puedas identificar. Llegada cierta edad, y cuando (con un poco de suerte) ya se conocen bien los propios gustos, se suele encontrar preferible la estabilidad de lo conocido. Quizá con algunos ajustes aquí y allá, aprovechando algunas mejoras, pero no mucho más que eso.
    Y dejar que los nuevos jóvenes busquen lo que les gusta a ellos. Es eso o estar gruñendo continuamente porque los chavales no entienden que lo bueno de verdad es lo que se hacía treinta ó cuarenta años atrás, que las cosas nuevas que les gusta a los jóvenes son chorradas y, en fin, todos esos tópicos con los que algunos gustan tanto de revolcarse.

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    1. Claro, lógico. La juventud es el momento de explorar, de probar, de buscar tu lugar en el mundo. Y cuando nos hacemos mayores, ¿por qué no disfrutar de lo que realmente nos gusta?

      Lo importante es, efectivamente, no gruñir demasiado. Los jóvenes van a buscar, explorar y hacer cosas que los mayores no hemos hecho, porque nuestras circunstancias y nuestros tiempos son distintos. Es mucho más positivo ofrecer nuestra experiencia cuando nos la pidan.

      También es verdad que se siente siempre la tentación de intentar que no se estrellen contra el mismo muro que nosotros... pero igual es que estrellarse contra muros es parte imprescindible de la experiencia de madurar.

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  5. Hola Carlos, la verdad es que llevo años manteniendo la costumbre de quedar cada sábado para echar una partidita de rol y luego ir de cena con los parroquianos. Para mí es uno de los mejores momentos de la semana, me olvido de los problemas del mundo y simplemente disfruto con buenos amigos.
    Ahora mismo estamos inmersos en una campaña de M-Space y llevamos a lo tonto 8 sesiones y todavía no hemos salido del primer hexágono (libro maravilloso, por cierto, gracias por traerlo al castellano).
    En cuanto a las nuevas generaciones, creo que ya hablamos del tema. Ellos tienen sus propias dinámicas y quedan por su cuenta, no van a hacerlo con los carrozas.
    Conozco a veinteañeros que tienen sus grupos de rol y también tengo noticias de sus movidas entre ellos, egos chocando como trenes y demás.
    Sé que juegan mucho a D&D 5 y que de la nueva edición pasan bastante. También veo interés en el sistema Hitos para contar sus propias historias. Y ya te dije que Fragmentos es bastante popular. Veremos en unos años.

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    1. Yo casi nunca en mi vida he logrado mantener un ritmo semanal de partidas. He sido más de partida cada mes o cada quince días. Así que mi admiración por conseguir mantener ese ritmazo :).

      De nada por la publicación de M-Space. Me permito decir que es de los libros más redondos de todos los que publicamos en la primera etapa de 77Mundos, y de los que más orgulloso estoy. Porque encima pudimos hacer la mejor versión publicada no solo en español sino en cualquier idioma, gracias a que el autor nos dio permiso para añadir mucho material extra :).

      Hablamos ya del tema de las nuevas generaciones. Yo creo que, efectivamente, están jugando a sus cosas, sin hacernos mucho caso. Algunos a D&D5, otros a otras cosas. Y mi entrada iba precisamente de cómo están teniendo sus movidas, sus peleas... vamos, lo mismo que tuvimos nosotros.

      Todo esto ya ha pasado y volverá a pasar, como decían en Galáctica

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