El miércoles me fui con la familia a ver la película Thunderbolts* al cine. Últimamente las películas de Marvel son un poco irregulares en cuanto a su calidad: me reí mucho con Deadpool y Lobezno (toda una gamberrada), Guardianes de la Galaxia Vol. 3 me pareció un muy buen modo de cerrar esa mini-saga de película de ciencia-ficción dentro del Universo Marvel y las películas de Spiderman me gustan mucho (aunque confieso que me gustan aun más las de Miles Morales). Pero luego tenemos cosas como The Marvels (superconfusa; no recuerdo ni de qué iba), Ant Man y la Avispa: Quantumanía, que me pareció muy flojita o la última del Capitán América, que ni siquiera he ido a ver, porque todo el mundo coincide en que es un poco despropósito (igual debería darle una oportunidad, pero me voy a esperar a que la pongan en Disney+).
Pero el caso es que con Thunderbolts* tenía como un pálpito, una sensación de que podía gustarme. No es que supiera prácticamente nada de la película. De hecho, es que hasta pensaba que iba a estar la nueva Ojo de Halcón en ella. Pero es que yo fui de los que se compró el cómic original de Thunderbolts en su día, cuando se publicó en España. Y aunque la película no tiene nada que ver con el cómic, he de decir... que me ha gustado mucho. De hecho, es una de las películas de Marvel que más me ha gustado en años.
Que sepáis que a partir de aquí habrá spoilers sobre la trama y los personajes porque, a ver, a mí no me sale lo de hacer reseñas sin decir que partes me han gustado. Id a verla y luego leed esto, si queréis ;).
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Vale, pues lo dicho, ¿de qué va la película? Pues de que la directora de la CIA, Valentina Allegra de Fontaine, interpretada por Julia Louis-Dreyfus, tiene montado un equipo de operaciones especiales para intervenir en otros países, desestabilizar gobiernos y armarla parda. Un poco como... bueno, como la CIA. Pero con la particularidad de que ese grupo está formado por superhéroes. Salvo que no son un grupo, sino que actúan cada uno en solitario. Y no son del todo superhéroes, sino más bien descartes, es decir, más bien supervillanos, superagentes y héroes de segunda metidos a superespías. Canastos, ¿cuántas veces he utilizado el prefijo «súper» en la última frase?
A la directora de la CIA parece que le está buscando las cosquillas una comisión del gobierno de EEUU y decide que mejor borra las pruebas de los experimentos y operaciones un poco opacos y un poco ilegales que ha estado llevando a cabo. Y esto incluye hacer desaparecer a sus super-agentes.
Cuando tres de estos super-agentes descubren que se los quieren cargar, unen fuerzas (más o menos) para sobrevivir, ayudados por algunos personajes añadidos, como el Guardián Rojo (el «padre» de una de ellos), el Soldado de Invierno (que está investigando a la directora de la CIA usando sus propios métodos) y... Bob. A Bob se lo encuentran un poco por casualidad. Parece un tipo majo, ese Bob, aunque un poco perdido.
Toda la película trata sobre cómo esta gente intenta primero escapar de los planes de la directora de Fontaine y, posteriormente, de cómo se enfrentan a la amenaza del Vacío, un supervillano que parece realmente invencible.
Destaquemos un par de cosas de esta película:
- Florence Pugh, en su papel de Yelena, la hermana de la Viuda Negra original, es la protagonista indiscutible de la película. Y eso es maravilloso, porque es una actriz realmente buena, con carisma. Ella abre la película y nos presenta perfectamente los temas que se van a tratar: el vacío espiritual, la depresión, el hastío. Bueno, y tortas, muchas tortas. Mezcladas con humor marca Marvel. Pero de verdad que te crees que Yelena está en un momento muy bajo de su vida, y que arrastra una mochila de traumas emocionales con los que es fácil empatizar.
- Los Thunderbolts se hacen querer. Yelena está traumatizada por su pasado y hastiada de su presente. Wyatt Russell nos muestra a un USAgente que es un tipo realmente desagradable, egoísta y pagado de sí mismo. El Guardián Rojo (un muy divertido David Harbour) es un metepatas, una vieja gloria que nadie conoce y un padre realmente desastroso para Yelena. El Soldado de Invierno (muy buen Sebastian Stan, muy en su papel) está desubicado en su nuevo papel de congresista y sigue sin encajar del todo en el presente. Pero todos tienen cualidades que los humanizan o, mejor dicho, sus propios fracasos y traumas son los que los humanizan. Llegas a empatizar con ellos, y a desearles que salgan adelante y triunfen, a pesar de que son un desastre, o precisamente porque lo son. Ah, siento decir que Fantasma, interpretada por Hannah John-Kamen, se me queda muy desdibujada en la historia; creo que no tiene demasiadas ocasiones de brillar y que es el personaje más desaprovechado. Pero en conjunto, y liderados interpretativamente por Pugh, le doy al grupo una buena nota en el apartado de «personajes queribles».
- La película no se hace aburrida en ningún momento, avanza con ritmo a lo largo de toda la historia que nos quiere contar, se entiende el argumento, se presenta el conflicto, se resuelve... en fin, me parece un soplo de aire fresco después de muchas películas de Marvel de las que tendría que hacer un esfuerzo para recordar quién era el villano, cuál era su plan o cómo se desarrolla la acción. Es una película entretenida y comprensible. No es la mejor película de Marvel, pero es más que digna y disfrutable.
- La película tiene un tema: la depresión. Todos los Thunderbolts están, en mayor o menor medida, bastante deprimidos. En el caso de Yelena, USAgente o Bob, es más que evidente. El villano con el que se enfrentan al final es directamente una personificación del vacío que muchas personas sienten cuando no le encuentran sentido a sus vidas. Y, aunque a mucha gente no le haya gustado el modo en el que le vencen al final, yo he de decir que me pareció muy bonito. No todas las películas de Marvel necesitan terminar con los buenos reventando a hostias a sus enemigos. Bravo. En ese sentido, creo que es un tema y una resolución muy orientada a las nuevas generaciones de espectadores, que pueden sentir esos mismos miedos y empatizar. Yo tengo hijos adolescentes y ellos y sus amigos tienen muy presente la salud mental en su día a día.
- El futuro de la saga que se adivina en los títulos de crédito finales y las escenas post-créditos me resulta esperanzador. Creo que los próximos años nos pueden traer buenas películas, con personajes y villanos carismáticos. Creo que en los últimos años el tema del multiverso se les había ido un poco de las manos a Marvel. Nos ha dado algunas buenas historias, pero también otras un poco confusas. Creo que por primera vez en bastante tiempo tengo ganas de ver qué nuevas historias nos van a contar desde Marvel.
En definitiva, que me ha gustado mucho. Ni de coña es una película perfecta, pero desde luego, es una buena película. Con una protagonista carismática, humor Marvel, buenas escenas de acción (sin mucho aviso de CGI, diría yo) y, muy importante, que deja con ganas de más historias del grupo. Realmente recomendable.
Saludetes,
Carlos