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12 diciembre 2006

Pendragón. Año 488

De cómo el ejército de Britania invadió la Galia y saqueó la ciudad de Bayeaux, y de cómo el Praetor Syagrius fue traicionado.


El ejército del Príncipe Madoc cruza el Canal

"El Príncipe Madoc viajó a Soissons a ayudar al Praetor Syagrius en contra de los Francos. Pero en lugar de eso, los Britanos saquearon Bayeaux y dejaron que los Francos acabaran con Syagrius y los últimos Romanos de la Galia." - Saxo Grammaticus, cronista.

Sir Morians se casó por fin este año con Alice, la madre de su hijo Morden. Ese año adoptó en su casa también a otro hijo suyo, Soland, pero no reveló a nadie quien era la madre.

"¡Dos bocas más que alimentar! Espero que la nueva señora sepa más de boniatos que el señor Morians" - Lacayo anónimo de la casa de Steeple Langford

La corte del Rey Uther se reunió este año en Winchester. El ejército del rey, caballeros, infantes y arqueros, iban llegando poco a poco desde todo Logres, puesto que el Rey había decidido ayudar al Praetor Syagrius a recuperar el control de la Galia.

El Praetor Syagrius era el gobernador de de Soissons, la última provincia del Imperio Romana en la Galia. Dos años atrás su ejército fue derrotado por Claudas, el rey de los Francos. El Praetor consiguió huir y se refugió en Britania, y desde entonces había visitado las distintas cortes en busca de ayuda militar para recuperar sus tierras. El Rey de Malahaut y el Rey de Cornualles le habían negado su ayuda, pero finalmente Uther juró que le ayudaría a luchar contra los bárbaros.

Así pues, el ejército de Britania se reunió en Devon para viajar al Continente. Los barcos que el Príncipe Madoc había utilizado el año anterior para atacar a los reinos Sajones de Britania servirían para trasladar a las tropas a través del Canal.

Cuando las condiciones fueron favorables, la flota partió rumbo a la Galia. Después de que los mercenarios Irlandeses conquistaran una pequeña zona de playa, el ejército comenzó a desembarcar. Bajar a los caballos y los pertrechos y construir el campamento duró una semana. Paseando por el campamento, Sir Morians y Sir Hewgon escucharon al Príncipe Madoc hablar con los grandes señores en su tienda, diciendo algo sobre cuatro semanas o una ciudad, pero prefirieron no indagar sobre el asunto.

Sir Morians, Sir Callaghan y Sir Hewgon fueron asignados a la escolta del Praetor Syagrius, que junto a otros caballeros Britanos y Romanos, se dedicó a viajar por su antigua provincia para comprobar los apoyos con los que contaba entre sus antiguos vasallos. Algunos vasallos aceptaron ayudarle y otros respondieron con evasivas.

En una ocasión, después de partir del castillo de uno de los barones, el Conde Petronius, el grupo del Praetor vio una columna de jinetes cabalgando hacia ellos. Pronto comprobaron que eran al menos dos docenas de jinetes Francos. El Praetor ordenó a cinco caballeros que distrajeran a sus perseguidores mientras él se retiraba al campamento. Es de notar que los cinco caballeros elegidos eran los únicos Britones. Aún así, obligados por su honor y deber de caballeros, los Britones guardaron el camino.

"Alguien debe quedarse a cubrir nuestra huid... nuestro repliegue. Veamos, ¿quién es más prescindib... estooo, más valiente?" - Praetor Syagrius, escogiendo al Pelotón Britano Suicida.

Cuando los jinetes llegaron, los caballeros Britones descubrieron que eran uno veinte Francos liderados por un Romano. Sir Hewgon invocó las leyes de la hospitalidad y demandó conocer la identidad del líder de los Francos y sus intenciones. El Romano era Sir Pertacus y exigía saber dónde estaba el Praetor Syagrius, ya que su señor, el Conde Petronius, deseaba entrevistarse con él. Sir Hewgon y Sir Morians desconfiaban de Sir Pertacus, pero después de duras negociaciones, los Britanos consiguieron convencerle de que hablarían con el Praetor y concertarían una reunión entre él y el señor de Sir Pertacus, acompañados de una pequeña escolta, en un terreno neutral. Sir Pertacus propuso una torre cercana y los caballeros juraron por su honor que acudirían. Los dos grupos partieron en direcciones opuestas.

Los caballeros britanos comenzaron a cabalgar para advertir al Praetor Syagrius de que estaba siendo perseguido. Pronto los caballos comenzaron a desfallecer y al fin se decidió que sólo Sir Ceredig, el mejor jinete de entre ellos, proseguiría la marcha para advertir a Syagrius. El resto de caballeros decidió refugiarse en la torre que había sido designada como punto de encuentro, ya que desconocían el terreno y además, era el único lugar en el que tenían esperanzas de ser encontrados si el Praetor o algún otro caballero les enviaban ayuda.

"Tranquilos, yo haré el primer turno de guardia" - Sir Hewgon, una hora antes de caer profundamente dormido.

La torre se encontraba parcialmente derruida. Los caballeros establecieron turnos de guardia y se dispusieron a pasar la noche. Por la mañana, mientras Sir Callaghan se estaba quedando dormido en su guardia, los Francos atacaron. Un gran grupo de soldados surgieron del bosque, arrojando jabalinas sobre los caballeros. Sir Morians fue herido y todos se refugiaron en la torre, junto a los caballos de batalla. Sir Callaghan comenzó a proteger la entrada de la torre mientras el resto de caballeros se ponían sus armaduras. Consiguió mantener la posición hasta que Sir Thomas avanzó para ayudarle. Los guerreros Francos siguieron avanzando, sustituyéndose los unos a los otros cuando el cansancio o las heridas les hacían retroceder. Sir Thomas y Sir Callaghan fueron también sustituidos por Sir Morians y Sir Hewgon cuando estos fueron heridos. Al fin, los Francos no consiguieron acceder a la torre y decidieron retirarse, llevándose consigo los caballos de silla y el equipo de los caballeros Britanos como botín.

"Vamos, Sir Callaghan, si no habéis arrojado una jabalina en vuestra vida" - Sir Morians, instantes antes de ver una jabalina clavada en la espalda de un Franco.

Más tarde ese mismo día, Sir Ceredig llegó a la torre junto a una nutrida tropa de caballeros Britones. Al fin, había encontrado al Praetor Syagrius y juntos habían esquivado a los jinetes Francos que trataron de emboscarles. Después, había reunido a un grupo de caballeros y habían salido a buscarles.

Al regresar al campamento, los caballeros fueron informados de que se iba a asaltar la ciudad de Bayeaux, una de las principales ciudades dominadas por los Francos. La infantería y los mercenarios Irlandeses comenzaron el asalto. A duras penas consiguieron abrir una de las puertas de la ciudad, pero les estaba costando mantenerla. El Conde Roderick ordenó una carga de sus caballeros. Sir Callaghan, Sir Morians y Sir Hewgon avanzaron junto a la unidad de Sir Amig. La primera carga consiguió abrir brecha y tras unos momentos de lucha, la puerta cayó ante los caballeros de Salisbury. Antes de que llegaran más refuerzos, los caballeros de Silchester, bajo el mando del Duque Ulfius vinieron a reforzarles. La ciudad de Bayeaux había caído ante los Britanos y todos los caballeros recibieron una buena parte del botín.

El Praetor Syagrius cabalgó hasta la tienda del Príncipe Madoc para felicitarle por la toma de la ciudad y para instarle a unirse con su ejército a sus propias tropas, que le esperaban cerca para enfrentarse a los Francos. Pero el Príncipe Madoc respondió al Praetor que los Britanos iban a volver a su tierra. El Praetor, sorprendido, dijo que el Rey Uther había prometido ayudarle, pero Madoc respondió que él no era su padre. Enfurecido, el Praetor volvió con su propio ejército, dispuesto a enfrentarse en solitario a los Francos.

"¡Suerte! ¡Suerte! ¡A cascarla!" - Los caballeros de Salisbury despidiéndose con una sonrisa en los labios del Praetor Syagrius.

El ejército Britano embarcó y regresó a Logres. El Praetor sufrió una derrota definitiva, con lo que el Rey Claudas de los Francos mantuvo el control sobre la mayor parte de la Galia, que a partir de entonces se conoció como Francia.

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