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06 noviembre 2023

Treinta años no son nada

Hoy no os voy a hablar de nada friki, sino de algo personal. Podéis saltaros la entrada sin ningún problema :).

Este fin de semana he quedado con unos compañeros del colegio para comer. Ha sido una reunión muy especial para nosotros, porque la mayoría no nos veíamos desde que dejamos la escuela, hace ya más de treinta años (en el 89, para ser más exactos). A la comida pudieron acudir también uno de nuestros profesor, obviamente ya jubilado, y también el que por aquel entonces era director del colegio, no solo jubilado sino con ochenta y ocho años a las espaldas. Muy bien los dos de salud y de cabeza, todo sea dicho ;).

La iniciativa surgió gracias a un primo mío que es de mi misma quinta (nacimos los dos en 1975) y que fue conmigo al colegio en Coslada, el pueblo donde nos criamos. Él iba a la clase A y yo a la B, cada uno con otra treintena de compañeros. Mi primo es profesor y dio la casualidad de que consiguió el teléfono de nuestro tutor, animándose a organizar esta quedada. Mi grupo de colegas de juventud, aquellos con los que más salí de juerga cuando teníamos veinte años, eran mi primo y otros compañeros del colegio. Yo fui al instituto fuera de Coslada, por lo que con ellos perdí un poco el contacto en esos años, pero al llegar a la Universidad nos volvimos a encontrar y durante muchos años fuimos inseparables. Aunque ahora nos veamos menos, seguimos quedando de cuando en cuando y les sigo considerando mis mejores amigos.

A partir de este pequeño grupo fuimos contactando con más y más gente. Quien más quien menos seguía teniendo relación con algún excompañero de colegio, ya sea porque mantenían el contacto directo con ellos o con sus padres o hermanos, o porque tenían alguna otra forma de localizarlos. A lo largo de unos cuantos meses hemos ido añadiendo más y más gente a un grupo de WhatsApp que hemos usado para centralizar la organización de la reunión. Finalmente hemos logrado encontrar a treinta de nosotros, casi la mitad del total de unos 65 que debíamos ser entre las dos clases. Un par de ellos no pudieron al final quedar el sábado por diversas razones, pero 27 de nosotros más 2 profesores comimos por Coslada de nuevo.

Lo primero es decir que nos lo pasamos muy bien. El sentir general fue que habíamos tardado demasiado tiempo en reunirnos, pero que más valía tarde que nunca. Yo iba dispuesto a divertirme y con la seguridad de que al menos había gente con la que no había perdido nunca el contacto, con lo que podría hablar con alguien aunque ningún otro excompañero se acordara de mí :D. Alguna vez he contado que yo en el colegio mantuve siempre un perfil bajo, porque era bastante tímido y muy malo en los deportes, con lo que me resultaba difícil encajar. Pero el caso es que más gente de la que yo imaginaba me recordaba. Es verdad que muchos recordaban que había dos personas, cada uno en una clase, que éramos primos, así que el que no recordaba a Carlos sí se acordaba «del primo de Javi» ;). Los meses previos de charla que hemos tenido en el grupo también han ayudado a no llegar a la reunión totalmente en blanco.

Pero es curioso cómo no he sido el único en tener el temor a que no se acordara casi nadie de mí. Hablando con algunos de ellos, me confesaban que venían con la misma inquietud, porque muchos se habían desvinculado por completo del resto y en algunos casos vivían ya no solo fuera de Coslada, sino fuera de la Comunidad de Madrid; uno de los compañeros se vino desde Cáceres conduciendo solo para estar en la comida. Es verdad que siendo dos clases, te acordabas más de la gente que había estado en la tuya, y que de la otra solo recordabas algunos nombres, a menos que hubieras tenido cierta amistad con gente específica. Pero no nos costó crear un buen ambiente enseguida. Sin planificarlo mucho, al final nos sentamos organizados casi por clases en la comida, menos las chicas, que eran menos y se pusieron todas juntas. Obviamente, hubo gritos de «los del A somos más guapos y estamos más jóvenes» y respuestas como «pues las chicas se han venido con los del B» :D. Está visto que hay cosas que nunca cambian.

De los dos profesores que vinieron uno era el tutor de mi clase, Don Pedro y el otro el director del colegio por aquel entonces, Don Víctor. El tutor de la otra clase, Don Antonio, no pudo venir porque aunque aun vive, lleva cuatro años con Alzheimer y nos dijeron que ya no salía apenas de casa. Una pena, porque era un hombre muy serio y exigente, pero gracias a él terminamos el colegio sabiendo escribir sin faltas de ortografía. Les trato de Don a los tres porque es algo que teníamos todos grabados en el coco: a nuestros profesores del cole se les trataba de Don a los hombres y de Señorita a las mujeres. Era algo que hacíamos los niños que fuimos al colegio en los 80 :D. La verdad es que los vimos muy bien, muy lúcidos e ilusionados con vernos. Don Pedro incluso se fue un par de días antes de vernos hasta nuestro colegio, el Gonzalo de Berceo, y echó fotos a nuestras fichas, con lo que el hombre se trajo en el móvil la foto de todos nosotros cuando entramos en primero de EGB. Así que ahí estábamos todos (y todas), con seis o siete años, hechos unos pipiolos. Por supuesto, nos hicimos luego una foto cada uno de nosotros con el antes y el después. Había gente que no se reconocía casi, y una de las compañeras casi se echa a llorar al verse de niña.

Don Pedro y yo. Le recordaba más alto, pero como le dijo el Capitán Garfio a Peter Pan en la peli de Hook: «para un niño de 12 años soy enorme»

Como soy de natural cotilla, estuve preguntando a unos cuantos cómo les había ido en estas tres últimas décadas de nada en las que no nos habíamos visto ;). De allí salieron historias de trabajos buenos y malos, de bodas y divorcios, de hijos más grandes y más pequeños (¡creo que yo, con tres, era el que más tenía!) y, en general, de la vida. Al final todos habíamos salido adelante, incluyendo a los que sacaban peores notas xD. Que una cosa es sacar malas notas en el colegio y otra muy distinta que no sepas después buscarte la vida de mayor.

Creo que lo que más me gustó fue reconocer a los niños y niñas de antaño en los casi cincuentones y casi cincuentonas con las que pasé el día. Me descubría en ocasiones mirando a unos y otras con una sonrisa y diciéndoles «te pareces a ti mismo cuando eras pequeño». Hubo gente que me dijo que había estado a punto de no venir porque estas cosas no les gustaban, pero que no se arrepentían de haberlo hecho, que se lo estaban pasando genial. El delegado de la otra clase (yo fui delegado de la mía en octavo) estaba especialmente ilusionado, y hasta se curró unas placas con una dedicatoria que les dimos a los profesores. Al recibirlas, Don Pedro no dijo unas palabras y, madre mía, cómo se notan las tablas; parecía que nos estaba dando clase otra vez, pero en lugar de matemáticas y naturales, hablándonos de la vida y de lo satisfactorio que era ver que lo que se había trabajado terminaba dando sus frutos, al tenernos allí, hombres y mujeres hechos y derechos :D. Era la primera vez que unos antiguos alumnos quedaban con él para homenajearles así, y se le veía realmente contento.

No os voy a negar que hubo un par de puntos malos. Hubo varios excompañeros que no quisieron venir, y yo llegué a comentar que no me extrañaba, teniendo en cuenta el acoso y putadas que habían sufrido en el colegio. No por parte mía, pero sí sin que yo los defendiera (bastante tenía con defenderme yo). Aquellos que se habían portado especialmente mal con ellos comentaban que estaban muy arrepentidos y yo creo que eran sinceros. Pero, ay, amigo, joderle la vida a alguien no se arregla años después simplemente pidiéndoles perdón. Entiendo que es un primer paso, pero también entiendo que los acosados no quisieran ni vernos como si no hubiera pasado nada, ni recordar una infancia que se les puso muy cuesta arriba. Por otro lado, hubo alguien que me habló (discretamente, por no empañar el día) de un problema médico por el que estaba pasando y que tenía su importancia. Y sentí el peso de los años y del tiempo, y eché cuentas de los años que llevábamos aquí y los que nos quedaban por estar, que ya van a ser menos que los vividos. Así es la vida.

Pero lo importante es que, al menos el sábado pasado nos lo pasamos muy bien. No éramos todos, pero éramos suficientes. Llegamos más viejos, más cansados y con cicatrices, pero llegamos. Fue divertido y enternecedor reunirnos de nuevo, lo confieso. En cierto sentido, esta reunión me reconcilió con una parte de mi vida que no había sido la mejor pero que, vista con perspectiva, tampoco fue mala. O al menos, así me la dulcifican la memoria, siempre traidora, y el tiempo, siempre implacable. Hoy vuelvo a mi quehacer diario y puede que, pese a que me gustaría, no vuelva a ver a la gente con la que pasé tanto tiempo en mi infancia y, al menos, un día feliz en mi madurez. Pero doy por bien aprovechados todos esos momentos.

Saludetes,
Carlos

8 comentarios:

  1. Qué bonita historia, gracias por compartirla.

    Para mi es una lástima, porque dudo que se vaya a hacer algo así. Y eso que en mi clase no había mal rollo, la verdad (yo era de los que más acoso sufrían, pero cuando llegamos a Bachiller la verdad es que arreglamos bastante las cosas... Aunque suene ridículo, es una de esas cosas que se arreglaron hablando y algunos de mis acosadores se acabaron convirtiendo en mis mejores amigos), pero no veo a la gente con ningún ánimo de mover... ¡En fin!

    Fuera de eso, yo también conservo algunos amigos de esa época, y ciertamente algunos de ellos son de los mejores. En mi caso no ha pasado 'tanto' tiempo (sólo 14 años a día de hoy) pero es bonito a su manera. El tiempo pone a cada cual en su sitio, le guste o no... Y todas esas cosas que me siento demasiado joven para decir.

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    1. Gracias por leerla. Confieso que la he escrito sobre todo para mí, como ayuda para cuando escriba mis memorias dentro de un par de décadas o tres :P. Pero me alegra que te haya gustado.

      Lo cierto es que hacer algo así es difícil. Se lo tiene que proponer muy fuerte una persona (o un grupo) que tire fuerte del carro y que dé con el profesor, con todos los exalumnos desperdigados viviendo sus vidas, etc. Creo que mi primo ha tenido mucho mérito en este sentido.

      Lamento leer lo de que sufrías acoso, aunque es algo tan común que tampoco me llega a extrañar. Yo, que era un negado para los deportes, que era tímido y que era de los empollones, no sé cómo no me llevé más collejas. Quiero creer que porque mantuve un perfil bajo, pero no sé, seguro que también hubo un puntito de suerte. En cualquier caso, me alegro de que llegaras a arreglar un poco esa cuestión con algunos de los implicados.

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    2. Lo de 'escribir para uno mismo' es para lo que llevo usando el blog durante años. Y sinceramente, ¡creo que es lo mejor!

      Por otro lado lo del acoso, gracias, pero nunca me he sentido... mal. Claro, en su momento sí, pero nunca me he visto como una víctima, y me niego a hacerlo. Me pegaban, me insultaban, yo también me defendí, todo sea dicho. Mi tamaño era constante objeto de burlas, pero también ayudaba bastante a defenderse en la parte física. La una por la otra.

      Al final llegamos a comprender que en realidad no éramos tan distintos, todo gracias a que el tutor del curso tuvo la genial idea (y lo digo en serio) de sentarnos juntos en clase a mi y al 'cabecilla' de los que me hacían la vida así. Y resulta que nos caímos muy bien, y desde entonces todo fue rodado. Tristemente nos fuimos separando, pero ya cuando yo salí de la facultad, imagínate.

      No todos los casos son así, ni tienen tan buena solución, tristemente. Pero en mi caso, creo que es una bonita historia. Y tampoco hay que quedarse en lo malo, que para eso ya está la vida, que no te va a parar de poner cosas malas en el camino.

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    3. No todos los casos son así, pero está bien que en el tuyo la cosa se terminase arreglando :).

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  2. No es friki, pero es una bonita historia :)

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  3. Ostras, qué fuerte. Esos 3 profesores que nombras también me dieron clase a mí (de uno recuerdo hasta el mote). Si tienes más fotos, ya te pediré que me enseñes.

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    1. Claro, ningún problema. Hicimos unas cuantas fotos del evento, y los profesores salen en muchas de ellas. Sospecho de qué profesor recuerdas el mote, pero no lo comentaremos aquí xD.

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