Magister,
Como ya me temía, al fin la Compañía Gris ha provocado la unión de todos los Clanes Trolls. La guerra se cierne sobre la Vieja Pavis. Geras Sag, del Clan Kaggroka, ha prometido recuperar los huesos de su antepasado, el Héroe Gerak Kag. Se acerca el invierno, la Estación Oscura, y los tambores de los Uz llaman a la guerra.
Arcabuceros Enanos y Arqueros Aldryami del Jardín toman posiciones. El Gobernador Sor-Eel duda, no sabe si enviar a las tropas Imperiales a ayudar a los Viejos Pavisitas o esperar. Dudo que la unión de todos los Trolls sea una buena noticia para los intereses del Imperio en la Gran Ruina.
De cualquier modo, esto es lo que he logrado averiguar sobre la incursión de la Compañía Gris en territorio Troll. Después de su fallido primer intento, los seguidores de Bendrath volvieron a entrar en el Barrio Troll, esta vez más sigilosamente, y acompañados por el Sargento Askul Pulos y el Sabio de la Espada, Heindrick Derekson. Este último había conseguido encontrar un mapa que mostraba la localización de la Tumba de Gerak Kag, donde el Dios Pavis había determinado que se hallaría la respuesta sobre dónde está el cadáver de Balastor.
Ayudados por la magia del Hechicero, Ketil-Yend Pulos, llegaron hasta la Tumba. Ketil-Yend utilizó sus poderes para neutralizar temporalmente los conjuros protectores de la puerta, y la Compañía bajó por un largo pozo.
Al parecer la Tumba estaba dispuesta en forma de una serie de salas conectadas entre sí por estrechos pozos, que bajaban y bajaban, adentrándose probablemente hasta el mismo Infierno. Ingeniosas trampas y diversos tipos de guardianes esqueléticos, creados sin duda por la magia del Dios Zorak Zoran trataron de detenerles. Por lo que sabemos la Compañía se encontró con esqueletos de Lanceros Trollkins, Guerreros Trolls e incluso un Dragón de Sueños Esquelético. Todos cayeron uno tras otro ante la Compañía. Cuando uno de los guerreros llegaba al borde de la muerte a causa del combate, el Chamán Bristo Akan utilizaba sus poderes para salvarle. Los guerreros acababan con los guardianes, Bristo Akan con los espíritus y Ketil-Yend Pulos con las protecciones y trampas mágicas. Heridos y agotados, llegaron hasta las profundidades de la Tumba.
En la última estancia, la Compañía se encontró con el guardián definitivo, un Dehori llegado desde el infierno. El espíritu oscuro era un oponente formidable, pero el Templario, Varmand Brenson, invocó la Luz de Yelmalio y luchó contra el monstruo con Luz bendita y Lanza mágica hasta derrotarle.
Vencidos todos los enemigos, la Compañía llegó a la Tumba de Gerak Kag. Los huesos del Héroe Troll descansaban en una urna de piedra sellada con plomo, con otros siete héroes en sus propias urnas. Las paredes de la sala estaban cubiertas por placas de plomo con historias de las hazañas de Gerak Kag. La Compañía Gris descansó un instante en ese lugar prohibido, y después el Hechicero cavó un túnel de salida usando uno de sus espíritus elementales controlados, un Gnomo.
Con los poderes de Ketil-Yend sacaron las urnas, llenas de huesos de héroes y tesoros, hasta la superficie. Después, huyeron de la zona y llegaron hasta la Ciudad Auténtica.
La Compañía ha traído un tesoro inmenso de oro, plata y plomo. Los huesos de Gerak Kag están en la Casa Gris, excepto un diente que el apestoso berserker, Ris Nogweh, se ha quedado para su collar de dientes Troll. Con las monedas de plomo, el Hechicero ha mandado construir un monumento a sus hazañas. Pero lo más importante son las placas de plomo con la historia de la Vieja Pavis de hace 300 años, vista desde la perspectiva de los Trolls. He podido ver algunas de las placas y la información que contienen es valiosísima. Conseguiré una copia de las mismas lo antes posible.
Y como os he dicho, la respuesta de los Trolls no se ha hecho esperar. Geras Sag ha jurado recuperar los huesos de Gerak Kag y reconsagrarlos en un monumento aún mayor, y devorar los cuerpos y las almas de los miembros de la Compañía Gris. Y por el camino, expulsará a todos los humanos, enanos y aldryami de la Gran Ruina.
Los Clanes Trolls se acercan. Sus tambores se escuchan ya en el Barrio Humano. Que los Dioses nos ayuden.
El Silencio es nuestro Arma entre los Enemigos,
B.