El fin de semana pasado tuvieron lugar las jornadas roleras Ludo Ergo Sum, que ya van por su décima edición. En esta ocasión se trasladaron al polideportivo de Aluche, un local bastante más cómodo que los que se han usado en años anteriores, pero que se nos ha quedado pequeño ;). Lo cierto es que el hecho de que hubiera aire acondicionado ayudó mucho a no morir de calor como otros años. Que digo yo que estaba encendido, pero bueno, si no fue así, la ventilación del lugar era mucho mejor :D.
Este año no pude ir el viernes por motivos personales (básicamente, estuve de cañas con unos colegas...) pero sí me pude acercar tanto el sábado como el domingo. El sábado fui allí con toda la familia: esposa, hijos, una cuñada y una sobrina ;). Lo cierto es que tan pronto como entré en el lugar empecé a encontrarme con gente conocida y pronto mi mujer, Eru la bendiga, me dijo que me quedara a mi bola, que ellos se iban a dar una vuelta. Hay que decir que se lo pasaron muy bien yendo de una tienda a otra y participando en las actividades que había para niños en la zona exterior del pabellón. Hasta ganaron un par de jueguecillos en una partida "en vivo" de Fantasma Blitz. Mis críos se llevaron un par de golpes en las carreras, ¡pero no hay victoria sin sufrimiento! :D. La verdad es que estuvo muy bien que hubiera este tipo de actividades para los más pequeños porque lo que es buscar una mesa libre para poderse echar una partida de algún juego de la ludoteca... eso estuvo imposible.
Y es que en esta edición ha habido más gente que en la guerra. Según la organización, unos 3.700, pero lo cierto es que durante el sorteo del domingo se escucharon números que llegaban hasta el 4.200. Tendrá su explicación, supongo (¿gente que se apunta vía web pero luego no acude a las jornadas? Ni idea). Y tanto gente originó colas. Colas acojonantes. La peor era la del mercadillo. Allí me tiré yo una hora y cuarto esperando pacientemente (al menos estuve hablando con mi hermano y un poquito con el genial Velasco). Desventajas de que haya hijos de puta que roban en un mercadillo solidario y que obligan a ponerse estrictos con el control de accesos y la revisión de mochilas y tal. Gracias, ladrones. Al menos la espera me mereció la pena: iba dispuesto a resarcirme de haber comprado muy poquito rol este año y conseguí cazar unas cuantas cosas jugosas, incluyendo un lote de libros de la primera edición de Warhammer Fantasy y libros variaditos de La Llamada de Cthulhu, Rogue Trader, D&D y... bueno, que me dejé una buena pasta :D.
Después de salir del mercadillo me fui a comer con unos amigos y a la vuelta nos encontramos con que el aforo se había superado y la gente tuvo que quedarse a la cola esperando a que saliera alguien antes de poder entrar. Yo, de hecho, me quede fuera... aunque no me quedé sin jugar ;). Lo cierto es que uno no puede quejarse de que se cumplan las normas de seguridad. Lo malo es que no había pasado antes (no sé si porque las normas han sido menos estrictas en otros ayuntamientos o porque nunca se superó el aforo en otros recintos) y creo que a casi todos nos pilló por sorpresa. Entiendo a la gente a la que le ha molestado, porque algunos se quedaron sin jugar por no poder entrar a una partida. Esto llegó a pasar incluso con gente que dirigía partidas. El domingo ya hubo menos gente y no hubo problema de aforo, pero el sábado por la tarde es el día grande y espero que para otros años la cosa mejore. ¡Habría que ir insistiendo al Ayuntamiento para que cedan un sitio aún más grande! :D
Por suerte el recinto estaba lleno pero los parques de alrededor del recinto no y pude apuntarme a una partida "pirata" dirigida por el genial Rubén Navarro, que nos sumergió en las aventuras de La Liga de los Hombres Extraordinarios... ¡de los 80!. Usando las reglas de Savage Worlds me tiré toda la tarde interpretando a la teniente Ripley y enfrentándome junto a "Dutch" Schaefer, M. A. Baracus, Doc Brown, Egon Spengler y Sarah Connor a las maquinaciones del malvado Lo Pan, que había robado el Mapa del Tiempo o algún McGuffin por el estilo. No solo tuve la oportunidad de jugar con viejos compañeros de fatigas con los que siempre es un placer coincidir, sino que me reí a carcajadas con el director de juego que es un maestro de la dirección; oírle hablar en inglés con acento chino fue descacharrante. Porque sí, la partida fue en inglés ya que una de las jugadores era alemana y no entendía ni papa de español, pero oye, creo que nos defendimos bien. Desde luego fue una experiencia curiosa.
Mención muy especial a un anuncio del que me enteré en las jornadas: Holocubierta publicará en español el nuevo juego de Star Trek de Modiphiu. Sé que hubo más noticias de novedades en las jornadas pero esta me hacen especial ilusión no solo porque me encanta Star Trek sino porque Mae es uno de los orgullosos creadores de la partida de rol por foro de la USS Heracles, a la que llevo ya jugando ocho largos años. Acabo de jubilar a mi viejo personaje y estoy empezando con uno nuevo y nada menos que el Primer Oficial. Creo que puede ser un juego que funcione muy bien y a mí me alegra mucho que alguien se anime a traducir el juego. Me apetece mucho tenerlo en mis manos, la verdad :D.
El domingo estaba obligado a ir a las jornadas porque me tocaba dirigir una partida. Es un detalle el hecho de que los organizadores se pasaron a primera hora por la fila de los que estábamos esperando para entrar y "reclutaron" a los que dirigíamos partida o hacíamos una demostración. De este modo nos aseguramos de que por lo menos los organizadores de las partidas no se quedaban fuera. Creo que el domingo ya no hubo problemas de aforo, pero se agradece el detalle.
La partida que jugamos fue la campaña incluida en ¡Hexplora!, el libro sobre creación y desarrollo de campañas sandbox escrito por Jordi Morera y que publicamos con la editorial 77Mundos a principios de este año. La campaña se denomina El Valle Prohibido y en ella se explora una región recientemente descubierta en la que viven unas extrañas tribus primitivas y monstruos extraños. Ya es la tercera vez que dirijo la partida, usando las reglas de Aventuras en la Marca del Este y lo cierto es que funciona muy bien en las jornadas (por cierto, tenemos ya en "Paga Lo Que Quieras" el bestiario del Valle Prohibido para sistemas OSR; y mola un montón). Al comienzo de la partida siempre comento que no hay una trama que vamos a seguir, sino que lo que hagamos será lo que decidan los jugadores y que, cuando llevemos tres o cuatro horas jugando, pararemos. Sorprendentemente (o no tanto), el formato es perfecto para unas jornadas, porque puedes parar un poco cuando te de la gana y recrearte más o menos en ciertos momentos de la aventura, ya que no hay que acelerar para llegar al final o terminar antes de tiempo: se puede jugar todo lo que se desee y, si los jugadores se lo están pasando bien en un momento particular, recrearse en él todo lo que sea necesario.
Siempre empiezo la partida mostrando un mapa general del Valle Prohibido a los jugadores, en el que están señaladas las distintas regiones en las que se divide. Cada jugador puede hacer una serie de tiradas en las tablas rumores que se detallan en el libro (una por región) y dejo hacer más tiradas a los que tienen más puntuación de Carisma. Normalmente entre la descripción de las zonas y el resultado de los rumores el grupo se monta un objetivo y se ponen en camino. A estos en concreto les gustó la idea de buscar un Monolito Negro del que habían oído que concedía poderes extraordinarios a los que lo tocaban, pero he tenido otros grupos que han querido acceder al templo prohibido de Tanagra o visitar la meseta donde viven los cíclopes.
Siempre juego con un grupo de hasta seis personajes de nivel 6-7, que reparto entre los jugadores al principio de la partida (¡en las jornadas hay que llevar los personajes hechos y concentrarse en jugar!) y es sorprendente los retos que son capaces de vencer personajes así en D&D (y sus retroclones): no las tenía todas conmigo cuando decidieron enfrentarse a la thesalhydra, pero consiguieron vencerla. El fuerte chamuscado, sin embargo, fue un reto demasiado complicado y huyeron de ahí sabiamente.
Lo cierto es que fue una partida muy divertida (en la que participó el Cronista, llevando al guerrero Bolder el Guapo) y dos de los jugadores se animaron incluso a comprar un par de copias del libro: ¡bien! ¡nuestra editora estará satisfecha con las ganancias! :D.
El resto del domingo lo pasé chafardeando por ahí, hablando con Ricardo Dorda, Turbiales, Roberto Alhambra, Valver, los chicos de Jernhest y muchos otros con los que debatí sobre lo divino y lo friki. Como siempre he dicho, a mí lo que me gusta realmente de las jornadas es hablar con la gente y enterarme de los proyectos, campañas y partidas que está llevando a cabo cada uno.
Fue especialmente interesante hablar con la persona que ha escrito ya el siguiente proyecto de 77Mundos, ya que no había tenido la ocasión de charlar con él antes. Tenemos muchas esperanzas en el nuevo libro, pero me temo que es pronto para contaros nada sobre él; estamos en pleno proceso de edición y es posible que aún cambiemos un par de cosas importantes sobre él.
Las jornadas se cerraron con el ya tradicional sorteo de material. Yo dejé tanto mi tarjeta como la de mis hijos y esposa, pero según comenzó el sorteo comentaron que solo podías salir a recoger el premio si eras tú el agraciado y que no se podía recoger nada en nombre de un amigo, primo o conocido. Una lástima, porque al final del mismo salió el 3.003, que era el número de mi hijo pequeño (que, por cierto, cumple años el 03/03, ¡cómo es esto de la numerología!) pero bueno, así son las normas.
Como todos los años, me llevo una sensación positiva del evento. Una lástima lo de los problemas de aforo o lo de la cola kilométrica en el mercadillo, pero espero que se aprenda de ello y se mejore el próximo año. No sé qué solución buena tiene lo del mercadillo, pero la del aforo sí que se soluciona de forma fácil: ¡Palacio de los Deportes o IFEMA para el año que viene! xD. Ya sé que es imposible, porque hace falta mucha pasta para alquilar esos locales, pero bueno, confío en que el Ayuntamiento de Madrid se tire el rollo y tenga en cuenta que el aforo se nos quedó pequeño.
Muchas gracias a todos los que os acercasteis a saludarme y a hablar un ratito. Sé que me dejo gente por nombrar pero es que, coño, no me hacéis caso y seguís viniendo a las jornadas sin una chapa con vuestro nombre o nick en el pecho, y así no hay manera :P. En cualquier caso, nos vemos en la próxima edición :D.
Saludetes,
Carlos