Una vez más toca hacer resumen del año y ponernos tareas para el siguiente. Estas entradas las suelo publicar el día 31, pero las preparo días antes, releyendo las que escribí en años anteriores y dando un repasito a lo he que escrito en el blog. Es un buen modo de hacer balance del año que se va. Es muy gracioso leer mis expectativas y, sobre todo, mis propósitos, porque por lo general no suelen cumplirse ni los unos ni los otros. No me quejo, solo lo observo.
En lo personal, este ha sido un año en el que me he dado cuenta de que se me está cerrando una etapa vital, la de la juventud. He cumplido 48 años y el otro día, hablando con mi hija, me di cuenta de que estoy a solo doce años de cumplir los sesenta. Vale, sí, doce años son unos cuantos años pero, al mismo tiempo, tampoco son tantos. Voy acumulando achaques y cada año estoy más gordo, pero los que de verdad me están mostrando que me hago mayor son mis hijos, que cada día son más independientes. La mayor está a punto de cumplir los 18 años, el mes que viene, el mediano está adolescente perdido y el pequeño este año ha cumplido los doce, con lo que se me ha acabado, desde marzo, la reducción de jornada por cuidado de hijos. No se lo echo en cara; sin él, no la habría tenido en primer lugar ;).
No es que sea algo malo, realmente. Gracias a que ellos son más independientes, mi mujer y yo también lo somos, y podemos por ejemplo salir a cenar fuera o hacer planes los dos solos sin tener que pringar a los abuelos. Esto nos ha venido bien para nuestra relación, que está bastante mejor que hace un año, cuando aún teníamos que ir a terapia de pareja. Ahora ya no vamos, porque la psicóloga nos dio el alta, aunque eso no quiere decir que estemos «curados». Solo que tenemos herramientas para ir un poco más por nuestra cuenta.
En mi curro ha sido un año demencial. Creo que estoy a punto de terminar el proyecto que llevo arrastrando como jefe de equipo más de cuatro años, pero no canto victoria porque aún tendremos que publicarlo y luego habrá un mantenimiento y luego lo mismo se renueva para hacer más cosas... en fin, lo cierto es que estoy cansado de él y me da la impresión de que cuando lo comencé era joven y alegre y cuando lo termine, si es que lo termino, seré cínico y viejo xD. A ver qué me trae este año en lo laboral. En principio debería ser mejor en cuanto a organización, pero lo cierto es que a medida que pasan los años me gusta cada vez menos la informática, en la que siempre vamos con el presupuesto ajustado, con el conocimiento justo para ir tirando y con el cliente exigiendo más por menos. Entiendo que todos los trabajos serán por el estilo, pero yo me frustro con el mío, como todo hijo de vecino ;).
Pero vamos a lo friki, que es lo que nos importa por aquí :D. Este año me he alejado por completo de 77Mundos, la editorial a la que le dediqué mis buenos siete años. Alicia, mi socia, también ha soltado amarras en ese sentido, pero algo mío se queda allí porque los que han tomado las riendas de la editorial han sido mi hermano Sergio y su mujer, Amanda. No solo ellos, también están al timón Ignacio y Gaizka, pero bueno, me alegro de que el proyecto siga adelante y que no pierda el contacto del todo con él. Les deseo mucha suerte en esta nueva andadura. ¿Os he dicho que ya han reanudado la publicación de libros?
Para mi sorpresa, este año no he comprado mucho más rol que otros años, pero he me dejado más dinero que nunca. 911 euros, para ser exactos. Una auténtica barbaridad teniendo en cuenta que mi media desde el año 2012 (que es cuando comencé a apuntar lo que me gastaba en rol) es de unos 500 euros, más o menos. Hablando con algunos amigos del tema creemos que la cuestión es que los libros son cada vez más caros. Y es curioso, porque, aunque insisto en estoy saturado de rol y he llegado a estar en Gigamesh y no comprarme nada, en realidad sí sigo comprando rol (y, este año, librojuegos). Porque siguen saliendo cositas que me llaman la atención, mecenazgos que me interesan y pequeñas joyitas que sí que quiero tener. Por ejemplo, os pondré el año que viene una reseña de Dolmenwood, que me ha encantado. Me queda el consuelo de pensar que, aunque 911 euros es más dinero que lo que me he gastado nunca en rol, en realidad no es tanto dinero para gastar en una afición si lo comparas con otras. Sigo opinando que el rol no es un frikismo caro, ¡probad a ser warhammeros!
Este año lo he dedicado básicamente a leer, y no solo rol, sino relatos de Dunsany, Poe o Lovecraft, o maravillas como El infinito en un junco, de Irene Vallejo, que me pareció una maravilla. También he retomado la afición por los librojuegos, que están viviendo un auténtico renacimiento. Tengo una gran cantidad de libros y juegos pendientes y me he dado cuenta de algo: cuanto más leo lo que tengo pendiente, menos ganas me dan de seguir comprando y comprando. No tengo nada en contra de acumular lectura para los años venideros, pero en los años actuales hay que ir dándole salida a las cosas que ya están en casa, que no están solo para hacer bonito en la estantería :).
También he podido retomar la dirección de partidas de rol en vivo, con mi grupo habitual de los últimos años. Nos lo estamos pasando muy bien con nuestra partida de Sombras Urbanas, o como nos gusta decir a nosotros, Sombras Rurales. Seguimos ampliando el elenco de personajes bizarros y tramas locas en Villarrobledo. En las dos últimas aventuras el circo ha llegado a la ciudad, y por supuesto todos sus miembros, y los feriantes en general, son seres faéricos. Para que pilléis un poco el tono de la campaña, os diré que la reina de las hadas tiene la cara de Lola Flores (todos los PJ y PNJ tienen la cara de gente famosa) y se llama «la Faërona».
Me he dado cuenta de una cosa con respecto al rol. Cuando mejor me lo paso es cuando dirijo o juego, no tanto cuando escribo o diseño. Es como disfrutar más de las pachanguitas con los colegas que de ser entrenador del equipo de fútbol de tu pueblo. De hecho, en las LES de este año me lo pasé mucho mejor que en las anteriores simplemente porque eché una partida al Castillo Xyntillian. El rol se disfruta siempre más jugando que teorizando.
Este año escribí mi entrada número mil en el blog. Hay gente que escribe mucho, muchísimo más que yo, pero no hay tantos que lleven escribiendo tanto tiempo. Diecisiete años ya, y dentro de poco, en unos meses, mayoría de edad para el blog. La Frikoteca podrá votar en las próximas elecciones xD. A veces me sorprende seguir escribiendo aquí, cuando tantos y tantos otros dejaron hace tiempo de hacerlo. Blogger y Google en general me han dado unos cuantos disgustos últimamente y estoy pensando incluso mudarme a otra plataforma de escritura (algo relacionado con el fediverso, por ejemplo). Pero lo que tengo claro es que seguiré escribiendo. Hay días que me veo delante de la página en blanco y no sé qué escribir, pero casi siempre termino tecleando y sacando un artículo adelante porque esto no es sino un diario, y siempre me están sucediendo cosas de las que puedo hablar. Me gusta mucho leer los comentarios de la gente y responderlos, pero en última instancia, esto siempre lo he escrito para mí.
El año que viene me gustaría escribir algo más. Un librojuego, un relato corto o una aventura para 77Mundos o Aventuras en la Marca del Este. Pero no me lo pongo de tarea. Me vale con seguir leyendo, seguir jugando y seguir viviendo. Todo lo demás es un bonus.
Disfrutad de las fiestas y pasad tiempo con vuestros seres queridos. Haced planes y disfrutad de vuestros recuerdos. Sed amables con la gente y optad siempre por el buenismo en lugar de por el hijoputismo. Recordad, la vida es ir tirando.
Saludetes,
Carlos