Como os comenté en mi anterior entrada, este año me compré a precio de ganga la guía de inicio de RuneQuest. Confieso que apenas la había ojeado, pero estos últimos días me la he leído casi entera (salvo las aventuras), junto a la guía de inicio de La Llamada de Cthulhu. Algunos de los cambios me gustan más (está muy bien el uso de Runas para definir personajes, porque las Runas son muy importantes en Glorantha), otros me gustan menos (volver a usar «Strike Ranks» o «Momentos de Reacción» en combate me parece que lo complica innecesariamente) y otros me molan pero sé que soy una minoría (la Tabla de Resistencia me parece genial para comparar características, pero hay gente que considera que usar tablas en el 2023 es un atraso). Hay que admitir que todos los libros de esta edición de RuneQuest son realmente bonitos, publicados a todo color, con una buena maquetación y con ilustraciones que muestran de modo perfecto la apariencia tipo «edad de bronce» de Glorantha. Porque esta última edición del clásico RuneQuest, publicado por Chaosium, no es un reglamento genérico, sino un juego asociado por completo a su ambientación original, Glorantha.
Este mismo año desde Chaosium se ha publicado un juego similar en su reglamento a
RuneQuest pero sin una ambientación por defecto asociada:
Basic RolePlaying. No es la primera vez que se edita este juego, que vienen a ser las reglas d100 puras y duras, para que tú te montes la ambientación que quieras. Esta nueva edición de
Basic RolePlaying está disponible en PDF y muy pronto estará en físico, y si queréis leer una magnífica reseña de la nueva edición, os animo a que leáis
la que ha escrito Runeblogger.
Basic RolePlaying difiere principalmente de
RuneQuest en que no tiene nada de runas ni referencias a Glorantha, sino que es el sistema básico BRP/d100/percentil pero con una serie de opciones para que puedas usarlo como base para tus partidas o para publicar tu propio juego, decidiendo si usas localizaciones de golpe o puntos de golpe generales, un modo aletario o por compra de puntos para generar características, el uso de distintos sistemas de magia y superpoderes, etc. Como comenta Runeblogger, si tienes la anterior edición (el «libro gordo dorado») las diferencias no son muchas, salvo que se han añadido reglas de persecuciones y una sección sobre pasiones y reputaciones sacadas de la última edición
RuneQuest. También se ha simplificado parte del texto, se han añadido nuevas ilustraciones, muchas de ellas a color y en general se le ha dado un lavado de cara al diseño de la maqueta.
Un cambio muy significativo es que esta edición de Basic RolePlaying se ha publicado bajo la licencia ORC (Open RPG Creative license), que es la respuesta de la comunidad rolera a la debacle que hubo a principios de este año con la licencia OGL por parte de Hasbro/Wizards. Al estar publicado bajo esta nueva licencia, cualquiera puede coger el texto de Basic RolePlaying y usarlo para crear su propio suplemento o material sin tener que pedir permiso (ni pagar royalties) a Chaosium. Y, tal y como está definida la licencia ORC, este derecho es irrevocable a perpetuidad, por lo que Chaosium no puede eliminarlo en el futuro ni aunque se arrepintiera de ello.
¿Significa esto que puedes usar Basic RolePlaying para crear tu propio RuneQuest o tu Llamada de Cthulhu? Pues en realidad no. Veamos un poco sobre la actitud histórica de Chaosium al respecto.
«No recrearás los juegos de Chaosium»
Aunque publicar Basic RolePlaying con la licencia ORC parece un cambio de paradigma con respecto a la antigua política de Chaosium, en realidad yo diría que no lo es tanto. Chaosium ya tenía un SRD («System Reference Document») y una licencia llamada BRP Open-Gaming License que te permitía crear juegos, suplementos y aventuras utilizando el texto del SRD y por tanto las reglas de BRP como base. Pero si leéis la página donde se habla del SRD y la licencia veréis que en la parte de «Contenido Prohibido» se comenta que no puedes utilizar reglas de otros juegos publicados por Chaosium ni cosas que se les parezcan. Así que podías usar las reglas del SRD pero no podías meter pasiones que funcionaran como las de Pendragón o RuneQuest, ni los sistemas de hechicería, magia divina y magia espiritual de RuneQuest, ni el sistema de locura de La Llamada de Cthulhu ni el sistema de aumentar una habilidad con otra de RuneQuest. Vamos, que no podías simplemente usar el SRD como base para luego meter el resto de reglas que te gustaran de otros juegos d100 publicados por Chaosium. El último párrafo creo que era el más claro al respecto: «[...] The license explicitly allows derivative works. [...] Just don’t try to create a retroclone of Call of Cthulhu, RuneQuest, Pendragon, or other Chaosium games. We are empowering your imagination, not authorizing you to try to reprint our games.». Que traducido viene a decir que puedes usar BRP para crear tus propios juegos, pero que no trates de republicar La Llamada de Cthulhu, RuneQuest o el resto de juegos de Chaosium añadiendo reglas que estaba en esos juegos pero no en el SRD. La licencia BRP OGL servía para crear nuevos juegos que usaran la base de BRP, pero no podías simplemente crear retroclones de los juegos d100.
Por lo tanto, había que tener cuidado con lo que publicabas, porque si copiabas reglas de otros juegos de Chaosium, aunque no los conocieras, la editorial te podía acusar de haberlo hecho de forma consciente. Y la lista de juegos incluye de forma explícita todos los publicados por Chaosium a lo largo de su historia: Call of Cthulhu, Dragon Lords of Melniboné, ElfQuest, Elric!, Hawkmoon, HeroQuest, Hero Wars, King Arthur Pendragon, Magic World, Nephilim, Prince Valiant, Ringworld, RuneQuest, 7th Sea, Stormbringer, Superworld, Thieves’ World, Worlds of Wonder, «and any related sublines». Eso en cuanto a reglas, pero en cuanto a ambientación la licencia indicaba que no podías usar ni Glorantha, ni los mitos de Cthulhu ni el mundo artúrico. Ojo, es evidente que Glorantha es una ambientación que no está bajo el dominio público, pero que la obra de Lovecraft o los mitos artúricos sí que son libres. Pero lo que te decían con esta licencia es que sí, que lo que son las ambientaciones sí son libres, pero que no tenías permiso para hacer un juego con sistema d100 y ambientación lovecraftiana o un juego con sistema d100 y ambientación artúrica. Que para eso ya había juegos existentes, en concreto, los de Chaosium. Los que hayáis oído hablar de los problemas que han tenido ciertas editoriales para publicar cosas tipo «Open Cthulhu» sabréis que Chaosium no bromea en este punto concreto.
Para mucha gente debía ser un poco descorazonador darse cuenta de estas limitaciones, porque me da la impresión de que lo que mucha gente quería era publicar un «FrankenQuest» o «Fantasy (d100) Hearbreaker» que usara el sistema de combate y de creación de demonios de Stormbringer, la magia rúnica de RuneQuest, las reglas de cordura de La Llamada de Cthulhu y todo lo que utilizaban en sus partidas y que formaba el «cóctel d100» perfecto para ellos. Porque el d100 es un sistema robusto cuya base no ha cambiado realmente tanto desde la publicación del primer RuneQuest en 1978; los personajes y estadísticas de por aquel entonces siguen siendo reconocibles a día de hoy incluso si juegas con la última versión de RuneQuest, con OpenQuest o con Mythras. La gente coge un juego basado en d100 y sabe jugarlo rápidamente. Y probablemente le mete sus reglas caseras desde el minuto uno. Poder usar Basic RolePlaying para unir diversas reglas con su ambientación casera, ponerlo bonito, financiarlo a través de mecenazgo y publicarlo, como pasa con los retroclones de D&D era el sueño dorado para muchos, pero la licencia BRP-OGL dejaba claro que Chaosium no iba a hacer la vista gorda como podía estar haciéndolo Wizards of the Coast (por lo menos hasta este año).
¿La cosa cambia ahora que Basic RolePlay está publicado bajo la licencia ORC? No creo que en realidad tanto, porque sí, todo el texto del libro está ahora protegido por la licencia y lo puedes copiar y usar tal cual. Pero aunque han añadido algunas reglas como las de reputación o pasiones, sacadas directamente de RuneQuest, no están incluidas las posibilidades de usar características expresadas en rangos porcentuales o los dados de ventaja y desventaja que son innovaciones de la última edición de La Llamada de Cthulhu. Se puede argumentar que no están incluidas porque no pegan con el resto de mecánicas del juego... pero también se puede deducir que no están en el libro para que no puedas recrear un sistema de juego similar a La Llamada de Cthulhu 7ª edición. Tampoco están las reglas de aumentos (¡creo!) y por tanto en principio podría ser problemático incluir algo similar en tu juego, aunque a mí me parece una regla interesante y que me costaría no usar en un juego basado en d100 a estas alturas.
Así pues, ojo con lo que está incluido en
Basic RolePlaying y, sobre todo, ojo con lo que
no está incluido. Si quieres poner el logo de «Powered by BRP» en tu juego, mejor que sea un juego
nuevo. Si quieres sacar aventuras lovecraftianas o gloranthanas, dispones de las iniciativas
Miskatonic Repository y
Jonstown Compendium con las que puedes publicar material para
La Llamada de Cthulhu y
RuneQuest a través de DriveThruRPG con el que el 50% de las ganancias te los llevas tú y el otro 50% se lo lleva Chaosium. Es más, si quieres publicar un juego en un mundo fantástico que use magia espiritual, magia rúnica y hechicería, adelante. Pero mejor que esos sistemas de magia no se parezcan a los de
RuneQuest (en cualquiera de sus múltiples ediciones), porque esos son sistemas de magia que
no están disponibles bajo la ORC, sino que tienen sus copyrights. Chaosium puede hacer la vista gorda o puede que no.
El truquito de la OGL
Para los que sepáis un poco de la historia de RuneQuest, sabréis que de los años 2006 al 2011, la editorial Mongoose Publishing tuvo los derechos para publicar RuneQuest. Durante esa época publicó dos ediciones del juego y muchos suplementos, bastantes de ellos ambientados en Glorantha aunque en la segunda edad y no en la tercera, que es la época del actual RuneQuest de Chaosium. Lo que quizá no sepáis es que en su momento Mongoose publicó su RuneQuest bajo la licencia OGL. Y por tanto, muchas de las mecánicas de los «Mongoose RuneQuest» (lo que vendrían a ser la cuarta y la quinta edición) forman parte de la OGL. Y por tanto, cualquiera podría publicar un juego que utilizara las mecánicas de esas ediciones esas mecánicas, incluir la OGL al final y tener mucho cuidado con lo que incluyes y lo que no. Porque cuando un juego usa la licencia OGL debe indicar de forma explícita al final del libro lo que forma parte del «Open Content» (que se puede copiar) y lo que es «Product Identity» y no se puede copiar. Por lo general se suele indicar que lo que está incluido son las reglas, así en general, y lo que son las imágenes, maqueta y ambientación. El caso es que si resulta que las reglas de magia divina y magia espiritual se incluyeron en un libro del RuneQuest de Mongoose y se marcaron como «Open Content», podrías crear un juego que derive de esos libros (tienes que marcar de cuáles), incluir esas reglas y marcar tu libro también con la OGL. De todas formas, ojito, porque aquí ya entramos en terrenos pantanosos. Pero oye, la posibilidad está allí. Y tenemos juegos como OpenQuest o Revolution d100 que usan la OGL e indican que lo hacen porque «heredan» sus reglas de los RuneQuest de Mongoose.
Con la OGL hay algo que siempre me ha llamado la atención: no todo el mundo es igual de cuidadoso en su uso. En la licencia pone claramente que debes incluir la OGL al final de tus libros y que además de indicar qué es contenido abierto y qué es identidad de producto, también debes indicar el «ADN» de tu juego: el listado de todos los suplementos de los que has sacado reglas Open Content y que has incluido en tu juego. El autor del retroclón Adventurer Conqueror King, que es abogado, sí que era especialmente cuidadoso en ese sentido y los OGL de sus suplementos son realmente interesantes porque son exhaustivos indicando de dónde ha sacado las reglas que ha usado en su juego; aparece el SRD de D&D, el Tome of Horrors de donde sacó la mayor parte de sus bichos, etc. Nota al margen: la segunda edición de Adventurer Conqueror King, que se va a publicar este año o el siguiente, ya no va a usar la OGL. Ni la ORC. Pero eso ya es otra historia.
Claro, la cuestión importante es que son licencias distintas y usar la OGL igual no es lo más seguro a día de hoy. Puedes publicar un juego a través de la ORC y basarte en Basic RolePlaying, sabiendo que no puedes usar mecánicas de otros juegos de Chaosium, o puedes tirarte al monte, basarte en uno de los RuneQuest de Mongoose y publicarlo bajo la OGL. El juego se podrá parecer mucho más a RuneQuest en este caso. Pero ojito con seguir esta estrategia, porque por ejemplo, el OpenQuest tiene un SRD (disponible en Open Quest SRD) pero si vais a las descripciones de la magia divina, por ejemplo, veréis que es similar a la de las versiones anteriores de RuneQuest pero no exactamente igual. Y por ejemplo, el juego Jackals de Osprey Publishing está basado en OpenQuest y su ambientación es también tipo «Edad de Bronce», como Glorantha, pero las mecánicas de combate son distintas, la magia es distinta, etc. Vamos, que incluso los que publican a día de hoy juegos basados en la OGL y, en última instancia, el RuneQuest de Mongoose, se preocupan de no copiar de forma explícita ciertos sistemas.
La opción de Mythras
Existe una opción más para publicar cosas que se parezcan a RuneQuest viejunos, y es usar Mythras. Una vez más hay que hacer un mínimo de historia: cuando Mongoose perdió la licencia para publicar RuneQuest en 2011, The Design Mechanism se la quedó y publicó desde 2012 hasta 2015 el juego RuneQuest en su sexta edición. Los diseñadores eran los mismos que habían hecho la segunda edición de Mongoose y de hecho, son bastante parecidas. Pero este juego ya no era OGL. Sin embargo, en 2016 fue el turno de perder la licencia para The Design Mechanism, ya que Chaosium anunció que recuperaba los derechos para sacar su versión de RuneQuest (la actual). Pero como había buen rollo entre Chaosium y The Design Mechanism, les dejaron a estos últimos seguir publicando su juego pero quitándole las referencias a Glorantha, borrando las runas y renombrándolo a Mythras.
Mythras incluye sus propias versiones de magia espiritual, divina, hechicería y misticismo (muy buenas, en mi opinión) y también la posibilidad de usar aumentos, pasiones, etc. Pero la licencia con la que está publicado es una licencia llamada Mythras Gateway License que lo que te permite es usar una versión reducida de las reglas llamada Mythras Imperativo que incluye aumentos y pasiones, pero no la magia divina ni la hechicería, solo la espiritual o magia de batalla. Así que estamos un poco donde estábamos antes: se siguen pudiendo hacer cosas muy chulas, como M-Space, que es el Mythras en el espacio, pero si quieres usar la base de Mythras para crear tu retroclón de RuneQuest te siguen faltando cosas.
Curiosamente existen dos libros muy interesantes relacionados con Mythras: Shores of Korantia y El Imperio de Rueda. El primero es una ambientación que podríamos considerar de la «Edad de Bronce» o «Edad de Hierro» y el segundo sería una especie de Bizancio alternativo. Ambos usan las reglas completas de Mythras, con el pack completo. Pero lo hacen porque sus respectivos autores se pusieron en contacto con The Design Mechanism (los de Imperio de Rueda a través de mi cuando trabajaba en 77Mundos) y publicaron sus juegos como suplementos de Mythras, no como juegos completos. Usan la magia divina y el misticismo y toda la parafernalia, pero debes tener el libro de reglas de Mythras para poder jugar. En ese sentido el truco es que estás «aprovechándote» de la especial relación que tiene The Design Mechanism con Chaosium. Y que no estás publicando un juego completo, sino un suplemento.
Hágaselo usted mismo
Al final siempre tienes una opción a tu alcance que es liarte la manta a la cabeza y crear tu propio juego sin indicar que usas la licencia ORC, ni la OGL ni que es un suplemento para Mythras. Escribes las reglas que tú quieres, le pones la licencia que te da la gana (como si es Creative Commons) y te preocupas mucho de no poner ni una referencia a RuneQuest, BRP, el d100 ni nada. Aquelarre, originalmente, era algo así. Y estoy seguro de que habrá muchos otros juegos por ahí que usan una variante del d100 sin atribuirse ningún antepasado en la cuestión de reglas.
El problema ahí es que si sigues esa estrategia y tu juego se parece mucho a RuneQuest tercera edición con un par de reglas caseras propias (por ejemplo), aún así te pueden acusar de plagio. Los abogados de Chaosium podrían simplemente ponerse en contacto contigo y que decidan los tribunales si lo que has hecho está bien o está mal. Yo, personalmente, me cagaría encima si me pasara algo así, y desde luego no me metería en juicios. Pero es distinto quitar de DriveThruRPG un juego en PDF que comerte una tirada de 600 o 1.000 ejemplares impresos de circulación. Así que, ojito.
Conclusiones
En última instancia, desde Chaosium están más que encantados de que la gente use parte de su sistema para crear juegos nuevos. Pero quieren que esos juegos sean
nuevos. Que sean reconocibles como parte de la familia d100 pero que no sean competencia directa o retroclones descarados de sus propios juegos. No quieren un
Labyrinth Lord o un
Old School Essentials de su
RuneQuest, entiendo que en gran medida porque su
RuneQuest actual se parece mucho a la versión más popular del juego (en EEUU) que es la segunda.
Si quieres crear un sistema basado en d100 de Cthulhu, una versión fantástica de la Edad de Bronce o la Britania Artúrica, Chaosium opina que eso ya está creado y publicado, y que sería mucho mejor para todos que te dedicaras a otro tipo de juegos.
Sé que me he puesto muy técnico en algunos momentos y que estoy haciendo suposiciones sobre lo que Chaosium quiere o deja de querer, pero en vista de lo publicado y dicho por ellos en los foros, diría que no estoy demasiado errado. Espero en cualquier caso que os haya resultado interesante el artículo y estaré más que encantado de escuchar vuestras propias opiniones al respecto.
Un saludo,
Carlos