Hoy se acaba el mes de febrero, confirmando de forma empírica que de un tiempo a esta parte los meses se van cayendo sin darme cuenta; me hago mayor. Hay que admitir que como he estado bastante ocupado con el mecenazgo de M-Space, este mes ha sido un poco locura (hemos llegado a hacer cuatro entrevistas, la última de tres horas, y eso termina cansando, la verdad). Así que ahora que parece que tengo un par de minutos libres, y antes de ponerme de nuevo con proyectos de edición, me apetece hablar un poquito aquí, en mi blog personal.
Ayer por la mañana estuve hablando con mi hija mayor sobre la vida en general y el rol en particular. Tiene quince años, así que ya se puede tener conversaciones interesantes con ella. De hecho, se pueden tener desde hace un tiempo, porque siempre ha sido una persona bastante razonable y reflexiva, y hemos tenido nuestras buenas charlas cuando hemos estado comiendo juntos después de recogerla en el instituto o mientras la he estado llevando al colegio o a alguna actividad extraescolar. Ayer, entre asuntos muggles que no vienen a cuento, le hablé también de una vieja reflexión que todos los roleros con un cierto recorrido nos hemos hecho en más de una ocasión: ¿para qué me sigo comprando juegos de rol, si no necesito tener más libros?
Una característica de los juegos de rol es que, por su propia naturaleza, lo cierto es que con un par de ellos o tres, o incluso con uno solo, pero de los buenos, tienes material para estar jugando toda la vida sin riesgo de aburrirte o repetirte. Con un juego genérico como Mythras/RuneQuest, Savage Worlds o FATE puedes preparar aventuras de todo tipo de géneros durante años y años. Y años. Vale que no hay un manual totalmente genérico, en el sentido de que por ejemplo, los genéricos tipo BRP o GURPS suelen tener sistemas de combate bastante letales y peligrosos, mientras que los tipo Savage Worlds o FATE suelen ser más "peliculeros" o heroicos. Pero dentro de sus pequeñas variaciones de estilo, puedes coger uno de estos manuales y preparar campañas de ciencia ficción, fantasía, terror o superhéroes con bastante facilidad. Estoy seguro de que en el mundo hay una buena cantidad de grupos de juego que juegan siempre al mismo sistema y tienen como mucho tres o cuatro libros con los que han dirigido decenas de aventuras a lo largo de los años.
Admitamos, en cualquier caso, que nos gusta la variedad. Que somos fans del sistema porcentual pero que Ars Magica es un sistema muy distinto pero cuyo tratamiento de la magia nos fascina y que queremos tenerlo también en nuestra biblioteca. Y, ¿cómo no tener al menos alguna edición de ese clásico que es La Llamada de Cthulhu aunque solo sea a título testimonial? A nadie le puede hacer mal meter en su estantería una edición tan bonita como el Aquelarre de Nosolorol, que es una auténtica obra de arte... y burla burlando, cuando te quieres dar cuenta, tu estantería Billy de Ikea es el hogar de un par de centenares de juegos y suplementos de rol.
Y si pasas años dedicado a esta afición, aunque solo compres de cuando en cuando, esta colección de rol puede llegar a ser bastante copiosa. En mi caso, la última vez que hice recuento me salieron como cuatrocientos libros aproximadamente. Creo que incluí también librojuegos y revistas, pero incluso si no lo hubiera hecho, seguiría habiendo varios centenares de libros. Centenares
Voy a afirmar sin rubor que no me los he leído todos. Es más, en algunas ocasiones, como cuando vendí toda mi colección de libros de Mago y Vampiro, algunos libros entraron procedentes de la tienda y se marcharon hacia sus nuevos hogares sin que me los hubiera leído más allá de cogerlos y ojearlos el día que los compré y darles algún repasito al azar a un capitulillo suelto o algo que me llamase la atención. El que esté libre de este pecado, que tire la primera piedra ;).
En muchos casos, este acumular libros está motivado por un afán completista. En Reyes me compré el Liber Nobilium de Aquelarre porque me llamó la atención el tema del que hablaba (los nobles), pero también porque de Aquelarre compro casi todo lo que sale. Porque me gusta el juego, porque tengo muchísimos libros de todas las ediciones pasadas y porque en muchos casos tengo miedo de que no lo compre mientras aún esté en tiendas y después ya no lo pueda conseguir más que a precios astronómicos en tiendas que vendan productos de segunda mano. Porque es cierto que hay editoriales que hacen tiradas lo suficientemente numerosas como para que puedes tener la seguridad de poder comprar un libro concreto en el futuro con relativa facilidad, pero también hay otras que hacen tiradas pequeñas y es ahora o nunca. No es el caso de Aquelarre, en general, pero sea la tirada de 300 ejemplares o sea de 5.000, llegará un momento en el que se agotará y nunca puedes tener la seguridad de que se vaya a hacer una reedición de un libro concreto.
Así pues, ya sea por completismo o por simple afición, es bastante común que los aficionados acumulemos libros en la estantería. Hay quien no, ojo. Conozco gente que cuida su colección de rol como quien cuida un hermoso bonsai, y lo va podando de forma periódica, vendiendo los libros que no han cumplido sus expectativas o que admite que no van a ver mesa o ni siquiera van a servir como lectura de antes de dormir. En mis lloradas jornadas Ludo Ergo Sum, que espero que podamos volver a disfrutar en formato físico cuanto antes, siempre era una gozada visitar el mercadillo y pillar tesoritos de segunda mano, que venían de gente que había decidido dar una segunda vida a libros y juegos que ya no tenían sitio en su casa.
Pero el caso es que, incluso vendiendo libros de forma periódica, muchos seguimos comprando, y no es raro ver entre los roleros veteranos grandes colecciones de rol. Casi todos nos decimos a nosotros mismos, medio en serio, medio en broma, que nos leeremos todo eso cuando nos hayamos jubilado. Es decir, mantenemos todos esos libros en las estanterías porque albergamos la esperanza de que algún día, cuando tengamos más tiempo libre, liberados por fin del frenético ritmo de vida al que nos someten el trabajo y/o los estudios, los hijos y/o los amigos y los mil compromisos que nos ocupan el valioso tiempo que se nos va de entre las manos... en ese día de la liberación, entonces sí que nos pondremos a leer por fin todos nuestros libros.
A todos aquellos que piensan así, os tengo que decir que el momento de hacer las cosas no es cuando nos jubilemos, sino ahora.
No me quiero poner siniestro, de verdad que no, así que simplemente diré que si hace un par de años nos dicen que vamos a tirarnos meses y meses saliendo a la calle con mascarilla, no nos lo hubiéramos creído, en absoluto; habríamos dicho que eso eran cosas que pasaban en las películas. Pero en realidad, sí que pasan. Y aunque no es tan común que suceda algo a una escala nacional o mundial como una pandemia o una guerra, puede suceder de modo más personal: una enfermedad, un divorcio o incluso un simple cambio de trabajo que te exija centrar tu atención en otra cosa y olvidarte de tus juegos de rol. Los problemas pequeños se suelen olvidar cuando llega un problema de verdad.
Yo no me quejo, ¿eh? No me quejo. Tengo mi curro, tengo a mi familia, tengo mis proyectos roleros. Pero sé que la vida es cambio y que mi vida con 20, 30 y hasta 40 años ha ido cambiando, en algunos casos de manera más que significativa. El rol ha sido una constante en mi vida desde los catorce, y no me arrepiento: ha habido épocas en las que he jugado o leído más y otras en las que lo he hecho menos, pero nunca lo he dejado de lado por completo. Aún asi, sé que podría cambiar, y no sé cómo será mi vida ni lo que estaré haciendo cuando tenga 50, 60 o 70.
Lo que sí tengo claro es que, mientras me den las fuerzas, seguiré comprando rol, seguiré leyendo y seguiré jugando. Me mantendré en movimiento mientras pueda y haré cosas (editar rol, escribir rol, leer rol y jugar) y trataré de disfrutar de mi afición aquí y ahora, al máximo. Puede que al final nuestros planes terminen cumpliéndose y podamos leer todos los libros que hemos ido acumulando en esa soñada residencia para ancianos roleros llamada "El Último Hogar". Pero no voy a poner todas mis esperanzas en un futuro que llegará o no. El momento de hacer las cosas que te gustan es siempre ahora. Porque ni el pasado existe ya ni el futuro será como lo imaginamos. Lo único que realmente existe es el presente.
Saludetes,
Carlos
P.D.: En estos meses me he comprado libros de Ars Magica, El Anillo Único, Hardboiled y Warhammer Fantasy; en una próxima entrada os hablaré un poco de ellos, para que se os vaya el mal rollo de esta entrada xD.