Para ningún lector de este blog será una sorpresa darse cuenta de que últimamente leo muchos librojuegos. No es de extrañar, teniendo en cuenta que fueron mi entrada al frikismo y que estamos viviendo una auténtica segunda edad de oro del género, como demuestra el hecho de que Devir esté apostando por traducir nuevos librojuegos como Legendary Kingdoms o apostar por el producto nacional, como el maravilloso En las Cenizas, escrito por Pablo Aguilera.
Como aparte de acumular libros me gusta leerlos, he retomado la lectura de algunas de la colecciones que tengo en casa, con la intención de escribir un par de líneas sobre ellas en el blog. Gracias a la página Todocolección, una auténtica trampa para nostálgicos, he podido finalizar algunas colecciones que tenía a falta completar, y creo que es de justicia empezar con aquella que, para mí, lo comenzó todo.
Dungeons & Dragons: Aventura sin fin
La editorial Timun Mas publicó muchos librojuegos en la década de los 80 del siglo pasado. Para mí, fueron mi entrada al frikismo, antes incluso que los juegos de rol. Una de las colecciones que publicó fue Dungeons & Dragons Aventura sin fin, una traducción de la colección Endless Quest que TSR comenzó a publicar en 1982. Estos libros estaban basados principalmente en el juego de rol Dungeons & Dragons, pero no contenían ningún sistema de juego; simplemente, a medida que la historia avanzaba, se te iban dando opciones de por dónde seguir (el típico «si quieres atacar a los trasgos, ve a la página 15; si por el contrario quieres escabullirte por el pasadizo, ve a la página 36»), sin que hubiera que tirar dados, consultar estadísticas de juego ni nada parecido. En ese sentido, el sistema era el mismo de los famosísimos libros de la colección Elige tu propia aventura.
A mí estos libros me gustaban más que los de Elige tu propia aventura, porque eran una puerta a un mundo lleno de elfos, orcos, dragones y fantasía, que me fascinó desde el principio. En EEUU la colección incluyó libros basados en otros juegos de TSR, como Gamma World, Star Frontiers o incluso historias de Conan o Tarzán, pero la mayoría de los libros que se publicaron en España eran los que estaban basados en los mundos de Dungeons & Dragons. Y, por supuesto, es casi seguro que gran parte de su atractivo descansara en esas portadas de Larry Elmore que adornaban las cubiertas de los primeros libros de la colección. Canela fina.
A continuación, os paso a comentar los tres primeros libros de esta colección, que he releído recientemente:
Las Cavernas del Terror
Este fue el primer librojuego de esta colección que me leí, así que voy a tener que luchar mucho contra la nostalgia para poder dar un veredicto ecuánime y objetivo sobre su calidad ;). Yo lo leí poco después de que se publicara, en 1985, así que tendría 9 o 10 años. Digamos que me pilló en el momento justo para impresionar, porque estos librojuegos estaban orientados a un público joven de entre 9 y 12 años, es decir, chavales que estábamos todavía en el colegio.Lo primero que llama la atención es la tremenda portada de Larry Elmore. Un guerrero con su escudero enfrentándose a una temible serpiente que parece estar hecha de agua, mientras la imagen de un brujo se cierne sobre ellos, todo enmarcado en una especie de sala subterránea. Estoy seguoro de que me tiré muchas tardes simplemente contemplando esta portada y soñando despierto cuando era crío. Ah, además esta colección tenía un borde negro enmarcando la portada y la contracubierta también en negro, por lo que para mí esta era la «colección negra», en oposición a la «colección roja» de libros de Elige tu propia aventura o la posterior «colección azul» de librojuegos también de Dungeons & Dragons, pero con tiradas de dados y sistema de juego.
Centrándonos en Las Cavernas del Terror, la premisa del librojuego es muy sencilla: interpretas a un guerrero llamado Caric, que una noche, acampando en el bosque, descubre a un ladronzuelo halfling intentando robarle. El halfling, llamado Laurus, dice que acaba de escapar de unas cavernas donde vive un hechicero malvado y que están llenas de monstruos y tesoros. Como el valiente guerrero que eres, te dispones a enfrentarte al peligro, acabar con el hechicero y quedarte con su tesoro. Para hacer el bien, claro.
Para los que no lo sepan, un «halfling» es un mediano, es decir, un hobbit de los de Tolkien, pero con los números de serie borrados, porque el Tolkien Estate siempre ha sido muy suyo a la hora de proteger la propiedad intelectual del Profesor ;). Yo por aquel entonces no lo sabía, pero me enteré relativamente rápido.
El libro tiene numerosas ilustraciones interiores, obra de Jim Holloway, un autor que por aquel entonces no conocía, y que posteriormente siempre asociaría con el juego de rol Paranoia. Aunque su estilo no es de mis favoritos, hay que admitir que cumple su función de presentarte a los monstruos y peligros de la mazmorra. Y tiene algunas ilustraciones realmente buenas, como el troll de la página 66, que siempre ha sido de mis favoritos.
La mayoría del librojuego consiste en la exploración de las mazmorras. Por lo general, Caric y Laurus se acercan sigilosamente a una sección en la que ven a un monstruo (un par de kobolds, un minotauro, una gárgola, la huella de un dragón, etc.) y el libro te da la opción de enfrentarte al monstruo o retroceder hacia un pasillo que, convenientemente, sueles haber dejado atrás justo antes de encontrarte con tus adversarios. Algunas veces el enfrentamiento sale bien y puedes seguir avanzando, pero en otros casos Caric muerde más de lo que puede tragar y muere de forma horrible. Digo Caric, porque en Laurus el halfling se libra siempre, porque se queda atrás y el libro te cuenta que se marcha de las mazmorras con la intención de reclutar ayuda y volverlo a intentar. Supongo que pudo ser un modo de que los lectores del libro más impresionables se identificaran con Laurus y que pensaran que bueno, al fin y al cabo, el que se había muerto era el caballero y no el cobardica del halfling.
No es un libro que resulte complicado pasarse. Casi todos los monstruos que aparecen al principio pueden ser vencidos, e incluso si decides no enfrentarte a todos ellos, es posible pasarse el juego, simplemente escabulléndose una y otra vez.
En la que el libro destaca, para mí, es en la atmósfera que la autora, Rose Estes, logra imprimir a la aventura. En cuanto llevas un tiempo vagando por las cavernas, de vas empapando de una atmósfera de irrealidad y aventura que a mí me parece bastante evocadora. El libro es también bastante rejugable, porque aunque hay un enfrentamiento final con el brujo Kalmar que es el único «final bueno», es posible llegar a él desde distintas rutas, por lo que es divertido probarlo un par de veces para ver todos los monstruo que te puedes encontrar. Ojo, toda esta colección son libros cortitos pensados para niños pequeños, por lo que en una tarde te lo lees no una, sino varias veces. Pero como digo, es divertido y evocador.
En mi opinión, sigue resistiendo bien el paso del tiempo. Como experiencia cercana a D&D, utiliza los monstruos típicos del juego y presenta una aventura que sería típica del juego. Como librojuego, tiene un único final pero permite llegar a él por distintas rutas, con lo que es rejugable. Y como narración, aunque hay quien se ha quejado de que Lauros es un poco pesado, con sus constantes lloriqueos y su cobardía, a mí me parece que le da un buen contrapunto al guerrero Caric, un tipo valiente pero un poco soso ;).
Así que, para mí, un buen librojuego.
La Montaña de los Espejos
Los cuatro primeros libros de la colección se publicaron todos a la vez, en 1981, y estaban escritos por Rose Estes, una trabajadora de TSR que no había publicado nada antes en su vida. He de decir que para mí hizo un muy buen trabajo. Cuando era pequeño, me imaginaba que si en el futuro alguien me preguntaba por mis autores favoritos, diría el nombre de Rose y lo cierto es que la buena mujer al final sí que fue una influencia positiva en mi vida, ¡lo que he leído yo gracias a que me enganchó a la fantasía!En La Montaña de los Espejos interpretaas a Landon, un joven elfo al que encargan la misión de descubrir por qué han dejado de llegar caravanas al pueblo donde vive. Se acerca el invierno y los ancianos del lugar temen que no podrán sobrevivir sin provisiones, así que le dan a Landon una espada mágica (puede emitir luz, vibra cuando hay enemigos cerca y sospecho que está muy afilada) y le envían con una mula a investigar.
De nuevo la ilustración de portada es de Larry Elmore y, de nuevo, casi te vende el libro solo por su portada. En ella se puede ver un gigante azul acompañado de un dragón blanco, sosteniendo un árbol (algo que te da la pista de que no es un bárbaro con un dragón en miniatura, sino un gigante enorme con un dragón también enorme) y lo que debe ser la montaña de los espejos que da nombre al libro de fondo. Ah, y abajo a la izquierda la joya que adornaba las portadas de estos libros, en este caso, un diamante azul y blanco. Las ilustraciones interiores corren de nuevo a cargo de Jim Holloway, y acabo de fijarme en que en una de ellas sale una espada que se supone que es la que le dan al elfo al principio de su misión, y que pone «Holloway» (el apellido del ilustrador) en la hoja. Creo que es la primera vez que me fijo en ello xD.
La Montaña de los Espejos tiene un problema importante: es un pasillo. Tiene secciones muy largas de descripción que te cuentan una historia bastante épica, pero hay muchas secciones en las que, si haces la elección incorrecta, te mueres o abandonas la montaña sin cumplir tu misión. En mi reciente partida recordaba bastante bien que había que atravesar un bosque de hongos gigantes, y me he dirigido con cierta rapidez hacia allí, pasándome la aventura con bastante rapidez. Es cierto que se puede deambular un poco por el interior de la montaña (con lo que encuentras a las personas que han sido secuestradas y puestas a trabajar en la mina), pero también puede irse uno derecho hacia la consecución de la misión y pasarse la aventura bastante rápido.
Como historia, creo que tiene momentos muy buenos, como el primer encuentro con el gigante y el dragón, la puerta mágica (y parlante), el bosque de hongos o el lince parpadeante (y parlante) que se une a la expedición en un momento dado. Pero como librojuego, adolece de una falta de elecciones que es lo que caracteriza al género. Si al final apenas estás pudiendo tomar decisiones significativas, se pierde parte del atractivo de leerse el libro.
Buena historia y momentos interesantes, pero poca capacidad de decisión.
Las Columnas de Pentegarn
Portadaza de Larry Elmore con un mago, un par de guerreros y un chavalito enfrentándose a un dragón-esqueleto. Cuando te lees el libro descubres que la mujer no es una guerrera, sino una elfa ladrona, y que el chavalito que apunta al dragón con la espada es el protagonista del libro, un joven campesino llamado Jaimie, que tiene la facultad de hablar con los animales.
Las ilustraciones interiores corren a cargo de Harry J. Quinn, y he de decir que me gustan mucho más que las de Holloway. De hecho, me gustan muchísimo. Quinn logra imprimir a toda la aventura de un aire sombrío y melancólico que te pone muy bien en situación.
El protagonista se une casi por casualidad a un grupo de aventureros liderados por el mago Pentegarn y formados por el guerrero Baltek y la ladrona elfa Lydia. Además, Jaimie viaja con Zorro y Búho, dos animales con los que puede hablar. Pentegarn dice ser un mago y, a la vez, el antiguo rey de estas tierras, al que arrebató el reino una entidad llamada el Malvado (entiendo que será «the Evil One» en inglés). Aunque lleva tiempo intentando recuperar su trono, esta será su última oportunidad, pues se siente viejo y cansado.
Hay dos cosas que caracterizan a este librojuego y lo sitúan por encima de otros de la colección: por un lado, la gran cantidad de elecciones que puedes tomar, cada una de las cuales lleva a un final diferente para la aventura. Y por otro lado que, aparte de los finales «buenos» en los que Pentegarn logra recuperar su trono, hay finales algo menos buenos en los que Pentegarn o alguno de sus compañeros mueren, a pesar de que se logra liberar al reino. Es un libro muy rejugable en el que siempre hay una sensación de peligro, porque los enfrentamientos con trasgos, esqueletos, lobos o el dragón de la portada, se presentan como si fueran a ser siempre el último.
Por no decir que hay escenas realmente siniestras, como una en la que Lydia cae en una trampa y se convierte en un malvado esqueleto, u otra en la que Baltek es engañado por el Maligno y muere en una emboscada (muy buena la ilustración de Quinn que acompaña a esa escena). Realmente se transmite muy bien una atmósfera evocadora y sombría a lo largo de todo el libro.
Gran librojuego, de los mejores de la colección.
El ranking
Actualmente, mi ranking de libros de esta colección es este:
- Las Columnas de Pentegarn. Buena historia, varios finales satisfactorios, buenas ilustraciones, muy rejugable.
- Las Cavernas del Terror. Muy rejugable, atmósfera evocadora de una caverna misteriosa llena de monstruos.
- La Montaña de los Espejos. Buena historia, pero muy lineal.
¿Se verán destronados en el futuro estos libros? Lo veremos en el futuro.
Saludetes,
Carlos