Llegamos al final de RPGaDay de este año, respondiendo al último tercio de preguntas que nos quedaban pendientes. Me alegro de haberme animado a escribir esta pequeña serie, porque siempre está bien reflexionar sobre nuestra afición, y también porque agosto es un mes un poco perdido xD y es útil tener un tema del que escribir ;).
La pregunta número veintiuno es una campaña clásica. Cuando escucho «campaña clásica» pienso siempre en la Gran Campaña de Pendragón. No será ninguna sorpresa para ninguno de los habituales lectores de este blog ;). La he dirigido entera una vez y he hecho el intento de dirigirla en otra ocasión, pero no llegué a concluirla. Recientemente se ha publicado la sexta versión de Pendragón, que por primera vez trae ciertos cambios sustanciales en el sistema de juego (las cinco ediciones anteriores eran prácticamente la misma en cuanto a reglas), y desde Chaosium ya han avisado de que publicarán de nuevo la Gran Campaña, pero en varios libros. Por un lado, no cabe duda que esto es para sacarnos de nuevo los cuartos xD, pero por otro lado, creo que es una buena idea, si terminan dejando más espacio para explorar lo que hace especial cada momento de la campaña.
Por si no lo conocéis (¡mal! ¡muy mal!) la Gran Campaña se divide en varias fases: la de Uther, la de la Anarquía, la del Joven Rey, etc., hasta llegar al final de la historia de Arturo, en la fase de Decadencia. Y en cada una de ellas hay cambios en la tecnología, las costumbres y las opciones para los jugadores, como por ejemplo, convertirse en caballeros románticos a partir de la fase de Romance. Si en los futuros libros que se publiquen hay espacio para ampliar los conceptos introducidos en cada fase, creo que puede ser interesante adquirirlos.
A ver, también os digo... es que yo soy muy fan de este juego y es muy fácil venderme cosas xD. Lo sé, soy un fanboy de Chaosium.
La pregunta número veintidos es un personaje no jugador notable. A lo largo de mis décadas de jugar al rol he creado muchos personajes no jugadores para mis campañas, y también he interpretado a aquellos que se incluían en las aventuras y campañas ya definidas que te venden las editoriales. Los personajes que han terminado siendo importantes para nuestras campañas no han sido, por lo general, aquellos que yo me esperaba, sino aquellos que los jugadores han hecho suyos porque les han interesado por la razón que sea, y que han terminado cobrando vida por méritos propios.
El primer personaje que nos importó un poquito fue Manorrecia, un soldado recto y cabal que era el contrapunto perfecto a la locura que era el general que interpretaba uno de los PNJ. Era tan especial, que le dediqué una entrada hace unos años: Manorrecia, el primer PNJ que nos importó un poquito. Os remito a leer la entrada, que define bastante bien cómo los PNJ que nos importan suelen llegar por casualidad a nuestras vidas (y las de nuestros personajes jugadores).
Como PNJ que no he interpretado yo, destacaría a Nina Bowen, una dragona con forma humana en una partida de Sombras Urbanas que fue un personaje que yo introduje como contacto de mi mago (el gran Bayhas al-Rashid) y que, al final de la partida, me mató al personaje. El director de juego insiste en que me lo busqué xD, pero bueno, así es la vida cuando juegas a fantasía urbana oscura. Centrándonos en Nina, me encantaba interactuar con ella, porque era un bicho manipulador y malvado, pero mi personaje estaba locamente enanomorado de ella y era incapaz de verlo. A ver, era una dragona que chupaba energía de las líneas ley mágicas como una cocainómana, así que tampoco era tan difícil. Pero el amor nos ciega. Ay, Nina; te perdono que me convirtieras en cenizas.
La pregunta número veintitrés es un jugador sin igual («peerless player»). Aquí voy a destacar a mi amigo Ricardo, jugador de incontables campañas y persona Legal Buena. Con especial énfasis en lo de Legal, porque de verdad que no he conocido a nadie tan ordenado con sus cosas, que tome notas más detalladas de lo que sucede en la partida y, en general, se tome tan en serio jugar al rol (divirtiéndose, lógicamente). Más jugadores como Ricardo en las partidas, leñe. Me alegro que haya superado los primeros años de paternidad sin enloquecer y que se haya incorporado de nuevo a mi grupo de juego :D.
Al resto de mi grupo también les aprecio, que conste ;). Os mencionaré en futuras entradas :D.
La pregunta número veinticuatro es unos consejos muy aclamados («acclaimed advice»). Creo que los mejores consejos son aquellos que no dan por supuesto que ya sabes cómo jugar a un juego, sino que te explican por qué un juego concreto es diferente y qué cosas puedes hacer con él que lo hace distinto a los demás. Creo que algunos juegos de rol tienen la vocación de que con ellos se puede hacer «cualquier cosa» y que puedes jugar las aventuras que tu quieras, sin límite. Y lo cierto es que esto puede tener sentido en juegos de rol pretendidamente genéricos como FATE, GURPS o BRP, aunque la verdad es que incluso en estos no es cierto que se pueda jugar a cualquier cosa, porque cada uno tiene un cierto sabor o estilo que hace que sí, se pueda jugar en múltiples ambientaciones, pero estas sean más heroicas, más realistas o más peliculeras.
Por lo tanto, cada día me gusta más encontrarme con juegos que te dicen que están pensados para ciertos tipos de partida y no para otros, y que te explican con cierto detalle el porqué de sus reglas específicas. Por ejemplo, he disfrutado mucho leyendo la segunda edición de Adventurer Conqueror King System (ACKs), porque es un retroclón pensado para jugar campañas largas en las que los personajes pasan de ser buscatesoros a gobernantes de reinos, y donde todas las reglas están pensadas para facilitar esto. De hecho, la primera parte del manual del director de juego está dedicada a detallar la filosofía detrás de las reglas, en un extenso capítulo que establece las bases de aquello de lo que trata el juego. A lo largo del libro hay también ejemplos de reglas opcionales en las que se describe no solo la regla en cuestión sino el modo en el que aplicarla modifica el juego para adaptarse a los gustos de cada grupo de juego.
Los consejos de esta segunda edición no aplican a todos los juegos de rol, pero están pensados para este juego de rol concreto y el tipo de campañas que quiere favorecer. Todos los juegos deberían tener una visión tan certera de lo que quieren lograr.
La pregunta número veinticinco es un dado muy deseado («desirable dice»). Ejem. No soy muy de dados. Entendámonos, sí que me gustan, pero no los fetichizo como otros jugadores de rol, que tienen docenas o incluso cientos de dados en sus casas. Yo tengo unos cuantos, pero no creo que sean más de cuatro o cinco juegos, y la mayoría me han venido incluidos en cajas de inicio o juegos básicos. Los primeros que tuve los tengo cariño, sobre todo a mi viejo d20 rojo y el d10 azul, pero porque durante mucho tiempo jugué con papelitos recortados metidos dentro de una caja (la vieja caja de una máquina de esas de hacer agujeritos en papeles). Los dados me los dio una dependienta de El Corte Inglés cuando me compré mi primer RuneQuest, y los arrancó de un juego de El Señor de los Anillos que había al lado porque insistió en que el juego necesitaba dados y que me los daba. Qué tía más maja.
La pregunta número veintiséis es una pantalla soberbia («superb screen»). Del mismo modo que no soy de dados, no soy de pantallas. Me sobran en una partida, aunque puedo entender que una pantalla que tenga las tablas más necesarias de un juego relativamente complicado o táctico, pueden ser útiles. De hecho, bueno, creo que puedo decir que hay una pantalla que sí me gusta y a la que he sacado partido, que ha sido la pantalla de RuneQuest 6 que sacó Runa Digital en su mecenazgo. Es una pantalla que he usado para dirigir Mythras, porque son juegos prácticamente idénticos, y confieso que sí que me ha servido como resumen general del juego, para no tener que estar buscando en el libro cada dos por tres. Y, hay que admitirlo, la imagen que se presenta a los jugadores es realmente bonita.
La pregunta número veintisiete es una miniatura maravillosa («marvellous miniature»). No soy muy de miniaturas, y ya van tres preguntas en la que tengo que empezar con «no soy muy de» xD. Confieso que en realidad me gustan mucho las miniaturas por su valor estético, y en concreto me fascinaban las que tenía para D&D la tristemente desaparecida Otherworld Miniatures. Las colecciones de tribus de orcos (con caras porcinas), kobolds y trasgos, o los aventureros, me encantaban. No tanto como para comprarlas, porque sé que no habría sabido ni pintarlas ni sacarles partido en mesa, pero me gustaban mucho.
A día de hoy, si os tengo que recomendar una miniatura, esta tiene que ser la fenomenal mini de Anathaym que se han currado en 77Mundos. Es una representación de la portada de Mythras (a su vez, homenaje a la portada clásica de RuneQuest) y creo que es una chulada.
La pregunta número veintiocho es gran artilugio de jugón («great gamer gadget»). No soy muy de... ejem... vaya, parece que a mí en el rol me sacas de los libros y de un par de dados y no me gusta nada. Lo siento, de verdad que no se me ocurre qué decir... salvo un regalo de cumpleaños que me hizo uno de mis hijos: una torre tiradados que simula Barad-dûr, la Torre Oscura de Sauron en la Tierra Media. Las torres tiradados se usan para meter los dados por arriba y que caigan en una zona concreta y delimitada y no se desparramen por cualquier sitio o se caigan de la mesa. Mi hijo la hizo a lo largo de unas cuantas semanas con la impresora 3D que tenemos en casa, y la verdad es que le agradezco el esfuerzo. Otra chulada que saco siempre que tengo ocasión :D.
La pregunta número veintinueve es una app alucinante («awesome app»). No soy muy... bah... me rindo. Me gusta jugar al rol con mis colegas cara a cara. No uso apps, ni tableros virtuales ni nada. Si acaso, podría llegar a usar algún sistema para tirar dados, pero es que si pones d20 en Google, te hace una tirada de un d20. Bueno, vale, si hay que decir una, diré Comunidad Umbría, que es una web pensada para jugar partidas de rol por foro y tiene sus sistemas para tirar dados y hasta tableros virtuales, aunque no los suelo usar y no sé en qué estado de desarrollo están en estos momentos.
La pregunta número treinta es una persona con la que te gustaría jugar. Me gustaría mucho poder jugar en una mesa con Jordi Morera, en una de sus campañas rollo cajón de arena, a tope de filosofía de mundo abierto :D. De hecho, me encantaría que me dirigiera El Arca de los Mil Inviernos. Hace tanto que la leí que ya ni me acuerdo, y seguro que la disfrutaría un montón. Jordi no solo es un maestro de la dirección rolera, sino que es una bellísima persona.
La pregunta número treinta y uno es un juego o un jugador al que eches de menos. Aquí hay dos preguntas bastantes diferentes entre sí. Echar de menos a personas lo veo lógico, sobre todo si has perdido el contacto con ellos no solo como jugadores sino como amigos. Pero echar de menos juegos para mí es más difícil, porque casi todos los juegos que me gustan siguen conmigo, en mis estanterías. Supongo que la idea será más bien echar de menos partidas. Si es así, diré que echo de menos las partidas de la Gran Campaña de Pendragón, que jugué hace más de dieciséis años, tanto por el rollo de ir a casa de Gonzalo, cuando aún ni se había casado, justo después del curro, y verme allí con gente con la que juego a día de hoy y gente que ya hace años que no veo (incluyendo a Gonzalo). Echo de menos la sensación de volver a casa los jueves por la noche y sentir que ya solo quedaba superar el viernes para que llegara el fin de semana. Y haber matado a unos cuantos sajones, liberado damiselas y servido al Rey Arturo.
En realidad, hay muchas partidas que echo de menos, y también a sus jugadores. No porque no pueda volver a jugar a esos juegos, ni porque no pueda volver a jugar con esos jugadores. Sino porque cada partida es única, cada dinámica es especial y todo llega y pasa, y así es la vida. No nos podemos dejar llevar por la melancolía, pero creo que es evidente que todos echamos de menos los momentos en los que fuimos felices :).
Y con esto damos por terminado el RPGaDay de este año. Si el año que viene se puede, lo haremos de nuevo :).
Saludetes,
Carlos