El cuento
En el Bosque Encantado había una araña que vivía en una pequeña cueva junto a sus hijos (arañitos y arañitas). La cueva tenía una puerta hecha de tela de araña, al igual que todos los objetos de la casa: las mesas, las sillas, las mantas ¡y hasta los cubiertos! Todos fabricados con tela de araña.
Un día la araña dejó a sus hijos en sus hamaquitas y salió a dar un paseo por el Bosque. Como esta araña solía meterse en líos, algunos de sus hijos e hijas la siguieron, escondidos a corta distancia.La araña había decidido gastar un par de bromas a sus vecinos. Llegó hasta unos árboles y comenzó a hacer una tela de araña (sonaba "tiqui-tiqui-tí" mientras tejía) de hilos finos pero pegajosos y muy resistentes. Cuando estuvo terminada, se escondió detrás de una piedra y esperó a que se acercara alguien, permaneciendo tan quieta como sólo las arañas saben estar. Al rato apareció una ardilla dando brincos, y la araña se subió a la piedra y gritó: "¡Ardilla! ¡Ardilla! ¡Alguien se está llevando tus bellotas!". Y la ardilla, asustada, inmediatamente salió corriendo hacia donde las había escondido y se topó con la tela de araña, quedando totalmente atrapada. La araña se tiró al suelo, muerta de risa y agitando sus patas en el aire. Después se marchó, buscando hacer más travesuras. Los hijos e hijas de la araña, que lo habían visto todo, bajaron a la ardilla de la tela y le pidieron perdón. La ardilla les contestó que algún día su papá se metería en problemas.
Después, la araña se acercó a la charca de las ranas, y allí tejió una nueva tela ("tiqui-tiqui-tí") entre dos cañas. A continuación, se escondió debajo del agua, usando una pajita para poder respirar. Al rato apareció una rana, saltando, y la araña se subió a un nenúfar y gritó: "¡Ranita! ¡Ranita! ¡Alguien se está llevando a tus renacuajos!". Y la rana, asustada, salió corriendo hacia el lugar donde estaban sus hijos y se topó con la tela de araña, de modo que se quedó atrapada. La araña, muerta de risa, se tiró al suelo y agitó sus patitas en el aire, mientras la rana le decía: "Ay, araña tonta, algún día te meterás en problemas con tus bromas". La araña se marchó y sus hijos e hijas, que lo habían visto todo, bajaron a la rana de la tela de araña.
La araña correteó hasta una pradera, donde empezó a tejer una tela entre dos tulipanes (haciendo el típico ruido de tejer que hacen las arañas: "tiqui-tiqui-tí, tiqui-tiqui-tí"), y cuando la tuvo terminada, se escondió entre la hierba. Pero antes de que pudiera engañar a nadie, una hormiga que le había visto tejer la tela le gritó: "¡Araña, arañita! ¡Que se llevan a tus hijos!". Y la araña, asustada, salió corriendo, quedando atrapada en su propia tela. Y todos los animales del Bosque se acercaron a reírse de la araña, que estaba muy avergonzada por haber caído en su propia trampa.
Al final los animales se apiadaron de la araña y permitieron que sus hijos e hijas le bajaran de la tela. Y la araña prometió no volver a gastar bromas pesadas a sus vecinos (aunque no siempre mantuvo su promesa). Junto a sus hijos, volvió a casa y juntos fueron felices, comieron moscas, y nos dieron con el plato de tela de araña en las narices.
Comentario
Este es el primer "Cuento del Bosque" que me inventé para mis hijos, en el verano del 2011. Ese verano estuvimos de vacaciones en la playa y cada noche antes de dormir les contaba un cuento. Una noche mi hija mayor me dijo "papá, hoy nos podrías contar dos cuentos" y yo le respondí, irónicamente, "sí, dos cuentos... ¡os voy a contar tres!" a lo que mi hija me respondió "¡Bien! ¡Tres! ¡Tres!". Miré a mi mujer, que se estaba riendo de mi, y le dije, "vaya, la araña atrapada en su tela", con lo que conseguí que mi hijo mediano dijera "Sí, sí, ¡cuéntanos el cuento de la araña atrapada en su tela!". Antes de seguir hablando y enredarme cada vez más en mis propias palabras, opté simplemente por contarles tres cuentos, y que uno de ellos fuera éste.
Como siempre, un cuento pierde mucho cuando simplemente lo escribes, en lugar de narrarlo. Cuando se lo cuento a mis hijos, cada vez que la araña teje su tela, no sólo hago el ruido de tejer que he intentado reflejar con el "tiqui-tiqui-tí", sino que muevo la mano arriba y abajo y de izquierda a derecha, como si fuera la araña tejiendo su tela. Y cuando la araña se tira al suelo y se ríe, yo pongo la mano con la palma hacia arriba y muevo los dedos, como si fuera la araña riéndose de sus travesuras. Es mucho más divertido así, y a mi chico mediano le encanta ver reírse a la araña.
También es verdad que a medida que lo cuento voy cambiando cosas, como el hecho de que los hijos e hijas de las arañas vayan siguiendo a su padre por el Bosque. Esto fue en realidad un añadido de mis propios hijos, que no se contentaban con escuchar el cuento, sino que se insertaron en el mismo haciendo de arañitos y arañitas. Creo que no queda mal así, con los hijos mostrando más sensatez que su padre. Espero que la araña y sus hijos no se metan en más líos.
En el resto de "Cuentos del Bosque" comienzan a aparecer más personajes como Dragones, Trolls, Enanos, Duendes, y hasta Leónidas, el León Más Grande y Fuerte del Mundo, pero supongo que en una serie sobre estos cuentos no estaría bien que no empezara con el de la humilde y pequeña araña, que fue la que lo empezó todo.
Saludetes,
Carlos
Me alegra que te salgas un poco de nuestros temas roleros y compartas estas cosas dentro de estos círculos. Yo no lo hago pues pienso que, en primer lugar, no le va a interesar a nadie, y segundo, que lo encontrarán ñoño; especialmente lo segundo ya que muchas de las cosas que he escrito siempre han sido para niños. Muchas de estas cosas me las reservo para mi entorno inmediato donde cumplen su función, y reconozco que le doy demasiada importancia a esas preocupaciones, obsesionandome un poco con ello incluso.
ResponderEliminarHace poco terminé un cuento para mi ahijada Aphrodita, y suelo garabatear en mi cuaderno módulos de rol para niños de entre 11 y 14 años, que son el tipo de módulos que más me gusta inventar. Por eso mismo la ambientación que voy haciendo está tan preparada para el estilo de la fábula.
El dramatizarlo interpretarlo (tanto cuentos como aventuras de rol) es lo que le da su auténtica dimensión, (hablo desde la experiencia de docente como cuentacuentos a infantil); y en cuanto al rol, es cuando se vuelve verdaderamente sublime, sin necesidad ninguna de que sea complicado.
Con el tiempo me he especializado en jugar con niños, la verdad. Tengo que admitir que en breve va a terminar por gustarme más. Por eso utilizo versiones muy sencillas de D&D.
Hoy mismo jugué una partida con adultos y vengo "echando fuego" de lo desastrosa y caótica que resultó..., pues no se lo toman en serio, en fin...
Es un cuento muy bonito que agradezco que compartas. LO voy a contar dentro de poco, respetando los derechos de autor, prometido :).
Un saludo cordial
Es cierto que esto se sale un poco de mis temáticas habituales de juegos de rol, pero este es un blog personal (aunque friki) y no renuncio a contar cosas más personales en el mismo. Aunque procuro mantenerme siempre dentro de una temática lúdica, como el contar cuentos a los nenes ;). Me alegra que te haya gustado la entrada.
EliminarEs cierto que los niños muchas veces son mejor público que los adultos, sobre todo si consigues atraer su interés y mantenerlo. No aguantan horas y horas sin irse por las ramas o perder la concentración, pero creo que tampoco es justo pedirles ese esfuerzo. Creo que es más satisfactorio pasarse media horita hilvanando un cuento con ellos que tres horas matando orcos con los amigotes, aunque de todo debe haber en esta vida :P.
Me parecerá más que bien que cuentes la historia de la araña, espero que le guste a tu público :D.
Se te da bien eso de contar cuentos, y de crearlos. Yo le conté el tuyo de los gatos a mis hijos (bueno al mayor) y la verdad es que le encantó.
ResponderEliminarMe gusta leer este tipo de entradas :).
Es que soy un cuentista ;). No, en serio, me alegra que te fuera útil el de los gatos. Eso fue más una partida y esto es más un cuento, pero al final supongo que el estilo general se mantiene, más o menos ;).
EliminarUn pequeño gran cuento infantil, Carlos, generalmente los más difíciles de improvisar y contar con convicción.
ResponderEliminarMuchas gracias :). Al final todos estos son improvisados, porque me hago una idea de qué quiero contar y qué final espero, pero no siempre una idea muy clara. Van saliendo sobre la marcha.
EliminarPor suerte mi público es exigente, pero me perdonan los pequeños errores y correcciones ;).
Jajaja, que mono y ñoño... digo que bonito ;) Si te sirve de consuelo, yo también juego con mis manos como arañas con mis hijas, sobre todo cuando vamos en el coche. A veces son arañitas buenas y ellas las acarician y les dan de comer y otras son arañitas málas que les hacen cosquillas y que ellas aporrean con pasión. Ah, la inocencia y la imaginación, que dos grandes legados para la próxima generación :D
ResponderEliminarEs un cuento para niños, ¡tiene que ser mono y ñoño! :D.
EliminarMe encanta! Se lo contare a mi hijo para dormir!
ResponderEliminarY si subes más cuentos, aqui tienes un fan!
P.D. Curioso que mientras lo iba leyendo me imaginaba a mi mismo contandoselo a mi hijo y haciendo los mismos gestos con la mano que tu describes.
Supongo que el gesto "mano-araña" es casi universal :D.
EliminarMe alegro de que te haya gustado ;).